Pen­sa­mien­to crí­ti­co. Phi­lip­pe Blan­chet: «En Fran­cia hay 10 millo­nes de per­so­nas que han sido víc­ti­mas de dis­cri­mi­na­ción lingüística»

Por Idoia Era­so. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 27 de noviem­bre de 2020.

Este jue­ves pasa­do ha avan­za­do en la Asam­blea Nacio­nal la pro­po­si­ción de ley para cas­ti­gar la glo­to­fo­bia y aña­dir la dis­cri­mi­na­ción por el acen­to a la de la homo­fo­bia, la xeno­fo­bia. Phi­lip­pe Blan­chet expli­ca la mag­ni­tud de dicha discriminación.

La glo­to­fo­bia pue­de pare­cer de algo menor, pero la dis­cri­mi­na­ción lin­güís­ti­ca está muy exten­di­da en el Esta­do fran­cés, el 16% de la pobla­ción dice haber sido víc­ti­ma por hablar con un acen­to que no se corres­pon­de con los están­da­res pari­si­nos, en la bús­que­da de empleo. Phi­lip­pe Blan­chet es pro­fe­sor de socio­lin­güís­ti­ca y didác­ti­ca de len­guas en la Uni­ver­si­dad de Ren­nes 2 en Bre­ta­ña, y crea­dor del neo­lo­gis­mo ‘glo­to­fo­bia’, cons­ti­tui­do por el pre­fi­jo ‘glo­to’ (len­gua) y ‘fobia’ (odio o recha­zo). Defien­de la nece­si­dad de una ley que cas­ti­gue dicha dis­cri­mi­na­ción, jun­to con otras dis­cri­mi­na­cio­nes como la de raza, orien­ta­ción sexual, creen­cia reli­gio­sa…, y este jue­ves se dio el pri­mer paso en ese sen­ti­do tras haber sido apro­va­da en la Asam­blea Nacio­nal. Aho­ra, para ser ins­cri­ta en el Códi­go Penal nece­si­ta­rá ser acep­ta­da tam­bién en el Senado.

La pro­ble­má­ti­ca de la glo­to­fo­bia liga­da al acen­to tie­ne doble actua­li­dad, ya que el pri­mer minis­tro, Jean Cas­tex tie­ne acen­to meri­dio­nal, uno de los más estig­ma­ti­za­dos, y cuan­do el 3 de julio de este año se dio a cono­cer su nom­bra­mien­to las bur­las sobre su acen­to se exten­die­ron en los redes socia­les, inclu­so en algu­nos medios de comu­ni­ca­ción pari­si­nos de ámbi­to estatal.

Para enten­der el por­qué de está pro­po­si­ción de ley, es nece­sa­rio cono­cer la situa­ción que se vive en el Esta­do fran­cés, que no es la mis­ma que los esta­dos que la rodean. Usted ha decla­ra­do repe­ti­da­men­te que el Esta­do fran­cés es espe­cial­men­te glotófobo…

-Sí, toda la his­to­ria de la cons­truc­ción de Fran­cia moder­na, sobre todo des­pués de la Revo­lu­ción Fran­ce­sa, está basa­da en ello. En Fran­cia vivi­mos en una dic­ta­du­ra lin­güís­ti­ca, los dere­chos lin­güís­ti­cos no se res­pe­tan, y para hacer­los valer hay un com­ba­te. Hay que hacer valer el dere­cho de hablar en otra len­gua que no sea el fran­cés, que se tie­ne dere­cho de hablar en vas­co cuan­do se es vas­co en el País Vas­co, que se tie­ne dere­cho a tener un acento.

Esta­mos ante un esta­do que ha eri­gi­do la glo­to­fo­bia como prin­ci­pio de la iden­ti­dad nacio­nal. El fran­cés es la len­gua sagra­da de la iden­ti­dad nacio­nal fran­ce­sa. Se obli­ga a hablar fran­cés y a hacer­lo como los parisinos.

