Pen­sa­mien­to crí­ti­co. ¿Cómo será la pre­sión polí­ti­co-mili­tar de Biden con­tra Nuestramérica?

Por Mario Ramos. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 7 de enero de 2021.

El equi­po de segu­ri­dad nacio­nal que está con­for­man­do Biden no se dife­ren­cia mucho del que acom­pa­ñó a Oba­ma en su enfo­que, rela­cio­nes y creencias.

Des­de que EE.UU se inven­tó la gue­rra infi­ni­ta con­tra el terro­ris­mo a fal­ta de enemi­go comu­nis­ta, asu­mió el mode­lo de com­ba­tir el terro­ris­mo, usan­do pre­ci­sa­men­te como herra­mien­ta el terro­ris­mo, has­ta con­ver­tir­se en el prin­ci­pal actor terro­ris­ta. Así, las agen­cias de inte­li­gen­cia de EE.UU se con­vir­tie­ron en com­ple­jos mili­ta­res para lle­var a cabo el nue­vo tipo de gue­rra, una que ten­ga alcan­ce glo­bal y pue­da lle­var­se a cabo en varios fren­tes de mane­ra simul­tá­nea y al menor cos­to polí­ti­co, mili­tar y finan­cie­ro (saqueo de los recur­sos de las nacio­nes agre­di­das y víncu­los con el cri­men orga­ni­za­do). En ese mar­co, en el gobierno de Obama/​Biden se per­fec­cio­na la doc­tri­na del Poder Inte­li­gen­te y la Gue­rra No Con­ven­cio­nal de Amplio Espec­tro; y se crean ejér­ci­tos sub­si­dia­rios para que hagan las gue­rras del imperialismo/​sionismo, como es el caso del Esta­do Islá­mi­co y otros.

Las empre­sas pri­va­das de segu­ri­dad o ‘con­tra­tis­tas’ van adqui­rien­do gra­dual­men­te un rol fun­da­men­tal y se les da múl­ti­ples tareas, des­de ase­si­na­tos selec­ti­vos has­ta car­gar con misi­les los dro­nes de ata­que. Siem­pre bajo la coor­di­na­ción de los orga­nis­mos esta­ta­les de ope­ra­cio­nes espe­cia­les, los ‘con­tra­tis­tas’ des­de enton­ces se encar­gan de eje­cu­tar gue­rras secre­tas en varios luga­res del mundo.

Si que­re­mos gra­fi­car la cua­li­dad que ten­drá el accio­nar encu­bier­to del gobierno de Biden, esta será el uso pre­fe­ri­do del bis­tu­rí antes que del mar­ti­llo, lo que va en per­fec­ta con­cor­dan­cia con la doc­tri­na estra­té­gi­ca que se creó en el gobierno de Oba­ma. La fór­mu­la es: herra­mien­tas clan­des­ti­nas de todo tipo, ‘con­tra­tis­tas’ y ‘ejér­ci­tos’ dele­ga­dos, y los orga­nis­mos esta­ta­les ‘lide­ran­do en la sombra’.

El bis­tu­rí de Biden hará uso pro­li­jo e inte­li­gen­te de una estra­te­gia que hace mucho lo des­cu­brie­ron otros estra­te­gas, inten­tar ganar­se el apo­yo de la pobla­ción. En ese mar­co, es pro­ba­ble que sua­vi­cen las san­cio­nes y el blo­queo con­tra Vene­zue­la y Cuba, por­que final­men­te estas ter­mi­nan afec­tan­do a todo el pue­blo, inde­pen­dien­te­men­te de su ads­crip­ción polí­ti­co-ideo­ló­gi­ca. Es lo que inten­tó Oba­ma al sua­vi­zar el blo­queo con­tra Cuba, pero que Trump reto­mó, entre otras razo­nes por la pre­sión del lob­bie de La Flo­ri­da y sus cálcu­los elec­to­ra­les, como la últi­ma elec­ción lo com­pro­bó. Lue­go del desas­tre esta­dou­ni­den­se en las gue­rras de Irak y Afga­nis­tán, los EE.UU están obli­ga­dos a encon­trar for­mas y cami­nos para hacer via­ble su obje­ti­vo de aca­bar con la Revo­lu­ción Boli­va­ria­na y demás pro­ce­sos Nacio­nal-Popu­la­res de Nues­tra Amé­ri­ca, y saben que deben dar prio­ri­dad a méto­dos inte­gra­les, evi­tan­do mien­tras sea con­ve­nien­te el empleo de la fuer­za mili­tar, sobre todo la con­ven­cio­nal. Aun­que se pue­den lle­var a cabo accio­nes mili­ta­res de pre­sión muy puntuales.

