Colom­bia. Las insur­gen­cias, la éti­ca perio­dís­ti­ca y el Sín­dro­me de Estocolmo

Por Dan­na Urda­ne­ta. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 19 de febre­ro de 2021.

A pro­pó­si­to de la libe­ra­ción de dos sol­da­dos por par­te del ELN en el Cata­tum­bo y mi expe­rien­cia en la X Con­fe­ren­cia Nacio­nal Gue­rri­lle­ra de las anti­guas FARC-EP

El mes de febre­ro ini­ció en Colom­bia con la dis­cu­sión sobre el sín­dro­me de Esto­col­mo en el con­flic­to social y arma­do. Esta dis­cu­sión se dio a par­tir de la prue­ba de vida y pos­te­rior libe­ra­ción que hizo el ELN de los sol­da­dos pro­fe­sio­na­les iden­ti­fi­ca­dos como Jhony Andrés Ospino y Jesús Alber­to Sego­via ads­cri­tos al Bata­llón Ener­gé­ti­co Vial Núme­ro 10 Gene­ral José Con­cha del depar­ta­men­to fron­te­ri­zo de Nor­te de Santander.

Los medios de comu­ni­ca­ción han repor­ta­do el hecho como “libe­ra­ción de sol­da­dos secues­tra­dos”, des­co­no­cien­do así que en la gue­rra los com­ba­tien­tes de las par­tes en con­flic­to son cap­tu­ra­dos como pri­sio­ne­ros de gue­rra y están ampa­ra­dos en el Dere­cho Inter­na­cio­nal Huma­ni­ta­rio. Estos medios de comu­ni­ca­ción cor­po­ra­ti­vos son los lla­ma­dos a hacer peda­go­gía por la paz de Colom­bia y son los que mani­pu­lan, nie­gan y ter­gi­ver­san el con­flic­to social y arma­do en el vecino país.

Las cap­tu­ras lla­ma­ron la aten­ción por­que los sol­da­dos son dos ado­les­cen­tes, casi niños, evi­den­te­men­te de ori­gen humil­de, empu­ja­dos a la gue­rra por la ausen­cia de opor­tu­ni­da­des. Sus decla­ra­cio­nes tuvie­ron un carác­ter reve­la­dor de sus decla­ra­cio­nes fren­te la doc­tri­na de las Fuer­za Mili­ta­res: los gue­rri­lle­ros son terro­ris­tas y masa­cran a sus “secues­tra­dos”. Estos jóve­nes die­ron su tes­ti­mo­nio al encon­trar­se con una reali­dad muy dis­tin­ta a lo que siem­pre le incul­ca­ron sobre el enemi­go que combatían.

La prue­ba de vida y pos­te­rior libe­ra­ción de los pri­sio­ne­ros de gue­rra dio pie a unas decla­ra­cio­nes de las par­tes en el con­flic­to que no han sido lo sufi­cien­te­men­te valo­ra­das en los medios de comu­ni­ca­ción. Las evi­den­cias de estos dis­cur­sos al calor del com­ba­te son insu­mos para la pro­mo­ción de los diá­lo­gos de paz con todos los acto­res polí­ti­cos y mili­ta­res en la socie­dad colom­bia­na. Sin embar­go, los tes­ti­mo­nios han deja­do mucho qué decir en las redes socia­les y han gene­ra­do varias inte­rro­gan­tes alre­de­dor del tra­to que les dan a los sol­da­dos del ejér­ci­to den­tro de los bata­llo­nes, el tipo de ali­men­ta­ción que reci­ben y bajo cuá­les códi­gos de valo­res real­men­te se relacionan.

