Méxi­co. Están matan­do a los nahuas

Por Zósi­mo Cama­cho, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 24 de diciem­bre de 2020.

El sába­do 19 fue­ron encon­tra­dos los cuer­pos de cua­tro indí­ge­nas nahuas de la Mon­ta­ña baja de Gue­rre­ro. Sí, otros cua­tro de una san­gría que no para ante la indo­len­cia de los tres nive­les de gobierno. María Agus­tín Chino, Ama­lia Mora­les Gua­pan­go, José Beni­to Migue­le­ño y Miguel Migue­le­ño lle­va­ban por nom­bres los indí­ge­nas encon­tra­dos al inte­rior de su pro­pia camio­ne­ta: mania­ta­dos, con hue­llas de sal­va­je tor­tu­ra y sen­dos tiros de gra­cia.

Las dos muje­res y los dos hom­bres per­te­ne­cían a la comu­ni­dad de Alco­za­can, muni­ci­pio de Chi­la­pa de Álva­rez. Habían des­apa­re­ci­do un día antes, el vier­nes 18. Sus cuer­pos apa­re­cie­ron en un pun­to de la carre­te­ra que conec­ta Chi­la­pa con Tla­pa de Comon­fort, en la Mon­ta­ña de Guerrero.

Eran inte­gran­tes del Con­se­jo Indí­ge­na y Popu­lar de Gue­rre­ro-Emi­liano Zapa­ta (Cipog-EZ), la orga­ni­za­ción a la que per­te­ne­cen 22 comu­ni­da­des que recien­te­men­te rom­pie­ron un cer­co para­mi­li­tar impues­to por el nar­co, en espe­cí­fi­co por el cár­tel de Los Ardi­llos. Hace un mes que habían recu­pe­ra­do la movi­li­dad en el terri­to­rio. Aho­ra ven estas comu­ni­da­des nahuas que, por tal osa­día, los sica­rios les cobran una cuo­ta de sangre.

Hace poco más de 1 año reco­rri­mos la zona. Docu­men­ta­mos que las 22 comu­ni­da­des del Cipog-EZ en la Mon­ta­ña baja vivían bajo ase­dio. Tuvie­ron que ins­ta­lar trin­che­ras en el perí­me­tro de su terri­to­rio para repe­ler los emba­tes arma­dos de Los Ardillos .

La delin­cuen­cia orga­ni­za­da quie­re el terri­to­rio de las comu­ni­da­des por­que lo uti­li­za como ruta del tra­sie­go de dro­gas, armas y per­so­nas, y como lugar de siem­bra de ama­po­la. Se apro­ve­cha de la ausen­cia de comu­ni­ca­cio­nes, y de la sos­pe­cho­sa inac­ción de los gobier­nos, para impo­ner su ley, some­ter a los pue­blos y ase­si­nar a quie­nes se les oponen.

Si los gobier­nos muni­ci­pa­les de Chi­la­pa de Álva­rez, Tla­pa de Comon­fort y José Joa­quín de Herre­ra y el esta­tal de Gue­rre­ro no pue­den lla­mar­se a sor­pre­sa por lo que ocu­rre, tam­po­co el gobierno fede­ral. Las comu­ni­da­des han gri­ta­do al mun­do su situa­ción con cada masa­cre que pade­cen. Su caso está en la Comi­sión Inter­ame­ri­ca­na de Dere­chos Huma­nos, pero al inte­rior del país las auto­ri­da­des hacen como si nada pasara.

En octu­bre, una comi­sión del Cipog-EZ vino a la Ciu­dad de Méxi­co. Le infor­mó, una vez más, al sub­se­cre­ta­rio de Dere­chos Huma­nos, Pobla­ción y Migra­ción, Ale­jan­dro Enci­nas, de la situación.

La pro­pia Fis­ca­lía Gene­ral de la Repú­bli­ca (FGR) tie­ne iden­ti­fi­ca­dos a los líde­res de Los Ardi­llos. Se tra­ta de los her­ma­nos Cel­so y Jor­ge Iván Orte­ga Jimé­nez. Y tam­bién sabe que otro her­mano, Ber­nar­do, es el coor­di­na­dor de los dipu­tados del Par­ti­do de la Revo­lu­ción Demo­crá­ti­ca en el Con­gre­so del estado.

