Méxi­co: López Obra­dor amplía su poder pero pier­de esca­ños en el Parlamento

Aun­que han sido unas elec­cio­nes legis­la­ti­vas, loca­les y para ele­gir gober­na­do­res, los comi­cios cele­bra­dos este domin­go en Méxi­co se han inter­pre­ta­do como un ple­bis­ci­to a la figu­ra del pre­si­den­te Andrés Manuel López Obra­dor (AMLO), cuyo par­ti­do ha logra­do rete­ner la mayo­ría en la Cáma­ra de Dipu­tados, aun­que ha per­di­do esca­ños y depen­de­rá mucho más de sus aliados. 

Según datos del Ins­ti­tu­to Nacio­nal Elec­to­ral, More­na ha sido la fuer­za polí­ti­ca más vota­da a nivel nacio­nal en las que han sido las elec­cio­nes más gran­des cele­bra­das has­ta aho­ra en Méxi­co en una mis­ma jor­na­da. Las urnas han reno­va­do la Cáma­ra de Dipu­tados: 15 de 32 gober­na­do­res; 30 con­gre­sos loca­les; y más de 1.900 ayun­ta­mien­tos a la vez.

Las pro­yec­cio­nes otor­gan a More­na cer­ca del 35 % de los votos para el Par­la­men­to, que equi­va­le a entre 190 y 203 de los 500 esca­ños de la cáma­ra Baja. Aun­que son menos dipu­tados que los 253 que osten­ta actual­men­te, suma­do a los de sus alia­dos, el Par­ti­do del Tra­ba­jo (PT) y el Par­ti­do Ver­de (PVEM), logra­ría supe­rar la barre­ra de la mayo­ría abso­lu­ta (251), con entre 255 y 292 según infor­ma El Perió­di­co.

Repro­du­ci­mos a con­ti­nua­ción una decla­ra­ción de inte­rés del Par­ti­do comu­nis­ta de Méxi­co sobre los comicios:

Ele­gi­mos luchar…

No apo­yes a tus explo­ta­do­res, ¡Toma par­ti­do con el Par­ti­do Comunista!

A pesar de las fuer­tes afec­ta­cio­nes del Covid-19, tan­to en con­ta­gios como en muer­tes, el pro­ce­so elec­to­ral del 6 de junio sigue su cur­so, con­fir­man­do así la cla­se domi­nan­te que no intere­sa la vida y salud de la pobla­ción, sino ase­gu­rar el fun­cio­na­mien­to de la eco­no­mía y la dic­ta­du­ra de cla­se de la bur­gue­sía, mal lla­ma­da democracia.

El pro­ce­so elec­to­ral ini­ció con la con­vo­ca­to­ria del Ins­ti­tu­to Nacio­nal Elec­to­ral al regis­tro de nue­vos par­ti­dos en 2019. El Par­ti­do Comu­nis­ta de Méxi­co (PCM) deci­dió incur­sio­nar en la con­vo­ca­to­ria con el fin de uti­li­zar la cam­pa­ña elec­to­ral para difun­dir de mane­ra amplia nues­tro pro­gra­ma polí­ti­co, el pro­gra­ma de lucha por la Revo­lu­ción Socia­lis­ta. Sin embar­go, de inme­dia­to enfren­ta­mos cri­te­rios inad­mi­si­bles para obte­ner el regis­tro. El pri­mer y más impor­tan­te obs­tácu­lo es la exi­gen­cia de entre­gar al Esta­do los nom­bres y direc­cio­nes de nues­tra mili­tan­cia; situa­ción a la que nos opo­ne­mos con­si­de­ran­do el espio­na­je, la mili­ta­ri­za­ción, las vio­la­cio­nes a los dere­chos huma­nos y la per­se­cu­ción polí­ti­ca que impe­ran en nues­tro país. Tan sólo ese prin­ci­pio elec­to­ral demues­tra la anti­de­mo­cra­cia. La segun­da res­tric­ción inad­mi­si­ble es la exi­gen­cia de rom­per todo víncu­lo con cual­quier otro Par­ti­do Comu­nis­ta y renun­ciar al prin­ci­pio del inter­na­cio­na­lis­mo pro­le­ta­rio. Exis­ten ade­más otras res­tric­cio­nes inad­mi­si­bles, como la inje­ren­cia del INE en la vida inter­na de un Par­ti­do, que le per­mi­ti­ría tomar deci­sio­nes o recha­zar deci­sio­nes toma­das por sus mili­tan­tes y sus órga­nos de direc­ción. Ade­más de estas res­tric­cio­nes anti­de­mo­crá­ti­cas, el sis­te­ma elec­to­ral en Méxi­co obli­ga a la rea­li­za­ción de afi­lia­cio­nes y asam­bleas con un for­ma­to buro­crá­ti­co que no repre­sen­ta la for­ma natu­ral de orga­ni­za­ción de la cla­se obre­ra y los sec­to­res popu­la­res. De esta mane­ra, úni­ca­men­te los gru­pos polí­ti­cos con gran­des recur­sos finan­cie­ros son los que logran obte­ner el regis­tro, median­te el aca­rreo, el cor­po­ra­ti­vis­mo y el clien­te­lis­mo polí­ti­co; es decir, sólo los mono­po­lios o el cri­men orga­ni­za­do están en posi­bi­li­da­des de regis­trar a sus par­ti­dos. Ejem­plo de ello es que los nue­vos “par­ti­dos” regis­tra­dos sean Redes Socia­les Pro­gre­sis­tas, Fuer­za por Méxi­co y el evan­gé­li­co Par­ti­do Encuen­tro Social, que fun­cio­nan como sim­ples fran­qui­cias y apén­di­ces del gobierno de Obrador.

