Bra­sil. El emplea­do de segu­ri­dad de Carre­four se arro­di­lló sobre la espal­da de João Alber­to duran­te 4 minu­tos has­ta cau­sar­le la muerte

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 23 de noviem­bre de 2020.

El vigi­lan­te Magno Braz Bor­ges y el ofi­cial de poli­cía mili­tar Gio­va­ne Gas­par da Sil­va fue­ron arres­ta­dos en el acto.

Imá­ge­nes de una cáma­ra de segu­ri­dad en el esta­cio­na­mien­to de Carre­four en Por­to Ale­gre mues­tran que uno de los guar­dias de segu­ri­dad res­pon­sa­ble de la muer­te del sol­da­dor João Alber­to Sil­vei­ra Frei­tas, per­ma­ne­ció con la rodi­lla pre­sio­na­da con­tra la espal­da de la víc­ti­ma duran­te cua­tro minu­tos has­ta su muer­te el pasa­do jue­ves 19.

El cri­men tuvo lugar en la plan­ta baja del esta­ble­ci­mien­to y fue pre­sen­cia­do por más de diez per­so­nas, entre ellas la espo­sa de Frei­tas, Mile­na Bor­ges Alves, que inten­tó inter­ve­nir para fre­nar las agresiones.

El vigi­lan­te Magno Braz Bor­ges y el ofi­cial de poli­cía mili­tar tem­po­ral Gio­va­ne Gas­par da Sil­va fue­ron arres­ta­dos en el acto por ase­si­na­to tri­ple cali­fi­ca­do y se les decre­tó la pri­sión pre­ven­ti­va el viernes.

Frei­tas, un hom­bre afro­ame­ri­cano, fue gol­pea­do por los dos guar­dias de segu­ri­dad y esta­ba inmo­vi­li­za­do cuan­do uno de ellos se que­dó con la pier­na en la espal­da. Los aná­li­sis ini­cia­les de exper­tos apun­tan a la asfi­xia como la cau­sa más pro­ba­ble de muerte.

La esce­na reve­la­da por las cáma­ras de Carre­four se refie­re al epi­so­dio que des­en­ca­de­nó una serie de pro­tes­tas con­tra el racis­mo en Esta­dos Uni­dos en mayo de este año. En ese momen­to, Geor­ge Floyd, un hom­bre negro de 46 años, murió asfi­xia­do por el ofi­cial de poli­cía Derek Chau­vin. Chau­vin per­ma­ne­ció con la rodi­lla pre­sio­na­da con­tra el cue­llo de Floyd duran­te 8 minu­tos y 46 segun­dos e igno­ró las súpli­cas de la víc­ti­ma de que no podía respirar.

La muer­te de João Alber­to Frei­tas fue obje­to de pro­tes­tas con­tra el racis­mo en dife­ren­tes par­tes del país el vier­nes pasado.

Frei­tas era padre de cua­tro hijos. Su cuer­po fue ente­rra­do este sába­do (21) en el cemen­te­rio de São João, a solo 1,7 km del lugar don­de fue agre­di­do has­ta la muer­te, en el barrio Pas­so D´Areia, al nor­te de Por­to Alegre.

“Beto”, como le lla­ma­ban, tenía su fére­tro cubier­to por la ban­de­ra azul y blan­ca del Espor­te Clu­be São José, club del que era un apa­sio­na­do afi­cio­na­do. El entie­rro se lle­vó a cabo entre ora­cio­nes, aplau­sos, súpli­cas de jus­ti­cia y gri­tos de indig­na­ción por el ase­si­na­to de otro hom­bre negro.

Unas 50 per­so­nas siguie­ron la pro­ce­sión en el inte­rior del cemen­te­rio, des­de la capi­lla mor­tuo­ria has­ta el cemen­te­rio, en un ambien­te de incon­for­mi­dad y revuel­ta con el suce­so. «Eso fue pre­me­di­ta­do. Con una per­so­na blan­ca, con ojos azu­les, estas cosas no pasan», dijo el padre de la víc­ti­ma, João Batis­ta Rodri­gues Frei­tas, a Correio do Povo.

Fuen­te: Bra­sil de Fato

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