Los hechos y los tes­ti­mo­nios: dos pri­sio­ne­ros de gue­rra cap­tu­ra­dos por el ELN

La cap­tu­ra de estos sol­da­dos se dio el pasa­do 2 de febre­ro mien­tras reco­gían víve­res para lle­var­los a su uni­dad mili­tar en el corre­gi­mien­to Gua­ma­li­to, muni­ci­pio de El Car­men, Nor­te de San­tan­der. El 12 de febre­ro salió a la luz públi­ca un video como prue­ba de vida de los dos, este fue publi­ca­do por el medio de comu­ni­ca­ción Canal CNC Valledupar1, el cual reco­gió las pala­bras de un coman­dan­te del ELN no identificado:

El Fren­te de Gue­rra Noro­rien­tal Coman­dan­te Manuel Pérez Mar­tí­nez del Ejér­ci­to de Libe­ra­ción Nacio­nal de Colom­bia entre­ga prue­bas de super­vi­ven­cia a los fami­lia­res de los sol­da­dos Jhony Andrés Ospino y Jesús Alber­to Sego­via ads­cri­tos al Bata­llón Ener­gé­ti­co Vial Núme­ro 10 dete­ni­dos el día 2 de febre­ro de 2021 en el corre­gi­mien­to Gua­ma­li­to, muni­ci­pio de El Car­men, Nor­te de San­tan­der. Infor­ma­mos a la opi­nión públi­ca que en los pró­xi­mos días serán entre­ga­dos a una comi­sión huma­ni­ta­ria con la cual se está en trámite.

Sobre estas pala­bras se gene­ran diver­sas inte­rro­gan­tes: ¿Cuán­tos ges­tos huma­ni­ta­rios hacen fal­ta para que el Esta­do colom­biano deci­da reabrir los diá­lo­gos de paz con­ge­la­dos en La Haba­na con la dele­ga­ción de paz del ELN? ¿Cuán­tos ges­tos huma­ni­ta­rios ha teni­do el Esta­do apar­te de las accio­nes de gue­rra al per­se­guir, estig­ma­ti­zar y masa­crar al movi­mien­to social bajo la nega­ción del con­flic­to social y arma­do y ampa­ra­do en una supues­ta “lucha con­tra el narcotráfico”?

En la prue­ba de vida tam­bién decla­ra­ron los pri­sio­ne­ros de gue­rra. El pri­me­ro afirmó:

Me pre­sen­to, soy el sol­da­do SL 18 Muñoz Sego­via, hago par­te del Bata­llón Ener­gé­ti­co Vial Núme­ro 10 Gene­ral José Con­cha. Me encuen­tro aquí con mi lan­za Cas­ti­llo, fui­mos cap­tu­ra­dos por el Ejér­ci­to de Libe­ra­ción Nacio­nal (ELN). En el trans­cur­so de nues­tra cap­tu­ra nos han tra­ta­do bien, una bue­na ali­men­ta­ción. Nos sen­ti­mos en per­fec­to esta­do. Le que­re­mos enviar un salu­do a toda Colom­bia, que pron­to esta­re­mos en casa.

La decla­ra­ción del sol­da­do Jhony Andrés Ospino en el video fue obje­to de cen­su­ra por par­te de RCN y sir­vió de ante­sa­la a la dis­cu­sión sobre el sín­dro­me de Esto­col­mo en el desa­rro­llo de estas cap­tu­ras, el cual refie­re al afec­to que se pue­de pro­du­cir entre cap­tor-cap­tu­ra­do y viceversa:

Le man­da­mos un salu­do espe­cial­men­te a nues­tros cur­sos, que no se dejen meter ilu­sio­nes, malos cuen­tos, que el ELN son terro­ris­tas, que aque­llos a los que cap­tu­ra el ELN los tor­tu­ran, los masa­cran. Tal como nos han dicho nues­tros coman­dan­tes, dígan­le uste­des mis­mos: ¿uste­des han vivi­do la expe­rien­cia para que ven­gan y hablen mal del ELN, de la gue­rri­lla? Así, créan­nos por lo menos a noso­tros, noso­tros ya esta­mos vivien­do la expe­rien­cia. Al prin­ci­pio sí fue ate­rra­do­ra, pero ya cuan­do esta­mos con­vi­vien­do con el mis­mo ELN ya se sien­te el ambien­te como en casa. Y le man­da­mos un salu­do a nues­tra fami­lia: a mi padre, a mi madre, a mis dos her­ma­ni­tos, a mi abue­la, que no se preo­cu­pen, que ya el ELN entró en pro­ce­so y al pare­cer nos han dicho que pron­to saldremos.

