Esta­dos Uni­dos. Las muje­res, lxs jóve­nes, la cla­se tra­ba­ja­do­ra, las ciu­da­des y las mino­rías étni­cas se des­ha­cen de Trump

Por Michael Roberts, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 16 de noviem­bre de 2020.

Vota­ron para des­ha­cer­se de Trump: pero es posi­ble que no espe­ren mucho de Biden y tie­nen toda la razón.

El can­di­da­to del par­ti­do demó­cra­ta, Joe Biden, ha ven­ci­do al actual pre­si­den­te repu­bli­cano Donald Trump en las elec­cio­nes de 2020. ¿Qué pode­mos apren­der del resul­ta­do de las elec­cio­nes sobre los Esta­dos Uni­dos de Amé­ri­ca, la mayor poten­cia impe­ria­lis­ta del mun­do, en la ter­ce­ra déca­da del siglo XXI?Primero, sobre la par­ti­ci­pa­ción de los votan­tes. Con votos aún por con­tar, pare­ce que unos 150 millo­nes de esta­dou­ni­den­ses en edad de votar lo habrían hecho. Dado que había 239 millo­nes ele­gi­bles para votar, eso sig­ni­fi­ca que hubo apro­xi­ma­da­men­te un 62% de par­ti­ci­pa­ción (VEP).

Eso es mejor que en 2016 con un 59% y la mejor par­ti­ci­pa­ción des­de 1960, pero no es tan alta como afir­ma­ban muchos pro­nós­ti­cos de los medios de comu­ni­ca­ción el día de las elec­cio­nes. Sig­ni­fi­ca que el 37% de los esta­dou­ni­den­ses con dere­cho a voto no lo han ejer­ci­do. Hay que com­pa­rar­lo con el 31,4% que votó por Biden y el 29,6% que votó por Trump. Así que, una vez más, el par­ti­do de los No Votan­tes obtu­vo el resul­ta­do nacio­nal más alto en las elec­cio­nes estadounidenses.

Ade­más, hubo otros 20 millo­nes de esta­dou­ni­den­ses en edad de votar que fue­ron exclui­dos del cen­so elec­to­ral por dis­tin­tas razo­nes nega­ti­vas (haber come­ti­do un deli­to mayor o que la admi­nis­tra­ción esta­tal hubie­se recha­za­do su ins­crip­ción). Así que la par­ti­ci­pa­ción de la pobla­ción en edad de votar fue solo del 58%, lo que impli­ca que una par­te con­si­de­ra­ble de las cla­ses tra­ba­ja­do­ras de Esta­dos Uni­dos no votó y /​o no se les per­mi­tió votar. De hecho, la «mayor demo­cra­cia del mun­do» tie­ne uno de los nive­les más bajos de par­ti­ci­pa­ción de sus votan­tes entre las deno­mi­na­das «demo­cra­cias liberales».

Una gran par­te de la pobla­ción que no ejer­ce su dere­cho al voto son los jóve­nes. Menos de la mitad, solo el 43.4%, de los esta­dou­ni­den­ses ele­gi­bles meno­res de 30 años vota­ron en las elec­cio­nes pre­si­den­cia­les de 2016. Esto fue mucho menos que el 71,4% de los mayo­res de 60 años que vota­ron. Fue inclu­so menor en estas elecciones.

Trump está dicien­do que las elec­cio­nes han sido ama­ña­das y en cier­to modo tie­ne razón. Siem­pre están mani­pu­la­das por­que el can­di­da­to con la mayo­ría de votos, por no hablar con el voto más gran­de, rara vez gana. En estas elec­cio­nes, Trump obtu­vo más de 71 millo­nes de votos, el voto más alto de la his­to­ria para un repu­bli­cano. Pero Biden obtu­vo 75 millo­nes de votos, el voto más alto de la his­to­ria para un pre­si­den­te. Pero eso se debe a que en esta elec­ción votó más gen­te que nunca.

