Colom­bia. Diez muer­tos en Bogo­tá duran­te las pro­tes­tas por el ase­si­na­to de Javier Ordóñez

Por Gui­do Miguel Vas­sa­llo. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 11 de sep­tiem­bre de 2020.

Las mani­fes­ta­cio­nes deja­ron un sal­do de al menos 200 heri­dos. La CIDH con­de­nó «enfá­ti­ca­men­te los casos de bru­ta­li­dad y abu­so poli­cial» y lla­mó a inves­ti­gar y san­cio­nar a los culpables.

En medio de un fuer­te cli­ma de ten­sión, la cifra de muer­tos duran­te las pro­tes­tas con­tra el abu­so poli­cial en Colom­bia ascen­dió a diez. Las movi­li­za­cio­nes empe­za­ron el miér­co­les por la noche pero se exten­die­ron a lo lar­go del jue­ves en repu­dio a la muer­te de Javier Ordó­ñez, abo­ga­do de 46 años que reci­bió repe­ti­das des­car­gas de la pis­to­la taser de un poli­cía. La alcal­de­sa bogo­ta­na, Clau­dia López, deta­lló que las sie­te per­so­nas que per­die­ron la vida en la ciu­dad son jóve­nes de entre 17 y 27 años que reci­bie­ron dis­pa­ros de arma de fuego. 

Hubo otras tres víc­ti­mas fata­les en Soa­cha, una popu­lo­sa loca­li­dad situa­da al sur de la capi­tal colom­bia­na. Las pro­tes­tas deja­ron ade­más un sal­do de al menos 200 heri­dos. Duran­te las mani­fes­ta­cio­nes tam­bién fue­ron des­trui­dos alre­de­dor de 50 pues­tos de poli­cía, cono­ci­dos como Cen­tros de Aten­ción Inme­dia­ta (CAI), y dece­nas de colec­ti­vos del ser­vi­cio público.

El pre­si­den­te de Colom­bia, Iván Duque, dio una tibia res­pues­ta a la vio­len­cia en las calles: dijo que no ten­drá «tole­ran­cia ante los abu­sos», aun­que mani­fes­tó la nece­si­dad de sepa­rar las «res­pon­sa­bi­li­da­des pun­tua­les» del com­por­ta­mien­to de toda la ins­ti­tu­ción poli­cial. El males­tar por los abu­sos poli­cia­les se vie­ne acu­mu­lan­do hace mucho tiem­po en la socie­dad colombiana. 

Pero la muer­te del abo­ga­do Javier Ordó­ñez fue la gota que rebal­só el vaso. La CIDH con­de­nó «enfá­ti­ca­men­te los casos de bru­ta­li­dad y abu­so poli­cial» en Colom­bia y lla­mó a inves­ti­gar y san­cio­nar a los cul­pa­bles. «Es ple­na­men­te jus­ti­fi­ca­da la indig­na­ción ciu­da­da­na por la vio­len­cia desen­fre­na­da de la poli­cía», ase­gu­ró el sena­dor del Polo Demo­crá­ti­co Alter­na­ti­vo, Iván Cepe­da, en diá­lo­go con Página/​12.

Duran­te la tar­de del jue­ves se regis­tra­ron inci­den­tes en el barrio Ver­be­nal, situa­do al nor­te de Bogo­tá, don­de varios mani­fes­tan­tes lle­ga­ron has­ta el CAI de la poli­cía tras la muer­te de un joven que reci­bió cua­tro dis­pa­ros en las pro­tes­tas del miér­co­les. Algu­nos de los movi­li­za­dos usa­ron llan­tas, conos y has­ta basu­ra para ata­car las ins­ta­la­cio­nes de la poli­cía y pren­der fuego. 

Los uni­for­ma­dos que se encon­tra­ban en el inte­rior no resul­ta­ron heri­dos. Mien­tras tan­to, en otro sec­tor del nor­te de la ciu­dad, en el barrio El Rin­cón, en la loca­li­dad de Suba, mani­fes­tan­tes ata­ca­ron otro CAI. En el barrio Villa Luz, don­de Javier Ordó­ñez per­dió la vida, el Escua­drón Móvil Anti­dis­tur­bios (ESMAD) recu­pe­ró la calle lue­go de que varios mani­fes­tan­tes blo­quea­ran el paso con palos y escombros.

«De nue­vo se reite­ra el mis­mo patrón: el abu­so de auto­ri­dad y el con­trol exce­si­vo al dere­cho a la pro­tes­ta que cul­mi­na con el ase­si­na­to de diez per­so­nas en Bogo­tá y Soa­cha, en pro­tes­tas que inten­ta­ban expre­sar la indig­na­ción por los hechos que fue­ron cono­ci­dos a tra­vés de las redes socia­les de un evi­den­te acto de tor­tu­ra», ase­gu­ró a este dia­rio Luis Alfon­so Cas­ti­llo, voce­ro del Movi­mien­to Nacio­nal de Víc­ti­mas de Crí­me­nes de Esta­do (MOVICE).