Como su pro­pio actuar lo ha evi­den­cia­do, el INE (y antes el IFE) fun­cio­na como un gru­po de cho­que de la cla­se domi­nan­te en defen­sa de sus intere­ses, uti­li­zan­do la ley a dis­cre­ción. Esta situa­ción se deri­va de la juris­pru­den­cia y legis­la­ción elec­to­ral ela­bo­ra­da en los años 90 por el nefas­to pre­si­den­te Car­los Sali­nas de Gor­ta­ri, en con­cor­dan­cia con el TLCAN, que tenía como obje­ti­vo ase­gu­rar que los par­ti­dos con regis­tro fue­ran fun­cio­na­les al sis­te­ma, es decir, par­ti­dos del orden, y excluir de fac­to al par­ti­do de la cla­se obre­ra, al par­ti­do revo­lu­cio­na­rio. Pese al cacareo de un cam­bio demo­crá­ti­co en Méxi­co des­de las elec­cio­nes pasa­das, y la apa­ren­te pug­na entre el INE y el gobierno fede­ral, nin­gún par­ti­do bur­gués tie­ne inten­cio­nes de rea­li­zar una refor­ma polí­ti­ca que des­mon­te estas medi­das anti­de­mo­crá­ti­cas. Debi­do a estas con­di­cio­nes anti­de­mo­crá­ti­cas el PCM deci­dió no con­cu­rrir al pro­ce­so de registro.

Ello sig­ni­fi­ca que el aba­ni­co de opcio­nes elec­to­ra­les pre­sen­tes en las elec­cio­nes del 6 de junio expre­sa abso­lu­ta­men­te los intere­ses de la cla­se domi­nan­te, la bur­gue­sía, y que las dife­ren­cias que pue­dan exis­tir son sólo expre­sio­nes de la dispu­ta inter­bur­gue­sa, en la que los tra­ba­ja­do­res no cuen­tan, y el elec­to­ra­do con­fi­gu­ra­ría una masa pasi­va con­vo­ca­da estric­ta­men­te para la lega­li­za­ción del poder de los monopolios.

Antes del 2018 se espe­cu­la­ba que exis­tían alter­na­ti­vas a las polí­ti­cas de cho­que capi­ta­lis­ta, que se podía tomar otro camino. El PCM advir­tió que se tra­ta­ba de ilu­sio­nes, que con la lle­ga­da a la Pre­si­den­cia de López Obra­dor nada en esen­cia cam­bia­ría, aun­que se pro­du­je­ra una ope­ra­ción cos­mé­ti­ca. Estos años han demos­tra­do que no está­ba­mos erra­dos en el aná­li­sis, ¡nada ha cambiado!:

