Esta­do Espa­ñol. La con­de­na­da por la pro­ce­sión del “Chu­mino rebel­de” recu­rri­rá la sentencia

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 9 de diciem­bre de 2020.

El Juz­ga­do de lo Penal núme­ro 10 de Mála­ga con­de­nó a la mujer a una pena de nue­ve meses de mul­ta con una cuo­ta dia­ria de diez euros, es decir, al pago de 2.700 euros.

La defen­sa de la mujer con­de­na­da a una mul­ta por par­ti­ci­par en la exhi­bi­ción públi­ca a modo de pro­ce­sión de la ima­gen de una vagi­na de plás­ti­co ata­via­da como si fue­ra una vir­gen con el nom­bre de pro­ce­sión del “Chu­mino rebel­de“, duran­te la mani­fes­ta­ción del Día de la Mujer el 8 de mar­zo de 2013 en Mála­ga, pre­sen­ta­rá un recur­so con­tra la sen­ten­cia que la con­si­de­ró res­pon­sa­ble de un deli­to con­tra los sen­ti­mien­tos religiosos.Así lo han infor­ma­do a Euro­pa Press fuen­tes de la defen­sa, al tiem­po que han apun­ta­do que, aun­que toda­vía se está ela­bo­ran­do el recur­so, ini­cial­men­te entre los argu­men­tos que se ale­guen está el error en la valo­ra­ción de la prue­ba e infrac­ción del artícu­lo 525 por apli­ca­ción inde­bi­da, con­si­de­ran­do que no con­cu­rren los ele­men­tos del tipo delic­ti­vo por el que se condena.

El Juz­ga­do de lo Penal núme­ro 10 de Mála­ga con­de­nó a la mujer a una pena de nue­ve meses de mul­ta con una cuo­ta dia­ria de diez euros, es decir, al pago de 2.700 euros; absol­vién­do­la de un deli­to de pro­vo­ca­ción a la dis­cri­mi­na­ción y el odio, del que tam­bién era acu­sa­da por la Aso­cia­ción de Abo­ga­dos Cris­tia­nos, cuya denun­cia dio ori­gen a este procedimiento.

En la reso­lu­ción, se con­si­de­ró pro­ba­do que la acu­sa­da par­ti­ci­pó en dicha mani­fes­ta­ción por el 8M y que iba “ata­via­da con una pei­ne­ta y con una vela gran­de en la mano, por­ta­ba, en com­pa­ñía de otras per­so­nas no iden­ti­fi­ca­das que ves­tían túni­cas, man­ti­llas o pei­ne­tas, lo que se anto­ja una imi­ta­ción de un paso de Sema­na San­ta cuya ima­gen es una vagi­na” de plástico.

La pro­ce­sa­da se decla­ró ino­cen­te en el jui­cio y ase­gu­ró que no pen­só en ese momen­to que pudie­ra ofen­der a los cató­li­cos y que no era su inten­ción hacer­lo, sino que pre­ten­día defen­der los dere­chos de las muje­res, ya que ese año la mani­fes­ta­ción inci­día con­tra la refor­ma del abor­to y pro­tes­ta­ba con­tra ins­ti­tu­cio­nes, como la Con­fe­ren­cia Epis­co­pal, que defen­dían esa con­tra­rre­for­ma del Gobierno.

Su defen­sa inci­dió tam­bién en que se hizo en un con­tex­to polí­ti­co en con­tra de la con­tra­rre­for­ma del abor­to, con­si­de­ran­do que es “una inter­ven­ción pro­te­gi­da por el ejer­ci­cio de la liber­tad de expre­sión”, que a su cri­te­rio “se tie­ne que lle­var a cabo de la mane­ra más exten­sa posi­ble” y tener “espe­cial celo para esta­ble­cer los límites”.

Fuen­te: Anda­lu­cía Información

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