La ley fue dis­cu­ti­da la sema­na pasa­da, y ha sido vota­da en la Asam­blea Nacio­nal en pri­me­ra lec­tu­ra este jue­ves. Usted fue con­sul­ta­do por el Comi­té de Leyes den­tro del pro­ce­so ins­ti­tu­cio­nal...

-Antes de que se pre­sen­ta­se en la Asam­blea Nacio­nal, me pre­gun­ta­ron cuál era el pro­ble­ma que debía de tra­tar, y qué efec­to pue­de tener hacer una ley. Fue muy intere­san­te por­que había par­la­men­ta­rios que son favo­ra­bles al pro­yec­to de ley y que tra­ta­ban de ima­gi­nar las obje­cio­nes. Les ayu­dé a encon­trar respuestas.

¿Cuá­les fue­ron las obje­cio­nes y sus respuestas?

-No se tra­ta solo de las obje­cio­nes par­la­men­ta­rias, son siem­pre las mis­mas obje­cio­nes. Es decir, que se tra­ta de un pro­ble­ma menor, no ser­vi­ría de nada tra­tar­lo legal­men­te, y hay que dejar de crear leyes en gene­ral, y tra­tar de judi­cia­li­zar todo. Yo les res­pon­dí que había inves­ti­ga­cio­nes cua­li­ta­ti­vas y cuan­ti­ta­ti­vas, hay una encues­ta pre­sen­ta­da este año que mos­tra­ba que se tra­ta de una dis­cri­mi­na­ción muy exten­di­da. Se cal­cu­la que en Fran­cia hay 10 millo­nes de per­so­nas que han sido víc­ti­mas de dis­cri­mi­na­ción real, sobre todo en lo que repre­sen­ta el acce­so al tra­ba­jo debi­do a su acento.

Crear la ley supon­dría que el pre­tex­to del acen­to no es legí­ti­mo y no es acep­ta­ble para tra­tar a la gen­te de mane­ra dife­ren­te, por­que la len­gua y su mane­ra de hablar­la es un atri­bu­to de la per­so­na, como el color de su piel, la for­ma de sus ojos, su ape­lli­do, sus con­vic­cio­nes polí­ti­cas o su orien­ta­ción sexual, y que por lo tan­to se tra­ta de recha­zar la per­so­na en sí mis­ma, por lo que es impor­tan­te cas­ti­gar­lo. Les recor­dé que las leyes inter­na­cio­na­les prohí­ben la dis­cri­mi­na­ción lin­güís­ti­ca y que Fran­cia no las res­pe­ta, o por lo menos no de mane­ra correc­ta. Y que era impor­tan­te tras­la­dar a la ley fran­ce­sa, las leyes inter­na­cio­na­les, para que se apli­quen mejor.

En 2016 se empe­zó a ins­cri­bir la dis­cri­mi­na­ción lin­güís­ti­ca en la legis­la­ción fran­ce­sa, que prohi­be la dis­cri­mi­na­ción de las per­so­nas que hablen otra len­gua que no sea el fran­cés, aho­ra fal­ta la cues­tión de la varia­ción del fran­cés. Hay varia­cio­nes regio­na­les del fran­cés, al igual que hay len­guas regio­na­les, y tam­bién varia­cio­nes socia­les. En Fran­cia está bien bur­lar­se de una per­so­na por su acen­to, es nor­mal no con­tra­tar­las por­que su pro­nun­cia­ción no es acep­ta­ble… Como mucha gen­te pien­sa eso en Fran­cia, la idea es que la ley ten­ga tan­to el efec­to con­cre­to, que per­mi­ta denun­ciar­lo si se dice cla­ra­men­te. Y que tam­bién ten­ga un efec­to edu­ca­ti­vo; si es puni­ble por la ley, es que no está bien.

