Eco­lo­gía social. Man­da­ta­rios demen­tes + des­truc­ción del habi­tat: En Dina­mar­ca los viso­nes sacri­fi­ca­dos salie­ron a la superficie

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 28 de noviem­bre de 2020.

Las auto­ri­da­des afir­ma­ron que esta­ban dis­pues­tas a des­en­te­rrar y que­mar los millo­nes de viso­nes que fue­ron ente­rra­dos apresuradamente.

Un hecho impac­tan­te ocu­rrió en Dina­mar­ca. Lue­go de que el Gobierno deci­die­ra sacri­fi­car viso­nes por una muta­ción del nue­vo coro­na­vi­rus poten­cial­men­te pro­ble­má­ti­ca para los huma­nos, los ani­ma­les comen­za­ron a salir a la superficie.

En Hols­te­bro, en el oes­te del país, los cadá­ve­res de una fosa común impro­vi­sa­da en un terreno mili­tar empe­za­ron a resur­gir debi­do al gas resul­tan­te de la des­com­po­si­ción que mue­ve el terreno. Ade­más, esto puso de relie­ve las con­di­cio­nes en las que se ente­rra­ron los ani­ma­les sacri­fi­ca­dos en zonas de ries­go (ya sea con­ta­mi­na­das o adya­cen­tes a ani­ma­les contaminados). 

Ante este esce­na­rio, el gobierno danés afir­mó que esta­ba dis­pues­to a des­en­te­rrar y que­mar los cadá­ve­res de millo­nes de viso­nes que fue­ron ente­rra­dos apre­su­ra­da­men­te tras ser sacri­fi­ca­dos como par­te de la lucha con­tra la covid-19.

«El deseo de des­ha­cer­me de los viso­nes y de que­mar­los lo tuve des­de el pri­mer día que oí hablar del tema», dijo el nue­vo minis­tro de Agri­cul­tu­ra, Ras­mus Prehn, en la tele­vi­sión públi­ca TV2, adop­tan­do la pos­tu­ra de la mayo­ría de los par­ti­dos del parlamento.

Las auto­ri­da­des dicen que no hay ries­go de que las tum­bas pro­pa­guen el coro­na­vi­rus, pero a los resi­den­tes del sec­tor les preo­cu­pa el ries­go de que los cuer­pos con­ta­mi­nen el agua pota­ble y una lagu­na situa­da a menos de 200 metros de distancia.

En la mis­ma línea, los polí­ti­cos temen que la des­com­po­si­ción de los cuer­pos de los ani­ma­les muer­tos pro­vo­que con­ta­mi­na­ción por fós­fo­ro y nitró­geno y exi­gen que los cadá­ve­res sean des­en­te­rra­dos y des­trui­dos de otras mane­ras, por ejem­plo quemándolos.

Los gases emi­ti­dos podrían, por ejem­plo, con­ta­mi­nar el agua pota­ble y el agua para bañar­se. El minis­tro de Agri­cul­tu­ra advir­tió que cual­quier deci­sión final sobre la inci­ne­ra­ción de los viso­nes solo podía tomar­se con la apro­ba­ción de la agen­cia del medio ambiente.

La deci­sión ofi­cial toma­do a comien­zo de noviem­bre, que sig­ni­fi­có la muer­te de 17 millo­nes de ani­ma­les de cría, tuvo como con­se­cuen­cia la renun­cia la sema­na pasa­da del minis­tro de Ali­men­ta­ción y Agri­cul­tu­ra, Mor­gens Jensen.

Dos sema­nas des­pués de haber dado la alar­ma, y en medio de una cri­sis polí­ti­ca vin­cu­la­da a la fal­ta de fun­da­men­tos jurí­di­cos de la deci­sión de sacri­fi­car­los, el gobierno lle­gó a la con­clu­sión de que esta posi­ble ame­na­za para las vacu­nas «muy pro­ba­ble­men­te se había extin­gui­do» al no haber­se detec­ta­do nue­vos casos.

Itu­rria /​Fuen­te

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