Vene­zue­la. El lega­do de Chá­vez en el IV Con­gre­so del PSUV

Por Geral­di­na Colot­ti, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 16 de mar­zo de 2021.

Ocho años des­pués de la siem­bra de Hugo Chá­vez, el 5 de mar­zo de 2013, el Par­ti­do Socia­lis­ta Uni­do de Vene­zue­la (PSUV) cele­bró el IV Con­gre­so, para mul­ti­pli­car, una vez más, la voz de su fun­da­dor, líder de la revo­lu­ción boli­va­ria­na. Nico­lás Madu­ro Moros, pre­si­den­te del par­ti­do y del país, lo recor­dó duran­te un sen­ti­do dis­cur­so en la Ple­na­ria Extra­or­di­na­ria. El pre­si­den­te habló del dolor y el des­con­cier­to por la muer­te del Coman­dan­te, que se deci­dió noti­fi­car al pue­blo en for­ma «rápi­da y hones­ta»: con la mis­ma cla­ri­dad con la que Madu­ro mane­ja­rá lue­go la eta­pa de tran­si­ción pre­vis­ta por la Cons­ti­tu­ción en caso de «fal­ta abso­lu­ta» del presidente.

Una cláu­su­la cons­ti­tu­cio­nal sobre la que la dere­cha había espe­cu­la­do duran­te la enfer­me­dad del Coman­dan­te, y sobre la que tam­bién pre­ten­díó mon­tar des­pués la far­sa del «auto­pro­cla­ma­do pre­si­den­te inte­ri­no», Juan Guai­dó, inven­tan­do un vacío de poder en Vene­zue­la. Madu­ro pre­ci­só que su tarea como pre­si­den­te inte­ri­no, con­for­me a la Cons­ti­tu­ción, era lle­var al país a nue­vas elec­cio­nes según lo pro­gra­ma­do. Y así lo hizo, el 14 de abril de 2013, acom­pa­ña­do por el pue­blo y el partido.

Un par­ti­do de cua­dros y de movi­mien­tos, fun­da­do en 2007, que hoy cuen­ta con 7.790.960 mili­tan­tes, como dijo fren­te a las y a los 850 dele­ga­das y dele­ga­dos al Con­gre­so el vice­pre­si­den­te de la orga­ni­za­ción del par­ti­do, Julio León Here­dia. Un par­ti­do capaz de reno­var­se ante los desa­fíos que impo­ne el con­tex­to inter­na­cio­nal, y de diri­gir la resis­ten­cia dia­ria del pue­blo cons­cien­te y orga­ni­za­do fren­te a los ata­ques del impe­ria­lis­mo, más fero­ces y cri­mi­na­les aún en esta épo­ca de pandemia.

La exis­ten­cia de la revo­lu­ción boli­va­ria­na, más de 22 años des­pués de la vic­to­ria de Chá­vez en las elec­cio­nes pre­si­den­cia­les del 6 de diciem­bre de 1998, es ya un hecho his­tó­ri­co extra­or­di­na­rio en el con­tex­to pos­te­rior al siglo XX, don­de el mapa del socia­lis­mo repre­sen­ta sólo algu­nos pun­tos del mun­do. Que tam­bién goce de bue­na salud polí­ti­ca, a pesar de haber­se con­ver­ti­do en el labo­ra­to­rio de expe­ri­men­ta­ción de la gue­rra asi­mé­tri­ca y mul­ti­for­me del impe­ria­lis­mo, pue­de pare­cer un ver­da­de­ro milagro.

Un rom­pe­ca­be­zas que el impe­ria­lis­mo no logra domi­nar y que se pue­de resu­mir en tres for­ta­le­zas prin­ci­pa­les: el lide­raz­go polí­ti­co, en su arti­cu­la­ción entre par­ti­do y gobierno revo­lu­cio­na­rio, la orga­ni­za­ción de masas, en su fruc­tí­fe­ra diná­mi­ca entre par­ti­do y movi­mien­tos, a nivel nacio­nal y terri­to­rial, y la unión cívi­co- mili­tar. Una alqui­mia que, por más que se esfuer­ce, el impe­ria­lis­mo nor­te­ame­ri­cano no logra enten­der ni rom­per, ya que el tema de la uni­dad es una heren­cia de Chá­vez que el pue­blo no qui­so disipar.

Así lo reite­ró el dipu­tado Pedro Infan­te, elec­to vice­pre­si­den­te de movi­li­za­ción y orga­ni­za­ción de even­tos, car­go que per­te­ne­ció al falle­ci­do Darío Vivas. Y Cabe­llo recor­dó cómo, inme­dia­ta­men­te des­pués de la des­apa­ri­ción físi­ca del Coman­dan­te, la opo­si­ción comen­zó «con el cuen­to de nues­tra divi­sión inter­na, de con­flic­tos inter­nos, pero se que­dó con la gana».

