Bra­sil. MST: sem­bran­do soli­da­ri­dad y cose­chan­do espe­ran­za para un 2021 de luchas y con­quis­tas para el pueblo

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 16 de enero de 2021.

2021 está empe­zan­do y des­de el MST que­re­mos, en pri­mer lugar, expre­sar nues­tra soli­da­ri­dad y nues­tro afec­to por las/​os miles de bra­si­le­ñas y bra­si­le­ños que han per­di­do a sus entes que­ri­dos y por todos y todas los/​as que sufren los efec­tos de la pan­de­mia y el des­cui­do de los gobier­nos bajo el man­do del capital.

En estos tiem­pos difí­ci­les, como lucha­do­ras y lucha­do­res comprometidas/​os con la jus­ti­cia social y los dere­chos his­tó­ri­cos del pue­blo bra­si­le­ño, nos toca com­pren­der el momen­to que vivi­mos y con­tri­buir en la cons­truc­ción de los cami­nos a seguir en los tiem­pos veni­de­ros en bus­ca de con­quis­tas para la cla­se trabajadora.

La huma­ni­dad se enfren­ta a una cri­sis pro­fun­da y estruc­tu­ral del capi­ta­lis­mo mun­dial, con gra­ves con­se­cuen­cias para las per­so­nas, el medio ambien­te, la eco­no­mía, los Esta­dos y los valo­res huma­nos de la sociedad.

En Bra­sil, la cri­sis eco­nó­mi­ca que comen­zó en 2014 se desa­rro­lló en la cri­sis polí­ti­ca, ambien­tal y social en la que esta­mos sumer­gi­dos. Des­de enton­ces, la cri­sis polí­ti­ca ha sido una cons­tan­te y se ha vis­to agra­va­da por el sur­gi­mien­to de un gobierno geno­ci­da y neo­fas­cis­ta que, a pesar de no haber gana­do la hege­mo­nía en la socie­dad, aún se sos­tie­ne con el apo­yo de par­te de la bur­gue­sía, los mili­ta­res y la extre­ma dere­cha faná­ti­ca que siem­pre ha exis­ti­do en el país.

En este gobierno, esta­mos vivien­do la pro­fun­di­za­ción de la cri­sis ambien­tal con las polí­ti­cas de des­man­te­la­mien­to de los órga­nos de pro­tec­ción e ins­pec­ción, nega­ción de datos cien­tí­fi­cos, incen­ti­vo de las auto­ri­da­des a los deli­tos de made­re­ros y mine­ros, exter­mi­nio de la pobla­ción indí­ge­na, expan­sión de las empre­sas del agro­ne­go­cio y mine­ras, espe­cial­men­te en el Cerra­do y en la región ama­zó­ni­ca. Por tan­to, la degra­da­ción de aguas y bos­ques y los devas­ta­do­res incen­dios ocu­rri­dos el año pasa­do en varios bio­mas bra­si­le­ños no son una cues­tión de azar. Aquí, la ense­ñan­za de Boff sos­tie­ne: ata­can­do nues­tro pla­ne­ta, nues­tra Casa Común, nos ata­ca­mos a noso­tros mis­mos que somos Tie­rra Pensante.

Crue­les e igual­men­te gra­ves son los efec­tos socia­les de la cri­sis eco­nó­mi­ca sobre la cla­se tra­ba­ja­do­ra. El con­ge­la­mien­to de las inver­sio­nes en salud y edu­ca­ción duran­te vein­te años, el cre­ci­mien­to del des­em­pleo y el tra­ba­jo pre­ca­rio, la des­truc­ción de la pro­tec­ción de la segu­ri­dad social, el fomen­to y pro­tec­ción legal de la vio­len­cia poli­cial, el racis­mo y el exter­mi­nio de la pobla­ción joven y negra, la vio­len­cia con­tra las muje­res y la pobla­ción LGBTQI +, el regre­so del ham­bre y la mili­ta­ri­za­ción de la vida coti­dia­na, esta­ble­ció una épo­ca de mie­dos e ines­ta­bi­li­dad en la vida de millo­nes de bra­si­le­ños y brasileñas.

A estas con­se­cuen­cias se suma la des­truc­ción por par­te del gobierno de la refor­ma agra­ria y las polí­ti­cas de agri­cul­tu­ra fami­liar, con inten­tos de des­mo­ra­li­zar al MST, repre­sión, ame­na­zas de des­alo­jos for­zo­sos en medio de una pan­de­mia, accio­nes guber­na­men­ta­les para trans­for­mar la polí­ti­ca públi­ca de refor­ma agra­ria en mer­ca­de­ría y repar­to del poder esta­tal en manos de repre­sen­tan­tes de los terra­te­nien­tes más atra­sa­dos y vio­len­tos del país.

La bana­li­za­ción de la vida huma­na pro­fun­di­za en cada acto, pala­bra, ges­to y asfi­xia de los valo­res huma­nos y cul­tu­ra­les en la socie­dad, la pre­ca­rie­dad y des­truc­ción del Sis­te­ma Úni­co de Salud, la edu­ca­ción, la cien­cia y el medio ambiente.

Sin embar­go, más que nun­ca, es nece­sa­rio res­ca­tar la ense­ñan­za de José Mar­tí: solo es posi­ble ser feliz ayu­dan­do a los demás.

Duran­te todos estos meses que ya ha dura­do la pan­de­mia del Covid 19, en las accio­nes soli­da­rias lle­va­das a cabo por el MST en con­jun­to con los movi­mien­tos popu­la­res invo­lu­cra­dos en las diver­sas arti­cu­la­cio­nes de la socie­dad se dis­tri­bu­ye­ron 3800 tone­la­das de ali­men­tos y 700 mil comi­das a la pobla­ción más vul­ne­ra­ble, reafir­man­do la impor­tan­cia y la nece­si­dad de la refor­ma agra­ria popu­lar como vía para resol­ver el pro­ble­ma del ham­bre y la injus­ti­cia social en Brasil.

En este sen­ti­do, como MST, resis­ti­mos acti­va­men­te. Y el acto de resis­tir se cons­tru­ye día a día en la cons­truc­ción y reafir­ma­ción del cui­da­do, el cari­ño y la soli­da­ri­dad huma­na sobre todo como acción prác­ti­ca, que pro­te­ge vidas ante el aban­dono de gobier­nos y capi­ta­les. Resis­ti­mos acti­va­men­te plan­tan­do millo­nes de árbo­les, pro­du­cien­do ali­men­tos salu­da­bles, com­par­tien­do el pan que pro­du­cen la tie­rra y el sudor humano en nues­tros cam­pa­men­tos, asen­ta­mien­tos y cooperativas.

En el 2021 tra­ba­ja­re­mos incan­sa­ble­men­te para cons­truir un gran fren­te con todas las for­mas de orga­ni­za­ción popu­lar exis­ten­tes y con una agen­da común: vacu­na aho­ra, defen­sa del Sis­te­ma Úni­co de Salud – SUS, ayu­da de emer­gen­cia, empleo y ali­men­ta­ción salu­da­ble para todos, con­tra las pri­va­ti­za­cio­nes, tasa­ción a los más ricos y Fue­ra Bolsonaro.

Desea­mos un año de muchas luchas, orga­ni­za­ción y for­ma­ción popu­lar en el cam­po y en las ciu­da­des, muchas vic­to­rias y vida en abun­dan­cia para todos y todas.

¡Segui­re­mos juntas/​os, plan­tan­do soli­da­ri­dad para cose­char esperanzas!

Fuen­te: Movi­men­to dos Tra­balha­do­res Rurais Sem Terra

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