Pales­ti­na. Israel no está mos­tran­do lide­raz­go en mate­ria de vacu­na­ción: está demos­tran­do un apartheid médico

Por Ariel Gold*, 7 de enero de 2021-.

Deba­jo de los titu­la­res que cele­bran las tasas de vacu­na­ción de Israel se encuen­tra una his­to­ria mucho más oscu­ra sobre la des­igual­dad en mate­ria de salud.

Los medios de comu­ni­ca­ción están lle­nos de titu­la­res del tipo: “Cómo Israel se con­vir­tió en líder mun­dial en la vacu­na­ción con­tra el Covid-19”. Mien­tras que EE.UU. has­ta aho­ra sólo ha vacu­na­do al 1,3% de su pobla­ción con­tra el COVID-19, Israel ya ha dado la vacu­na a más del 14% de sus ciudadanos/​as. Al expli­car esto, los medios de comu­ni­ca­ción citan la medi­ci­na socia­li­za­da de Israel, el hecho de que el país es peque­ño pero rico (per­mi­tién­do­le pagar 62 dóla­res por dosis, en com­pa­ra­ción con los 19,50 dóla­res que paga EE.UU.), y la natu­ra­le­za alta­men­te digi­ta­li­za­da de su sis­te­ma de salud. Pero deba­jo de los titu­la­res que cele­bran las tasas de vacu­na­ción de Israel hay una his­to­ria mucho más oscu­ra sobre la des­igual­dad en mate­ria de salud.
Israel tie­ne una pobla­ción de alre­de­dor de nue­ve millo­nes de habi­tan­tes. El 20% de la pobla­ción de Israel son ciudadanos/​as palestinos/​as de Israel. Estas per­so­nas pue­den votar en las elec­cio­nes, tie­nen repre­sen­ta­ción en el Par­la­men­to, y están sien­do vacu­na­das con­tra el COVID-19. Pero hay otros alre­de­dor de cin­co millo­nes de per­so­nas pales­ti­nas que viven bajo el domi­nio israe­lí, sin dere­chos, y al igual que el res­to del mun­do, están sufrien­do la pan­de­mia.
Des­de 1967, la pobla­ción de colonos/​as israe­líes en el terri­to­rio pales­tino ocu­pa­do se ha dis­pa­ra­do a cer­ca de 500.000; los con­se­jos regio­na­les de las colo­nias israe­líes con­tro­lan el 40% de las tie­rras de Cis­jor­da­nia. A pesar de que los acuer­dos de nor­ma­li­za­ción faci­li­ta­dos por EE.UU. entre Israel y Emi­ra­tos Ára­bes Uni­dos, Bah­rein y Marrue­cos −fir­ma­dos en el últi­mo semes­tre del año pasa­do− supues­ta­men­te habían dete­ni­do la ane­xión de Cis­jor­da­nia a Israel, en 2020 el gobierno israe­lí otor­gó el mayor núme­ro de per­mi­sos para cons­truc­ción o expan­sión de colo­nias des­de que el gru­po de vigi­lan­cia Pea­ce Now comen­zó a rea­li­zar el segui­mien­to en 2012.
A pesar de que la Auto­ri­dad Pales­ti­na y Hamas son supues­ta­men­te los ‘gobier­nos ofi­cia­les’ en Cis­jor­da­nia y Gaza, Israel es quien real­men­te man­da. Israel con­tro­la las fron­te­ras, la mone­da, el ban­co cen­tral, e inclu­so recau­da impues­tos en nom­bre de la Auto­ri­dad Pales­ti­na. Man­tie­ne el dere­cho de lle­var a cabo ope­ra­cio­nes mili­ta­res en terri­to­rio pales­tino y con­tro­la la can­ti­dad de liber­tad, o la fal­ta de ella, que se con­ce­de a la pobla­ción pales­ti­na. Inclu­so en zonas como Rama­la, supues­ta­men­te bajo el con­trol total de la Auto­ri­dad Pales­ti­na, Israel se reser­va el dere­cho de entrar en la ciu­dad en cual­quier momen­to, de cerrar calles y tien­das, de irrum­pir en las casas y de hacer arres­tos mili­ta­res noc­tur­nos sin orden judi­cial.
La dis­tri­bu­ción de la vacu­na COVID-19 por par­te de Israel está lejos de ser el úni­co sis­te­ma de des­igual­dad en el país. Las elec­cio­nes israe­líes no inclu­yen a los apro­xi­ma­da­men­te cin­co millo­nes de palestinos/​as que viven en Cis­jor­da­nia y Gaza bajo su domi­nio. La pobla­ción pales­ti­na de Jeru­sa­lén Este [ane­xa­da a Israel des­de 1967], si bien pue­de votar en las elec­cio­nes muni­ci­pa­les, no pue­de votar en las elec­cio­nes nacio­na­les, como la que está pre­vis­ta para mar­zo (la cuar­ta en dos años).
Tal vez la demos­tra­ción más fla­gran­te de que Israel tie­ne dos con­jun­tos de leyes para dos gru­pos de pobla­ción es su sis­te­ma judi­cial en Cis­jor­da­nia. Mien­tras que los colo­nos israe­líes, que viven allí ile­gal­men­te según el dere­cho inter­na­cio­nal, están suje­tos a la legis­la­ción civil israe­lí, sus veci­nos pales­ti­nos viven bajo la legis­la­ción mili­tar israe­lí. Esto les subor­di­na a decre­tos como la Orden Mili­tar 101, que prohí­be inclu­so la pro­tes­ta pacífica.

