Argen­ti­na. Más sobre la minis­tra Sole­dad Acu­ña de Kra­vetz, la fun­cio­na­ria macris­ta que insul­tó a las y los docentes

Por Juan José Sali­nas, 18 de noviem­bre de 2020. 

Tras escu­char un tra­mo del video en el que la minis­tra María Sole­dad Acu­ña ofen­de des­ver­gon­za­da­men­te a los docen­tes de las escue­las y cole­gios de la capi­tal, sino a todos los del país, me puse en con­tac­to con un cole­ga toda­vía joven y lo ins­té a escri­bir sobre la socie­dad que ella tie­ne con su mari­do Die­go Kra­vetz, un ému­lo de Patri­cia Bull­rich, quien fue nada menos que el jefe del kirch­ne­ris­mo por­te­ño duran­te varios años. Había ter­mi­na­do de hacer­lo y reci­bí por guatsap esta vie­ja pero ade­lan­ta­da nota de mi que­ri­do ami­go Ricar­do Ragen­dor­fer, que nada tie­ne que envi­diar­le a algu­nas de las mejo­res de Roge­lio Gar­cía Lupo pero que sin embar­go había olvi­da­do. Ah, Kra­vetz, cana­lla, ya sabe­mos que te aho­ra pro­po­nés ser inten­den­te de Lomas de Zamo­ra… A todos los que lo impul­sa­ron, vali­da­ron y sos­tu­vie­ron como jefe del blo­que de legis­la­do­res por­te­ños del supues­to pero­nis­mo a este delin­cuen­te poli­mor­fo lo menos que se les pue­de pedir es un poco de auto­crí­ti­ca. ¿No les parece?

Los nego­cios tur­bios de Kra­vetz y Acuña

POR RICARDO RAGENDORFER /​NUESTRAS VOCES | 14 de octu­bre de 2018

La minis­tra de edu­ca­ción por­te­ña, María Sole­dad Acu­ña y el jefe de Gabi­ne­te y secre­ta­rio de Segu­ri­dad de Lanús, Die­go Kra­vetz fue­ron denun­cia­dos por aso­cia­ción y enri­que­ci­mien­to ilí­ci­to, nego­cia­cio­nes incom­pa­ti­bles con la fun­ción públi­ca y lava­do de dine­ro. Están invo­lu­cra­dos en un sis­te­ma frau­du­len­to de recau­da­ción imple­men­ta­do des­de el Gobierno de la Ciu­dad. El cues­tio­na­do inten­den­te de Lanús, Nés­tor Grin­det­ti, –ex Soc­ma y ami­go de Macri – , es la ter­ce­ra pata de este nego­cia­do, que sin lici­ta­ción le entre­gó casi 2 millo­nes de pesos a una empre­sa del matrimonio.

Días pasa­dos, la minis­tra de edu­ca­ción por­te­ña, María Sole­dad Acu­ña, se dejó caer en una escue­la téc­ni­ca de San Tel­mo. Ella son­reía para las fotos. Horas des­pués aque­llas fotos fue­ron col­ga­das en su cuen­ta ofi­cial de Face­book.

En ese mis­mo ins­tan­te, el jefe de Gabi­ne­te y secre­ta­rio de Segu­ri­dad de Lanús, Die­go Kra­vetz, se mos­tró con dro­ga incau­ta­da duran­te un alla­na­mien­to en Villa Dia­man­te. El tipo son­reía para las fotos. Horas des­pués aque­llas fotos fue­ron col­ga­das en su cuen­ta ofi­cial de Twit­ter.

Acu­ña y Kra­vetz son un matri­mo­nio muy feliz. Pero aho­ra el des­tino los some­te a una difí­cil prue­ba. Sobre sus cabe­zas aca­ba de caer una denun­cia por aso­cia­ción ilí­ci­ta, enri­que­ci­mien­to ilí­ci­to, nego­cia­cio­nes incom­pa­ti­bles con la fun­ción públi­ca y lava­do de dinero.

El ter­cer cate­to de esta tra­ma es el ex minis­tro de Hacien­da por­te­ño y actual inten­den­te de Lanús, Nés­tor Grindetti.