Lo ante­rior exi­ge de los pro­ce­sos y gobier­nos Nacio­nal-Popu­la­res un gra­do alto de sofis­ti­ca­ción y efec­ti­vi­dad en la ges­tión polí­ti­ca y comu­ni­ca­cio­nal. Cuan­do deci­mos –pro­ce­so- que­re­mos deno­tar que la ges­tión polí­ti­ca no solo recae en lo que deben hacer los gobier­nos Nacio­nal-Popu­la­res en Nues­tra Amé­ri­ca, sino en todo el accio­nar que les corres­pon­de a todos los acto­res socia­les y polí­ti­cos de la Amé­ri­ca Lati­na y el Cari­be. Cada quien con su rol en su ámbi­to espe­cí­fi­co. Sis­te­mas polí­ti­cos como el vene­zo­lano, por ejem­plo, exi­gen un cons­tan­te desa­rro­llo del poder popu­lar y de la con­cien­cia social y polí­ti­ca de su pue­blo. Por­que ese sis­te­ma polí­ti­co otor­ga opor­tu­ni­da­des para accio­nes de des­es­ta­bi­li­za­ción, como la his­to­ria recien­te lo ha demostrado.

Sin embar­go, des­de que los EEUU lle­va a cabo su gue­rra infi­ni­ta con­tra el terro­ris­mo, muchas cosas han suce­di­do y el table­ro geo­es­tra­té­gi­co ha evo­lu­cio­na­do. Ya no exis­te más el mun­do uni­po­lar don­de EE.UU era el soli­ta­rio hege­món, hoy se ha con­so­li­da­do un mun­do mul­ti­po­lar; EE.UU tie­ne una cri­sis inter­na que pue­de dege­ne­rar en una gue­rra civil o al menos en un incre­men­to de la con­flic­ti­vi­dad social-polí­ti­ca ya exis­ten­te; Colom­bia que era en los pla­nes la cabe­za de pla­ya para una poten­cial inva­sión ya no pue­de ser­lo, la pro­pia oli­gar­quía colom­bia­na se encar­gó de hacer fra­ca­sar el pro­ce­so de paz y hoy Colom­bia es prác­ti­ca­men­te un esta­do falli­do con una “nue­va” gue­rra civil en cur­so; en Nues­tra Amé­ri­ca los gobier­nos pro­gre­sis­tas o de izquier­da están reco­bran­do pau­la­ti­na­men­te espa­cios, lo que suma­do a lo ante­rior, hace que no exis­tan con­di­cio­nes polí­ti­cas para el uso del mar­ti­llo, pero sí del bis­tu­rí; de esa mane­ra, Biden aten­de­rá los varios fren­tes de esta Amé­ri­ca Lati­na en esta­do de rebelión.

El ase­si­na­to del cien­tí­fi­co nuclear ira­ní Moh­sen Fakh­ri­za­deh, emplean­do una ame­tra­lla­do­ra con­tro­la­da por saté­li­te y con una cáma­ra avan­za­da de inte­li­gen­cia arti­fi­cial y el ase­si­na­to del Gene­ral Qasem Solei­ma­ni con un dron, son un indi­ca­ti­vo que EE.UU/Israel con­ti­nua y con­ti­nua­rá con su polí­ti­ca de ase­si­na­tos selec­ti­vos, y este ‘pro­gra­ma’ se pue­de acen­tuar en el caso vene­zo­lano con Biden. Lo ante­rior exi­ge del gobierno boli­va­riano, entre otros ele­men­tos, un rápi­do desa­rro­llo de la tec­no­lo­gía para defen­der­se de ese tipo de ata­ques, y refi­nar aún más el nivel de su comu­ni­dad de inte­li­gen­cia. Este fac­tor tam­bién debe ser con­si­de­ra­do por los otros gobier­nos sobe­ra­nos de Nues­tra América.