En las últi­mas ocho elec­cio­nes pre­si­den­cia­les, dos elec­cio­nes las ganó un can­di­da­to que obtu­vo menos votos que su prin­ci­pal opo­nen­te. Esto se debe a que el gana­dor es el que reci­be la mayo­ría de los votos del «cole­gio elec­to­ral». Y esos votos se regis­tran en cada esta­do de los 50 de la Unión. Esta­mos hablan­do de los Esta­dos Uni­dos de Amé­ri­ca, una unión fede­ral de esta­dos sobe­ra­nos cons­ti­tui­da en la revo­lu­ción ame­ri­ca­na del siglo XVIII, y cada esta­do tie­ne sus pro­pias leyes y pro­ce­di­mien­tos elec­to­ra­les. Por lo tan­to, la suma de un gran núme­ro de votos en Nue­va York y Cali­for­nia, los esta­dos más pobla­dos, para el can­di­da­to demó­cra­ta no garan­ti­za la vic­to­ria cuan­do el can­di­da­to repu­bli­cano logra már­ge­nes de vic­to­ria estre­chos en muchos esta­dos peque­ños que suman una mayo­ría en el cole­gio electoral.

Así, en 2016, la demó­cra­ta Hillary Clin­ton obtu­vo 3 millo­nes de votos más que Trump, pero Trump obtu­vo 306 votos del cole­gio elec­to­ral por­que ganó por muy poco en una serie de esta­dos peque­ños y media­nos en el Medio Oes­te. Esta vez, Biden ha obte­ni­do una mayo­ría más impor­tan­te de votos direc­tos, pro­ba­ble­men­te alre­de­dor de 4 millo­nes, pero el resul­ta­do pare­ce menos cla­ro debi­do a los estre­chos már­ge­nes en los ‘esta­dos inde­ci­sos’ cla­ve. Pero esta vez Biden le arre­ba­tó esos esta­dos a Trump y el 6 de enero, cuan­do se reúna el cole­gio elec­to­ral, obten­drá 306 votos elec­to­ra­les para ganar, lo mis­mo que Trump obtu­vo en 2016.

Otra razón por la que el resul­ta­do de las elec­cio­nes fue apre­ta­do es que en los esta­dos con­tro­la­dos por los repu­bli­ca­nos ha habi­do una mani­pu­la­ción sig­ni­fi­ca­ti­va de los dis­tri­tos elec­to­ra­les, el blo­queo deli­be­ra­do del regis­tro de votan­tes y, en estas elec­cio­nes, un inten­to deses­pe­ra­do de frus­trar las masi­vas vota­cio­nes por correo duran­te la pan­de­mia de COVID. La «demo­cra­cia» esta­dou­ni­den­se es una bro­ma. Según The Eco­no­mist, está en la par­te infe­rior de la lis­ta de las lla­ma­das «demo­cra­cia libe­ral», ¡y solo Alba­nia obtie­ne una pun­tua­ción más baja!

La razón por la que la par­ti­ci­pa­ción fue mayor en esta oca­sión es en par­te la inten­sa pola­ri­za­ción en Esta­dos Uni­dos debi­da a la pan­de­mia de COVID y la cri­sis eco­nó­mi­ca; que ha sido ali­men­ta­da por las dia­tri­bas dema­gó­gi­cas de Trump. Pero tam­bién los con­fi­na­mien­tos por la pan­de­mia de COVID han pro­vo­ca­do un aumen­to masi­vo del voto por correo, un pro­ce­so más fácil para los votan­tes que acu­dir a los cen­tros de vota­ción. Tam­bién hubo impor­tan­tes cam­pa­ñas de base en las gran­des ciu­da­des para que la gen­te se regis­tra­se y votase.