La pre­sen­ta­ción la reali­zó el inte­gran­te de la Fun­da­ción Ala­me­da, Lucas Man­jon (patro­ci­na­do por el abo­ga­do Daniel Ller­ma­nos), en el juz­ga­do fede­ral a car­go de Mar­ce­lo Mar­tí­nez de Gior­gi. Y se refie­re a un sis­te­ma frau­du­len­to de recau­da­ción imple­men­ta­do des­de el Gobierno de la Ciu­dad. En reali­dad el caso había que­da­do al des­cu­bier­to en abril de 2017 por una serie de artícu­los perio­dís­ti­cos publi­ca­dos simul­tá­nea­men­te por el dia­rio Tiem­po Argen­tino, el por­tal Nue­va Ciu­dadNues­tras Voces.

Una man­cha más a Grindetti

La tri­ple alianza

El pri­mer signo visi­ble de esta his­to­ria se remon­ta al 4 de noviem­bre de 2015, cuan­do Grin­det­ti –ya inten­den­te elec­to de Lanús– anun­ció el nom­bra­mien­to de Kra­vetz en la Secre­ta­ría de Segu­ri­dad. A la sema­na, el Minis­te­rio de Hacien­da por­te­ño –toda­vía en manos de Grin­det­ti– hizo un pago de 896 mil pesos a la igno­ta con­sul­to­ra Sig­ni­ca SRL por un supues­to estu­dio sobre “satis­fac­ción de con­tri­bu­yen­tes”. Y el vier­nes 20 efec­tuó otro pago de 972 mil pesos a dicha fir­ma, esta vez por un pre­sun­to estu­dio sobre “satis­fac­ción de proveedores”.

¿Aca­so hubo rela­ción entre tales pagos y la desig­na­ción de Kra­vetz? Un deta­lle suge­ría eso: el socio geren­te de Sig­ni­ca SRL no es otro que Kra­vetz. A su vez, en Lanús es un secre­to a voces que la cam­pa­ña de Grin­det­ti que­dó sin fon­dos en las pos­tri­me­rías de su carre­ra elec­to­ral. Y –tal como sos­tu­vo una fuen­te pró­xi­ma a su des­pa­cho– fue ahí cuan­do apa­re­ció la figu­ra sal­va­do­ra de Kra­vetz, quien enton­ces se habría con­ver­ti­do en su recau­da­dor de emer­gen­cia. Un ges­to que a Grin­det­ti no le salió gratis.

La jura de Kra­vetz como fun­cio­na­rio de Lanús ocu­rrió el 9 de diciem­bre en el Con­ce­jo Deli­be­ran­te local bajo el tenue vito­reo de un gru­po redu­ci­do de adlá­te­res. Ocu­rre que ese hom­bre de mira­da hui­di­za y den­ta­du­ra de roe­dor no es muy apre­cia­do en los círcu­los de la polí­ti­ca por su natu­ra­le­za camaleónica.

Ese maña­na Acu­ña tam­bién asu­mió como minis­tra del alcal­de, Hora­cio Rodrí­guez Larre­ta. Por enton­ces ella recom­po­nía su víncu­lo amo­ro­so, tras un momen­tá­neo dis­tan­cia­mien­to, con el fla­man­te fun­cio­na­rio men­cio­na­do en el párra­fo anterior.

En el aspec­to espe­cí­fi­co de su ges­tión, la seño­ra Acu­ña supo mos­trar­se impla­ca­ble en la aus­te­ri­dad de sus ofre­ci­mien­tos para las tra­ta­ti­vas pari­ta­rias. Tam­bién le puso garra a la Uni­CA­BA; o sea, el resis­ti­do pro­yec­to de refor­ma edu­ca­ti­va que pro­po­ne la crea­ción de una suer­te de uni­ver­si­dad ad hoc y el cie­rre de los 29 ins­ti­tu­tos de for­ma­ción docen­te que exis­ten en la actua­li­dad. Sin embar­go, en el futu­ro segu­ra­men­te se la recor­da­rá por haber teni­do la gran ocu­rren­cia de pro­po­ner un pro­to­co­lo que exi­gía denun­ciar penal­men­te la toma de cole­gios secundarios.

¿Es posi­ble que seme­jan­te refle­jo puni­ti­vo lo haya adqui­ri­do es su épo­ca estu­dian­til? Por­que en su Bari­lo­che natal asis­tió a un ilus­tre cole­gio don­de los albo­ro­tos no ocu­rrían, el Ins­ti­tu­to Pri­mo Capra­ro, admi­nis­tra­do por un hom­bre del cual ella –así como con­fie­sa entre sus ínti­mos– guar­da un buen recuer­do: el cri­mi­nal de gue­rra nazi, Erich Prieb­ke. Cosas de la vida.

