Pen­sa­mien­to crí­ti­co. Tres gran­des ame­na­zas a la vida en la Tie­rra que debe­mos afron­tar en 2021: Una nota de Noam Chomsky y Vijay Prashad

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 9 de enero de 2021

Gran­des par­tes del mun­do —fue­ra de Chi­na y unos pocos otros paí­ses— enfren­tan un virus des­con­tro­la­do, que no ha sido dete­ni­do debi­do a la incom­pe­ten­cia cri­mi­nal de los gobier­nos. El hecho de que estos gobier­nos en paí­ses ricos dejen de lado hipó­cri­ta­men­te los pro­to­co­los cien­tí­fi­cos bási­cos publi­ca­dos por la Orga­ni­za­ción Mun­dial de la Salud y por orga­ni­za­cio­nes cien­tí­fi­cas reve­la su prác­ti­ca mali­cio­sa. Cual­quier cosa que no sea cen­trar la aten­ción en mane­jar el virus median­te el tes­teo, la tra­za­bi­li­dad de los con­tac­tos, y el ais­la­mien­to —y si esto no es sufi­cien­te, impo­ner un con­fi­na­mien­to tem­po­ral— es impru­den­te. Es igual­men­te preo­cu­pan­te que estos paí­ses ricos hayan segui­do una polí­ti­ca de “nacio­na­lis­mo de la vacu­na”, aca­pa­ran­do can­di­da­tas a vacu­na en vez de ali­near­se con una polí­ti­ca de crea­ción de una “vacu­na de los pue­blos”. Por el bien de la huma­ni­dad, sería pru­den­te sus­pen­der las nor­mas de pro­pie­dad inte­lec­tual y desa­rro­llar un pro­ce­di­mien­to para crear vacu­nas uni­ver­sa­les para todos los pueblos.

Aun­que la pan­de­mia es el prin­ci­pal tema en nues­tras men­tes, hay otras gran­des ame­na­zas a la lon­ge­vi­dad de nues­tra espe­cie y del pla­ne­ta. Estas incluyen:

Ani­qui­la­ción nuclear. En enero de 2020, el Bulle­tin of the Ato­mic Scien­tists [Bole­tín de cien­tí­ficxs ató­micxs] fijó el Reloj del Jui­cio Final de 2020 a 100 segun­dos de la media­no­che, dema­sia­do cer­ca para la como­di­dad. El reloj, crea­do dos años des­pués de que se desa­rro­lla­ron las pri­me­ras armas ató­mi­cas en 1945, es eva­lua­do anual­men­te por el Con­se­jo de Cien­cia y Segu­ri­dad del Bole­tín, con­sul­tan­do a su Con­se­jo de Patro­ci­na­do­res, quie­nes deci­den si mover el minu­te­ro o dejar­lo en el mis­mo lugar. Para cuan­do vuel­van a fijar la hora, es pro­ba­ble que este­mos más cer­ca de la ani­qui­la­ción. Los ya limi­ta­dos tra­ta­dos de con­trol de armas están sien­do des­trui­dos, mien­tras las prin­ci­pa­les poten­cias poseen cer­ca de 13.500 armas nuclea­res (más del 90% de las cua­les están sola­men­te en manos de Rusia y Esta­dos Uni­dos). El ren­di­mien­to de estas armas podría fácil­men­te hacer este pla­ne­ta aún más inha­bi­ta­ble. La Arma­da de Esta­dos Uni­dos ya des­ple­gó oji­vas nuclea­res tác­ti­cas W76‑2 de bajo ren­di­mien­to. El Día de Hiroshi­ma, con­me­mo­ra­do cada 6 de agos­to, debe con­ver­tir­se en una jor­na­da más impor­tan­te de refle­xión y protesta.Aline Amaru (Tahiti), La Famille Pomare, 1991.

Ali­ne Ama­ru (Tahi­ti), La Fami­lle Poma­re [La fami­lia Poma­re], 1991.