  • Siguió en cur­so la mili­ta­ri­za­ción del país, lega­li­zan­do la par­ti­ci­pa­ción de las Fuer­zas Arma­das en la segu­ri­dad públi­ca y cedién­do­le sec­to­res eco­nó­mi­cos como la cons­truc­ción y admi­nis­tra­ción de una par­te del Tren Maya y el nue­vo Aero­puer­to, o el con­trol de Puer­tos y Adua­nas. Este pro­ce­so de mili­ta­ri­za­ción ha con­ta­do con la apro­ba­ción de todos los par­ti­dos bur­gue­ses: MORENA, PRI, PAN y PRD. La Guar­dia Nacio­nal pro­fun­di­zó la doc­tri­na con­tra­in­sur­gen­te según la cual el obje­ti­vo prin­ci­pal de las Fuer­zas Arma­das es com­ba­tir al “enemi­go inte­rior”, lo cual se evi­den­cia cuan­do los pre­su­pues­tos se orien­tan a equi­pos anti­mo­ti­nes. Ade­más, el Ejér­ci­to y la Mari­na con ves­ti­men­ta de Guar­dia Nacio­nal son los eje­cu­to­res de la polí­ti­ca anti­in­mi­gran­te acor­da­da entre los gobier­nos de EEUU y Méxi­co por Pom­peo y Ebrad, y que aho­ra con­ti­núan con Biden bajo la con­duc­ción eje­cu­ti­va de Kama­la Harris.
  • El nue­vo par­ti­do gober­nan­te, MORENA de López Obra­dor, deci­dió dar con­ti­nui­dad al nefas­to TLCAN, aho­ra renom­bra­do TMEC, en alian­za con Trump. Éste es un acuer­do lesi­vo de los dere­chos de los tra­ba­ja­do­res, que bene­fi­cia exclu­si­va­men­te a los mono­po­lios de Amé­ri­ca del Nor­te. Con­ti­nua­ron tal cual el pago de la deu­da exter­na, los com­pro­mi­sos con el Ban­co Mun­dial, con el Fon­do Mone­ta­rio Inter­na­cio­nal. Nin­gún cam­bio verdadero.
  • La retó­ri­ca de poner fin al neo­li­be­ra­lis­mo es sin duda letra muer­ta. Ni una sola de las 1100 empre­sas esta­ta­les pri­va­ti­za­das vol­vió a ser públi­ca, y varios de los gru­pos mono­po­lis­tas bene­fi­cia­rios de las pri­va­ti­za­cio­nes del neo­li­be­ra­lis­mo, como aque­llos enca­be­za­dos por Ricar­do Sali­nas Plie­go y Car­los Slim, siguen gozan­do de una pri­vi­le­gia­da rela­ción con el Pre­si­den­te, ade­más de cola­bo­rar acti­va­men­te con sus alfi­les en el gabi­ne­te sexe­nal, como el caso de Este­ban Moctezuma.
  • El poder de los mono­po­lios está intac­to. En el cur­so de la actual cri­sis capi­ta­lis­ta las medi­das guber­na­men­ta­les adop­ta­das tie­nen como úni­co obje­ti­vo sal­va­guar­dar las ganan­cias de los explo­ta­do­res y con­ti­nuar car­gan­do los cos­tos sobre las espal­das de los tra­ba­ja­do­res y sus fami­lias. La refor­ma labo­ral de 2008 se man­tu­vo intac­ta con el nue­vo gobierno, quien ade­más pro­fun­di­zó el outsour­cing lega­li­zán­do­lo, y lle­va ade­lan­te una serie de ata­ques direc­tos a los dere­chos y con­quis­tas de la cla­se obre­ra. Por ejem­plo, la des­apa­ri­ción del sub­si­dio para el cui­da­do de los hijos de las tra­ba­ja­do­ras en guar­de­rías o ins­tan­cias infan­ti­les; los recor­tes y des­pi­dos en el sec­tor públi­co, y la omi­sión de accio­nes con­tra la vio­la­ción a las leyes labo­ra­les por par­te de los capi­ta­lis­tas; y en gene­ral se pue­de seña­lar la lla­ma­da polí­ti­ca de aus­te­ri­dad republicana.
  • Con el apo­yo de la Pre­si­den­cia de la Repú­bli­ca se pro­mue­ve una varian­te del fenó­meno del cha­rris­mo sin­di­cal, esto es, una correa del Esta­do bur­gués, para mania­tar y con­tro­lar a la cla­se obre­ra, tras­la­dan­do el mode­lo de la AFL-CIO (EEUU) que en nom­bre de la “liber­tad sin­di­cal” va con­tra sin­di­ca­tos uni­dos, autó­no­mos y clasistas.
  • El poder adqui­si­ti­vo de los tra­ba­ja­do­res ha sido per­sis­ten­te­men­te gol­pea­do con el aumen­to de los com­bus­ti­bles, el gas, el agua, la elec­tri­ci­dad, la canas­ta bási­ca y toda una serie de ser­vi­cios que la cla­se obre­ra con­su­me, en gene­ral con una esca­la­da de pre­cios sin con­trol alguno en los ali­men­tos y con una depre­cia­ción real del salario.
  • Sin excep­ción, los par­ti­dos bur­gue­ses han des­pre­cia­do la situa­ción de la salud y la edu­ca­ción. Duran­te la pan­de­mia, 5 millo­nes de niños y jóve­nes han teni­do que aban­do­nar el sis­te­ma edu­ca­ti­vo, cuya ges­tión fue pues­ta en manos de los mono­po­lios de la tele­vi­sión. El 94% de los 225,000 muer­tos por Covid-19 son de la cla­se obre­ra, tra­ba­ja­do­ras y tra­ba­ja­do­res manua­les, ope­ra­ti­vos, jubi­la­dos y pen­sio­na­dos. Pero el sec­tor pri­va­do de la salud se man­tu­vo intac­to, al mar­gen de la débil infra­es­truc­tu­ra de salud públi­ca, y bene­fi­cia­do por el actual gobierno al tras­la­dar­le millo­nes de pesos en ple­na pan­de­mia. Ni el Gobierno y sus par­ti­dos, ni los par­ti­dos de la opo­si­ción, toma­ron medi­da algu­na para garan­ti­zar la sana dis­tan­cia y sobre todo el res­guar­do domi­ci­lia­rio. Cada tra­ba­ja­dor tuvo que ele­gir entre morir de ham­bre o de enfer­me­dad, y ahí están las trá­gi­cas consecuencias.
  • Tam­po­co el Gobierno, ni su Par­ti­do MORENA o sus alia­dos, PT, PVEM, PES, ni la lla­ma­da opo­si­ción, PAN, PRI, MC, PRD, han legis­la­do o deci­di­do algu­na medi­da fren­te a la cre­cien­te pobre­za. Antes de Obra­dor la pobre­za era del 41.6% de la pobla­ción, y a tres años de su gobierno es de 50.6%. A pesar de que se lle­na la boca con sus pro­gra­mas guber­na­men­ta­les, éstos sola­men­te con­lle­van a la trans­fe­ren­cia de recur­sos públi­cos a manos pri­va­das así como la con­ti­nua­ción del clien­te­lis­mo y la com­pra de cons­cien­cia, sin cam­biar nada de raíz.