¿O tal vez dicho pro­to­co­lo le fue suge­ri­do por su cón­yu­ge? Ya se sabe que el señor Kra­vetz es un reco­no­ci­do bene­fac­tor de la niñez entre cuyos hitos se des­ta­ca el furio­so ata­que poli­cial que enca­be­zó en el come­dor infan­til Los Car­to­ne­ri­tos, de Villa Cara­za, y la infa­me extor­sión a un pibe de 11 años para que con­fie­se crí­me­nes ima­gi­na­rios en el pro­gra­ma tele­vi­si­vo de Jor­ge Lanata.

Lo cier­to es que aquel indi­vi­duo es vis­to con rece­lo has­ta en las filas del PRO. Eso bien lo sabe la pro­pia Acu­ña, quien en 2011 vio nau­fra­gar su sue­ño de con­du­cir el Minis­te­rio de Desa­rro­llo Social pre­ci­sa­men­te por su víncu­lo mari­tal con él. Es que Mau­ri­cio Macri no tenía una bue­na impre­sión de él. Y pese a que, des­de su alian­za elec­to­ral con Jor­ge Teler­man, ya juga­ba a favor del futu­ro pre­si­den­te. De hecho, en 2008, cuan­do pug­na­ba por per­fi­lar­se como figu­ra del Fren­te para la Vic­to­ria (FpV), Nés­tor Kirch­ner fue tajan­te: “Ojo con Kra­vetz, que labu­ra más para Macri que para nosotros”.

No menos cier­to es que su mala fama tuvo un ori­gen para­le­lo a su debut polí­ti­co. Eso ocu­rrió en ple­na cri­sis de 2001. Por enton­ces, él era un refe­ren­te del Movi­mien­to Nacio­nal de Empre­sas Recu­pe­ra­das (MNER). Y fue el pri­mer paso de su cam­bian­te carre­ra hacia el poder. Un paso que difí­cil­men­te olvi­den los orga­nis­mos de dere­chos huma­nos. Por­que en tales ámbi­tos se lo recuer­da por una esta­fa a inte­gran­tes de HIJOS, quie­nes jamás recu­pe­ra­ron el dine­ro de sus indem­ni­za­cio­nes des­pués de que Kra­vetz los con­ven­cie­ra de inver­tir­lo en una empre­sa recu­pe­ra­da. El asun­to no pudo ser escla­re­ci­do por vía judi­cial ya que esos apor­tes se hicie­ron sin su corres­pon­dien­te documentación.

Dos años más tar­de logró encan­di­lar a Miguel Bonas­so, quien lo sumó como can­di­da­to a dipu­tado por­te­ño en las lis­tas del Par­ti­do de la Revo­lu­ción Demo­crá­ti­ca. Así fue que duran­te dos perío­dos hizo de la Legis­la­tu­ra la base de sus migra­cio­nes par­ti­da­rias. Y en 2012, ya con man­da­to cum­pli­do, inven­tó el Ins­ti­tu­to de Polí­ti­cas de Paci­fi­ca­ción, una ONG que lo acer­ca­ría al Fren­te Reno­va­dor. Aque­lla per­te­nen­cia pare­cía ser defi­ni­ti­va. Gran­de fue la sor­pre­sa de Ser­gio Mas­sa tres años des­pués, al ano­ti­ciar­se por los dia­rios que Kra­vetz asu­mía como fun­cio­na­rio del PRO en Lanús.

Su jefe polí­ti­co es un típi­co pro­duc­to de la can­te­ra del Gru­po SOCMA. Actua­rio de pro­fe­sión, Grin­det­ti entró allí a los 24 años como cade­te y, con la ben­di­ción de Don Fran­co, lle­gó a engro­sar el direc­to­rio de Side­co Ame­ri­ca­na. En tal trán­si­to hizo bue­nas migas con el bota­ra­te de la fami­lia. De modo que éste, al lle­gar a la jefa­tu­ra de la Ciu­dad, le con­fi­rió el con­trol de la eco­no­mía muni­ci­pal. Des­de ese momen­to tan­to su patri­mo­nio como su pron­tua­rio han expe­ri­men­ta­do un nota­ble incremento.