Las reac­cio­nes en París han sido con­tra­rias a la ley en muchos ámbi­tos, inclui­dos los medios…

-Sí, por­que ellos no se dan cuen­ta de que for­man par­te de los pri­vi­le­gia­dos, o no se dan cuen­ta de lo que sufren los domi­na­dos, por decir­lo de una mane­ra polí­ti­ca. Se tra­ta de una dis­cri­mi­na­ción en el ori­gen mis­mo, ya que la for­ma de hablar el fran­cés está liga­da a la pro­ce­den­cia regio­nal, y que los acen­tos son el con­tac­to con otras len­guas. Es por­que ese ha sido el idio­ma de ori­gen, his­tó­ri­ca­men­te, como el alsa­ciano, el vas­co… Es el com­ple­jo de Colón, yo soy el mode­lo, yo soy la ver­dad, el asi­mi­la­cio­nis­mo es una idea muy exten­di­da en Francia.

Se tra­ta, por lo tan­to, de una dis­cri­mi­na­ción que está liga­da a la dis­cri­mi­na­ción de las len­guas regio­na­les del Estado.

-Sí. Cuan­do se oye hablar a los polí­ti­cos de la Ter­ce­ra y Cuar­ta Repú­bli­ca, es decir la pri­me­ra mitad del siglo XX, inclu­so el pre­si­den­te tie­ne un acen­to mar­ca­do. Has­ta 1950, el com­ba­te del Esta­do era con­tra las otras len­guas de Fran­cia; con que la gen­te habla­ra fran­cés, ya era sufi­cien­te, esa era la vic­to­ria, daba igual cómo. A par­tir de 1950 – 1960, ese com­ba­te ya lo ganó, casi todos los fran­ce­ses saben fran­cés, es la épo­ca en la que se empie­za a edu­car a los niños en fran­cés, inclu­so en las fami­lias. Los padres renun­cian a su len­gua por­que han apren­di­do el fran­cés en la escue­la y se lo ense­ñan a sus hijos, en vez de hablar­les en bear­nés, vas­co, pro­ven­zal o picar­dí. De modo que el pri­mer com­ba­te lin­güís­ti­co del Esta­do fran­cés se ha ganado.

Y enton­ces se pasa a la segun­da fase, ya que prác­ti­ca­men­te se han ven­ci­do las len­guas regio­na­les (no del todo, pero glo­bal­men­te sí). Se pasa a hacer des­apa­re­cer la iden­ti­dad regio­nal. Por­que en la ideo­lo­gía nacio­nal fran­ce­sa hay un cen­tra­lis­mo lin­güís­ti­co muy fuer­te, un pro­yec­to de uni­fi­ca­ción, y de uni­for­mi­za­ción, de la población.

Es decir, todo el mun­do va a hablar la mis­ma len­gua, e ideal­men­te (aun­que yo no estoy de acuer­do, y no creo que sea posi­ble) de la mis­ma mane­ra. Por lo que se tra­ta del mis­mo com­ba­te, es un com­ba­te asi­mi­la­cio­nis­ta de ideo­lo­gía colo­nial. Muchos estu­dios han mos­tra­do que la polí­ti­ca lin­güís­ti­ca que se ha lle­va­do a cabo en Fran­cia es la mis­ma que el Esta­do impu­so en sus colo­nias exte­rio­res, en Magreb, en Mar­ti­ni­ca… Una polí­ti­ca asi­mi­la­cio­nis­ta que en el fon­do, es un pen­sa­mien­to colo­nial: «Somos supe­rio­res, somos el mode­lo, os hemos con­quis­ta­do, y aho­ra debéis asi­mi­lar­nos a noso­tros, ser como exac­ta­men­te noso­tros, hablar como noso­tros, pen­sar como nosotros».

¿Podría dar­nos un ejem­plo de esas dis­cri­mi­na­cio­nes cualitativas?

