Bre­ves líneas sobre el futu­ro rum­bo de Irán

El diri­gen­te social ana­li­zó la elec­ción del nue­vo pre­si­den­te ira­ní seied Rai­sí, en un con­tex­to de cam­bios geo­po­lí­ti­cos para la Repú­bli­ca Islá­mi­ca. “El triun­fo vie­ne a demo­ler la ilu­sión de res­tau­rar una Pax Impe­rial de par­te de Biden”, señaló.

Hace unos años cuan­do triun­fa­ba el sheij Roha­ni en la com­pul­sa por la pre­si­den­cia de Irán, escri­bía­mos una nota don­de afir­má­ba­mos que las líneas gene­ra­les estra­té­gi­cas de Repú­bli­ca Islá­mi­ca no podían modi­fi­car­se más allá de las loas y las pér­fi­das salu­ta­cio­nes con que Occi­den­te cele­bra­ba al nue­vo líder no casual­men­te defi­ni­do en sus medios de pren­sa como “refor­mis­ta”.

El derro­ta­do de aque­lla com­pul­sa fue casual­men­te alguien que enton­ces era sin­di­ca­do como con­ti­nua­dor de la lógi­ca de Ahma­di­ne­yad (eso por des­co­no­ci­mien­to de la polí­ti­ca inter­na ira­ní), seied Ebrahim Rai­sos­sa­dat, cono­ci­do como Ebrahim Raisí.

Enton­ces el Líder Supre­mo era seied Jame­nei, y aho­ra tam­bién. La polí­ti­ca exte­rior y la polí­ti­ca de defen­sa de Repú­bli­ca Islá­mi­ca de Irán es abso­lu­ta incum­ben­cia del Líder y el Con­se­jo de Guardianes.

Lejos de pasar a una emba­ja­da o un lugar de honor subal­terno, seied Rai­sí fue nom­bra­do miem­bro de la Asam­blea de Exper­tos, un orga­nis­mo legis­la­ti­vo de suma impor­tan­cia y gra­vi­ta­ción de la polí­ti­ca estra­té­gi­ca iraní.

La admi­nis­tra­ción de Roha­ni ensa­yó una suer­te de tre­gua regu­la­da fir­man­do el acuer­do 5+1 que pron­ta­men­te fue trai­cio­na­do por Esta­dos Uni­dos con Trump como pre­si­den­te, y enfren­tó un blo­queo cri­mi­nal que jun­to a situa­cio­nes macro­eco­nó­mi­cas con­tin­gen­tes pro­du­je­ron una situa­ción de empo­bre­ci­mien­to nacio­nal muy notable.

La agre­si­vi­dad cre­cien­te que con Trump a la cabe­za y a expen­sas de una Euro­pa titu­bean­te pade­ció el gobierno y el pue­blo de Irán pro­vo­ca­ron la acen­tua­ción, por si fue­ra posi­ble, de la noción antiimperialista.

Las revo­lu­cio­nes de colo­res, o las lla­ma­das pri­ma­ve­ras ára­bes como gue­rras inter­nas impues­tas y digi­ta­das por los Esta­dos Uni­dos con las esce­nas tru­cu­len­tas del ase­si­na­to de Gada­fi afian­za­ron la idea de la impo­si­bi­li­dad de una tre­gua con un esta­do cuya prin­ci­pal mani­fes­ta­ción de polí­ti­ca exte­rior es sem­brar gue­rras y bom­bar­deos. Irak y Afga­nis­tán como fra­ca­sos con­tex­tua­li­zan el opro­bio­so epi­so­dio sirio de este com­por­ta­mien­to cri­mi­nal de los Esta­dos Unidos.

En todas estas situa­cio­nes fue nece­sa­rio el con­cur­so del poder de disua­sión ira­ní para com­ba­tir con­tra el terro­ris­mo de DAESH (lla­ma­do en occi­den­te Esta­do Islá­mi­co, deri­va­do de Al qeda) y el con­cur­so mili­tar para reor­ga­ni­zar el fun­cio­na­mien­to de esta­dos devas­ta­dos como Irak, o Siria.

El ase­si­na­to del Gral. Solei­ma­ni fue el acto de pro­vo­ca­ción más tor­pe que se haya come­ti­do jamás en una situa­ción de equi­li­brio ines­ta­ble como lo es la rela­ción entre Esta­dos Uni­dos e Irán.

