Chi­na. El Yuan y su avan­ce internacional

Por Hedel­ber­to López Blanch, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 7 diciem­bre 2020.-

Poco a poco, sin hacer mucha alha­ra­ca, el yuan con­ti­núa cre­cien­do en el comer­cio mun­dial y en las corrien­tes de inver­sión, mien­tras el sis­te­ma mone­ta­rio inter­na­cio­nal domi­na­do por el dólar expe­ri­men­ta cambios.

No es de menos­pre­ciar que la mone­da de la Repú­bli­ca Popu­lar Chi­na esté desem­pe­ñan­do cada vez más un impor­tan­te papel en la esfe­ra inter­na­cio­nal e indi­rec­ta­men­te que­bran­te el rol domi­nan­te del dólar.

Ya en este siglo XXI, el yuan o ren­min­bi se desem­pe­ña como una de las mone­das más uti­li­za­das en el comer­cio mun­dial y todo hace indi­car que más tem­prano que tar­de se le inclui­rá en el exclu­si­vo gru­po de divi­sas con mayor peso en la are­na internacional.

En el con­jun­to de las mone­das reco­no­ci­das por orga­nis­mos finan­cie­ro occi­den­ta­les como las más impor­tan­tes del pla­ne­ta y que gozan de los pri­vi­le­gios que les otor­ga esa cate­go­ría, apa­re­cen los dóla­res esta­dou­ni­den­ses, aus­tra­lia­nos, cana­dien­ses y neo­ze­lan­de­ses, el euro, la libra ester­li­na, fran­co sui­zo, yen japo­nés, coro­nas norue­gas y suecas.

Para tener una idea de cómo ha ido abrién­do­se paso el ren­min­bi, datos del Ban­co de Pagos Inter­na­cio­na­les (BPI) indi­can que en abril de 2019, el pro­me­dio dia­rio de volu­men de comer­cio glo­bal coti­za­do en yua­nes alcan­zó unos 285 000 millo­nes de dóla­res, cifra que se ha man­te­ni­do en 2020 pese a los efec­tos de la cri­sis eco­nó­mi­ca-finan­cie­ra glo­bal cau­sa­da por la pan­de­mia de la covid-19.

Infor­mes más recien­tes del Sis­te­ma de Comer­cio de Divi­sas Extran­je­ras de Chi­na apun­tan que para el 16 de noviem­bre de este año el volu­men de comer­cio en yua­nes rea­li­za­do den­tro del gigan­te asiá­ti­co ascen­dió a 45 000 millo­nes de dóla­res, la cifra más alta des­de diciem­bre del 2018.

A la par, el BPI comu­ni­có que el tipo de cam­bio tam­bién subió al máxi­mo des­de 2018, a 6,5395 yua­nes por dólar tras haber cre­ci­do más de un 8 % en los últi­mos seis meses, el mayor for­ta­le­ci­mien­to de las mone­das en Asia des­pués del won coreano.

Las cau­sas del robus­te­ci­mien­to del ren­min­bi se deben a la esta­bi­li­dad de la eco­no­mía, la for­ma que enfren­tó y con­tro­ló las con­se­cuen­cias del coro­na­vi­rus y la reac­ti­va­ción de todo su pro­ce­so pro­duc­ti­vo y de expor­ta­ción, muy supe­rio­res al de la mayo­ría de las nacio­nes occi­den­ta­les y sobre todo la de Esta­dos Uni­dos, don­de la polí­ti­ca de la admi­nis­tra­ción de Donald Trump para enfren­tar la pan­de­mia ha sido un rotun­do fracaso.

Mien­tras el yuan se ha for­ta­le­ci­do, el dólar se ha debi­li­ta­do lo que bene­fi­cia a la mone­da chi­na y tam­bién los acti­vos nomi­na­dos en ren­min­bi están res­pal­da­dos por tasas de inte­rés más altas cuya pri­ma supera a la obte­ni­da por la inver­sión en acti­vos nomi­na­dos en otras divisas.

