Bra­sil. El decli­ve de Ser­gio Moro, pro­ta­go­nis­ta prin­ci­pal del gol­pe judicial

Por Carol Pro­ner. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 13 de sep­tiem­bre de 2020.

Ser­gio Moro, el famo­so juez res­pon­sa­ble de la sen­ten­cia que lle­vó alex pre­si­den­te Lula a la pri­sión por 580 días, está con su cre­di­bi­li­dad por los suelos.

El últi­mo 25 de agos­to la Cor­te Supre­ma de Bra­sil revo­có por pri­me­ra vez una sen­ten­cia dic­ta­da por Moro en una deman­da que invo­lu­cró el ban­co Banes­ta­do. Si bien no se tra­ta de una deman­da con­tra Lula o la ope­ra­ción Lava Jato, la deci­sión radi­cal de anu­lar el pro­ce­so repre­sen­ta una res­pues­ta para corre­gir los abu­sos en cuan­to a los pro­ce­di­mien­tos de “dela­cio­nes pre­mia­das” y el uso de prue­bas sin res­pe­to a las garan­tías pro­ce­sa­les penales.

Ante la expec­ta­ti­va de innu­me­ra­bles impu­tados y jui­cios dada la for­ma for­ma des­cui­da­da en que actua­ron el exjuez de Curi­ti­ba, que dimi­tió para asu­mir como Minis­tro de Bol­so­na­ro, y los fis­ca­les en el con­tex­to de Lava Jato, dis­tor­sio­nan­do el debi­do pro­ce­so legal en las dis­tin­tas fases, pode­mos lle­gar al menos a tres lamen­ta­bles con­clu­sio­nes en cuan­to al pro­ce­so de lucha con­tra la corrup­ción en Brasil:

Pri­me­ra­men­te, la ope­ra­ción Lava Jato, bajo el man­do de Sér­gio Moro, fue una gran pér­di­da de opor­tu­ni­dad his­tó­ri­ca para com­ba­tir la corrup­ción den­tro del mar­co de laz lega­li­dad. En segun­do lugar, Lava Jato, al man­do de Sér­gio Moro, per­si­guió, pro­ce­só y con­de­nó a ino­cen­tes, pro­vo­can­do innu­me­ra­bles con­se­cuen­cias en los pro­yec­tos de vida y en la bio­gra­fía de varios impu­tados. La ter­ce­ra gran con­clu­sión se ha ido des­cu­brien­do poco a poco y con reve­la­cio­nes cada vez más escan­da­lo­sas: se uti­li­zó una inmen­sa tra­ma de cola­bo­ra­ción inter­na­cio­nal y del uso del dere­cho para ale­jar fuer­zas polí­ti­cas, líde­res y un pro­yec­to de desa­rro­llo nacio­nal que pasó por las prin­ci­pa­les empre­sas y sec­to­res estra­té­gi­cos de Brasil.

Y aquí hay una adver­ten­cia para todos los gobier­nos lati­no­ame­ri­ca­nos: esta tra­ma va más allá de Bra­sil. Los sis­te­mas esta­ta­les sobe­ra­nos de los paí­ses de la región no pue­den des­cui­dar­se por­que la tra­ma pasa sus­tan­cial­men­te por la apli­ca­ción de tra­ta­dos bila­te­ra­les anti­co­rrup­ción, por sis­te­mas infor­ma­les de cola­bo­ra­ción entre poli­cías fede­ra­les„ por fis­ca­les y enti­da­des de otros paí­ses en terri­to­rio con la excu­sa de cola­bo­rar con las estruc­tu­ras dedi­ca­das a com­ba­tir el cri­men orga­ni­za­do, armas, dro­gas, trá­fi­co de todo tipo, así como pre­ven­ción al terrorismo.

En Bra­sil, ade­más de la vul­ne­ra­bi­li­dad inhe­ren­te a estos sis­te­mas inte­gra­dos de cola­bo­ra­ción trans­na­cio­nal, muy pro­ba­ble­men­te hubo deli­tos come­ti­dos por fun­cio­na­rios públi­cos. Los ins­pec­to­res del Lava Jato vio­la­ron subrep­ti­cia­men­te los tra­ta­dos inter­na­cio­na­les y asu­mie­ron com­pe­ten­cias de otros pode­res. Eso lo indi­can los docu­men­tos que fue­ron recién reve­la­dos. Poco se sabe de este enor­me ice­berg escon­di­do, pero para nadie es un secre­to que Ser­gio Moro actuó en con­ni­ven­cia con los ins­pec­to­res del Minis­te­rio Públi­co, tor­nán­do­se un juez inqui­si­to­rial. Para nadie es secre­to que Moro via­ja­ba fre­cuen­te­men­te para Esta­dos Uni­dos hace ya muchos años visi­tan­do enti­da­des públi­cas y pri­va­das de todo o tipo dedi­ca­das a uti­li­zar al tema de la corrup­ción. Tam­po­co es un secre­to que Esta­dos Uni­dos con­si­de­ra la lucha con­tra la corrup­ción como un acti­vo estra­té­gi­co para la expan­sión polí­ti­ca y eco­nó­mi­ca en su “patio tra­se­ro”, una opor­tu­ni­dad para apli­car la juris­dic­ción extra­te­rri­to­rial a los paí­ses latinoamericanos.