¿Pode­mos apren­der algo de la com­po­si­ción demo­grá­fi­ca y eco­nó­mi­ca de quie­nes vota­ron? La encues­ta de votan­tes de Vote­cast nos da algu­nas pis­tas. Según la encues­ta, los votan­tes mas­cu­li­nos (47%) se divi­die­ron 46 – 52 en rela­ción a Trump, pero las votan­tes muje­res (53%) lo hicie­ron 55 – 45 en el caso de Biden. Fue­ron las muje­res votan­tes las que die­ron la vic­to­ria a Biden.

El voto de los jóve­nes, como de cos­tum­bre, fue bajo, solo el 13% del voto total, pero los meno­res de 29 años vota­ron 61 – 36 por Biden. Y los de 30 a 44 años (23% de los votos) tam­bién res­pal­da­ron a Biden 54 – 43. Aque­llos de 45 a 64 años (un enor­me 36% de los votos) opta­ron por poco a Trump 51 – 48. Y los mayo­res de 65 años (otra par­te con­si­de­ra­ble, el 27%) vota­ron nue­va­men­te por Trump por un estre­cho mar­gen 51 – 48. Así que el 63% de los que vota­ron tenían más de 44 años y res­pal­da­ban a Trump (por poco); mien­tras que los meno­res de 45 años (solo el 37% de los votos) res­pal­da­ron fuer­te­men­te a Biden. Eso fue sufi­cien­te para supe­rar las peque­ñas mayo­rías de Trump en los gru­pos de mayor edad.

¿Qué ocu­rrió con los gru­pos étni­cos? Según la encues­ta el 74% de los votan­tes eran blan­cos y res­pal­da­ban a Trump 55 – 43. Pero todos los demás gru­pos étni­cos apo­ya­ron abru­ma­do­ra­men­te a Biden. Los afro­ame­ri­ca­nos cons­ti­tuían solo el 11% de los votan­tes, pero res­pal­da­ron a Biden 90 – 8. Los votan­tes his­pa­nos fue­ron solo el 10% del total, pero res­pal­da­ron a Biden 63 – 35. Los votan­tes asiá­ti­cos fue­ron solo el 2% de los votos, pero res­pal­da­ron a Biden 70 – 28. Este 25% de los votan­tes no blan­cos (y cre­cien­do en tama­ño en cada elec­ción) res­pal­dó tan abru­ma­do­ra­men­te a Biden que fue sufi­cien­te para supe­rar a la mayo­ría más peque­ña de Trump entre los votan­tes blancos.

Se ha habla­do mucho del supues­to aumen­to de votos a favor de Trump por par­te de los afro-ame­ri­ca­nos e his­pano-ame­ri­ca­nos en esta oca­sión en com­pa­ra­ción con 2016. Pero la evi­den­cia es dudo­sa e inclu­so si es cier­ta, el cam­bio es míni­mo. Según la encues­ta a pie de urna de Edi­son, hubo una caí­da en el apo­yo de los hom­bres blan­cos a Trump en com­pa­ra­ción con 2016 del 62% al 57% y un peque­ño aumen­to de las muje­res blan­cas del 52% al 54%. El supues­to aumen­to en el apo­yo a Trump de los hom­bres negros fue del 13% al 17% y de las muje­res negras fue del 4% al 8%. Pero con­si­de­ran­do que los votan­tes blan­cos repre­sen­ta­ron el 75% de los votos y los votan­tes negros solo el 11%, el supues­to cam­bio a favor de Trump de los votan­tes negros es menos de la mitad de la pér­di­da de Trump de los votan­tes blan­cos. Más votan­tes his­pa­nos apo­ya­ron a Trump esta vez, se afir­ma, pero alre­de­dor de dos ter­cios no lo hicieron.

¿Qué ocu­rre en rela­ción con la cla­se y los ingre­sos? Por nivel de edu­ca­ción, los que aban­do­na­ron la escue­la secun­da­ria (27% de los votan­tes) res­pal­da­ron a Trump 52 – 46; y aque­llos con pocas cua­li­fi­ca­cio­nes (34% de los votan­tes) nue­va­men­te res­pal­da­ron a Trump, pero por poco 50 – 48. Los gra­dua­dos uni­ver­si­ta­rios (un con­si­de­ra­ble 24% de los votan­tes) res­pal­da­ron fuer­te­men­te a Biden 56 – 42 y los votan­tes con pos­gra­dos (alre­de­dor del 14%) fue­ron aún más pro-Biden 58 – 40. Cuan­to más edu­ca­dos, más pro-Biden.

