Para­guay. Habla Miriam Villal­ba, madre de una de las niñas ase­si­na­das por el ejér­ci­to paraguayo

Por María Torre­llas, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 28 de noviem­bre de 2020.

Miriam Villal­ba, es una joven abo­ga­da naci­da en Para­guay y que aho­ra vive en Argen­ti­na. Recien­te­men­te su nom­bre ha adqui­ri­do publi­ci­dad, debi­do a que es la mamá de Lilian Maria­na y la tía de María Car­men, las niñas argen­ti­nas ase­si­na­das cruel­men­te por el gobierno para­gua­yo. La entre­vis­ta­mos des­pués de una acti­vi­dad soli­da­ria en Bue­nos Aires y con ella hemos que­ri­do reco­ger la ver­sión real de los trá­gi­cos hechos y saber cómo está afron­tan­do este duro pre­sen­te: 

-Gra­cias por el espa­cio que me están brin­dan­do para dar la ver­sión como fami­lia de lo que ha suce­di­do con mi hija Lilian y mi sobri­na María. ¿Cómo estoy? For­ta­le­ci­da, siguien­do la lucha. Las niñas me dan fuer­za para seguir pelean­do, para pedir jus­ti­cia, aun­que noso­tras no espe­ra­mos nada del gobierno para­gua­yo. Esta­mos hacien­do los recla­mos a nivel inter­na­cio­nal para que nun­ca más suce­da esto con­tra dos niñas de 11 años que no eran beli­ge­ran­tes, para que no sean víc­ti­mas de la bes­tia­li­dad por par­te de fuer­zas militares. 

-¿Como ocu­rrió exac­ta­men­te ese cri­men de lesa huma­ni­dad al que los medios hege­mó­ni­cos al ser­vi­cio del gobierno para­gua­yo tra­tan de tergiversar?

-Mis niñas nacie­ron en Clo­rin­da (For­mo­sa, Argen­ti­na), tie­nen his­to­ria lar­ga de per­se­cu­cio­nes a la fami­lia. Por esa situa­ción tuvi­mos que pasar, bus­can­do un mejor lugar, algo más tran­qui­lo para que pue­dan cre­cer nues­tros niños de mane­ra más nor­mal. Esa situa­ción hizo que pase­mos del otro lado, a Clo­rin­da, ahí nació en 2008 Lilian y en 2009 María. Tuvi­mos una tra­ge­dia gran­de, mata­ron a mi sobrino en situa­cio­nes dudo­sas, él decía que la patru­lla para­gua­ya pasa­ba y le fumi­ga­ron algo y de un día para el otro esta­ba muer­to. Esta­ba con la boca lle­na de bur­bu­jas, des­pués de eso en vis­ta de los aco­sos con la Pre­fec­tu­ra y la Gen­dar­me­ría de Clo­rin­da, noso­tros pasa­mos a nues­tro terri­to­rio. Bus­ca­mos lugar don­de vivir, está­ba­mos más aco­sa­dos que nun­ca por la fuer­za repre­si­va de Para­guay y nos asen­ta­mos en Misio­nes, don­de hemos vivi­do des­de hace 11 años. Las niñas hicie­ron la escue­la ahí des­de sali­ta de 4 has­ta 4 y 5º gra­do de la escue­la. Ellas que­rían cono­cer a sus padres. Fue una deci­sión fami­liar muy dura que asu­mi­mos, había posi­bi­li­dad de que pudie­ran cono­cer a sus padres, por­que ellas no tenían con­tac­to, no tenían con­tac­to con ellos. Que­rían cono­cer­los, y cum­plien­do sus sue­ños fue­ron a Para­guay. Cuan­do ter­mi­na­ron las cla­ses se fue­ron, estu­vie­ron con sus padres y que­da­ron allá, del lado de Para­guay por la pan­de­mia. No pudi­mos hacer­las pasar de regre­so. Des­pués, ya nos ente­ra­mos, fue­ron secues­tra­das. El 2 de sep­tiem­bre fue­ron que­ma­das vivas, tor­tu­ra­das, fue­ron eje­cu­ta­das esas niñas. Eso se des­pren­de de lo que el pro­pio gobierno expi­dió y publi­có por todos los medios nacio­na­les de Para­guay. Mos­tra­ron los cuer­pos acri­bi­lla­dos de las niñi­tas, ni siquie­ra res­pe­ta­ron el dere­cho de los niños.

