Argen­ti­na. Abor­to legal: Dipu­tados dio media san­ción y solo fal­ta el Senado

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 11 de diciem­bre de 2020.

Por 130 votos posi­ti­vos con­tra 115 nega­ti­vos. Con la pre­sen­cia de his­tó­ri­cas de la Cam­pa­ña Nacio­nal y fun­cio­na­ries en los bal­co­nes, la Cáma­ra de Dipu­tados dio media san­ción a la lega­li­za­ción del abor­to. Una ver­da­de­ra explo­sión sacu­dió a la marea ver­de que acom­pa­ñó la sesión des­de la Pla­za del Con­gre­so. Gri­tos y abra­zos como ante­sa­la del deba­te que espe­ra en el Sena­do para trans­for­mar el pro­yec­to en ley.

A las 7.23 de la maña­na, el table­ro dijo que la inte­rrup­ción legal del emba­ra­zo es ley: lo apo­ya­ron 131 votos, que supe­ra­ron a los 117 en con­tra; la cuen­ta sólo regis­tró 6 abs­ten­cio­nes. “Resul­ta afir­ma­ti­vo, se comu­ni­ca­rá al hono­ra­ble Sena­do”, dijo el pre­si­den­te de la Cáma­ra de Dipu­tados, Ser­gio Mas­sa, mien­tras en el recin­to los aplau­sos subían des­de las ban­cas, tras 22 horas de sesión. Los fes­te­jos de la calle subían por las ven­ta­nas, como habían segui­do sonan­do toda la madru­ga­da: un mar ver­de que acom­pa­ñó por segun­da vez en dos años un recla­mo his­tó­ri­co del movi­mien­to de muje­res argentino.

Las últi­mas inter­ven­cio­nes habían pues­to el tono emo­ti­vo para la vota­ción que se augu­ra­ba, una mayo­ría con­so­li­da­da al calor de acuer­dos trans­ver­sa­les de las cua­tro comi­sio­nes en las que se labró el dic­ta­men (Legis­la­ción gene­ral, Legis­la­ción penal, Muje­res y Salud). «En la his­to­ria gran­de de la amplia­ción de dere­chos solo se ins­cri­be los que luchan, y noso­tras esta­mos luchan­do», había cerra­do Sil­via Los­pen­na­to poco des­pues de que Bren­da Aus­tin recor­da­ra a Elvi­ra Raw­son, Ali­cia Moreau de Jus­to, Julie­ta Lan­te­ri (y su memo­ra­ble «arden foga­tas de eman­ci­pa­ción feme­ni­na»), y los aplau­sos llo­vie­ron des­de las ban­cas ver­des pero tam­bién des­de los pal­cos, don­de acti­vis­tas de la Cam­pa­ña (Mar­ta Ala­nis, Dolo­res Fenoy, Nina Bru­go, entre otras) se alter­na­ban con fun­cio­na­rias como la Secre­ta­ria Legal y Téc­ni­ca de Pre­si­den­cia, Vil­ma Iba­rra, y la minis­tra de Muje­res, Géne­ros y Diver­si­da­des, Eli­za­beth Gómez Alcor­ta.PUBLICIDAD

«Esta “es una lucha con un cor­te gene­ra­cio­nal”, dijo la ante­úl­ti­ma ora­do­ra, Gabrie­la Esté­vez, que agre­gó: «Si nos aso­ma­mos y mira­mos para afue­ra, vamos a ver miles de jóve­nes que están espe­ran­do que este pro­yec­to que esta­mos tra­tan­do ten­ga media sanción». 

Los dis­cur­sos de cie­rre de dipu­tadas y dipu­tados que acom­pa­ña­ban el dic­ta­men de mino­ría, es decir, el recha­zo al pro­yec­to de inte­rrup­ción volun­ta­ria del emba­ra­zo, habían reite­ra­do argu­men­tos repe­ti­dos des­de 2018 y aún antes: la pre­sun­ta incons­ti­tu­cio­na­li­dad, la asi­mi­la­ción de un embrión con un «niño». «El abor­to es el emer­gen­te cla­ro de la fal­ta de edu­ca­ción, de las des­igual­da­des, de la vio­len­cia con­tra la mujer», había ase­gu­ra­do, par­ti­ci­pa­ción vir­tual median­te, Gra­cie­la Cama­ño