Ber­nar­do Orte­ga Jimé­nez ha decla­ra­do en reite­ra­das oca­sio­nes que nada tie­ne que ver con las acti­vi­da­des de sus her­ma­nos; pero para las comu­ni­da­des del Cipog-EZ él es el man­do polí­ti­co de Los Ardi­llos, mien­tras que Cel­so y Jor­ge Iván son los man­dos ope­ra­ti­vos del gru­po arma­do. Seña­lan que la pro­tec­ción con que cuen­ta este cár­tel vie­ne de las altas esfe­ras del gobierno del estado.

¿Y la 4T? ¿Qué equi­li­brios sos­tie­ne o qué acuer­dos tie­ne que cum­plir como para no actuar con­tra este cár­tel? ¿O aca­so saca algu­na ven­ta­ja de los ata­ques a estas comunidades?

¿Por qué el gobierno fede­ral se nie­ga a brin­dar medi­das cau­te­la­res? ¿Por qué la Comi­sión Nacio­nal de los Dere­chos Huma­nos no ha envia­do a nin­gún visi­ta­dor a regis­trar las vio­la­cio­nes a los dere­chos huma­nos en la zona y a ates­ti­guar el cer­co nar­co-para­mi­li­tar con­tra las comunidades?

¿Cuán­tas vidas más tie­nen que ser sega­das para que escu­chen a estas fami­lias nahuas? ¿Cuán­tos muer­tos les fal­ta poner para que se vuel­van a ver­las? Lle­van alre­de­dor de 30 en sólo los últi­mos 2 años, entre coman­dan­tes de su Poli­cía Comu­ni­ta­ria, acti­vis­tas, músi­cos y cam­pe­si­nos. Las embos­ca­das no cesan. La más recien­te es un maca­bro men­sa­je para quie­nes rom­pie­ron el cer­co, para­mi­li­tar e infor­ma­ti­vo, en sema­nas anteriores.

En el comu­ni­ca­do median­te el cual las comu­ni­da­des nahuas del Cipog-EZ die­ron cuen­ta de los ase­si­na­tos, tam­bién se asienta:

“Hoy, y en los tiem­pos que vie­nen, nos segui­rán ase­si­nan­do. Sobre nues­tros cadá­ve­res se va a cons­truir ese Méxi­co en el que nue­va­men­te estor­ba­mos. Pero ya no pode­mos con­ti­nuar en la escla­vi­tud. Aquí en la Mon­ta­ña baja de Gue­rre­ro el Covid-19 es lo de menos; nos están ase­si­nan­do, así, como ani­mal, sin que nadie escu­che, sin que nadie haga nada. Nues­tro ¡Ya Bas­ta! con­ti­nua­rá y cos­ta­rá más san­gre, por­que nin­gu­na lucha por la ver­da­de­ra liber­tad y la jus­ti­cia ha sido ter­sa; nun­ca en la his­to­ria a los pue­blos nos han rega­la­do nues­tra libertad.”

Las comu­ni­da­des del Cipog-EZ no están solas. Sus apo­yos no están en las ciu­da­des ni en los círcu­los de la vie­ja y nue­va cla­se polí­ti­ca. Están en pue­blos de otras regio­nes, igual­men­te pobres y dig­nos. Cuen­tan con el res­pal­do de los orga­ni­za­dos en torno a la Orga­ni­za­ción Cam­pe­si­na de la Sie­rra del Sur (OCSS), en el pro­pio esta­do de Gue­rre­ro, y de los que inte­gran el Con­gre­so Nacio­nal Indí­ge­na en todo el país.

¿Ten­drá algo que ver la inac­ción del gobierno fede­ral pre­ci­sa­men­te en las sim­pa­tías zapa­tis­tas de las comu­ni­da­des afec­ta­das? Oja­lá las res­pues­tas a las pre­gun­tas plan­tea­das lle­guen antes que la siguien­te emboscada.

fuen­te: Contralínea

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