Esta­do espa­ñol. Las muje­res cató­li­cas toman las cate­dra­les de media Espa­ña para exi­gir el fin de la Igle­sia patriarcal

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano 8 de mar­zo de 2021

«Que­re­mos una igle­sia que reco­noz­ca e inclu­ya a las muje­res les­bia­nas, trans y bise­xua­les den­tro de la igle­sia y reco­noz­ca la diver­si­dad de fami­lias», sos­tie­ne el colec­ti­vo ‘Revuel­ta de muje­res en la Iglesia’

«Somos cre­yen­tes, femi­nis­tas y lucha­do­ras». Así se defi­nen las muje­res que par­ti­ci­pan en la ‘Revuel­ta de Muje­res en la Igle­sia’, un movi­mien­to que sur­gió en línea con el #MeToo y que bus­ca que «la igual­dad, la jus­ti­cia y el cui­da­do de la casa común se hagan cos­tum­bre». Y es que las muje­res, más de la mitad de los cató­li­cos del mun­do, están har­tas de una Igle­sia patriar­cal don­de su papel, pese a los inten­tos por par­te del Papa Fran­cis­co de abrir ven­ta­nas a la igual­dad, sigue sien­do el de ser­vi­do­ras, y no el de diri­gen­tes. «Reco­no­ce­mos los pasos que se están dan­do (como el nom­bra­mien­to de una mujer con voz y voto en los síno­dos, o la puer­ta abier­ta para que las muje­res entren al altar), pero son cla­ra­men­te insu­fi­cien­tes», afir­man des­de la coordinadora.

«El 7 de mar­zo, a las 12 de la maña­na vol­ve­re­mos a visi­bi­li­zar­nos y plan­tear nues­tras pro­pues­tas y rei­vin­di­ca­cio­nes en las puer­tas de las cate­dra­les en nume­ro­sas ciu­da­des del Esta­do para rea­li­zar un acto rei­vin­di­ca­ti­vo de memo­ria y espe­ran­za, con los pro­to­co­los sani­ta­rios reque­ri­dos», seña­la la teó­lo­ga Pepa Torres, una de las res­pon­sa­bles de la ini­cia­ti­va, que este domin­go ha orga­ni­za­do una dece­na de con­cen­tra­cio­nes ante los prin­ci­pa­les tem­plos de Bar­ce­lo­na, Gra­na­da, Madrid, Bil­bao, Gran Cana­ria, San­tia­go de Com­pos­te­la y Valen­cia, entre otras. En todos los casos, se cum­pli­rán estric­ta­men­te las medi­das de pre­ven­ción dic­ta­das por las auto­ri­da­des sani­ta­rias en el con­tex­to de cri­sis pandémica. 

En Madrid la cita esta­ba pre­vis­ta jun­to a la cate­dral de La Almu­de­na, pero la deci­sión de la dele­ga­ción de Gobierno de prohi­bir las con­cen­tra­cio­nes por el 8‑M ha obli­ga­do a tras­la­dar el even­to a la ‘parro­quia roja’ de San Car­los Borromeo, en Entre­vías, des­de don­de estas muje­res lan­za­ron su mani­fies­to en el que rei­vin­di­can que «las muje­res cons­ti­tui­mos la mitad de la igle­sia y nues­tra repre­sen­ta­ción en los luga­res de tomas de deci­sio­nes es prác­ti­ca­men­te inexistente».

«Este año nos movi­li­za­mos nue­va­men­te para denun­ciar la pro­fun­da dis­cri­mi­na­ción que vivi­mos las muje­res en la igle­sia y decir «¡Bas­ta ya!. Por­que si las muje­res calla­mos gri­ta­rán las pie­dras», sos­tie­nen, en una refe­ren­cia el Evan­ge­lio de Lucas, uno de los muchos tex­tos silen­cia­dos en los que Jesu­cris­to rei­vin­di­ca la ple­na igual­dad de todos los seres huma­nos, y que la estruc­tu­ra ecle­siás­ti­ca ha ido ori­llan­do a lo lar­go de la his­to­ria para per­pe­tuar el poder del hom­bre y el some­ti­mien­to de la mujer.