Antes, alre­de­dor de las 4.30 de la madru­ga­da, un dipu­tado dio cuen­ta de has­ta dón­de había lle­ga­do el cli­ma de hos­ti­li­dad nada sim­bó­li­ca que rodeó en las pro­vin­cias a quie­nes apo­ya­ban el pro­yec­to de abor­to legal. «No es un buen día para mí. Si bien vivi­mos en demo­cra­cia, pare­ce que no todos entien­den lo que sig­ni­fi­ca la pala­bra demo­cra­cia», dijo el juje­ño Julio Ferrey­ra antes de expli­car: «estoy reci­bien­do todo tipo de ame­na­zas. Esas ame­na­zas lle­ga­ron a casa de mi hija en la maña­na de hoy». Por esas pre­sio­nes, Ferrey­ra, en lugar de votar en favor del pro­yec­to, FERREYRA Sólo su cote­rrá­nea Gabrie­la Bur­gos, unas horas des­pués, aler­tó sobre la gra­ve­dad de esa situación.

«¿Cuán­to más hay que espe­rar?», pre­gun­ta­ba Car­la Carri­zo ins­tan­tes des­pués de que Eduar­do Val­dés anun­cia­ra que vota­ría en con­tra en gene­ral pero a favor de la despenalización.

Casi un día ente­ro de debate

A media­no­che la vota­ción que­da­ba lejos ‑entra­da la madru­ga­da, de acuer­do con los cálculos‑, pero en los pasi­llos del recin­to de la Cáma­ra de Dipu­tados el pál­pi­to se incli­na­ba por un opti­mis­mo cau­to: aun­que los núme­ros fina­les varia­ban, los poro­teos de dipu­tadas, dipu­tados y orga­ni­za­cio­nes del movi­mien­to de muje­res se incli­na­ban a seña­lar que la vota­ción sería favo­ra­ble al pro­yec­to de abor­to legal. La mayor dife­ren­cia estri­ba­ba en la bre­cha que podían sem­brar inde­ci­sos y abs­ten­cio­nes; tam­bién en la posi­bi­li­dad de algu­na sor­pre­sa como las que die­ron algu­nos (pocos) legis­la­do­res que, entre 2018 y 2020, cam­bia­ron de pare­cer y, por tan­to, die­ron vuel­ta su voto (Fla­via Mora­les, que había vota­do en con­tra, anun­ció que lo haría a favor). Más entra­da la noche, mayor la dife­ren­cia a favor. Poco antes de las 10 de la noche, cuan­do había inter­ve­ni­do menos de un cen­te­nar de dipu­tadas y dipu­tados, se esti­ma­ba en cer­ca de 130 los apo­yos y algo más de 110 los votos en contra.

Al recin­to no lle­ga­ban los rumo­res de la calle, con sus mani­fes­ta­cio­nes de glit­ter ver­de de un lado y muñe­cos ensan­gren­ta­dos y cru­ces celes­tes del otro, pero los alre­de­do­res de las ban­cas sí tenían un rit­mo pro­pio. En los bal­co­nes, con vis­ta al recin­to, acti­vis­tas his­tó­ri­cas del femi­nis­mo argen­tino y de la Cam­pa­ña por el Dere­cho al Abor­to seguían el dis­cu­rrir de la sesión, algo que era cele­bra­do con aplau­sos cuan­do el pre­si­den­te de la Cáma­ra, Ser­gio Mas­sa, lo anunciaba.

Ini­cial­men­te, se había esti­ma­do que la san­ción de la ley de inte­rrup­ción volun­ta­ria del emba­ra­zo (IVE) podía votar­se alre­de­dor de las 2 de la madru­ga­da, y la del Plan de 1000 días, cuyo tra­ta­mien­to se había acor­da­do a con­ti­nua­ción, apro­xi­ma­da­men­te a las 4. Sin embar­go, a medi­da que avan­za­ba la jor­na­da los tiem­pos se esti­ra­ron. La hora esti­ma­da se exten­día al calor de los dis­cur­sos, que el pre­si­den­te de la Cáma­ra, Ser­gio Mas­sa, tra­ta­ba infruc­tuo­sa­men­te de man­te­ner en línea, como había suce­di­do duran­te las pri­me­ras horas de la sesión. No había caso: con la caí­da del sol (algo que, recin­to aden­tro, sólo podía intuir­se), las inter­ven­cio­nes se exce­dían cada vez un poco más, y algu­nas cada vez eran un poco más cris­pa­das y menos res­pe­tuo­sas de la regla de la casa, que impi­de diá­lo­gos entre dipu­tados, para evi­tar con­fron­ta­cio­nes en el debate.