En gene­ral no hay dife­ren­cias sig­ni­fi­ca­ti­vas entre todos los par­ti­dos que hoy dispu­tan el par­la­men­to y varias guber­na­tu­ras y muni­ci­pios. Todos repre­sen­tan los intere­ses de la bur­gue­sía, y a nin­guno intere­sa la vida de la cla­se obre­ra, de los cam­pe­si­nos pobres, de los migran­tes, de los pue­blos ori­gi­na­rios, de la juven­tud y los estu­dian­tes, de la mujer, de los des­em­plea­dos. Las cam­pa­ñas elec­to­ra­les son un mula­dar don­de dispu­tan quién arro­ja más insul­tos de un lado a otro, quién pos­tu­ló a más corrup­tos o per­so­ne­ros del cri­men. Ni siquie­ra los múl­ti­ples ase­si­na­tos de can­di­da­tos detie­nen la con­tien­da elec­to­ral, para el res­to de los com­pe­ti­do­res a car­gos públi­cos un aspi­ran­te menos les resul­ta beneficioso.

Los par­ti­dos bur­gue­ses pre­ten­den cons­truir una ima­gen de nor­ma­li­dad que no exis­te. De mane­ra cri­mi­nal, la bur­gue­sía en pleno y sus par­ti­dos se ciñen al guión de que esta­mos superan­do la cri­sis sani­ta­ria del COVID-19, como si Méxi­co estu­vie­ra al mar­gen de la ter­ce­ra ola. Por eso, de mane­ra irres­pon­sa­ble y ace­le­ra­da bus­can el regre­so a cla­ses un día des­pués de las elec­cio­nes y han per­mi­ti­do el pro­se­li­tis­mo elec­to­ral desen­fre­na­do, cuan­do la gran mayo­ría de los padres de fami­lia y los niños aún no han sido vacu­na­dos. No les impor­ta la vida, el dolor o los sufri­mien­tos del pro­le­ta­ria­do mexicano.