Entre las pesa­di­llas judi­cia­les de Grin­det­ti se des­ta­ca una denun­cia por sobre­pre­cios en la cons­truc­ción de carri­les exclu­si­vos sobre la Ave­ni­da 9 de Julio. En 2010 fue denun­cia­do por el pago de una comi­sión de 9,5 millo­nes de dóla­res a los ban­cos Cre­dit Suis­se y KBR Finan­ce, cuan­do había otras ofer­tas con por­cen­ta­jes más bajos. En aquel mis­mo año tam­bién que­dó en la mira por irre­gu­la­ri­da­des en la emi­sión de 475 millo­nes de dóla­res de deu­da por­te­ña. En 2011, a pedi­do de un tri­bu­nal bra­si­le­ño, Inter­pol emi­tió una orden de cap­tu­ra inter­na­cio­nal con­tra él (dada de baja en 2015) por “deli­tos tri­bu­ta­rios”. Y en 2016 fue impu­tado por enri­que­ci­mien­to ilí­ci­to en las inves­ti­ga­cio­nes cone­xas a los deno­mi­na­dos Pana­má Papers. Pero aho­ra el pro­ble­mi­ta que com­par­te con Kra­vetz y Acu­ña entur­bia aún más su cer­ti­fi­ca­do de bue­na conducta.

La dan­za de la fortuna

La denun­cia que actual­men­te está a con­si­de­ra­ción del juez fede­ral De Gior­gi coin­ci­de con el con­te­ni­do de los artícu­los publi­ca­dos por Tiem­po Argen­tino, Ciu­dad Futu­raNues­tras Voces en el oto­ño de 2017. Y pro­fun­di­za el asun­to con deta­lles reveladores.

Sig­ni­ca SRL, el sello empre­sa­rial de Kra­vetz, fue regis­tra­do en 2012. Y como socia figu­ra su pren­se­ra, la nor­te­ame­ri­ca­na Maria­na Feuer­man. Recién en noviem­bre de 2013 empe­zó a tra­ba­jar allí la úni­ca emplea­da, Susa­na René López, quien des­de 2007 es tam­bién emplea­da de la Legis­la­tu­ra. Úni­ca­men­te entre 2012 y 2014, ese empren­di­mien­to (con­ce­bi­do, según su folle­te­ría, para brin­dar “ser­vi­cios de con­sul­to­ría y ase­so­ra­mien­to e infor­ma­ción a per­so­nas físi­cas y jurí­di­cas, para cam­pa­ñas elec­to­ra­les o comu­ni­ca­cio­na­les”) le fac­tu­ró al gobierno por­te­ño más de cua­tro millo­nes de pesos. A eso se le aña­de los dos últi­mos con­tra­tos rubri­ca­dos por Grin­det­ti en las horas fina­les de Macri como alcal­de por un total de 1.868.000 pesos, des­glo­sa­dos en dos pagos (y por dos tra­ba­jos dife­ren­cia­dos) para así elu­dir los con­tro­les esta­ble­ci­dos por el pro­pio Gobierno de la Ciu­dad. Y todo con una sola empleada.

Cabe des­ta­car un deta­lle: en el pro­ce­so lici­ta­to­rio de tales con­tra­ta­cio­nes tam­bién par­ti­ci­pó (y per­dió) la empre­sa “Tres­pun­to­ze­ro”. Lo curio­so es que su núme­ro tele­fó­ni­co es el mis­mo que el de Sig­ni­ca SRL.

Se podría decir que la tran­si­ción ins­ti­tu­cio­nal que posi­bi­li­tó el sal­to de Kra­vetz a Lanús y la desig­na­ción de Acu­ña en el Gabi­ne­te por­te­ño coin­ci­dió con una eta­pa flo­re­cien­te para ellos en tér­mi­nos eco­nó­mi­cos. Tan­to es así que a prin­ci­pios de 2016 ellos escri­tu­ra­ron un bello depar­ta­men­to en el edi­fi­cio de la calle Cabe­llo 3329, en Barrio Par­que. La minis­tra aca­ba­ba de adqui­rir el 50 por cien­to de otra pro­pie­dad en el barrio de Núñez. Y en el trans­cur­so de aquel año con su mari­do tam­bién adqui­rió una coche­ra y un terreno de 900 metros cua­dra­dos en el Conourbano.

Moti­vos tuvie­ron como para tan­ta son­ri­sa en las fotos.

fuen­te: paja​ro​ro​jo​.com

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