Pero eso no sig­ni­fi­ca que los esta­dou­ni­den­ses de cla­se tra­ba­ja­do­ra res­pal­da­ran a Trump más que a Biden. Aque­llos votan­tes que ganan $ 50,000 al año (el ingre­so medio) o menos res­pal­da­ron a Biden sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te 53 – 45, y fue­ron el 38% de los votan­tes. Aque­llos en el gru­po de ingre­sos medios de $ 50 – 99 mil al año (36% de los votan­tes) res­pal­da­ron por poco a Trump 50 – 48, mien­tras que aque­llos que ganan más de $ 100 mil al año (25% de los votan­tes) en reali­dad res­pal­da­ron a Biden 51 – 47. Los esta­dou­ni­den­ses peor paga­dos, el gru­po más gran­de de votan­tes, vota­ron por Biden por un buen mar­gen, mien­tras que los peque­ños empre­sa­rios y los de ingre­sos medios res­pal­da­ron por poco a Trump. Los más aco­mo­da­dos res­pal­da­ron a Biden (pero sos­pe­cho que cuan­to más alto en la esca­la de ingre­sos, más votos para Trump, ya que otras encues­tas mues­tran que los millo­na­rios res­pal­da­ron fuer­te­men­te a Trump).

Creo que pode­mos hacer una esti­ma­ción de si la mayo­ría de la cla­se tra­ba­ja­do­ra blan­ca res­pal­dó a Biden o no. Usan­do las esta­dís­ti­cas de Vote Cast (¡y asu­mien­do que sean pre­ci­sas!), el voto de aque­llos que ganan $ 99.000 al año o menos fue del 72% del voto total. De ese 72%, Biden obtu­vo el 37%, mien­tras que Trump obtu­vo el 35%. Si asu­mi­mos que todos los votan­tes negros e his­pa­nos de Biden están en este gru­po, enton­ces calcu­lo que los tra­ba­ja­do­res blan­cos cons­ti­tu­ye­ron el 52% del voto total. De ese 52%, Biden obtu­vo el 21% de ese voto, mien­tras que Trump obtu­vo el 31%. La cla­se tra­ba­ja­do­ra blan­ca res­pal­dó a Trump sobre Biden alre­de­dor del 60 – 40. Sin embar­go, dado que más muje­res vota­ron y más vota­ron por Biden, calcu­lo que una peque­ña mayo­ría de muje­res blan­cas de cla­se tra­ba­ja­do­ra vota­ron por Biden sobre Trump. Eso sig­ni­fi­ca que los votan­tes hom­bres blan­cos de cla­se tra­ba­ja­do­ra apos­ta­ron por Trump en más de dos a uno. Aun así, la cla­se tra­ba­ja­do­ra en su con­jun­to dio una peque­ña mayo­ría (2.5%) a favor de Biden.

Hay una mino­ría con­si­de­ra­ble de esta­dou­ni­den­ses de cla­se tra­ba­ja­do­ra que res­pal­da­ron a Trump, prin­ci­pal­men­te en pue­blos peque­ños y áreas rura­les. Pero la mayo­ría de los esta­dou­ni­den­ses de cla­se tra­ba­ja­do­ra recha­za­ron el trum­pis­mo. Las áreas urba­nas (65% de los votos) res­pal­da­ron fuer­te­men­te a Biden, mien­tras que los pue­blos peque­ños y las áreas rura­les res­pal­da­ron fuer­te­men­te a Trump. Fue aquí don­de la pola­ri­za­ción en la vota­ción fue mayor.