Catás­tro­fe cli­má­ti­ca. En 2018 apa­re­ció un artícu­lo cien­tí­fi­co con un títu­lo impac­tan­te: “La mayo­ría de los ato­lo­nes serán inha­bi­ta­bles a media­dos del siglo XXI debi­do a que el alza del nivel del mar aumen­ta­rá las inun­da­cio­nes pro­vo­ca­das por mare­ja­das”. Lxs autorxs con­clu­ye­ron que los ato­lo­nes des­de las Sey­che­lles a las islas Marshall están en peli­gro de des­apa­re­cer. Un infor­me de 2019 de la ONU esti­mó que un millón de espe­cies ani­ma­les y plan­tas están en peli­gro de extin­ción. A esto hay que agre­gar los catas­tró­fi­cos incen­dios fores­ta­les y el gra­ve blan­quea­mien­to de los arre­ci­fes de coral y resul­ta cla­ro que ya no nece­si­ta­mos que­dar­nos en cli­chés de que una cosa u otra es el cana­rio en la mina de la catás­tro­fe cli­má­ti­ca: el peli­gro no está en el futu­ro, sino en el pre­sen­te. Es fun­da­men­tal que las gran­des poten­cias —que siguen fallan­do en dejar de usar com­bus­ti­bles fósi­les— se com­pro­me­tan con el enfo­que de “res­pon­sa­bi­li­da­des comu­nes pero dife­ren­cia­das” de la Decla­ra­ción de Río de Janei­ro sobre Medio Ambien­te y Desa­rro­llo de 1992. Es reve­la­dor que paí­ses como Jamai­ca y Mon­go­lia hayan actua­li­za­do sus pla­nes cli­má­ti­cos fren­te a las Nacio­nes Uni­das antes de que ter­mi­ne 2020, como lo exi­ge el Acuer­do de París, a pesar de que estos paí­ses pro­du­cen una frac­ción minús­cu­la de las emi­sio­nes glo­ba­les de car­bono. Los fon­dos que fue­ron pro­me­ti­dos a los paí­ses en desa­rro­llo para su par­ti­ci­pa­ción en el pro­ce­so prác­ti­ca­men­te se han eva­po­ra­do, mien­tras la deu­da exter­na ha aumen­ta­do expo­nen­cial­men­te. Esto mues­tra una fal­ta de serie­dad bási­ca de par­te de la “comu­ni­dad internacional”.Karim Saifou (Iraq), Baghdad the Day After, 2003.

Karim Sai­fou (Irak), Bagh­dad the Day After [Bag­dad el día des­pués], 2003.

Des­truc­ción neo­li­be­ral del con­tra­to social. Los paí­ses de Amé­ri­ca del Nor­te y Euro­pa han des­tri­pa­do su fun­ción públi­ca a medi­da que el Esta­do ha sido entre­ga­do a los espe­cu­la­do­res y la socie­dad civil se ha mer­can­ti­li­za­do vía fun­da­cio­nes pri­va­das. Esto sig­ni­fi­ca que los cami­nos de la trans­for­ma­ción social en estas par­tes del mun­do han sido obs­ta­cu­li­za­dos gro­tes­ca­men­te. La terri­ble des­igual­dad social es el resul­ta­do de la rela­ti­va debi­li­dad polí­ti­ca de la cla­se tra­ba­ja­do­ra. Es esta debi­li­dad la que per­mi­te que los mul­ti­mi­llo­na­rios esta­blez­can polí­ti­cas que cau­san que aumen­ten las tasas de ham­bre. Los paí­ses no deben ser juz­ga­dos por las pala­bras escri­tas en sus cons­ti­tu­cio­nes, sino por sus pre­su­pues­tos anua­les. Esta­dos Uni­dos, por ejem­plo, gas­ta casi un billón de dóla­res (si se suma el pre­su­pues­to de inte­li­gen­cia esti­ma­do) en su maqui­na­ria de gue­rra, mien­tras gas­ta ape­nas una frac­ción en bie­nes y ser­vi­cios públi­cos (como aten­ción sani­ta­ria, algo evi­den­te duran­te la pan­de­mia). La polí­ti­ca exte­rior de los paí­ses occi­den­ta­les pare­ce estar bien lubri­ca­da por acuer­dos de armas: los Emi­ra­tos Ára­bes y Marrue­cos acep­ta­ron reco­no­cer a Israel bajo la con­di­ción de que pue­dan com­prar 23.000 millo­nes de dóla­res y 1.000 millo­nes en armas hechas en EE. UU., res­pec­ti­va­men­te. Los dere­chos de las per­so­nas pales­ti­nas, saha­rauis y yeme­níes no impor­ta­ron para estos acuer­dos. El uso de san­cio­nes ile­ga­les por par­te de Esta­dos Uni­dos con­tra trein­ta paí­ses, inclu­yen­do Cuba, Irán y Vene­zue­la, se ha vuel­to par­te de la vida nor­mal, inclu­so duran­te esta cri­sis de salud públi­ca mun­dial pro­vo­ca­da por la pan­de­mia. Es un fra­ca­so del sis­te­ma polí­ti­co que las pobla­cio­nes en el blo­que capi­ta­lis­ta sean inca­pa­ces de obli­gar a sus gobier­nos —que en muchos casos son demo­cra­cias solo en el papel— a adop­tar una pers­pec­ti­va glo­bal fren­te a esta emer­gen­cia. El aumen­to de las tasas de ham­bre reve­la que la lucha por sobre­vi­vir es el hori­zon­te para miles de millo­nes de per­so­nas en el pla­ne­ta (todo esto mien­tras Chi­na logra erra­di­car la pobre­za abso­lu­ta y eli­mi­nar en gran medi­da el hambre).

