Por Luis Beatón, Resumen Latinoamericano, 28 de noviembre de 2020.
Para el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el tiempo se agota en la Casa Blanca, pese a su empeño de aferrarse al poder y alegar el supuesto robo de las elecciones del 3 de noviembre, que dieronla victoria al demócrata Joe Biden.
Uno de los indicios de que ya es poco lo que le queda por hacer al actual mandata- rio con tal de no abandonar la oficina oval, es que —con dos semanas de retraso— la Administración de Servicios Generales in- formó el 23 de noviembre que el gobierno del republicano está listo para comenzar el proceso de transición formal.
Aun cuando Trump insiste en repetir las acusaciones de fraude electoral masivo, su equipo legal, encabezado por el abogado Rudy Giuliani, no ha podido proporcionar evidencias de irregularidades que logren convencer a los jueces en diversos estados del país.
Medios de prensa reportaron que al menos en 30 ocasiones las demandas interpuestas por el equipo que representa al republicano fueron desestimadas o debieron retirarlas dadas las pocas posibilidades de avance.
Mientras, sigue adelante la complicada etapa poselectoral. Después de los comicios, entre el 4 de noviembre y el 14 de diciembre, los estados terminarán el conteo y certificarán los resultados del voto popular según sus respectivos requisitos de procedimiento.
Los gobernadores tienen que preparar, tan pronto como sea posible, un certificado de comprobación, el cual se debe entregar a más tardar el 14 de diciembre.
El 8 de diciembre es conocido como el día del ‘Refugio Seguro’ y los estados que hayan promulgado procedimientos para resolver controversias o disputas sobre los compromisarios y los votos electorales, lo informan ese día.
Hasta ahí pudiera llegar la historia de Trump.
Sin embargo, persiste en sus teorías conspirativas y de fraude, al punto de presionar a ciertos territorios para que le sean reconocidos delegados en el Colegio Electoral que no ganó.
Ciertamente, este proceso electoral, como se esperaba, fue muy peleado. Biden venció con cerca de 80 millones de sufragios contra 74 millones de su rival. Para no pocos analistas lo ocurrido más que todo fue el voto de castigo a un mandatario que en un principio se mofó de la pandemia de la Covid-19, la tildó de ‘simple gripe’ y dijo ‘que desaparecería rápido’.
El republicano pidió recuento y recontra recuentos de votos. Georgia, ya hizo uno y perdió, pero no conforme a la conclusión, solicitó otro el sábado 21 de noviembre.
El gobernante intenta complicar el escenario, es su característica de buscar confrontación y caos, lo cual mostró toda su vida. Es el hombre de las demandas, opinan sus críticos.
Al respecto, y muy aparejado a Trump, recientes análisis reflejan que en Estados Unidos las teorías conspirativas compiten con la información confiable. Más preciso es el diario The Washington Post, el cual asegura que, en los últimos cuatro años, el presidente derrotado compartió un promedio de unas 50 mentiras y afirmaciones engañosas por día. Todo indica que el fraude es el propio Donald Trump.
Fuente: Prensa Latina