Por Geraldina Colotti, Resumen Latinoamericano, 1 noviembre 2020.-
“Llamo a la unión del bloque histórico de la revolución, de la base de partidos políticos, movimientos sociales, del Gran Polo Patriótico. Unión por encima de la diversidad y la dificultad, para preservar la independencia y la construcción del Socialismo del Siglo XXI”.
Así, con este llamamiento realizado por el presidente Nicolás Maduro durante una videoconferencia con el Congreso Bolivariano de los Pueblos, se originó el congreso del Bloque Histórico, titulado «Unidad de los pueblos Para la vida».
Para abrir el acto, en la mesa de la presidencia, Tania Díaz (vicepresidenta de la Asamblea Nacional Constituyente y de la Comisión de Agitación Propaganda y Comunicación del PSUV), y Aristóbulo Isturiz (ministro de Educación y vicepresidente sectorial de Socialismo Social y Territorial), asistidos por José Ramón Rivero (Viceministro de Trabajo, coordinador de la Comandancia del Sector Obrero y Obrero del Comando Unificado de Movimientos Sociales Darío Vivas), quien explicó el tema de la conferencia y presentó uno de los 3 informes del Congreso, «Por la consolidación de la base material de Bloque histórico bolivariano y socialista ”.
Debates y propuestas se desarrollaron así en torno a uno de los principales conceptos de Antonio Gramsci, aplicado sin embargo a la realidad venezolana según la visión del socialismo bolivariano. Para el fundador del Partido Comunista de Italia, según quien vivir significa elegir y tomar partido, el bloque histórico se configura cuando, en una situación histórica concreta, emerge una integración dialéctica entre la estructura y la superestructura: es decir, entre la base económica y el complejo de instituciones políticas y sociales, corrientes culturales e ideológicas existentes en la sociedad.
En Venezuela, dicen los informes del Congreso, «la construcción del bloque histórico bolivariano y socialista comenzó con el primer triunfo del Comandante Eterno Hugo Chávez Frías». Chávez formó «una vanguardia que ha protegido al pueblo y se mantiene firmemente unida y consolidada». El proceso constituyente y las derrotas de la contrarrevolución en las dos primeras décadas del siglo XXI «han construido tejidos de liderazgo en todos los niveles y en todas las instituciones, que constituyen una superestructura de gran fuerza para esta construcción social».
En la estructura, entendida como «un elemento de la relación dialéctica de la superestructura en el bloque histórico, residen las mayores debilidades”, pero es en ese frente donde se han logrado importantes victorias contra la guerra imperialista. Un escenario en el que «tanto los trabajadores y trabajadoras como el pueblo en general han desarrollado iniciativas para la conformación de los intelectuales del proletariado en la esfera productiva, así como en el fortalecimiento de las milicias bolivarianas para la defensa de la producción y la patria bolivariana».
La unidad – otro tema clave del congreso – es “una cuestión compleja, y debe ser producida – construida, creada – como resultado de las relaciones económicas, políticas e ideológicas». En ningún caso puede entenderse automáticamente como algo predeterminado”.
Un congreso basado en cinco ejes fundamentales, resumidos en la conferencia inaugural del presidente de la ANC, Diosdado Cabello: la dimensión económica, política, social, territorial y ética y moral. Temas tratados, en el primer día, por los informes de la vicepresidenta Delcy Rodríguez, por Ricardo Menéndez (vicepresidente sectorial de Planificación) y por el poeta Gustavo Pereira, autor del prólogo de la constitución bolivariana.
Los más de 350 voceros nacionales e internacionales (52) pudieron así adentrarse en el enfoque teórico y táctico que orienta esta fase de la revolución bolivariana. Un momento particularmente complicado por el feroz bloqueo económico-financiero impuesto por Estados Unidos y sus vasallos, que casi ha eliminado los ingresos de la nación, según explicó el viceministro de Políticas Antibloqueo William Castillo en un discurso muy aplaudido.
El cerco de la revolución bolivariana – dijo Tania Díaz – hace uso de la acción de los medios hegemónicos a nivel internacional, que construyen una realidad distorsionada, encaminada a demonizar la naturaleza del proceso bolivariano: un modelo inclusivo y participativo que sigue destinando más allá de 75% de recursos en planes sociales.
Para salvar el modelo – dijo Aristóbulo Isturiz en sus diversas intervenciones – es necesario partir del balance histórico de los avances logrados, pero también del reconocimiento de que, sin mayor involucramiento de los principales sujetos de la revolución, pero también sin la búsqueda de nuevos aliados, sin consolidar una dirección colectiva del proceso, será imposible hacerlo.
La revolución ‑recordó- tiene tres raíces, cuatro después de la muerte de Chávez: Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora, y en las elaboraciones del Libertador y del Comandante sobre el poder popular basado en la toparquía, el gobierno del territorio. En el proceso bolivariano esto se relaciona con la construcción de las Comunas, con un camino de autogobierno basado en “ciudades comunales”.
El gran desafío de los movimientos sociales y partidos políticos – afirmó la candidata a la Asamblea Nacional por el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GPPSB), Gladys Requena, es enterrar definitivamente a la IV República al implantar en la V el modelo del Socialismo del siglo XXI, alimentado por el antiimperialismo, por el chavismo, por sus raíces fundamentales, por el feminismo, por la construcción de una sociedad feminista y por la unidad de los pueblos.
El poder popular ‑explicó Blanca Eekhout, quien dirige el equipo de movimientos sociales del Comando de Campaña Darío Vivas- es la base del trabajo en el territorio como espacio de encuentro de todas las fuerzas vivas de la revolución y la construcción de la diplomacia de los pueblos, reflejada en los procesos de solidaridad internacional, principal bandera antiimperialista.
Conceptos también retomados por Ilenia Medina, presente en la mesa en representación de un partido aliado, Patria para Todos.
En la reunión final, el presidente Maduro – quien denunció un nuevo ataque a la industria petroquímica en el complejo El Tablazo- leyó y retomó las propuestas que surgieron de los distintos grupos de trabajo en torno a la construcción del bloque histórico: tanto en el ámbito productivo como en el cual debe imponerse una «perspectiva ecológica, soberana y autosustentable, una alternativa al desarrollismo», que en la de los derechos, en particular el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos y la seguridad de una vida libre de violencia, así como en la seguridad integral de la nación.
Debido a la importancia de la elaboración y de la acción, los delegados decidieron extender el trabajo hasta el 4 de febrero de 2021 cuando, digo el mandatario, el país habrá dejado atrás esta difícil situación, luego de la elección del nuevo parlamento y la aplicación de la ley anti-bloqueo.