Con el correr de las horas, los argu­men­tos favo­ra­bles a la ley abrían un aba­ni­co de razo­nes: salud públi­ca, dere­chos de las muje­res, his­to­rias per­so­na­les, deu­das con las hijas, nie­tas, abue­las, la urgen­cia, la prio­ri­dad, la pre­sión de las juven­tu­des. Tam­bién los recuer­dos amar­gos de muje­res muer­tas o seve­ra­men­te vic­ti­mi­za­das por abor­tos nega­dos o por abor­tos clan­des­ti­nos, como Ana María Ace­ve­do y la niña Lucía, cuyos nom­bres sobre­vo­la­ron reite­ra­da­men­te la sesión.

Del otro lado, en apo­yo a un dic­ta­men de mino­ría que sim­ple­men­te con­sis­tía en el recha­zo del pro­yec­to (y se basa­ba en dichos cues­tio­na­dos seria­men­te que habían sido ver­ti­dos en las audien­cias infor­ma­ti­vas por varios expo­si­to­res), los argu­men­tos fue­ron de las refe­ren­cias bíbli­cas al cues­tio­na­mien­to de cuá­les son las prio­ri­da­des o, inclu­si­ve, las creen­cias reli­gio­sas de la socie­dad y la posi­bi­li­dad de con­vo­car a con­sul­tas popu­la­res. No todas las voces anti-lega­li­za­ción coin­ci­dían en esto últi­mo como solu­ción. «Allá afue­ra están las per­so­nas que nos vota­ron para que los repre­sen­te­mos y demos este deba­te, aun­que a algu­nos no nos resul­te tan sim­pá­ti­co», cues­tio­nó, por caso, Vane­sa Mas­se­ta­ni, acti­va pro­ta­go­nis­ta de la cam­pa­ña de las igle­sias evan­gé­li­cas y cató­li­ca que tuvo por lema «La mayo­ría celes­te». Lle­gan­do a su cie­rre, ase­gu­ró que la IVE no es la solu­ción para quie­nes no quie­ren ser madres, y defen­dió el recha­zo con una argu­men­to sor­pren­den­te: «el Esta­do no obli­ga a mater­nar, el Esta­do obli­ga a parir”.

Ama­ne­cer de una sesión agitada

La sesión comen­zó unos trein­ta minu­tos des­pués de la hora pro­gra­ma­da. «Esta fecha es sim­bó­li­ca para un nue­vo dere­cho», dijo la dipu­tada Ceci­lia Moreau, que había pre­si­di­do los ple­na­rios en los que las comi­sio­nes de Legis­la­ción gene­ral, Legis­la­ción penal, Muje­res y Salud habían lle­va­do ade­lan­te el pro­ce­so pre­vio a la lle­ga­da a recin­to, audien­cias infor­ma­ti­vas y reunio­nes para acor­dar dic­ta­men incluidas. 

Al pre­sen­tar el pro­yec­to al pleno, la legis­la­do­ra seña­ló cuál había sido el enfo­que de la ini­cia­ti­va, que ya labró, inclu­si­ve, acuer­dos den­tro del Sena­do, para pro­cu­rar un trá­mi­te flui­do: es pre­ci­so, dijo «enten­der que se tra­ta de un pro­ble­ma de salud públi­ca y que una de las tareas cen­tra­les del Esta­do es garan­ti­zar ese dere­cho» a muje­res y cuer­pos ges­tan­tes. Des­de uno de los pal­cos des­ti­na­dos al públi­co invi­ta­do, escu­cha­ban la Secre­ta­ria Legal y Téc­ni­ca de Pre­si­den­cia, Vil­ma Iba­rra, y la minis­tra de Muje­res, Géne­ros y Diver­si­da­des, Eli­za­beth Gómez Alcor­ta, cuya pre­sen­cia fue anun­cia­da por Mas­sa, quien un poco más tar­de repi­tió el anun­cio pero con el minis­tro de Salud, Ginés Gon­zá­lez Gar­cía. La minis­tra de las Muje­res bonae­ren­se, Este­la Díaz, pre­sen­te en otro pal­co, fue reco­no­ci­da como «mili­tan­te his­tó­ri­ca de este dere­cho» duran­te la inter­ven­ción de Caro­li­na Gai­llard, quien tam­bien agra­de­ció la pre­sen­cia y los años de acti­vis­mo de Dora Barran­cos, ape­nas escon­di­da en otro balcón.

