¡Al ban­qui­llo! – farc​-ep​.net

El gobierno de Duque es un gobierno mal­di­to como esté­ril. Hizo tri­zas el dere­cho a la paz y nada ha hecho a favor de la gen­te del común. CNN ha cali­fi­ca­do a Iván Duque como el peor pre­si­den­te de Colom­bia en las últi­mas déca­das. Los des­ati­nos de este man­da­ta­rio están ati­zan­do, todos los días, la lla­ma de la indig­na­ción ciudadana.

Duque es hoy el pre­si­den­te del pri­mer nar­co-Esta­do del mun­do y no pode­mos tapar­nos los ojos fren­te a esa repug­nan­te reali­dad. No es un infun­dio. Su padrino, Álva­ro Uri­be Vélez, des­de muy joven ha esta­do invo­lu­cra­do en acti­vi­da­des de nar­co­trá­fi­co. Una lar­ga este­la delic­ti­va, como enjam­bre de avis­pas, lo per­si­gue des­de que, sien­do direc­tor de la Aero­ci­vil, lega­li­zó para Pablo Esco­bar la ope­ra­ción de pis­tas clan­des­ti­nas uti­li­za­das por el mafio­so para lle­nar de cocaí­na las calles de los Esta­dos Uni­dos. Y el gobierno de Washing­ton lo sabe, pero se hace el de la vis­ta gor­da y lo tole­ra por­que sigue sien­do, en cuer­po ajeno, su títe­re y peón para impo­ner su geo­po­lí­ti­ca de pre­do­mi­nio, some­ti­mien­to y saqueo del continente.

El mis­mo Duque lle­gó a la pre­si­den­cia finan­cia­do des­ca­ra­da­men­te con dine­ros de la mafia reco­lec­ta­dos por su entra­ña­ble ami­go el Ñeñe Her­nán­dez. Un nutri­do álbum foto­grá­fi­co lo retra­ta en múl­ti­ples poses al lado del nar­co­tra­fi­can­te y lava­dor de acti­vos. Has­ta lo invi­tó a su pose­sión en el Pala­cio de Nari­ño. El pilo­to de con­fian­za del pre­si­den­te –que era tam­bién pilo­to de Uri­be- murió hace poco en un acci­den­te aéreo cuan­do su avio­ne­ta reple­ta de cocaí­na se estre­lla­ra en Cen­troa­mé­ri­ca. En sus dis­cur­sos de cam­pa­ña Duque ase­ve­ra­ba que, si se lle­ga­re a com­pro­bar que algún can­di­da­to se finan­cia­ba con dine­ros de la mafia, debe­ría ir a la cár­cel no solo el geren­te de cam­pa­ña, sino el pro­pio can­di­da­to. Duque debie­ra estar pre­so. ¿Dón­de está la ley, dón­de el códi­go penal? Algún día ten­drá que aca­bar­se la impu­ni­dad para los pode­ro­sos en este país del sagra­do corazón.

Sin duda CNN cono­ce todo ese his­to­rial asque­ro­so, pero lo que más nos intere­sa es des­en­tra­ñar el por qué cla­si­fi­ca a Duque como el peor pre­si­den­te que ha teni­do Colom­bia en los últi­mos años, y agre­ga­ría­mos, de los más malos del mun­do. Dañar el Acuer­do de Paz, patean­do el sen­ti­do común, es lo más irra­cio­nal que pue­de hacer un hom­bre ele­va­do al más alto ran­go de la Nación. Su insa­nia trun­có el sue­ño de los colom­bia­nos de poner fin a medio siglo de con­flic­to arma­do. Mató sin pie­dad esa espe­ran­za, solo para sepul­tar la ver­dad que deja al des­cu­bier­to a los deter­mi­na­do­res de la vio­len­cia des­de las más altas cum­bres del Esta­do. Su sofis­ma de «paz con lega­li­dad» es una hoja de parra que no alcan­za a tapar ese cri­men de lesa humanidad.

Duque es el peor pre­si­den­te por­que no hace nada por dete­ner las masa­cres de líde­res, lide­re­sas socia­les y de excom­ba­tien­tes fir­man­tes de la paz, que ya suman más de mil muer­tos. Su úni­ca reac­ción cono­ci­da es que esas no son masa­cres sino «homi­ci­dios colec­ti­vos». Es res­pon­sa­ble por acción y por omi­sión. Es el peor pre­si­den­te, por­que no quie­re resol­ver el pro­ble­ma de la tenen­cia de la tie­rra con­si­de­ra­do el meo­llo del con­flic­to; por­que no quie­re la par­ti­ci­pa­ción ciu­da­da­na en el dise­ño de las estra­te­gias polí­ti­cas y eco­nó­mi­cas que com­pro­me­ten el futu­ro de la gen­te; por­que no ha sido capaz de inyec­tar­le huma­ni­dad a la salud de los colom­bia­nos. Por­que sus accio­nes para con­te­ner la pan­de­mia las con­vir­tió en un show tele­vi­si­vo dia­rio de anun­cios y pala­bras hue­cas y de impre­vi­sión cri­mi­nal. Se preo­cu­pó más por sal­var ban­cos y gran­des empre­sas que a la gente.