Este 16 de febre­ro los sol­da­dos fue­ron libe­ra­dos, ante lo cual el sol­da­do Jhony Andrés Ospino decla­ró lo que sen­tía fren­te a su liber­tad con la voz quebrada:

La ver­dad des­de el ini­cio me die­ron buen tra­to, pa qué (sic). Ya me sen­tía como ama­ña­do con ellos. Y la ver­dad yo no ten­go algo malo que decir así, algo malo que me hayan hecho, que me hayan dado mal tra­to. La ver­dad feliz pero a la vez tris­te por­que ya me esta­ba enca­ri­ñan­do con ellos.2

Estos rela­tos, estos ros­tros de con­fu­sión de los sol­da­dos, estas bur­las con­tra su inte­gri­dad bajo la estig­ma­ti­za­ción de que han sufri­do el sín­dro­me de Esto­col­mo me son bas­tan­te familiares.

Mi tes­ti­mo­nio sobre “la éti­ca perio­dís­ti­ca”, “el sín­dro­me de Esto­col­mo” y la X Con­fe­ren­cia Nacio­nal Gue­rri­lle­ra de las anti­guas FARC-EP3

Fui la úni­ca repor­te­ra vene­zo­la­na en la X Con­fe­ren­cia Nacio­nal Gue­rri­lle­ra de las anti­guas FARC-EP duran­te el mes de sep­tiem­bre de 2016. Este fue el even­to cum­bre de máxi­ma toma de deci­sio­nes de la gue­rri­lla, allí se deci­di­ría colec­ti­va­men­te si se le ponía fin al alza­mien­to arma­do. Este even­to no tuvo con­clu­sio­nes cono­ci­das has­ta aho­ra ni siquie­ra por los excom­ba­tien­tes, a pesar de que todos los días a las 7 am y a las 5 pm hubo rue­da de pren­sa por par­te de sus voce­ros y voce­ras principales.

Fui ape­nas una entre más de 900 perio­dis­tas de medios alter­na­ti­vos, colom­bia­nos e inter­na­cio­na­les de todas par­tes del mun­do. Cono­cí a un vecino de cam­pa­men­to que era corres­pon­sal en Amé­ri­ca Lati­na para un medio japo­nés; resi­día en Bra­sil y había via­ja­do a Colom­bia exclu­si­va­men­te para cubrir este even­to que mar­ca­ría un antes y un des­pués en la his­to­ria del con­ti­nen­te latinoamericano.

Este corres­pon­sal con­ver­sa­ba angus­tia­do con otro perio­dis­ta y antro­pó­lo­go que venía dele­ga­do por una uni­ver­si­dad colom­bia­na. El japo­nés le pre­gun­ta­ba al colom­biano cómo iba a hacer su repor­ta­je ya que él no encon­tra­ba la mane­ra, no había podi­do escri­bir con cer­te­za, había lle­ga­do con mucho mie­do a Colom­bia por­que iba direc­to a inter­nar­se en la región don­de arre­ció la gue­rra y, para col­mo, en un cam­pa­men­to de “terro­ris­tas”. El colom­biano escu­chó al japo­nés y le dijo, rién­do­se, que lo enten­día perfectamente.El japo­nés insis­tía en que había lle­ga­do con mucho terror al lugar, sin saber si iba a salir vivo de ahí, por­que en los medios de comu­ni­ca­ción solo se decía de las FARC-EP que eran cri­mi­na­les, terro­ris­tas, secues­tra­do­res y todo lo peor del mun­do. Sin embar­go, al lle­gar al lugar y cono­cer a los gue­rri­lle­ros y las gue­rri­lle­ras, al ver­los tra­ba­jar, él solo veía que eran cam­pe­si­nos pobres que no tuvie­ron opción de vida más que ser arras­tra­dos a la gue­rra. Él no veía en ellos a los terro­ris­tas que pin­ta­ban en los medios internacionales.