-Publi­ca­mos un libro que se titu­la ‘Je n’ai plus osé ouvrir la bou­che’ (Ya no me he atre­vi­do a abrir la boca), que reco­ge tes­ti­mo­nios, y no solo liga­das al empleo, tam­bién hay de dis­cri­mi­na­ción al acce­so a la edu­ca­ción, a ser­vi­cios, a dere­chos… Siguien­do con el ejem­plo del empleo, ten­go muchí­si­mos ejem­plos de per­so­nas que pasan una entre­vis­ta de tra­ba­jo, o a opo­si­cio­nes, en la par­te oral una vez apro­ba­do la par­te escri­ta. Sobre todo si se tra­ta de ser pro­fe­sor, administrativo…

Un ejem­plo recu­rren­te es el que, tras haber pasa­do el examen escri­to para ser pro­fe­sor de mate­má­ti­cas, se le dice explí­ci­ta­men­te que con ese acen­to no pue­de ser­lo. Otro tes­ti­mo­nio es de una per­so­na que es de Gas­co­ña, una per­so­na con muy bue­na for­ma­ción, y en la entre­vis­ta en cuan­to se pone a hablar todo el mun­do se echa a reír, y dice que en ese momen­to enten­dió que no con­se­gui­ría el tra­ba­jo, y efec­ti­va­men­te no lo consiguió.

Tam­bién están las per­so­nas que han sido con­tra­ta­das, a las que se les ha dicho que si quie­ren ser ascen­di­das debe­rán de corre­gir su pro­nun­cia­ción. Hay gen­te que va al logo­pe­da como si fue­se una pato­lo­gía, por­que si no su carre­ra se da por perdida.

Ade­más de esa dis­cri­mi­na­ción tan paten­te, están los peque­ños comen­ta­rios, que cuan­do se repi­ten cons­tan­te­men­te resul­tan difí­ci­les de soportar.

-Sí, pre­ci­sa­men­te esa es la dife­ren­cia entre la dis­cri­mi­na­ción y la estig­ma­ti­za­ción. Para que la gen­te sea dis­cri­mi­na­da, es nece­sa­rio que una de sus carac­te­rís­ti­cas sea estig­ma­ti­za­da, su reli­gión, su color de piel, su orien­ta­ción sexual… su len­gua, o su mane­ra de pro­nun­ciar­la. Esta estig­ma­ti­za­ción no siem­pre aca­ba sien­do una dis­cri­mi­na­ción. Mucha gen­te no ha enten­di­do lo que supo­ne la ley, hay gen­te que dice que aho­ra no podrá reír­se del acen­to del sur, la ley no pre­ten­de prohi­bir las bur­las, sino de la dis­cri­mi­na­ción, que no es lo mismo.

Esta estig­ma­ti­za­ción está muy pre­sen­te, y la gen­te la vive muy mal, hay mucho sufri­mien­to en ello, hay gen­te que es humi­lla­da regu­lar­men­te y repre­sen­ta­da de una mane­ra cari­ca­tu­res­ca. Esos comen­ta­rios de todos los días que des­acre­di­tan a la per­so­na y que son des­pec­ti­vos –inclu­so aun­que algu­nas veces no sea malin­ten­cio­na­do, la gen­te cree que es sola­men­te para reír– son una for­ma de humi­lla­ción. Para la gen­te que vive eso todo el tiem­po es inso­por­ta­ble, es casi una for­ma de aco­so, aco­so lingüístico.

A nivel cuan­ti­ta­ti­vo, un son­deo ha mos­tra­do que son un núme­ro muy impor­tan­te de per­so­nas las que se han sen­ti­do discriminadas.

-Sí, se tra­ta de un son­deo que se ha dado a cono­cer a pri­me­ros de año. Ha sido publi­ca­do en el libro de Jean-Michel Apathie y Michel Fel­tin-Palas que se titu­la ‘J’ai un accent, et alors?’ (Ten­go un acen­to, ¿y qué?’). Es un libro que denun­cia las esti­ma­cio­nes y las dis­cri­mi­na­cio­nes que sufre la gen­te en Fran­cia, y no solo los acen­tos regio­na­les, sino todos los tipos de acentos.