-Que hicis­te enton­ces? ¿Via­jas­te al Paraguay?

‑Des­pués de eso ya toma­mos inter­ven­ción como fami­lia. Nos ente­ra­mos de los trá­gi­cos suce­sos, por el Cón­sul que está en Para­guay por­que se comu­ni­có con­mi­go para pedir coope­ra­ción para iden­ti­fi­car las hue­llas dac­ti­la­res. Revi­san­do los datos que tenía el RENAPER me dicen que se tra­ta­ba de mi hija y mi sobri­na. A par­tir de eso nos move­mos como fami­lia para recu­pe­rar los cuer­pi­tos, nos pre­sen­ta­mos allá y por aho­ra no nos dejan pre­sen­tar ni como víc­ti­mas ni como nada. Lue­go de ser eje­cu­ta­das ese 2 de sep­tiem­bre sin tener la iden­ti­dad, fue­ron tira­das en una fosa común en una bol­sa de plás­ti­co, des­nu­das, se que­mó el supues­to uni­for­me gue­rri­lle­ro que tenían. Eso decía la opi­nión públi­ca. Pero en la reali­dad, con sus cuer­pos lle­nos de san­gre se des­hi­cie­ron de todas las evi­den­cias. El gobierno para­gua­yo sos­tie­ne que se tra­ta de dos per­so­nas adul­tas. El médi­co foren­se que inter­vino, el Doc­tor Ferrei­ra dijo que se tra­ta­ba de chi­cas de 15 o 17 años, pero al final , se hizo la exhu­ma­ción, por los recla­mos que hici­mos la fami­lia, orga­nis­mos inter­na­cio­na­les y auto­ri­da­des de Argen­ti­na y se pro­ce­dió a la exhu­ma­ción a los efec­tos de com­pro­bar la edad. Otro médi­co foren­se deter­mi­nó que sí, que real­men­te se tra­ta de niñas de 11 años. Lue­go, nos entre­ga­ron los cuer­pi­tos a mi her­mano y a la abo­ga­da de la fami­lia. Ahí la revi­sión rápi­da se cons­ta­tó que los cuer­pos esta­ban lle­nos de cor­tes, tajos en el mus­lo, tenían cor­tes en los cue­llos como deca­pi­ta­mien­to, no tenían dien­tes, esta­ban lle­nas de gol­pes, los dos cuer­pi­tos tenían que­ma­du­ras. En vis­ta de esa situa­ción soli­ci­ta­mos una nue­va autop­sia del Equi­po Antro­po­ló­gi­co Foren­se Argen­tino para que reali­cen una autop­sia obje­ti­va pero no lo logra­mos. Como te dije la auto­ri­dad para­gua­ya y sus fis­ca­lías no per­mi­ten el acce­so a la fami­lia, ni siquie­ra auna copia de lo que está en la car­pe­ta. Has­ta aho­ra segui­mos pelean­do, hici­mos denun­cia en los orga­nis­mos inter­na­cio­na­les como el Comi­té de Niños de Gine­bra, las Nacio­nes Uni­das, esta­mos pre­sio­nan­do para que entre el Equi­po Antro­po­ló­gi­co y se sepa real­men­te que hicie­ron con nues­tras niñas. 