Pro­si­gue la agre­sión guber­na­men­tal con­tra la edu­ca­ción públi­ca, ahí está el caso de las Nor­ma­les Rura­les y los gol­pes a la FECSM; al tiem­po que se anun­cian más medi­das con­tra los dere­chos de los tra­ba­ja­do­res y una mayor dure­za racis­ta con­tra los migran­tes. El gobierno social­de­mó­cra­ta de López Obra­dor, al igual que las ges­tio­nes pro­gre­sis­tas de otros paí­ses, es un agen­te de la des­mo­vi­li­za­ción, y qui­zás en lo que pue­dan dis­tin­guir­se una de otras es que el actual gobierno de AMLO al pare­cer lle­va a cabo esta tarea con mayor éxi­to. Por ello, hoy es más nece­sa­rio que nun­ca orga­ni­zar­se y luchar con­tra los gol­pes ases­ta­dos a cla­se obre­ra y los sec­to­res popu­la­res, con­tra las medi­das que suce­de­rán des­pués de que con­clu­ya el perio­do electoral.

Hoy, de mane­ra ver­gon­zan­te el espec­tro de lo que ante­rior­men­te se lla­ma­ba “izquier­da” cie­rra filas con este gobierno y sus medi­das de cho­que a favor de los mono­po­lis­tas. En 1994 muchos se opu­sie­ron al TLCAN, pero hoy son sumi­sos a un tra­ta­do más lesi­vo: el TMEC; laca­yu­na­men­te acep­tan la mili­ta­ri­za­ción, guar­dan silen­cio fren­te a gra­ves repre­sio­nes, el des­po­jo de los mega­pro­yec­tos, el ase­si­na­to de lucha­do­res socia­les. No sólo han sacri­fi­ca­do sus prin­ci­pios, sino que son un gru­po de cho­que que con­si­de­ra la crí­ti­ca revo­lu­cio­na­ria al gobierno como si ésta fue­ra de dere­cha, cuan­do en reali­dad es la dere­cha la que gobier­na. Del movi­mien­to social y polí­ti­co exis­ten­te antes del 2018 poco que­da. La des­mo­vi­li­za­ción impe­ra; y no es por la pan­de­mia, es por­que esa “izquier­da” fue coop­ta­da para cola­bo­rar con el Esta­do por la ges­tión social­de­mó­cra­ta de AMLO.

La bur­gue­sía, a par­tir de sus par­ti­dos (llá­me­se MORENA, PRI-PAN, o cual­quie­ra de sus saté­li­tes) bus­can con­du­cir a los tra­ba­ja­do­res a un calle­jón sin sali­da, a ele­gir entre el capi­ta­lis­mo malo y capi­ta­lis­mo peor. Su dis­cur­so se redu­ce a seña­lar las mise­rias de los ante­rio­res gobier­nos, o la situa­ción evi­den­te­men­te desas­tro­sa del gobierno actual. El ofre­ci­mien­to no va más allá de una des­pen­sa o un pro­gra­ma social a cam­bio de man­te­ner intac­to este sis­te­ma de explo­ta­ción. Nin­guno de los par­ti­dos dis­cu­te los gran­des pro­ble­mas nacio­na­les ni las alter­na­ti­vas de solución.

En con­clu­sión, nin­guno de los par­ti­dos que esta­rán en la bole­ta este 6 de junio expre­san los intere­ses de la cla­se obre­ra ni de los sec­to­res popu­la­res; como adver­ti­mos des­de 2018, cual­quie­ra que sea el resul­ta­do, con­ti­nua­rán gober­nan­do y legis­lan­do medi­das anti­po­pu­la­res en bene­fi­cio de la bur­gue­sía. Por lo tan­to, el Par­ti­do Comu­nis­ta de Méxi­co lla­ma en este momen­to con­cre­to a la abs­ten­ción elec­to­ral, a no apo­yar y legi­ti­mar a nues­tros explo­ta­do­res, sino a cons­truir orga­ni­za­ción entre los explo­ta­dos y opri­mi­dos, a apre­su­rar el paso para los cam­bios ver­da­de­ros y radi­ca­les que modi­fi­quen esta asfi­xian­te reali­dadEl Par­ti­do Comu­nis­ta los con­vo­ca a unir­se y tomar par­ti­do como cla­se, en una direc­ción nece­sa­ria e impos­ter­ga­ble: el Poder Obre­ro, la socia­li­za­ción de la eco­no­mía y la pla­ni­fi­ca­ción cen­tra­li­za­da de la pro­duc­ción social y la eco­no­mía, el con­trol de los tra­ba­ja­do­res en todos los rubros de la socie­dad, a demo­cra­ti­zar por com­ple­to la socie­dad con el pro­ta­go­nis­mo de los tra­ba­ja­do­res a tra­vés de su Esta­do, en una pala­bra, a cons­truir en nues­tro país el socialismo-comunismo.

¡Pro­le­ta­rios de todos los paí­ses, uníos!

El Comi­té Cen­tral del Par­ti­do Comu­nis­ta de México

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