Colom­bia. Así se va movien­do la dere­cha de cara al 2022

Por Fredy Ale­xán­der Cha­ve­rra Colo­ra­do. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 21 de mar­zo de 2021.

La dere­cha se está aco­mo­dan­do para reedi­tar la con­sul­ta que en 2018 le otor­gó la vic­to­ria en cabe­za de un uribista.

Todo pare­ce indi­car que el 13 de mar­zo de 2022 todo el espec­tro polí­ti­co se medi­rá en tres con­sul­tas que resul­ta­rán estra­té­gi­cas para impul­sar las lis­tas al Con­gre­so y per­fi­lar los can­di­da­tos más sóli­dos a la pri­me­ra vuel­ta pre­si­den­cial. Al Pac­to His­tó­ri­co y la Coa­li­ción de la Espe­ran­za pron­to se suma­rá un blo­que que agru­pa­rá todos los sec­to­res de la dere­cha polí­ti­ca, la extre­ma dere­cha con­ser­va­do­ra y per­fi­les del cen­tro que no se sien­ten reco­gi­dos en la Coa­li­ción de la Espe­ran­za. Aun­que aún no es cla­ro el nivel de orga­ni­za­ción, los can­di­da­tos y la estra­te­gia que emplea­rá este blo­que (con mayo­ría en el Con­gre­so), des­de ya se pue­de evi­den­ciar que con­vo­ca tres ten­den­cias: el uri­bis­mo, la dere­cha con­ser­va­do­ra y la alian­za por las regio­nes (Fico, Char y Peña­lo­sa). Esta con­fluen­cia bus­ca­rá dar un sal­to cua­li­ta­ti­vo res­pec­to a la con­sul­ta de 2018, pre­sen­tán­do­le al país una dere­cha orga­ni­za­da más allá de “el que diga Uri­be” o la extre­ma dere­cha (que en 2018 repre­sen­tó Ale­jan­dro Ordóñez).

A con­ti­nua­ción, pre­sen­to las for­ta­le­zas y debi­li­da­des de cada uno de las ten­den­cias que con­cu­rren en este bloque.

El uri­bis­mo: entre el des­gas­te y la nece­sa­ria renovación

A un año de las elec­cio­nes varios ana­lis­tas y exper­tos vati­ci­nan que el Cen­tro Demo­crá­ti­co no pon­drá pre­si­den­te en el 2022, al menos, no será el pri­mer motor de trac­ción en la maqui­na­ria de la dere­cha. Tras cua­tro años de férrea opo­si­ción a San­tos y tres de un gobierno impo­pu­lar, la fuer­za polí­ti­ca que recon­fi­gu­ró la dere­cha regio­nal en torno a un lide­raz­go cau­di­llis­ta y agru­po un colla­ge de sec­to­res del con­ser­va­tis­mo, libe­ra­lis­mo y par­ti­dos here­de­ros de la para­po­lí­ti­ca, se va des­gas­tan­do a la luz del medio­cre gobierno de Duque; la per­ma­nen­te expo­si­ción nega­ti­va en redes socia­les (ya que no tie­ne el mono­po­lio del esta­do de opi­nión) y la hipo­cre­sía de gober­nar uti­li­zan­do las mis­mas for­mas que por cer­ca de seis años le cues­tio­na­ron a San­tos. Ade­más, el rele­vo gene­ra­cio­nal le va pasan­do fac­tu­ra a una fuer­za polí­ti­ca inca­paz de conec­tar con las inquie­tu­des de las nue­vas gene­ra­cio­nes, jóve­nes que no sin­to­ni­zan con el pro­gra­ma de un par­ti­do que se con­ge­ló en la Colom­bia del 2002 y cuyo prin­ci­pal acti­vo con­sis­te en recor­dar el pasa­do o “los años de las Farc”.