Esta encues­ta mues­tra lo que noso­tros ya había­mos vis­to en nues­tras inves­ti­ga­cio­nes cua­li­ta­ti­vas; hay un fran­cés de cada dos, una fran­ce­sa de cada dos, que dice tener acen­to, un cuar­to que dice tener un acen­to mar­ca­do, que se nota fácil­men­te al hablar, y entre esa gen­te, la mitad dice haber sido víc­ti­ma de bro­mas, de bur­las o de humi­lla­cio­nes, y hay un 16% de la pobla­ción que dicen haber sido dis­cri­mi­na­dos en la bús­que­da de empleo. Eso repre­sen­ta alre­de­dor de 10 millo­nes de per­so­nas. Tie­ne efec­to en todas las capas socia­les, se expre­sa públi­ca­men­te en todos los sec­to­res socio-económicos.

-Inclu­so Jean Cas­tex, el pri­mer minis­tro, ha sufri­do dicha glotofobia…

-Cuan­do fue nom­bra­do, ense­gui­da se vio en las redes socia­les, inclu­so en la pren­sa, algu­nos perio­dis­tas se bur­la­ban de él de mane­ra real­men­te des­pec­ti­va. A veces se tra­ta­ban tan solo de bro­mas, pero a veces era cla­ra­men­te des­pre­cio. No me sor­pren­dió, por­que en la ideo­lo­gía nacio­nal fran­ce­sa se supo­ne que no se pue­de acce­der a un pues­to de alta res­pon­sa­bi­li­dad, que encar­na la nación, si se tie­ne un acen­to. Estos pues­tos están reser­va­dos a la éli­te pari­si­na, y a los que han deci­di­do hacer­lo de tal manera.

La nomi­na­ción sor­pren­dió, por­que es la pri­me­ra vez. Des­de el comien­zo de la Quin­ta Repú­bli­ca, en 1958, no ha habi­do nin­gún polí­ti­co que haya lle­va­do una carre­ra a nivel nacio­nal de muy alto nivel que ten­ga un acen­to mar­ca­do. Ha habi­do algu­nos minis­tros, pero se pue­den con­tar con los dedos de la mano. De hecho Cas­tex se ha teni­do que jus­ti­fi­car, y dijo que el acen­to for­ma­ba par­te de él, y tie­ne dere­cho de ser así.

Lo que me ha lla­ma­do la aten­ción es que esta vez tam­bién ha habi­do un movi­mien­to de apo­yo. Es algo raro, mues­tra que hay algo que está cam­bian­do en la socie­dad. Este pro­yec­to de ley se vota­rá en la Asam­blea Nacio­nal, fue acep­ta­do por la Comi­sión de Leyes por todos los gru­pos par­la­men­ta­rios repre­sen­ta­dos en ella, se está avan­zan­do. No hay que olvi­dar que es el ter­ce­ro que se pro­po­ne, y los otros dos no lle­ga­ron a votar­se en el Par­la­men­to. Se tra­ta de una ley muy sim­ple, ya que se tra­ta de aña­dir el acen­to al artícu­lo 225 del Códi­go Penal.

¿Cree que hay posi­bi­li­da­des de que la ley sea aprobada?

-Sí, he habla­do mucho con el dipu­tado que ha pro­pues­to la ley, y apa­ren­te­men­te tie­ne apo­yo de varios gru­pos par­la­men­ta­rios, por lo que espe­ra que está vez será aprobada.

¿El hecho de que Jean Cas­tex sea pri­mer minis­tro pue­de ayudar?

-Sí, el dipu­tado que ha pro­pues­to la ley es del mis­mo gru­po par­la­men­ta­rio que el pri­mer minis­tro y tie­nen la mayo­ría en la Asam­blea Nacio­nal, aun­que no en el Sena­do. Pue­de ser que por soli­da­ri­dad con su pri­mer minis­tro, des­pués de haber sido víc­ti­ma de bur­las, voten a favor.

Fuen­te: Naiz

Foto: Bob Edme

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