El equi­po de segu­ri­dad nacio­nal que está con­for­man­do Biden, no se dife­ren­cia mucho del que acom­pa­ñó a Oba­ma en su enfo­que, rela­cio­nes y creen­cias, y este es un cla­ro indi­ca­dor de lo que será el gobierno de Biden. Así, esta pro­pues­to como secre­ta­rio de Defen­sa (Pen­tá­gono) el gene­ral Lloyd Aus­tin, que lue­go de dejar las Fuer­zas Arma­das paso a inte­grar la jun­ta de Raytheon Tech­no­lo­gies, una con­tra­tis­ta de la defen­sa de pri­mer nivel, entre otras orga­ni­za­cio­nes y cor­po­ra­cio­nes a las que per­te­ne­ce y que están rela­cio­na­das con la gue­rra. Antony Blin­ken que será nomi­na­do como secre­ta­rio de Esta­do es cono­ci­do por su apo­yo a las ‘inter­ven­cio­nes huma­ni­ta­rias’. Al pare­cer la direc­to­ra de Inte­li­gen­cia Nacio­nal será Avril Hai­nes, pre­ci­sa­men­te una de las impul­so­ras del uso de dro­nes en ase­si­na­tos selec­ti­vos. En fin, muchos nomi­na­dos están vin­cu­la­dos de una u otra mane­ra al com­ple­jo mili­tar indus­trial y han sido par­te de think tanks.

Cada impe­rio a lo lar­go de la his­to­ria ha ges­tio­na­do su ejér­ci­to o en gene­ral su accio­nar mili­tar de modo dife­ren­te. Los Han (Chi­na) en el siglo I d.C. per­fec­cio­na­ron la polí­ti­ca de –uti­li­zar a bár­ba­ros para luchar con­tra bár­ba­ros-. Así, lo que hacen los EE.UU de bus­car gene­rar caos y gue­rras civi­les y enfren­tar a los lati­no­ame­ri­ca­nos con­tra lati­no­ame­ri­ca­nos no es nue­vo y no lo será en el caso vene­zo­lano, si el impe­ria­lis­mo logra crear míni­mas con­di­cio­nes para implan­tar un supues­to “ejér­ci­to libre” en Vene­zue­la. Un ejem­plo cla­ro fue la crea­ción de los ‘Con­tras’ en Nica­ra­gua para soca­var el pro­ce­so san­di­nis­ta. La des­ven­ta­ja his­tó­ri­ca de los mer­ce­na­rios es que su móvil es cre­ma­tís­ti­co. No conoz­co de ejér­ci­tos mer­ce­na­rios que hayan gana­do algu­na vez una gue­rra patrió­ti­ca, aun­que han sido un fenó­meno pre­sen­te y cons­tan­te en muchas gue­rras, con resul­ta­dos dife­ren­tes de acuer­do a con­tex­tos y otras variables.

Engels había rati­fi­ca­do con sus estu­dios algo que ha sido una cons­tan­te his­tó­ri­ca, ‑los ejér­ci­tos son depen­dien­tes de las con­di­cio­nes económicas‑, y EE.UU no está pre­ci­sa­men­te en una situa­ción eco­nó­mi­ca que le per­mi­ta lle­var a cabo una gue­rra en Nues­tra Amé­ri­ca, que como nun­ca sabrá cómo empe­zar­la pero no cómo ter­mi­nar­la; los grin­gos cono­cen muy bien las con­di­cio­nes gue­rre­ras que carac­te­ri­zan a los lati­no­ame­ri­ca­nos; será un con­flic­to pro­lon­ga­do que pue­de ter­mi­nar aca­ban­do con lo que le que­da de hege­mo­nía mun­dial y en con­se­cuen­cia, bene­fi­cian­do a sus com­pe­ti­do­res. Al con­tra­rio, todo estra­te­ga sabe que la defen­sa es siem­pre más fuer­te que el ata­que y por ello nacio­nes agre­di­das débi­les, han ter­mi­na­do por derro­tar a impe­rios. Por ello, el gobierno de Biden bus­ca­rá afi­lar su bis­tu­rí para con­se­guir su obje­ti­vo sin ese ries­go y con méto­dos indi­rec­tos y opa­cos, preferiblemente.

(Mario Ramos es direc­tor del Cen­tro Andino de Estu­dios Estratégicos).

Fuen­te: Alainet

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