Para­guay. Car­ta des­de la pri­sión de Cár­men Villal­ba a Pablo Hasel

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 18 de mar­zo de 2021.

Des­de la pri­sión para­gua­ya don­de ya ha pasa­do 17 años de con­de­na, Cár­men Villal­ba hizo lle­gar un men­sa­je soli­da­rio a Pablo Hasel

Tex­to del men­sa­je de la pri­sio­ne­ra del Ejér­ci­to del Pue­blo Paraguayo

“No bas­ta echar la mano al cue­llo; hay que ase­si­nar» Decía Marx des­cri­bien­do sobre el aplas­ta­mien­to de la comu­na de París en 1871.

Ésta his­to­ria nos recrea sobre la esen­cia cri­mi­nal, y, la pre­dis­po­si­ción per­ma­nen­te de las cla­ses domi­nan­tes, sin impor­tar la nacio­na­li­dad, para aplas­tar, ase­si­nar y encar­ce­lar a los revo­lu­cio­na­rios que inco­mo­dan, y que no se tra­gan el cuen­to de la Jus­ti­cia para todos por igual, o, que, el fin real de la demo­cra­cia bur­gue­sa sea la bús­que­da del bien común de los pue­blos. Los esta­dos cen­su­ran, ter­gi­ver­san, encar­ce­lan, ase­si­nan sin escrú­pu­los, cuan­do, de defen­der los intere­ses de la cla­se domi­nan­te se tra­ta. Ya en 1776, Adam Smith, el ideó­lo­go del libe­ra­lis­mo, afir­ma­ba, que «la auto­ri­dad civil se ins­ti­tu­yó en reali­dad para defen­sa de los ricos con­tra los pobres, o de los que tie­nen algu­na pro­pie­dad con­tra los que no tie­nen nin­gu­na». Los esta­dos y cla­se domi­nan­te bur­gués, sin impor­tar su per­te­nen­cia terri­to­rial, tie­nen una sola lógi­ca, impo­ner y defen­der la pro­pie­dad pri­va­da sobre los medios de pro­duc­ción mer­can­til, con­tra­po­nien­do a los ver­da­de­ros intere­ses de los pue­blos opri­mi­dos y ham­bra­dos, En ella nadie debe ante­po­ner­se, y por sí aca­so ocu­rre, esa resis­ten­cia es feroz­men­te aplas­ta­da y ase­si­na­da. Para ellos, los ham­brien­tos y hara­po­sos resis­ten­tes a su opre­sión son los vio­len­tos y terro­ris­tas, en con­tra par­ti­da, ellos arma­dos has­ta los dien­tes nos hablan de paz. Ésta y no otra, es la lógi­ca ascen­den­te de las vio­len­cias bur­gue­sas cuan­do topan con la resis­ten­cia popu­lar en las cues­tio­nes deci­si­vas para el bene­fi­cio capitalista.

Pablo Hasel es el comu­nis­ta can­tor del pue­blo que rapea, can­ta, en la bús­que­da de des­per­tar con­cien­cia de cla­se al pobre­río ham­brea­do y opri­mi­do. Ese acto es un cri­men para el Esta­do espa­ñol, cri­men es des­per­tar la con­cien­cia crí­ti­ca y revo­lu­cio­na­ria a los tra­ba­ja­do­res. Cri­men es que los obre­ros pien­sen des­de sus intere­ses de cla­se, para los enal­te­ce­do­res del des­po­jo y exclu­sión de millo­nes de tra­ba­ja­do­res. Temen que el pue­blo hara­po­so se con­ven­za y con­vier­ta en fuer­zas revo­lu­cio­na­rias, por­que su can­ción lle­ga a los oídos recep­ti­vos. Me lle­gó a mí, en pri­sión, y en momen­tos duros de repre­sión inter­na o exter­na, con el cual rego­ci­ja mi espí­ri­tu recor­dán­do­me que el camino es la resistencia.

Aquí no solo quie­ro remi­tir­me a mani­fes­tar mi soli­da­ri­dad al cama­ra­da Pablo Hasel, sino, alen­tar­le a seguir con la resis­ten­cia y lucha, que cada vez se hace más nece­sa­rio en este con­tex­to his­tó­ri­co de agu­di­za­ción entre el capi­tal y el tra­ba­jo y los tra­ba­ja­do­res sobran­tes, para­dos en la incertidumbres.

A los comu­nis­tas no nos que­da otro camino que acre­cen­tar la resis­ten­cia y la lucha. Por­que los enemi­gos de cla­se, el capi­tal, son fero­ces en su actuar cri­mi­nal. Per­si­guen, cen­su­ran, encar­ce­lan, tor­tu­ran, ase­si­nan y des­apa­re­cen a modo de esca­mien­tos. En el 2010 ase­si­na­ron a mi hijo de 12 años camino a su escue­la. Este 2020 aquel fatí­di­co 2 de setiem­bre toma­ron viva, tor­tu­ra­ron y eje­cu­ta­ron a Lilian Maria­na y María Car­men dos niñas de 11 años. Y hoy hace 68 días está des­apa­re­ci­da mi hija Car­men Eli­za­beht, Lichi­ta una niña de 14 años, en la zona de Amam­bay. Según ver­sio­nes de luga­re­ños se la vio sien­do lle­va­da a la fuer­za por mili­ta­res. Mi hija está en manos del gobierno fas­cis­ta y cri­mi­nal de Mario Abdo.

La muer­te de mi hijo, la des­apa­ri­ción de mi hija, refuer­zan mi com­pro­mi­so de lucha, por ellos, por la nece­si­dad de jus­ti­cia. Por­que es invia­ble la con­ti­nui­dad de este sis­te­ma nar­co­fas­ci­ta, de éste régi­men opre­sor y criminal.

Com­pa­ñe­ro Pablo Hasel, lo úni­co que pue­de ase­gu­rar­nos jus­ti­cia, es la lucha revo­lu­cio­na­ria jun­to a nues­tros pue­blos. Esa y solo esa debe guiar nues­tro norte.

Aba­jo la monar­quía española.

Abso­lu­ción para Pablo Hasel.

Abra­zo resis­ten­te y revolucionario

Itu­rria /​Fuen­te

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