Argen­ti­na. Con­ti­núa el repu­dio a la medi­da toma­da por el gober­na­dor Gil­do Ins­frán de vol­ver a la fase 1 por unos pocos casos (23) de Covid 19 en la provincia

Por Mario Resén­dez, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 7 de mar­zo de 2021.

No las tie­ne todas con­si­go el gober­na­dor «cró­ni­co» Gil­do Ins­frán (lle­va 26 años en el car­go), pues­to que a la bru­ta­li­dad repre­si­va apli­ca­da con­tra quie­nes por miles se movi­li­za­ron el vier­nes, le siguie­ron este sába­do nue­vas mar­chas y actos exi­gien­do que dero­gue la medi­da de vol­ver a ence­rrar a la pobla­ción por muy pocos casos de Covid. 

Ins­frán es un caso muy par­ti­cu­lar a nivel de los gober­na­do­res «jus­ti­cia­lis­tas». Estu­vo fir­me­men­te com­pro­me­ti­do con Menem, lue­go se hizo kirch­ne­ris­ta, más tar­de cris­ti­nis­ta (tan­to que cada vez que el gobierno lo nece­si­ta­ba ponía la cara de mane­ra muy des­ta­ca­da en los actos ofi­cia­les) y aho­ra cuen­ta con el apo­yo de Alber­to Fer­nán­dez. Ins­frán ha gana­do sie­te elec­cio­nes guber­na­ti­vas con­se­cu­ti­vas: (1995, 1999, 2003, 2007, 2011, 2015, 2019), en la mayo­ría con casi tres cuar­tos de los votos, y su man­da­to ha goza­do de amplia apro­ba­ción públi­ca. Allí resi­de pre­ci­sa­men­te su fuer­za en la rela­ción con el poder cen­tral: los votos de su pro­vin­cia son ape­te­ci­bles para quie­nes gobier­nan des­de Bue­nos Aires. 

Ins­frán, a lo lar­go de sus man­da­tos tuvo varias denun­cias por mal­tra­to con los habi­tan­tes de pue­blos ori­gi­na­rios de su pro­vin­cia y tam­bién no pocos por corrup­ción, pero como dijo en su momen­to uno de sus segui­do­res: «que lo prue­ben, y si no que se callen la boca, corrup­tos en Argen­ti­na hay en todas partes». 

El gober­na­dor tie­ne otro «méri­to»: ha prac­ti­ca­do el asis­ten­cia­lis­mo al máxi­mo y tam­bién la incor­po­ra­ción de muchos y muchas a la esfe­ra de los empleos públi­cos y de esta mane­ra ha gene­ra­do una masa de pobla­ción cier­ta­men­te depen­dien­te. Pero aho­ra, en tiem­pos de Covid, las cosas se están invir­tien­do: hay mucha gen­te con sus eco­no­mía fami­lia­res arrui­na­das, peque­ños comer­cian­tes que lo han per­di­do todo y no pocos sec­to­res de barrios humil­des impe­di­dos de tra­ba­jar a des­ta­jo. Si a esto se le suma una poli­cía bru­tal a la hora de tra­tar cual­quier inci­den­te míni­mo a nivel de las movi­li­za­cio­nes, el cóc­tel se hace explo­si­vo. Esto es lo que pasó el vier­nes, cuan­do miles gana­ron las calles (muchos auto­con­vo­ca­dos y otros aci­ca­tea­dos por la opo­si­ción macris­ta y de la dere­cha anti­pe­ro­nis­ta de toda la vida) y algo que se hubie­ra podi­do resol­ver pací­fi­ca­men­te se con­vir­tió en un aque­la­rre repre­si­vo. Tan­to que has­ta el pro­pio pre­si­den­te Alber­to Fer­nán­dez tuvo que cri­ti­car «la repre­sión institucional».

Las espa­das siguen en alto, y gran par­te de los que se movi­li­za­ron pro­me­ten vol­ver a hacer­lo y con­vo­can a la «des­obe­dien­cia civil». Está cla­ro que el macris­mo y esa dere­cha fas­cis­ta que recien­te­men­te se movi­li­zó a Pla­za de Mayo y en otras pro­vin­cias, apro­ve­cha lo que las malas ges­tio­nes le ponen en ban­de­ja. La pre­gun­ta que se hacen muchos es: le dará el cue­ro a Ins­frán para aguan­tar esta arre­me­ti­da o habrá lle­ga­do su hora de aban­do­nar el sillón de gober­na­dor tras más de déca­das y media de estar ator­ni­lla­do al mis­mo. Los pró­xi­mos días serán deci­si­vos, pero se hace evi­den­te que entre los que se movi­li­zan hoy en For­mo­sa hay muchos que sin duda están har­tos de los mane­jos auto­ri­ta­rios de Ins­frán con res­pec­to al tema Covid, pero otros solo bus­can (se nota en cier­tas pan­car­tas) lle­var agua para el molino de los Macri, Bull­ri­cho y otros gran­des arrui­na­do­res del país.

La jornada de protesta en fotos
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Videos de la repre­sión del viernes

El desconcierto tan temido y el precario futuro

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