A esto se agre­ga que de cara al 2022 el par­ti­do no lle­ga­rá con Uri­be como cabe­za de lis­ta al Sena­do, cir­cuns­tan­cia que dado el efec­to arras­tre de la cifra repar­ti­do­ra podría redu­cir sus­tan­cial­men­te su can­ti­dad de sena­do­res (al igual que Moc­kus con el ver­de y Roble­do en el Polo), esa preo­cu­pa­ción tie­ne a varias ten­den­cias del par­ti­do pidién­do­le a Tomás Uri­be que, si no va a aspi­rar a la pre­si­den­cia, al menos, enca­be­ce la lis­ta al Sena­do. Es cla­ro el nivel de deses­pe­ro y la pre­ca­ria reno­va­ción que le asis­te al par­ti­do del “pre­si­den­te eterno”; asi­mis­mo, nin­guno de sus anun­cia­dos pre­can­di­da­tos goza de figu­ra­ción nacio­nal o son diri­gen­tes des­ta­ca­dos fue­ra del dis­cur­so de extre­ma. A Palo­ma Valen­cia, Car­los Feli­pe Mejía y Pao­la Hol­guín se suma Rafael Nie­to, tal vez, las cua­tro caras más visi­bles del uri­bis­mo radi­cal. Nada que ver con la tác­ti­ca mode­ra­ción que en 2018 le per­mi­tió a Duque ganar la encues­ta inter­na y con pos­te­ri­dad la con­sul­ta. Los tres pre­can­di­da­tos uri­bis­tas (los cono­ci­dos has­ta el momen­to) no tie­nen vue­lo y antes ten­drán que car­gar con las­tre de con­ti­nuar el lega­do de un pre­si­den­te impopular.

Al pare­cer, en la carre­ra pre­si­den­cial el uri­bis­mo será un motor de segun­do nivel; sin embar­go, esto no gene­ra­rá mayor males­tar si des­de el blo­que de la dere­cha se lle­ga a un acuer­do que lo favo­rez­ca y en un even­tual gobierno se le res­pe­tan espa­cios de poder. A este momen­to, su mayor for­ta­le­za se con­cen­tra en las estruc­tu­ras regio­na­les que han mon­ta­do algu­nos de sus con­gre­sis­tas (que en su gran mayo­ría bus­ca­rán repe­tir) y el capi­tal de opi­nión que toda­vía con­ser­va entre per­so­nas mayo­res y en la Colom­bia rural. Sin embar­go, toda­vía se man­tie­ne la incóg­ni­ta sobre la aspi­ra­ción de Tomás Uri­be y Óscar Iván Zulua­ga (un reen­cau­che descafeinado).

Una dere­cha con­ser­va­do­ra que bus­ca ser protagonista

Al blo­que de la dere­cha bus­ca­rán con­fluir los siguien­tes par­ti­dos: Con­ser­va­dor, la U, Cam­bio Radi­cal, Colom­bia Jus­ta Libres y posi­ble­men­te el par­ti­do Libe­ral. Al momen­to, los con­ser­va­do­res y la U tie­nen sus apues­tas defi­ni­das. De Cam­bio Radi­cal no se tie­ne cla­ri­dad quien asu­mi­rá las ban­de­ras que en 2018 hun­die­ron a Var­gas Lle­ras. No es cla­ro si Alex Char bus­ca­rá medir­se en la con­sul­ta con ese aval y de paso con­ver­tir­se en el orien­ta­dor de un par­ti­do que ope­ra como una fede­ra­ción de caci­caz­gos regio­na­les sin iden­ti­dad ideo­ló­gi­ca. De la U, se sabe que la exgo­ber­na­do­ra del Valle, Dilian Fran­cis­ca Toro, se con­ver­ti­rá en su can­di­da­ta úni­ca. Ambos, tie­nen la for­ta­le­za de con­tar con ban­ca­das pro­pias al inte­rior de sus par­ti­dos, sien­do la cha­ris­ta la segun­da ban­ca­da pro­pia más gran­de en el capi­to­lio, no obs­tan­te, tener muchos repre­sen­tan­tes y sena­do­res en el bol­si­llo no es garan­tía de éxi­to en una elec­ción don­de el fac­tor opi­nión se vuel­ve más con­tún­de­te, la estruen­do­sa derro­ta de Var­gas Lle­ras, quien ade­lan­tó la “pre­cam­pa­ña” más lar­ga que se recuer­de y con­tó con el apo­yo de toda la cla­se polí­ti­ca regio­nal, es un cla­ro ejem­plo de ello.