Yemen, ope­ra­da tam­bién en el mar­co de las Pri­ma­ve­ras Ára­bes, ter­mi­nó sumer­gi­da en una inevi­ta­ble gue­rra civil entre la mayo­ría hutí, shií­ta, con­tra la mino­ría enquis­ta­da en el poder y alia­da de la alian­za sio­nis­ta-waaha­bí (Israel-Ara­bia Sau­dí). Las inter­ven­cio­nes mili­ta­res del Con­se­jo de Segu­ri­dad del Gol­fo con el bene­plá­ci­to de ONU, han sido un ver­da­de­ro fra­ca­so. Los hutíes con el auxi­lio del ase­so­ra­mien­to ira­ní con­tro­lan hoy gran par­te del terri­to­rio, tenien­do capa­ci­dad para ata­car a Ara­bia Sau­dí como demos­tra­ron el pasa­do 28 de mar­zo 2021, envian­do misi­les a las ciu­da­des de Riad y Jazztan.

Irán fue empu­ja­do por la nece­dad y la bes­tia­li­dad nor­te­ame­ri­ca­na a la pro­fun­di­za­ción de la Revo­lu­ción Islá­mi­ca. Los cam­bios geo­po­lí­ti­cos a expen­sas de su inmi­nen­te incor­po­ra­ción a la Aso­cia­ción de Coope­ra­ción de Shan­gai com­pli­can la eje­cu­ción de las san­cio­nes nor­te­ame­ri­ca­nas que otro­ra redun­da­ban en aho­gos finan­cie­ros y comer­cia­les muy serios.

La defi­ni­ción de seied Rai­sí como “orto­do­xo” y “con­ser­va­dor” en el len­gua­je occi­den­tal atlan­tis­ta hay que apren­der a leer­lo, cuan­do de Repú­bli­ca de Irán se tra­ta, como “revo­lu­cio­na­rio” y “anti­im­pe­ria­lis­ta”.

El hom­bre ele­gi­do por el pue­blo ira­ní es el mis­mo que des­de muy joven estu­vo invo­lu­cra­do en la eje­cu­ción de polí­ti­cas revo­lu­cio­na­rias. Cola­bo­ra­dor direc­to de Aya­to­la Jomei­ni y alumno y cola­bo­ra­dor de Aya­to­la Jamenei.

En su his­to­rial están el ser miem­bro del comi­té que super­vi­só las eje­cu­cio­nes a con­tra­rre­vo­lu­cio­na­rios de 1988 orde­na­das por el fun­da­dor de la Revo­lu­ción seied Rubo­llah Jomei­ni; y la repre­sión y per­se­cu­ción judi­cial a los miem­bros de las pro­tes­tas impues­tas del lla­ma­do Movi­mien­to Ver­de de 2009. Como tal es un hom­bre que figu­ra en los plie­gos de con­tra­te­rro­ris­mo de la CIA.

Es un hom­bre de la Revo­lu­ción, no de la polí­ti­ca for­ma­lis­ta. Con él resul­tan habi­tua­les las con­ver­sa­cio­nes de los coman­dan­tes de los Guar­dia­nes de la Revo­lu­ción para inter­cam­biar infor­ma­ción y refle­xio­nes, el gral. Solei­ma­ni era un habi­tual inter­lo­cu­tor de Seied Raisí.

De cual­quier modo y como lo hemos plan­tea­do el núcleo duro del Poder en Irán está en la Ofi­ci­na del Líder y en el Con­se­jo de Guar­dia­nes. Lo que suce­de con esta vic­to­ria de Rai­sí es la pues­ta en sin­to­nía de la polí­ti­ca coti­dia­na con la polí­ti­ca estra­té­gi­ca. Pero para quie­nes se ilu­sio­nan con el lla­ma­do refor­mis­mo ira­ní hay que recor­dar que jus­ta­men­te fue Roha­ni quien no pudo sus­traer­se ante las pro­vo­ca­cio­nes de los Esta­dos Uni­dos y decla­ró como orga­ni­za­ción terro­ris­ta al Depar­ta­men­to de Esta­do Norteamericano.

En con­clu­sión enten­de­mos que la vic­to­ria aplas­tan­te de seied Rai­sí en una elec­cio­nes con una par­ti­ci­pa­ción elec­to­ral no muy dis­tin­ta a las ante­rio­res (más allá de cómo pre­ten­da pre­sen­tar estos gua­ris­mo la pren­sa occi­den­tal con la evi­den­te inten­ción de des­le­gi­ti­mar dicha vic­to­ria elec­to­ral) impor­ta un afian­za­mien­to gene­ral para las trans­for­ma­cio­nes geo­po­lí­ti­cas que se vie­nen ope­ran­do entre ellas el mul­ti­po­la­ris­mo emer­gen­te enca­be­za­do por Chi­na y Rusia que fue­ron los pri­me­ros en feli­ci­tar al can­di­da­to triunfante.

El triun­fo de Rai­sí vie­ne a demo­ler la ilu­sión de res­tau­rar una Pax Impe­rial de par­te de Biden.

Fer­nan­do Este­che/​Doctor en Comu­ni­ca­ción Social (UNLP) y Secre­ta­rio Polí­ti­co del MPR Quebracho.

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