Argen­ti­na. Nega­ron una ILE a una niña de 12 años en Jujuy

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano , 3 de diciem­bre de 2020 

Nue­va­men­te el Esta­do nie­ga una Inte­rrup­ción Legal del Emba­ra­zo a una niña de 12 años víc­ti­ma de una vio­la­ción y la some­tió a una micro­ce­sá­rea estan­do en su segun­do tri­mes­tre de emba­ra­zo de geme­los. «Repu­dia­mos que no se con­tem­plen los pade­ci­mien­tos de las niñas abu­sa­das, que en manos de quie­nes debe­rían pro­te­ger­las de las des­igual­da­des ya rei­nan­tes en sus vidas, las per­pe­tuan sinies­tra­men­te, abu­sán­do­las des­de el Esta­do» expre­só la Red de Pro­fe­sio­na­les de la Salud por el Dere­cho a Decidir. 

Jujuy es una de las pro­vin­cias que enca­be­za los índi­ces de vio­len­cia de géne­ro. Nue­va­men­te el Esta­do pri­vó de una Inte­rrup­ción Legal del Emba­ra­zo (ILE) a una niña de 12 años y la some­tió a una micro­ce­sá­rea estan­do en su segun­do tri­mes­tre de emba­ra­zo de gemelos.

La niña fue for­za­da a cur­sar el emba­ra­zo cuan­do había soli­ci­ta­do la inte­rrup­ción des­de que ingre­só al sis­te­ma de salud público. 

Según la infor­ma­ción a la que pudo acce­der la Red de Pro­fe­sio­na­les de la Salud por el Dere­cho a Deci­dir la niña ingre­só al Hos­pi­tal Materno Infan­til Héc­tor Quin­ta­na de la capi­tal juje­ña al menos hace una sema­na y ya cur­san­do un emba­ra­zo avan­za­do en su segun­do trimestre.

«Des­de el minu­to cero soli­ci­ta la ILE», por lo que «sen­ti­mos que hubo una vul­ne­ra­ción espan­to­sa por par­te del Esta­do». «Efec­ti­va­men­te, había soli­ci­ta­do la ILE en sus tér­mi­nos y des­de la Pro­vin­cia se dila­tó la reso­lu­ción del caso para lograr una madu­ra­ción fetal» expli­có la tra­ba­ja­do­ra social Mari­na Ari­za, inte­gran­te de la Red en diá­lo­go con Pági­na 12.

Des­de la Red repu­dia­ron la situa­ción que vul­ne­ra los dere­chos de las niñas y las some­te a tor­tu­ras. «Repu­dia­mos que no se con­tem­plen los pade­ci­mien­tos de las niñas abu­sa­das, que en manos de quie­nes debe­rían pro­te­ger­las de las des­igual­da­des ya rei­nan­tes en sus vidas, las per­pe­tuan sinies­tra­men­te, abu­sán­do­las des­de el Estado».

Fuen­te: AnRed

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