La reli­gión tam­bién jugó un papel. Los cre­yen­tes cris­tia­nos pro­tes­tan­tes y los evan­gé­li­cos (45% de los votan­tes) vota­ron fuer­te­men­te por Trump, mien­tras que los cató­li­cos (22%) se divi­die­ron 50 – 50 y los musul­ma­nes, judíos y ateos decla­ra­dos (25% de los votan­tes) apo­ya­ron muy mayo­ri­ta­ria­men­te a Biden.

¿Cuá­les fue­ron los prin­ci­pa­les pro­ble­mas en estas elec­cio­nes? Des­ta­can dos: la pan­de­mia del COVID-19 y el esta­do de la eco­no­mía. La pan­de­mia fue con­si­de­ra­da el pro­ble­ma más impor­tan­te por el 41% de los votan­tes y apo­ya­ron fuer­te­men­te a Biden. El 28% de los votan­tes que res­pal­da­ron fuer­te­men­te a Trump con­si­de­ra­ban la eco­no­mía y el empleo como el tema más impor­tan­te. Esta fue otra cau­sa cla­ra de pola­ri­za­ción en Esta­dos Uni­dos: con­fi­na­mien­tos para sal­var vidas; o sal­var empleos sin con­fi­na­mien­tos. Ese fue el dile­ma para muchos esta­dou­ni­den­ses en 2020.

En resu­men, los esta­dou­ni­den­ses acu­die­ron a estas elec­cio­nes en un núme­ro lige­ra­men­te mayor, pero la par­ti­ci­pa­ción fue toda­vía muy baja en com­pa­ra­ción con otras «demo­cra­cias libe­ra­les». Vota­ron más por el can­di­da­to demó­cra­ta que en 2016, pero las pecu­lia­ri­da­des cons­ti­tu­cio­na­les del sis­te­ma elec­to­ral hicie­ron que el resul­ta­do fue­ra bas­tan­te cer­cano, aun­que, más o menos, en línea con las pre­vi­sio­nes de las encues­tas. Biden ganó por­que las mino­rías étni­cas de Esta­dos Uni­dos supe­ra­ron a la mayo­ría blan­ca. Biden ganó por­que los esta­dou­ni­den­ses más jóve­nes vota­ron por Biden en can­ti­dad sufi­cien­te como para supe­rar la mayo­ría de Trump entre los votan­tes mayo­res. Biden ganó por­que los esta­dou­ni­den­ses de la cla­se tra­ba­ja­do­ra vota­ron por él en can­ti­da­des sufi­cien­tes como para supe­rar los votos de los empre­sa­rios de las peque­ñas ciu­da­des y las áreas rurales.

Las elec­cio­nes esta­dou­ni­den­ses fue­ron un desas­tre. Refle­jan el lío en el que se encuen­tra actual­men­te el impe­ria­lis­mo esta­dou­ni­den­se, con la pan­de­mia de COVID des­ata­da en Esta­dos Uni­dos y la eco­no­mía des­tro­za­da con millo­nes de des­em­plea­dos, sala­rios recor­ta­dos y los ser­vi­cios públi­cos paralizados.

Biden con­tó con el res­pal­do de la mayo­ría de las muje­res tra­ba­ja­do­ras, las mino­rías étni­cas, los jóve­nes y los habi­tan­tes de las ciu­da­des. Vota­ron para des­ha­cer­se de Trump: pero es posi­ble que no espe­ren mucho de Biden y tie­nen toda la razón.

Algu­nos datos sobre la eco­no­mía de Esta­dos Uni­dos en un con­tex­to mundial

Par­ti­ci­pa­ción del PIB mundial

En 1980, era así:

Esta­dos Uni­dos tenía más del doble que Japón en su par­ti­ci­pa­ción del PIB mun­dial, y más que Japón, Ale­ma­nia y Fran­cia jun­tos. La par­ti­ci­pa­ción de Chi­na era infe­rior al 2% y prác­ti­ca­men­te la mis­ma que la de India.