Uno de los hechos más gra­ves reve­la­dos por el sitio web The Inter­cept Bra­sil y por la Agen­cia Públi­ca, fue la cola­bo­ra­ción ile­gal de los miem­bros del MPF de Curi­ti­ba con agen­tes del FBI y del Depar­ta­men­to de Jus­ti­cia de los Esta­dos Uni­dos (DOJ) en los años de 2015, inclui­do el vio­la­ción fla­gran­te del Acuer­do en Mate­ria Penal del Tra­ta­do de Asis­ten­cia Legal Mutua (MLAT), y vio­la­ción del con­ve­nio de cola­bo­ra­ción bila­te­ral en mate­ria judi­cial penal. En defi­ni­ti­va, el MPF de Curi­ti­ba ha asu­mi­do la com­pe­ten­cia del Minis­te­rio de Jus­ti­cia para coor­di­nar dicha coope­ra­ción inter­na­cio­nal, cola­bo­ran­do efec­ti­va­men­te con el avan­ce de las inves­ti­ga­cio­nes que, pos­te­rior­men­te, resul­ta­ron en acuer­dos de cul­pa­bi­li­dad por soborno y el des­en­ca­de­na­mien­to de meca­nis­mos de juris­dic­ción extra­te­rri­to­rial, todos con ori­gen informal.

La sen­sa­ción de impu­ni­dad de los agen­tes del Minis­te­rio Públi­co fue tal que el líder de los ins­pec­to­res, Del­tan Dallag­nol, creó una escan­da­lo­sa fun­da­ción pri­va­da para admi­nis­trar 2.500 millo­nes de reales, dine­ro des­ti­na­do al acuer­do de recu­pe­ra­ción de acti­vos en el acuer­do de cle­men­cia entre la jus­ti­cia de Esta­dos Uni­dos y Petro­bras. Ese inten­to gene­ro tre­men­das crí­ti­cas den­tro de la fis­ca­lía bra­si­le­ña y actual­men­te este pro­cu­ra­dor está bajo fuer­te pre­sión por innu­me­ra­bles acu­sa­cio­nes de corrup­ción funcional.

Se acer­ca el día en que se juz­ga­rá, por la Cor­te Supre­ma, el famo­so habeas cor­pus que pide la nuli­dad de las deman­das con­tra Lula. La aca­de­mia jurí­di­ca, en una encues­ta recien­te que invo­lu­cró a los mayo­res cen­tros de inves­ti­ga­ción en dere­cho del país, ha opi­na­do en con­sen­so: el 97,8% de los pro­fe­so­res de dere­cho con­sul­ta­dos, inclui­das las prin­ci­pa­les uni­ver­si­da­des de Bra­sil, con­si­de­ra que Sér­gio Moro fue abso­lu­ta­men­te par­cial en los jui­cios con­tra Lula. La Cor­te Supre­ma tie­ne la opor­tu­ni­dad de hacer jus­ti­cia, aun­que con retra­so, y de res­tau­rar la cre­di­bi­li­dad de la pro­pia jus­ti­cia, que hoy es sinó­ni­mo de colu­sión con el uso polí­ti­co de la ley.

Y Ser­gio Moro deja de ser el juez super­hé­roe y, poco a poco, se con­vier­te en el céle­bre artí­fi­ce del law­fa­re, del uso del dere­cho para des­es­ta­bi­li­zar a opo­si­to­res polí­ti­cos. Actuó cuan­do era juez y tam­bién cuan­do era minis­tro de Jus­ti­cia de Jair Bol­so­na­ro, como recom­pen­sa por ayu­dar en su vic­to­ria elec­to­ral encar­ce­lan­do a Lula. Hoy, tras rom­per con Bol­so­na­ro, se encuen­tra lejos del poder, pero al pare­cer se pre­pa­ra para ser can­di­da­to de la Rede Glo­bo a la Pre­si­den­cial del 2022. Pero su repu­tación está cayen­do por­que los invo­lu­cra­dos en la ope­ra­ción Lava Jato ya no pue­de ocul­tar las ile­ga­li­da­des que come­tie­ron ni sus per­ver­sos efec­tos eco­nó­mi­cos con­tra la eco­no­mía del país, con­tra las cons­truc­to­ras bra­si­le­ñas y los sec­to­res estra­té­gi­cos de petró­leo, gas y electricidad.

Que Bra­sil sir­va de adver­ten­cia a toda Amé­ri­ca Lati­na de lo per­ni­cio­so que pue­de ser el Poder Judi­cial cuan­do rom­pe con las garan­tías lega­les, la Cons­ti­tu­ción y espe­cial­men­te la sobe­ra­nía nacional.

(Carol Pro­ner es abo­ga­da, pro­fe­so­ra de Dere­cho Inter­na­cio­nal y miem­bro de la Aso­cia­ción Bra­si­le­ña de Juris­tas por la Democracia).

Fuen­te ori­gi­nal: Bra­sil de Fato

Fuen­te tra­duc­ción: Nodal

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