La ani­qui­la­ción nuclear y la extin­ción por la catás­tro­fe cli­má­ti­ca son ame­na­zas geme­las para el pla­ne­ta. Mien­tras tan­to, para las víc­ti­mas del ata­que neo­li­be­ral que ha sido una pla­ga para la últi­ma gene­ra­ción, los pro­ble­mas de cor­to pla­zo para sos­te­ner su pro­pia exis­ten­cia des­pla­zan cues­tio­nes fun­da­men­ta­les sobre el des­tino de nuestrxs hijxs y nietxs.

Los pro­ble­mas glo­ba­les de esta esca­la requie­ren de la coope­ra­ción mun­dial. Pre­sio­na­dos por los paí­ses del Ter­cer Mun­do en los años 60, las gran­des poten­cias acep­ta­ron el Tra­ta­do sobre la no pro­li­fe­ra­ción de armas nuclea­res (1968), aun­que recha­za­ron la pro­fun­da­men­te impor­tan­te Decla­ra­ción sobre el Esta­ble­ci­mien­to de un Nue­vo Orden Eco­nó­mi­co Inter­na­cio­nal (1974). Ya no está la corre­la­ción de fuer­zas para impul­sar ese tipo de agen­da de cla­se en el esce­na­rio inter­na­cio­nal. Cier­tas diná­mi­cas polí­ti­cas en los paí­ses occi­den­ta­les, en par­ti­cu­lar, pero tam­bién en los gran­des Esta­dos del mun­do en desa­rro­llo (como Bra­sil, India, Indo­ne­sia y Sudá­fri­ca), son nece­sa­rias para cam­biar el carác­ter de sus gobier­nos. Se nece­si­ta un inter­na­cio­na­lis­mo robus­to para pres­tar una aten­ción ade­cua­da e inme­dia­ta a los peli­gros de la extin­ción: extin­ción por la gue­rra nuclear, por la catás­tro­fe cli­má­ti­ca, y por el colap­so social. Las tareas por delan­te son abru­ma­do­ras y no pue­den ser aplazadas.Xiang Wang (China), Internationalism, 2020

Xiang Wang (Chi­na), Inter­na­tio­na­lism [Inter­na­cio­na­lis­mo], 2020.

Esta nota que escri­bí jun­to a Noam Chomsky es un lla­ma­do a unir­nos y luchar con­tra las fuer­zas del dine­ro, los ejér­ci­tos y el mora­lis­mo hipó­cri­ta. Este año, en el Ins­ti­tu­to Tri­con­ti­nen­tal de Inves­ti­ga­ción Social nos enfo­ca­re­mos en estos peli­gros, con espe­cial énfa­sis en la ame­na­za de gue­rra. Tras el ata­que nuclear de Esta­dos Uni­dos en Hiroshi­ma, Shi­noe Shō­da comen­zó a escri­bir poe­sía tan­ka para no olvi­dar nun­ca el ata­que. Como la ocu­pa­ción esta­dou­ni­den­se cen­su­ró tra­ba­jos como los suyos, Shō­da logró que un guar­dia de la pri­sión de Hiroshi­ma mimeo­gra­fia­ra 150 copias de su libro, las que repar­tió a lxs sobre­vi­vien­tes de la bom­ba ató­mi­ca. Entre esos poe­mas está esta pie­za brillante:

Como
aquí hay reu­ni­dos
tan­tos crá­neos peque­ños,
estos hue­sos lar­gos
deben ser del profesor.

El espí­ri­tu humano se rebe­la con­tra la extin­ción. Aho­ra debe rebe­lar­se no sólo para pre­ser­var la vida, sino para mejo­rar la vida, tan­to la vida huma­na como de nues­tro planeta.

foto por­ta­da: Yoshi­ko Michitsu­ji (Japón), I Ran Toward My Hou­se Through a Sea of Fla­mes [Corrí hacia mi casa a tra­vés de un mar de lla­mas], 1974 (cor­te­sía del Hiroshi­ma Pea­ce Memo­rial Museum.

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