El dile­ma del japo­nés radi­ca­ba en que el medio de comu­ni­ca­ción para el cual tra­ba­ja­ba espe­ra­ba unas notas que die­ran cuen­ta sobre los horro­res y los crí­me­nes come­ti­dos por las FARC-EP, pero, al escu­char sus rela­tos y sus con­vic­cio­nes polí­ti­cas se le cam­bió por com­ple­to la his­to­ria que cono­cía. Si él decía lo que real­men­te esta­ba vien­do lo iban a des­pe­dir y le iban a til­dar de pro­pa­gan­dis­ta del terrorismo.

Como este fue­ron muchos los casos que cono­cí, rela­tos que se que­da­ron como par­te de los secre­tos que escon­den has­ta hoy los lla­nos del Yarí. Los dos casos que más me con­mo­vie­ron suce­die­ron al fina­li­zar la X Con­fe­ren­cia, don­de un inte­gran­te del secre­ta­ria­do hizo una reu­nión con los más o menos 50 perio­dis­tas que que­da­ban en la zona para hacer algu­nas refle­xio­nes y reco­no­ci­mien­to a los tra­ba­ja­do­res de los medios de comu­ni­ca­ción fren­te a sus explo­ta­do­res. Se me con­mue­ve el pecho y la gar­gan­ta al recordarlo.

Un mucha­cho como yo hizo su inter­ven­ción de pie y dijo que él y sus com­pa­ñe­ros iban por un medio comu­ni­ta­rio, que no tenían recur­sos ni los pasa­jes para lle­gar al lugar, pero no podían per­der­se la opor­tu­ni­dad de cono­cer a la gue­rri­lla en este even­to his­tó­ri­co. Se fue­ron de aven­tón en aven­tón y de cola en cola (como deci­mos en Vene­zue­la) des­de Antio­quia y tar­da­ron 5 días en lle­gar a los lla­nos del Yarí en el depar­ta­men­to del Caque­tá. Atra­ve­sa­ron todo el país para lle­gar. Sobre el sacri­fi­cio y la incer­ti­dum­bre del via­je en medio de la pobre­za y la estig­ma­ti­za­ción dijo con orgu­llo y la voz que­bra­da: “vini­mos a cono­cer­los, este es nues­tro apor­te a la paz y la recon­ci­lia­ción de Colom­bia”, el cual, evi­den­te­men­te, con­sis­tía en mos­trar la otra voz del conflicto.

Segui­da a esta inter­ven­ción se paró otra perio­dis­ta de un medio nacio­nal colom­biano, una ancla has­ta hoy reco­no­ci­da. Ella dijo llo­ran­do que se arre­pen­tía de no haber lle­va­do a sus hijos con­si­go a la X Con­fe­ren­cia, que esta era una gran opor­tu­ni­dad que jamás se iba a repe­tir y que lamen­ta­ba que sus hijos no pudie­ran cono­cer a la gue­rri­lle­ra­da para vivir en car­ne pro­pia otra for­ma de ser, de actuar, otros valo­res como la soli­da­ri­dad y el des­pren­di­mien­to abso­lu­to, el ver­da­de­ro tra­ba­jo en equi­po y el cui­da­do colec­ti­vo. Nun­ca olvi­do sus pala­bras: “yo no sabía que esto iba a ser así, me hubie­ra traí­do a mis hijos para que los cono­cie­ran”. En su inter­ven­ción dijo que lue­go de muchos años podía dar­se cuen­ta de lo injus­to que ha sido la estig­ma­ti­za­ción en la gue­rra por par­te de los medios.