Muje­res les­bia­nas, trans y bise­xua­les, invisibles

Las muje­res cató­li­cas ya no están dis­pues­tas a tran­si­gir. «Tra­ba­ja­mos y segui­re­mos hacién­do­lo por una igle­sia sino­dal que reco­noz­ca la ple­na minis­te­ria­li­dad de las muje­res», expli­can. Por ello «exi­gi­mos cam­bios estruc­tu­ra­les pro­fun­dos des­de la pers­pec­ti­va de las muje­res, en sin­to­nía con el Evan­ge­lio y la prác­ti­ca de Jesús en reco­no­cer dig­ni­da­des y ante­po­ner la vida a pre­cep­tos y lega­li­da­des excluyentes».

¿Qué sig­ni­fi­ca esto? «Que que­re­mos tener voz y voto en las estruc­tu­ras ecle­sia­les; deci­dir, cele­brar y pre­di­car en una Igle­sia igua­li­ta­ria», recal­ca Pepa Torres, que acla­ra que la ‘revuel­ta’ no sólo pre­ten­de cam­bios para las mujeres.

«Que­re­mos repen­sar la moral sexual des­de la mise­ri­cor­dia y la ter­nu­ra. Que­re­mos una igle­sia que reco­noz­ca e inclu­ya a las muje­res les­bia­nas, trans y bise­xua­les den­tro de la igle­sia y reco­noz­ca la diver­si­dad de fami­lias. Que­re­mos poner fin a la explo­ta­ción y la vio­len­cia hacia las muje­res den­tro y fue­ra de la Igle­sia, y que­re­mos que se reco­noz­ca y valo­re la teo­lo­gía femi­nis­ta como motor de cam­bio», se lee en el mani­fies­to que será leí­do en todas las concentraciones.

Para Sil­via Mar­tí­nez Cano, pre­si­den­ta de la Aso­cia­ción de Teó­lo­gas Espa­ño­las, «las muje­res, como par­te fun­da­men­tal de las igle­sias cris­tia­nas (en algu­nas somos más que fun­da­men­tal, es decir una mayo­ría del 80%), soña­mos con una Igle­sia rica en equi­dad. No hablo de igual­dad, sino de equi­dad», lo que impli­ca «el cam­bio de un mode­lo ecle­sial pira­midal y jerár­qui­co a un mode­lo cir­cu­lar y asambleario».

«El pri­mer nivel de cam­bios ecle­sia­les, que sería el reco­no­ci­mien­to de la igual­dad de hom­bres y muje­res no se ha pro­du­ci­do toda­vía. Ni siquie­ra hemos lle­ga­do a los míni­mos», lamenta. 

No están solas. Más allá de nues­tro país, la Revuel­ta de Muje­res en la Igle­sia tra­ba­ja en coor­di­na­ción con Catho­lic Women Coun­cil (CWC) un gru­po glo­bal crea­do a fina­les de 2019 en Stutt­gart y que agru­pa redes cató­li­cas roma­nas uni­das en su lucha por el pleno reco­no­ci­mien­to de la dig­ni­dad y la igual­dad en la Iglesia.

Este acto tie­ne la mira­da pues­ta en un encuen­tro de mayor enver­ga­du­ra: el Síno­do con­vo­ca­do por el papa Fran­cis­co para el oto­ño de 2022. La pró­xi­ma Asam­blea Gene­ral ordi­na­ria del Síno­do de los Obis­pos ten­drá el pro­pó­si­to, en efec­to, de ase­gu­rar una mayor impli­ca­ción de toda la Igle­sia en la cele­bra­ción y pre­pa­ra­ción del even­to, según infor­mó a pri­me­ros de febre­ro la Ofi­ci­na de Pren­sa de la San­ta Sede. 

De momen­to, sin embar­go, no pier­den la pers­pec­ti­va. La cita más impor­tan­te e inme­dia­ta en la agen­da de estas muje­res es el 7 de mar­zo, fecha en que están lla­ma­das, según Alba Mar­to­rell, de Alcem la veu, a «cele­brar todo aque­llo que ya somos en la Igle­sia y a seguir rei­vin­di­can­do todos aque­llos cami­nos que toda­vía no pode­mos recorrer». 

«Que­re­mos recu­pe­rar la memo­ria trans­gre­so­ra de Jesús en el Evan­ge­lio y recor­dar al papa Fran­cis­co la nece­si­dad apre­mian­te de cam­bios estruc­tu­ra­les urgen­tes en la Igle­sia, des­de la pers­pec­ti­va de las muje­res y has­ta que la igual­dad se haga cos­tum­bre», con­clu­ye Pepa Torres.

fuen­te: eldia​rio​.es

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