Jus­ta­men­te este 2511 par­ti­ci­pas­te de un acto que hici­mos fren­te a la Emba­ja­da domi­ni­ca­na por las her­ma­nas Mira­bal. Fíja­te que el caso de las her­ma­nas tie­ne mucho simi­li­tud, fue­ron tor­tu­ra­das y ase­si­na­das y y ade­más se encu­brió la muer­te. Inclu­so se sos­tu­vo mucho tiem­po que se tra­tó de un acci­den­te de trán­si­to por­que pri­me­ro las matan y lue­go las meten en un coche y a ese coche lo des­ba­rran­can. Enton­ces, pare­ce que es un modus ope­ran­di de las dic­ta­du­ras, de los pode­res esta­ta­les patriar­ca­les que cas­ti­gan a las niñas y muje­res por tener que ver con la lucha. En el caso de ellas, esa per­se­cu­ción del esta­do para­gua­yo no es solo con la fami­lia, ya que ocu­rre en ese país con todas las per­so­nas que son repre­sa­lia­das por luchar. 

-Asi­mis­mo María, noso­tros tuvi­mos una dic­ta­du­ra de 35 años que cau­so mucho daños, repre­sión muer­te, des­apa­ri­cio­nes y no debe­mos olvi­dar que el pre­si­den­te para­gua­yo Mario Abdo Bení­tez fue secre­ta­rio pri­va­do de Alfre­do Stroess­ner. O sea es la mis­ma línea de Stroess­ner que ha per­se­gui­do niñas y niñas, vio­lan­do, eje­cu­tan­do, es muy cono­ci­do su modus ope­ran­di. Abdo Bení­tez sigue la mis­ma línea. Las­ti­mo­sa­men­te esta­mos en esa situa­ción y nin­gu­na orga­ni­za­ción de Para­guay se ani­ma a denun­ciar esta situa­ción, a recla­mar nada por la repre­sa­lia que sufren. El pue­blo para­gua­yo que­dó en silen­cio des­pués de la dic­ta­du­ra, había mucho mie­do de la per­se­cu­ción, no hemos logra­do rom­per esa barre­ra. Con rela­ción a la eje­cu­ción de las niñas, unas muje­res indig­na­das se mani­fes­ta­ron fren­te al pan­teón, algu­nos artis­tas tam­bién, un escri­tor muy mayor, y ese día fue­ron indi­vi­dua­li­za­das pro­ce­sa­das y otras estu­vie­ron en pri­sión por ese hecho. Lue­go tuvie­ron que salir del país. Esa es la for­ma y el modus ope­ran­dis que se uti­li­za toda­vía en Paraguay. 

-Como fami­lia han pedi­do el refu­gio en Argen­ti­na, que es una figu­ra que los pro­te­ge­ría judi­cial­men­te de este aco­so del esta­do dic­ta­to­rial para­gua­yo. ¿Cómo está ese trámite? 

-Jus­ta­men­te, en vis­ta de que el esta­do para­gua­yo, el gobierno de Mario Abdo Bení­tez está en la ONU, salió a decir que la res­pon­sa­bi­li­dad es de la fami­lia, o sea que noso­tros tene­mos la cul­pa de que las niñas estu­vie­ron ahí, por ser mili­tan­tes somos cul­pa­bles de que las secues­tra­ron, las vio­la­ran, las tor­tu­ra­ran. Nos per­si­guen como fami­lia, pese a que vivi­mos hace 11 años en Argen­ti­na. Tene­mos muchas cau­sas allá, por eso soli­ci­ta­mos refu­gio polí­ti­co en Argen­ti­na. Está en trá­mi­te, y me atre­ve­ría a decir que es un trá­mi­te avan­za­do. Esta­mos por buen camino, como dijis­te tene­mos segu­ri­dad jurí­di­ca, por­que aún la posi­bi­li­dad de des­apa­re­cer, matar a nues­tros niños siem­pre exis­te. Sabe­mos cómo tra­ba­jan las fuer­zas mili­ta­res en coope­ra­ción en las fronteras. 

Noso­tras no des­can­sa­re­mos has­ta que se haga jus­ti­cia, las cica­tri­ces que­dan, el dolor que­da pero hay que seguir adelante 

Itu­rria /​Fuen­te

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