Según los Acuer­dos de Oslo fir­ma­dos en 1993, la Auto­ri­dad Pales­ti­na es la úni­ca res­pon­sa­ble de la aten­ción sani­ta­ria de la pobla­ción pales­ti­na en Cis­jor­da­nia y Gaza. Sin embar­go, esos acuer­dos for­ma­ban par­te de la visión que con­tem­pla­ba la fir­ma de un acuer­do de paz más com­ple­to en un pla­zo de cin­co años. Casi tres déca­das des­pués, este acuer­do de paz más amplio no se alcan­zó, e Israel ha afian­za­do su empre­sa de ocu­pa­ción colo­nial, al tiem­po que des­obe­de­ce el dere­cho inter­na­cio­nal y elu­de sus obli­ga­cio­nes mora­les, jurí­di­cas y huma­ni­ta­rias como poten­cia ocu­pan­te. Pro­por­cio­nar la vacu­na COVID-19 a la pobla­ción pales­ti­na ocu­pa­da es una de esas obli­ga­cio­nes.
La pobla­ción pales­ti­na de Cis­jor­da­nia y Gaza nece­si­ta deses­pe­ra­da­men­te la vacu­na COVID-19. Has­ta el 6 de enero de 2021, ha habi­do 144.257 casos y 1.663 muer­tes por COVID-19 en los terri­to­rios pales­ti­nos. La infec­ción y las tasas de mor­ta­li­dad están aumen­tan­do peli­gro­sa­men­te. En un perío­do de sólo 24 horas, se anun­cia­ron 1.191 nue­vos casos y 20 muer­tes por el virus. La situa­ción en Gaza es par­ti­cu­lar­men­te preo­cu­pan­te. Gaza pade­ce has­ta 12 horas dia­rias sin elec­tri­ci­dad. Gra­cias al blo­queo aéreo, terres­tre y marí­ti­mo impues­to por Israel, así como a los múl­ti­ples ata­ques mili­ta­res sobre ese encla­ve super­po­bla­do, hay una gra­ve esca­sez de medi­ca­men­tos y equi­pa­mien­to médi­co en Gaza, jun­to con una con­si­de­ra­ble pobre­za y des­em­pleo. Esta­ble­cer una cua­ren­te­na y man­te­ner los ser­vi­cios sani­ta­rios en Gaza es extre­ma­da­men­te difí­cil.
El sis­te­ma Covax de la Orga­ni­za­ción Mun­dial de la Salud, des­ti­na­do a ayu­dar a los paí­ses empo­bre­ci­dos, se ha com­pro­me­ti­do a vacu­nar al 20% de los terri­to­rios pales­ti­nos. Pero las vacu­nas Covax aún no cuen­tan con la nece­sa­ria apro­ba­ción de la OMS para “uso de emer­gen­cia”. Gerald Roc­kens­chaub, jefe de la ofi­ci­na de la OMS en Jeru­sa­lén, dijo que es pro­ba­ble que las vacu­nas Covax no estén dis­po­ni­bles para su dis­tri­bu­ción en los terri­to­rios pales­ti­nos has­ta “prin­ci­pios o media­dos de 2021”. Según el Minis­te­rio de Salud pales­tino, los terri­to­rios han sufri­do una cri­sis finan­cie­ra que los ha deja­do casi sin fon­dos para com­prar dosis de vacu­nas. Inclu­so cuan­do logra­ron con­se­guir el dine­ro, las vacu­nas que inten­ta­ron com­prar a Rusia en diciem­bre no pudie­ron ser entre­ga­das ya que Rusia deter­mi­nó que no tenían sufi­cien­tes dosis para ven­der.
En la pri­me­ra sema­na de 2021, la Auto­ri­dad Pales­ti­na comen­zó a inda­gar si Israel les ayu­da­ría a obte­ner la vacu­na. Has­ta aho­ra, los fun­cio­na­rios israe­líes han dicho que qui­zás podrían ofre­cer lo que les sobre a Cis­jor­da­nia y Gaza des­pués de vacu­nar a la pobla­ción israe­lí y a la pales­ti­na de Jeru­sa­lén Este. Si eso no es apartheid médi­co, no sé qué es.

*Ariel Gold es judía-esta­dou­ni­den­se, co-direc­to­ra nacio­nal de la orga­ni­za­ción femi­nis­ta Code­pink, y res­pon­sa­ble de su cam­pa­ña por los dere­chos del pue­blo pales­tino. Por su acti­vis­mo en ese terreno Israel le negó la entra­da al país.
Publi­ca­do el 6/​1/​21 en Mon­do­weiss. Tra­duc­ción: María Landi

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