El pro­yec­to, expli­có poco des­pues Móni­ca Macha, no apa­re­ció en el vacío. «Hay un lina­je polí­ti­co en el cual se ins­cri­be» la ini­cia­ti­va de IVE, dijo la pre­si­den­ta de la comi­sión de Muje­res y Diver­si­dad, y esa idea muchas horas des­pués vol­vió a emer­ger en expo­si­cio­nes de refe­ren­tes par­ti­da­rios tan diver­sos como Maxi­mi­liano Ferra­ro, quien seña­ló cuán empa­ren­ta­das están las luchas por los dere­chos de las muje­res y las que empren­de la diver­si­dad sexual, o Clau­dia Najul (una de las dipu­tadas ante cuyo domi­ci­lio par­ti­cu­lar gru­pos celes­tes con­cu­rrie­ron con afán de aprie­te públi­co), quien advir­tió que sería «una ley repa­ra­do­ra, como fue la de divor­cio, la de matri­mo­nio igualitario».

La pre­gun­ta (celes­te) acer­ca de si el momen­to era opor­tuno, si era real­men­te algo prio­ri­ta­rio, tuvo res­pues­tas de voces dis­tin­tas, en momen­tos dife­ren­tes. «Nun­ca es el momen­to para dis­cu­tir avan­ces de dere­chos de las muje­res y las per­so­nas ges­tan­tes», dijo Vane­sa Siley, quien en su expo­si­ción recor­dó, tam­bién, que el voto para las muje­res fue legal recién en 1947, aun­que había sido pre­sen­ta­do más de diez veces antes. A su turno, Facun­do Suá­rez Las­tra lo eva­luó opor­tuno «por­que es urgen­te cada día que pasa, hay una mujer, una joven, una seño­ra en Argen­ti­na que tie­ne que tomar una decisión».

La ben­di­ción de las pioneras 

En el aire, duran­te la sesión, reso­na­ban los nom­bres de muje­res que ayu­da­ron a cons­truir el lina­je polí­ti­co de las mili­tan­cias en dis­tin­tas déca­das: Flo­ren­ti­na Gómez Miran­da (a quien recor­da­ron Gabrie­la Lena y Cami­la Cres­cim­be­ni, que tam­bién seña­ló «nues­tra gene­ra­ción quie­re poder hablar»), Eva Perón, Mabel Bian­co, Ceci­lia Grier­son. En los pasi­llos, se per­ci­bían las nego­cia­cio­nes y reunio­nes . «No vamos a hacer cam­bios al dic­ta­men», ase­gu­ra­ron a este dia­rio dipu­tadas ver­des, poco des­pués de que al menos dos dipu­tados (Fer­nan­do Igle­sias y Gon­za­lo del Cerro) cues­tio­na­ran en sus inter­ven­cio­nes «el pla­zo de las 24 semanas».

Pro­me­dia­ba la tar­de del vier­nes. Des­de un bal­cón, con las manos cru­za­das a la espal­da, Nina Bru­go obser­va­ba con dete­ni­mien­to el recin­to. Unos metros más allá, Mar­ta Ala­nis hacía lo pro­pio; al rato se sumó Nelly Min­yersky. En la Cáma­ra de Dipu­tados se deba­tía des­de hacía horas el pro­yec­to de inte­rrup­ción del emba­ra­zo que, como recor­dó un legis­la­dor al fin de la tar­de, había lle­ga­do a esa ins­tan­cia gra­cias a la per­sis­ten­cia de ellas y sus com­pa­ñe­ras, las his­tó­ri­cas de la Cam­pa­ña Nacio­nal por el Dere­cho al Aborto.

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