Los con­ser­va­do­res espe­ran lle­gar con can­di­da­to pro­pio para así no ter­mi­nar adhi­rien­do al can­di­da­to uri­bis­ta o deci­dir entre alguno de la Alian­za por las regio­nes. Entre sus opcio­nes sue­nan exmi­nis­tros san­tis­tas como Mau­ri­cio Cár­de­nas y Juan Car­los Pin­zón, el sena­dor David Bar­guil y la vice­pre­si­den­ta. Los azu­les quie­ren lle­gar con un can­di­da­to en pro­pie­dad para evi­tar que sus bases se dis­per­sen entre los demás can­di­da­tos de la dere­cha. A excep­ción de Ramí­rez, nin­guno de sus opcio­na­dos tie­ne gran figu­ra­ción nacio­nal o capi­tal de opi­nión. Aun­que los libe­ra­les res­pal­da­ron a Duque tan­to en pri­me­ra (ya que deja­ron a De la Calle solo) como en segun­da vuel­ta y en los últi­mos años se ha acer­ca­do sos­te­ni­da­men­te a la dere­cha, no resul­ta via­ble que se metan en esa con­sul­ta. Su rela­ción con Duque se ha enfria­do y andan más intere­sa­dos en que Ale­jan­dro Gavi­ria empu­ñe el tra­po rojo. El exmi­nis­tro tie­ne más iden­ti­dad con el cen­tro y la Coa­li­ción de la Espe­ran­za lo ha veni­do con­vo­can­do. Tam­po­co se des­es­ti­ma que des­de la dere­cha con­ser­va­do­ra los movi­mien­tos cris­tia­nos impul­sen un can­di­da­to en la consulta.

Alian­za por las regio­nes, ¿nove­dad o estrategia?

La recien­te reu­nión entre Fede­ri­co Gutié­rrez, Alex Char y Enri­que Peña­lo­sa, con­fir­mó la movi­da de la lla­ma­da dere­cha regio­nal para tener un espa­cio en la con­sul­ta. Como ape­nas están empe­zan­do a cons­truir cri­te­rios de diá­lo­go y con­sen­so, no es posi­ble anti­ci­par si van a defi­nir que solo vaya uno o si los tres se van a medir en el mis­mo tar­je­tón. Esta alian­za se ha pre­sen­ta­do como una gran nove­dad o como una estra­te­gia para “desuri­bi­zar” la con­sul­ta de la dere­cha; sin embar­go, a pos­te­rio­ri Char con­ta­ría con el res­pal­do de bue­na par­te de las estruc­tu­ras de Cam­bio Radi­cal y a Fico lo per­ci­ben en el Cen­tro Demo­crá­ti­co como un “buen mucha­cho”. Aun­que en 2015 derro­tó al can­di­da­to de Uri­be, a lo lar­go de sus cua­tro años en la alcal­día de Mede­llín gober­nó con el uri­bis­mo, es cer­cano a Pao­la Hol­guín y es ami­go per­so­nal del expre­si­den­te. Fico no es un uri­bis­ta camu­fla­do por­que en 2011 fue una de las pri­me­ras ver­sio­nes loca­les de “El que dijo Uri­be” y sus posi­cio­nes se encuen­tran ali­nea­das con las del Cen­tro Demo­crá­ti­co. No se mete de fren­te a ese par­ti­do por­que sabe que podría limi­tar sus posi­bi­li­da­des de cre­ci­mien­to (ya que se pre­sen­ta­rá como un can­di­da­to inde­pen­dien­te) y ten­dría que car­gar con el las­tre del gobierno Duque (al que le recha­zó un ministerio).

Por eso, con­si­de­ro que la alian­za por las regio­nes es sobre todo una estra­te­gia de Fico para no jugar de fren­te con el uri­bis­mo y dila­tar su res­pal­do has­ta las elec­cio­nes legislativas.

A este pun­to va que­dan­do cla­ro como toda la dere­cha se está aco­mo­dan­do para reedi­tar la con­sul­ta que en 2018 le otor­gó la vic­to­ria en cabe­za de un uri­bis­ta. Para el 2022 no nece­sa­ria­men­te están bus­can­do sea un uri­bis­ta de pri­me­ra línea, ya que se con­for­ma­rían con un can­di­da­to que repre­sen­te sus intere­ses. Ante el desas­tre del gobierno Duque, el uri­bis­mo sabe que no la ten­drá fácil y que a lo mejor juga­rá des­de segun­da fila. Un pano­ra­ma fac­ti­ble por­que la dere­cha sí sabe cuán­do se debe unir y cerrar filas, algo que, des­de la izquier­da, ni siquie­ra se con­tem­pla. Ya con los tres blo­ques arma­dos solo toca espe­rar el día de las elec­cio­nes y ver cuá­les lle­gan a segun­da vuel­ta, por­que estoy segu­ro habrá segun­da vuel­ta y cree­ría que la dere­cha tie­ne un cupo. ¿Con quién se medirá?

Fuen­te: Las 2 orillas

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