Como con­se­cuen­cia direc­ta, los inver­so­res glo­ba­les cen­tran más su aten­ción en esa mone­da, pues el país asiá­ti­co ha toma­do la delan­te­ra a los demás a la hora de recu­pe­rar­se de la pan­de­mia y se augu­ra que su eco­no­mía será la úni­ca impor­tan­te del orbe que alcan­za­rá cre­ci­mien­to posi­ti­vo en 2020.

La polí­ti­ca de “san­cio­nes” eco­nó­mi­cas y finan­cie­ras con­tra nume­ro­sas nacio­nes, lle­va­da a cabo en los cua­tro años de la pre­si­den­cia de Donald Trump han lle­va­do a chi­nos, rusos, tur­cos, ira­níes, vene­zo­la­nos, indios y has­ta euro­peos occi­den­ta­les a bus­car otra mone­da alter­na­ti­va al bille­te verde.

El Ban­co Mun­dial seña­ló recien­te­men­te que el pujan­te rol de chi­na en el comer­cio inter­na­cio­nal, el tama­ño de su eco­no­mía, ade­más de apa­re­cer como el mayor acree­dor del mun­do, per­mi­ten ase­gu­rar que la inter­na­cio­na­li­za­ción de su mone­da avan­za por sen­de­ros seguros.

El Fon­do Mone­ta­rio Inter­na­cio­nal aña­dió en 2016 al ren­min­bi en su canas­ta de los Dere­chos de Giro Espe­cial y la inclu­yó en la ces­ta de mone­das que la enti­dad uti­li­za como medi­da de valor jun­to con el dólar, euro, yen y la libra ester­li­na. A fina­les de 2019, al menos 70 ban­cos cen­tra­les pasa­ron a tener al yuan en sus reser­vas de divi­sas fren­te a los 60 en 2018.

No resul­ta des­acer­ta­da la opi­nión de varios exper­tos que vati­ci­nan la posi­bi­li­dad de que en los pró­xi­mos diez años, el yuan pase a ser la mone­da más com­pe­ten­te del mer­ca­do y deje atrás al bille­te verde.

No es menos cier­to que a la mone­da chi­na aún le fal­tan con­di­cio­nes obje­ti­vas para ser com­ple­ta­men­te con­ver­ti­ble por­que sus posee­do­res no pue­den cam­biar­los en las enti­da­des ban­ca­rias cen­tra­les en cual­quier momen­to, pero su Ban­co Cen­tral se enca­mi­na hacia esa direc­ción y ya tra­ba­ja en la crea­ción de un sis­te­ma para liqui­dar pagos e inver­sio­nes trans­fron­te­ri­zas en yua­nes lo cual aumen­ta­rá su con­ver­ti­bi­li­dad de for­ma gradual.

Cin­co de las 12 mayo­res eco­no­mías del orbe (Japón, India, Rusia, Bra­sil y Corea del Sur) ya man­tie­nen inter­cam­bios comer­cia­les con esa mone­da, a las que se unen, entre otras, Argen­ti­na, Vene­zue­la, Aus­tra­lia, Irán, Bela­rus y varios paí­ses del con­ti­nen­te asiá­ti­co. Empre­sas de Bei­jing usan el yuan con enti­da­des de 181 paí­ses y con­ti­núa sin dete­ner­se su expansión.

La recien­te crea­ción del mayor tra­ta­do de libre comer­cio del mun­do, naci­do con el nom­bre de Aso­cia­ción Eco­nó­mi­ca Inte­gral Regio­nal (RCEP) que englo­ba a 15 paí­ses de la región Asia Pací­fi­co, más la con­ti­nua amplia­ción de la lla­ma­da Ruta de la Seda que des­de Chi­na se expan­di­rá por Euro­pa, Áfri­ca y Amé­ri­ca Lati­na, augu­ran que la inter­na­cio­na­li­za­ción de la mone­da del gigan­te asiá­ti­co avan­za por sen­de­ros segu­ros y le sigue los pasos al deca­den­te (pero aún fuer­te) dólar.

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