Aho­ra en 2019, antes de COVID, es así :

Esta­dos Uni­dos toda­vía tie­ne la mayor par­ti­ci­pa­ción en tér­mi­nos de dóla­res cons­tan­tes. Aun­que su par­ti­ci­pa­ción ha dis­mi­nui­do, sigue sien­do mayor que la del res­to del G7. Pero la de Chi­na se ha dis­pa­ra­do más del 16%, dejan­do a la India en el camino.

Tasa de cre­ci­mien­to del PIB per cápi­ta 1980 – 2020

La tasa de cre­ci­mien­to del PIB real per cápi­ta de EEUU ha sino menos del 3% anual de media y se ha des­ace­le­ra­do cons­tan­te­men­te, mien­tras que la de Chi­na ha sido alre­de­dor de tres veces más.

Par­ti­ci­pa­ción en la pro­duc­ción manu­fac­tu­re­ra mundial

A prin­ci­pios de la déca­da de 1980, la indus­tria manu­fac­tu­re­ra esta­dou­ni­den­se supo­nía más del 25% de la pro­duc­ción mun­dial, Japón el 11% y Ale­ma­nia el 7%. Chi­na ni apa­re­cía. Para 2017, la par­ti­ci­pa­ción de EEUU había caí­do apro­xi­ma­da­men­te al 18%, con Japón y Ale­ma­nia por deba­jo del 10%. Chi­na se había dis­pa­ra­do a más del 25%.

Par­ti­ci­pa­ción en las expor­ta­cio­nes mundiales

La par­ti­ci­pa­ción de Esta­dos Uni­dos en las expor­ta­cio­nes mun­dia­les en 1980 superó el 13%, con Ale­ma­nia y Japón muy por detrás. Chi­na tenía solo el 1% de las expor­ta­cio­nes mundiales.

En 2019, Chi­na superó a EEUU con casi un 11% de par­ti­ci­pa­ción, mien­tras que la par­ti­ci­pa­ción de EEUU cayó al 10%.

Espe­ran­za de vida 

La espe­ran­za media de vida es una medi­da impor­tan­te de la cali­dad de vida. En 1980, Esta­dos Uni­dos ocu­pa­ba el pues­to 21 en el mun­do con una espe­ran­za de vida al nacer de 73,6 años, detrás de la mayo­ría de los paí­ses euro­peos e inclu­so de Cuba.

Para 2019, EEUU había caí­do al pues­to 43 en la cla­si­fi­ca­ción con 78,5 años y Chi­na se situa­ba en los 76,7 años.

Des­igual­dad de ingre­sos y de riqueza

De las eco­no­mías del G7, Esta­dos Uni­dos tie­ne la dis­tri­bu­ción más des­igual tan­to de la rique­za como de los ingre­sos personales.

Gas­tos militares

Esta­dos Uni­dos gas­ta tres veces más en pre­su­pues­tos mili­ta­res que Chi­na y más que el res­to del mun­do en su conjunto.

Emi­sio­nes de car­bono por cabeza

Esta­dos Uni­dos es el líder mun­dial en emi­sio­nes de car­bono por per­so­na, segui­do por los expor­ta­do­res de ener­gía y mine­ra­les, Aus­tra­lia y Cana­dá. Las emi­sio­nes per cápi­ta de Chi­na son menos de la mitad que las de EEUU.

Robots per cápita

Corea lide­ra en el mun­do en den­si­dad de robots, con más de tres veces el núme­ro por cada 10.000 emplea­dos que Esta­dos Uni­dos. Esta­dos Uni­dos va por detrás de Ale­ma­nia, Japón y Sue­cia. Chi­na se está ponien­do al día rápi­da­men­te y supe­ra­rá a Esta­dos Uni­dos el pró­xi­mo año.

Tasa de homicidios 

Esta­dos Uni­dos tie­ne la tasa de homi­ci­dios más alta entre las eco­no­mías del G7, con casi cin­co veces la tasa pro­me­dio del G7 y nue­ve veces la tasa de China.

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