La revo­lu­ción boli­va­ria­na es un labo­ra­to­rio al que tam­bién han comen­za­do a mirar nue­va­men­te los movi­mien­tos popu­la­res de aque­llas par­tes del mun­do capi­ta­lis­ta en las que la frag­men­ta­ción de las fuer­zas alter­na­ti­vas pare­ce haber­se con­ver­ti­do en un obs­tácu­lo insu­pe­ra­ble para la uni­dad de cla­se, fren­te a un ata­que de la bur­gue­sía, más fuer­te y omni­pre­sen­te. Y este es el méri­to del tra­ba­jo inter­na­cio­na­lis­ta orga­ni­za­do por el PSUV en con­ti­nui­dad con lo del Coman­dan­te, y que se está ges­tan­do en el Con­gre­so de los Pue­blos de este Bicen­te­na­rio de la independencia.

Como es habi­tual, inclu­so en este IV Con­gre­so el deba­te pro­yec­tual se ha pro­por­cio­na­do a la actua­li­dad eco­nó­mi­ca y polí­ti­ca, en las dis­tin­tas mesas de tra­ba­jo. Cen­tral, la dis­cu­sión sobre la nece­si­dad de for­ta­le­cer las Redes de Acción y Arti­cu­la­ción Socio­po­lí­ti­ca (RAAS) en este año de elec­cio­nes regio­na­les y muni­ci­pa­les. «Hemos revi­sa­do y eva­lua­do todo el esfuer­zo que esta­mos hacien­do en todas las calles y comu­ni­da­des para ver cómo lo com­ple­men­ta­mos con la estra­te­gia 1 x 10 para lle­gar a todos los sec­to­res y movi­mien­tos que exis­ten más allá del nivel terri­to­rial», dijo el gober­na­dor del Esta­do Miran­da, Héc­tor Rodrí­guez, nom­bra­do vice­pre­si­den­te terri­to­rial del par­ti­do para el área Cara­cas-La Guaira.

Rodrí­guez des­ta­có la impor­tan­cia del con­cep­to de «defen­sa inte­gral de la nación», no solo en el sen­ti­do mili­tar, sino tam­bién en el de nutri­ción y salud. No cabe duda, de hecho, que si el gobierno boli­va­riano logró con­te­ner efec­ti­va­men­te el coro­na­vi­rus a pesar de las medi­das coer­ci­ti­vas y uni­la­te­ra­les impues­tas por EE.UU. y la UE, fue gra­cias a la orga­ni­za­ción del PSUV, que imple­men­tó el espí­ri­tu y la letra de los pro­yec­tos de Chá­vez, comen­zan­do por la Misión Barrio Aden­tro, crea­da con Cuba.

El tema de la defen­sa inte­gral de la nación invo­lu­cra al PSUV en varios nive­les: en la defen­sa de las fron­te­ras y la inte­gri­dad terri­to­rial, por ende en la bata­lla inter­na­cio­nal por la sobe­ra­nía sobre Ese­qui­bo; en la for­ma­ción e inte­gra­ción de las y los mili­tan­tes en la Mili­cia Boli­va­ria­na; el for­ta­le­ci­mien­to de la línea estra­té­gi­ca de Chá­vez, deno­mi­na­da “el par­ti­do en movi­mien­to”, que impli­ca el víncu­lo con las orga­ni­za­cio­nes popu­la­res de base, los dis­tin­tos movi­mien­tos y fren­tes socia­les en este año de “Comu­na o nada”.

Madu­ro soli­ci­tó a la Direc­ción Nacio­nal del par­ti­do, espe­cí­fi­ca­men­te a Dios­da­do, que desa­rro­lle un méto­do de elec­ción de los can­di­da­tos que repre­sen­ta­rán al par­ti­do en las elec­cio­nes, «que debe ser demo­crá­ti­co, de aba­jo hacia arri­ba y con la con­sul­ta de la base, comen­zan­do por los líde­res de la calle e de las Ubch”. Lue­go reite­ró la impor­tan­cia de man­te­ner la dis­ci­pli­na den­tro de las fuer­zas revo­lu­cio­na­rias, de evi­tar ego­cen­tris­mos con auto nomi­na­cio­nes fue­ra de los meca­nis­mos del par­ti­do: por­que esto, dijo, «gene­ra mucho daño».

El minis­tro de Tra­ba­jo, Eduar­do Piña­te, por su par­te ha orga­ni­za­do el equi­po encar­ga­do de sis­te­ma­ti­zar las líneas de tra­ba­jo apro­ba­das. El equi­po esta­rá inte­gra­do por la secre­ta­ría eje­cu­ti­va del par­ti­do, algu­nos secre­ta­rias y secre­ta­rios de los equi­pos polí­ti­co y esta­tal y la vice­pre­si­den­cia de for­ma­ción. Líneas cru­za­das por la pers­pec­ti­va de géne­ro, en este mes que, a par­tir del 8 de mar­zo, se des­plie­ga en todo el país y tam­bién a nivel inter­na­cio­nal, a tra­vés del Con­gre­so Bicen­te­na­rio de los Pue­blos, que tie­ne su fuer­te momen­to orga­ni­za­do por las muje­res del PSUV. Uno de los pun­tos apro­ba­dos en el Con­gre­so, de hecho, pre­vé «la igual­dad de géne­ro y su ade­cua­da repre­sen­ta­ción en las pos­tu­la­cio­nes para las pró­xi­mas elecciones».

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