Cuba. Recuer­da 64 años del cri­men ‘Pas­cuas Sangrientas’

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 24 de diciem­bre de 2020. 

Cuba recuer­da este jue­ves 24 los ase­si­na­tos de 23 jóve­nes revo­lu­cio­na­rios duran­te cua­tro días de 1956, uno de los hechos más horren­dos de la his­to­ria nacio­nal cono­ci­do como ‘Pas­cuas San­grien­tas’, según inves­ti­ga­cio­nes ofi­cia­les.
Orde­na­dos por el dic­ta­dor Ful­gen­cio Batis­ta (1952−59), los crí­me­nes ocu­rrie­ron como escar­mien­to tras los actos de apo­yo al des­em­bar­co del Yate Gran­ma (1956), el cual per­mi­tió la lle­ga­da a Cuba del líder Fidel Cas­tro y otros com­ba­tien­tes para ini­ciar la lucha arma­da en la Sie­rra Maes­tra (orien­te).

Has­ta el 26 de diciem­bre, el coro­nel Fer­mín Cow­ley, jefe del Regi­mien­to Mili­tar de Hol­guín, lle­vó a cabo una serie de ase­si­na­tos de ciu­da­da­nos que lucha­ban en la clan­des­ti­ni­dad o se opo­nían a la dic­ta­du­ra mili­tar, la mayo­ría eran mili­tan­tes del Movi­mien­to revo­lu­cio­na­rio 26 de Julio (M26‑7) y del Par­ti­do Socia­lis­ta Popular.

De acuer­do con artícu­los his­tó­ri­cos, los cadá­ve­res de cam­pe­si­nos, tra­ba­ja­do­res, estu­dian­tes y diri­gen­tes gre­mia­les apa­re­cie­ron en luga­res apar­ta­dos de la geo­gra­fía orien­tal ‑con mues­tras evi­den­tes de tor­tu­ras- para infun­dir terror en la pobla­ción e impe­dir la ayu­da a los guerrilleros.

El ejér­ci­to reali­zó esta ope­ra­ción bajo el títu­lo Rega­lo de Navi­dad por con­si­de­rar ese momen­to el más pro­pi­cio para loca­li­zar a las víc­ti­mas en sus res­pec­ti­vos hogares.

Medios de infor­ma­ción como Gran­ma y La Jiri­bi­lla expli­ca­ron que las accio­nes comen­za­ron en la noche del 23 de diciem­bre con el ase­si­na­to del joven Rafael Ore­jón, quien poco antes entre­gó a la direc­ción del M26‑7 de Hol­guín el men­sa­je sobre la lle­ga­da a sal­vo de Fidel Castro.

Fer­mín Cow­ley fue ajus­ti­cia­do meses des­pués en 1957 por un coman­do revo­lu­cio­na­rio como cas­ti­go por sus crí­me­nes con­tra la pobla­ción, por su par­te, Ful­gen­cio Batis­ta huyó del país ante el inmi­nen­te triun­fo de la Revo­lu­ción y los gue­rri­lle­ros en 1959.

Fuen­te: Pren­sa Debate

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