Como estos cole­gas muchas otras expe­rien­cias de la cla­se media uni­ver­si­ta­ria colom­bia­na, per­so­nas ate­rro­ri­za­das por la estig­ma­ti­za­ción que iban a sufrir al vol­ver con sus fami­lias y ami­gos en las ciu­da­des. A más de una ya le habían deja­do de hablar por el solo hecho de haber ido a cubrir el even­to y no poder con­tar todo lo que habían vivi­do, más que decir que esta­ban bien, que los tra­ta­ban bien. Sin poder decir lo que real­men­te pen­sa­ban: “no son terro­ris­tas, son campesinos”.

La libe­ra­ción de los ado­les­cen­tes sir­vió para abrir la dis­cu­sión con­tra los medios de comu­ni­ca­ción por su altí­si­ma res­pon­sa­bi­li­dad al posi­cio­nar­se como agen­tes del con­flic­to social y arma­do que des­hu­ma­ni­za al “enemi­go interno”, en este caso, las insur­gen­cias. Esta demo­ni­za­ción de toda con­di­ción huma­na pre­pa­ra las con­di­cio­nes sub­je­ti­vas para el accio­nar del terro­ris­mo de Esta­do. De modo que da igual masa­crar a civi­les o bom­bar­dear a 18 niños en Caquetá4 por­que son “terro­ris­tas”.

¿Estos perio­dis­tas colom­bia­nos e inter­na­cio­na­les tam­bién pade­cie­ron de una ver­sión del sín­dro­me de Esto­col­mo duran­te la X Con­fe­ren­cia Nacio­nal Gue­rri­lle­ra? Son las mis­mas caras de con­fu­sión y de ale­gría mez­cla­da que se les ve a estos sol­da­dos ado­les­cen­tes que fue­ron libe­ra­dos por el ELN.

¡Paz para Colom­bia, para la gue­rra nada!

1 Canal CNC Valle­du­par. (12 de febre­ro de 2021). ELN ENTREGA PRUEBAS DE SUPERVIVENCIA DE SOLDADO AGUACHIQUENSE SECUESTRADO. Colom­bia: You­Tu­be. Recu­pe­ra­do de: https://​www​.you​tu​be​.com/​w​a​t​c​h​?​v​=​U​d​3​J​7​i​C​H​jKc

2 Rolo­co News. (16 de febre­ro de 2021). “Ya me esta­ba enca­ri­ñan­do con ellos»: Sol­da­do Libe­ra­do. Colom­bia: You­Tu­be. Recu­pe­ra­do de https://​www​.you​tu​be​.com/​w​a​t​c​h​?​v​=​n​H​7​Y​O​B​L​k​vX8

3 Me reser­vo las iden­ti­da­des de cole­gas con quie­nes com­par­tí la expe­rien­cia debi­do al incre­men­to de la vio­len­cia y el terro­ris­mo de Esta­do en Colom­bia que dia­ria­men­te des­pla­za a aca­dé­mi­cas, sin­di­ca­lis­tas, líde­res y lide­re­sas socia­les prin­ci­pal­men­te a Vene­zue­la y España. 

Al res­pec­to reco­mien­do leer: https://​www​.tele​surtv​.net/​o​p​i​n​i​o​n​/​C​r​i​s​t​i​n​a​-​B​u​s​t​i​l​l​o​-​y​-​e​l​-​t​e​r​r​o​r​i​s​m​o​-​d​e​-​E​s​t​a​d​o​-​e​n​-​C​o​l​o​m​b​i​a​-​c​o​n​t​r​a​-​e​l​-​s​i​n​d​i​c​a​l​i​s​m​o​-​2​0​2​0​1​217 – 0014.htm

4 Redac­ción W Radio. (12 de noviem­bre de 2019). Cifra de meno­res que murie­ron tras bom­bar­deo en Caque­tá ascen­de­ría a 18, según tes­ti­gos.

Fuen­te: TeleSUR

Itu­rria /​Fuen­te

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