Duque no va a escu­char a los estu­dian­tes que recla­man matrí­cu­la cero y edu­ca­ción gra­tui­ta gene­ra­li­za­da y de cali­dad. Le va a seguir maman­do gallo a los recla­mos de la min­ga indí­ge­na. No va a aten­der las deman­das de los cam­pe­si­nos por­que pri­vi­le­gia las impor­ta­cio­nes de ali­men­tos para que ganen los impor­ta­do­res aun­que se que­den sin mer­ca­do los pro­duc­tos cam­pe­si­nos. No le va a cum­plir a los pobla­do­res de las islas de San Andrés y Pro­vi­den­cia des­trui­das por el hura­cán; pón­gan­le la fir­ma. Todo es dema­go­gia. Los corrup­tos de Ode­brecht y las ratas que se roban los dine­ros públi­cos, segui­rán en la impu­ni­dad. Las denun­cias de Aida Mer­lano sobre com­pra de votos y con­cien­cias segui­rán en el con­ge­la­dor mien­tras logran ase­si­nar­la. Apro­ve­chó Duque las res­tric­cio­nes de la pan­de­mia del coro­na­vi­rus para des­truir el equi­li­brio de los pode­res públi­cos abrien­do para sí la tor­tuo­sa tro­cha de la dic­ta­du­ra, que le está per­mi­tien­do gober­nar a tra­vés de decre­tos. Aho­ra se cree con facul­ta­des para recha­zar y des­aca­tar los fallos de la Cor­te que no favo­re­cen a su gobierno; la ha con­ver­ti­do en una rama del poder pin­ta­da en la pared. Pero Duque tam­bién es exper­to en «juga­di­tas» y por eso tie­ne Fis­cal, Pro­cu­ra­do­ra y Defen­sor del Pue­blo, todos de bol­si­llo, para blindarse.

Por otra par­te, la polí­ti­ca exte­rior de Colom­bia no tie­ne pies ni cabe­za, y es una ver­güen­za. El gru­po de Lima y otras inven­cio­nes del mis­mo tipo son una paya­sa­da. Sigue apo­yan­do a Guai­dó que se auto­pro­cla­mó pre­si­den­te de Vene­zue­la ele­van­do su mira­da al cie­lo, cuan­do la Unión Euro­pea le qui­tó todo su res­pal­do por ladrón. Mere­ce­mos al menos una can­ci­lle­ría que ten­ga sen­ti­do del deco­ro y amor por la sobe­ra­nía patria. Esta­mos can­sa­dos de esa inje­ren­cia irra­cio­nal en los asun­tos inter­nos de paí­ses vecinos.

Esto no pue­de con­ti­nuar así. Ten­dre­mos que bus­car por todos los medios la mane­ra de salir del pan­tano de la dic­ta­du­ra Duque-Uri­be. Y eso se logra median­te la movi­li­za­ción de todo el pue­blo y la uni­dad del movi­mien­to social y polí­ti­co del país en una gran coa­li­ción de fuer­zas demo­crá­ti­cas con una ban­de­ra que reco­ja las aspi­ra­cio­nes fun­da­men­ta­les, y que orien­te sus pasos hacia la ins­tau­ra­ción de un nue­vo gobierno. Con­for­me­mos la min­ga nacio­nal don­de que­pa­mos todos los soña­do­res de patria nue­va, inclu­yen­do a los mili­ta­res con sen­ti­mien­to de patria y huma­ni­dad. Vamos por la paz com­ple­ta y las garan­tías socia­les, «pa´ que se aca­be la vai­na». Vamos por la revo­ca­to­ria del man­da­to a Duque. Si nos uni­mos podre­mos lograr­lo. Colom­bia no tie­ne por­qué car­gar por los siglos de los siglos seme­jan­te lastre.

Por las FARC-EP

Segun­da Marquetalia

Aldi­ne­ver Moran­tes, Wal­ter Men­do­za, Oscar Mon­te­ro, Edin­son Roma­ña, Iván Alí, Jesús San­trich, Iván Márquez

Enero 10 de 2021

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