Los muer­tos de las pro­tes­tas con­tra la vio­len­cia poli­cial son en su amplia mayo­ría jóve­nes. Julieth Ramí­rez Mesa no par­ti­ci­pa­ba de nin­gu­na mani­fes­ta­ción pero reci­bió un dis­pa­ro al que­dar atra­pa­da en medio de los des­ma­nes en La Gai­ta­na, barrio del noroes­te de Bogo­tá. Su padre, Harold Ramí­rez, recor­dó que Julieth, que en 15 días cum­pli­ría 19 años, le pidió per­mi­so para ir a casa de una ami­ga y él se lo dio por­que no sabía nada de las pro­tes­tas que esta­lla­ron el miér­co­les en la capi­tal colom­bia­na. Ramí­rez deta­lló: «En un calle­jón la niña se des­plo­mó, me dice la ami­gui­ta, y se nos murió». Por su par­te, la pare­ja del joven Jai­der Ale­xan­der Fon­se­ca, de 17, otra de las víc­ti­mas mor­ta­les, cul­pó a la poli­cía de «dejar un niño de sie­te meses sin padre».

«Tene­mos una poli­cía que pare­cie­ra entre­na­da no sola­men­te para vio­len­tar ciu­da­da­nos a par­tir del uso exce­si­vo de la fuer­za, sino tam­bién para encu­brir esas accio­nes como lo vimos el miér­co­les en videos de poli­cías que se inter­cam­bia­ban armas con per­so­nal de civil, o que encu­brían su iden­ti­fi­ca­ción vol­teán­do­se las cha­que­tas. Sien­ten que están fue­ra del con­trol del Esta­do”, mani­fes­tó Fran­klin Cas­ta­ñe­da, pre­si­den­te del Comi­té de Soli­da­ri­dad con los Pre­sos Polí­ti­cos y miem­bro de «Defen­der la libertad».

La alcal­de­sa de Bogo­tá, Clau­dia López, se puso al fren­te de las crí­ti­cas con­tra el vio­len­to accio­nar poli­cial. «Al uso indis­cri­mi­na­do de armas de fue­go no se le pue­de con­si­de­rar abu­so poli­cial. Eso es un aten­ta­do direc­to a ciu­da­da­nos iner­mes, a civi­les, jóve­nes en su inmen­sa mayo­ría», afir­mó. «Uno no tie­ne 58 heri­dos en una noche por tri­ful­cas, sino por el uso indis­cri­mi­na­do de armas de fue­go por par­te de miem­bros de la Poli­cía Nacio­nal», agre­gó López, que aun­que no decla­ró toque de que­da en Bogo­tá, le pidió a los ciu­da­da­nos estar en casa antes de las sie­te de la noche.

Por su par­te, la Comi­sión Inter­ame­ri­ca­na de Dere­chos Huma­nos (CIDH) se sumó al repu­dio y con­de­nó «enfá­ti­ca­men­te los casos de bru­ta­li­dad y abu­so poli­cial» en Colom­bia. A tra­vés de su cuen­ta de Twit­ter, la CIDH apun­tó que en el con­tex­to de las pro­tes­tas por lo ocu­rri­do con el abo­ga­do de 46 años, hubo muer­tos y heri­dos y «todos estos hechos deben ser escla­re­ci­dos, inves­ti­ga­dos y san­cio­na­dos». «La CIDH recuer­da al Esta­do su deber de garan­ti­zar el dere­cho a la vida, inte­gri­dad y liber­tad de mani­fes­ta­ción», indi­có el orga­nis­mo en otro tuit.

Nece­si­dad de reforma

La pér­di­da de con­fian­za de la ciu­da­da­nía en la fuer­za poli­cial cre­ce día a día, y la muer­te del abo­ga­do Javier Ordó­ñez vol­vió a poner sobre la mesa la nece­si­dad de refor­mar a la ins­ti­tu­ción. «La poli­cía está per­dien­do bue­na par­te del res­pe­to de la socie­dad. Hay un cli­ma de can­san­cio que nos lle­va a la situa­ción que esta­mos obser­van­do», dijo Cas­ta­ñe­da. En Colom­bia, a dife­ren­cia de otros paí­ses, la poli­cía nacio­nal no depen­de del minis­te­rio de Segu­ri­dad o del Inte­rior sino del de Defen­sa, y a pesar de ser un cuer­po civil arma­do, tomó par­te como un ejér­ci­to regu­lar en la lucha con­tra los gru­pos gue­rri­lle­ros y las ban­das dedi­ca­das al narcotráfico.

Del lado del gobierno, la res­pues­ta a lo que suce­dió en las calles fue cuan­to menos con­fu­sa. El pre­si­den­te Iván Duque ase­gu­ró que «no pue­de haber tole­ran­cia cuan­do se abu­se del uni­for­me». Sin embar­go, recha­zó que se «estig­ma­ti­ce y se les lla­me ase­si­nos» a los uni­for­ma­dos por «res­pon­sa­bi­li­da­des pun­tua­les» de algu­nos de ellos. «Este hecho se cir­cuns­cri­be den­tro de un mar­co gene­ral de vio­len­cia y vio­la­ción a los dere­chos huma­nos que se está pre­sen­tan­do en Colom­bia en los últi­mos meses a los cua­les el gobierno ha res­pon­di­do con un len­gua­je beli­cis­ta», mani­fes­tó al res­pec­to Castillo.

La vio­len­cia de esta sema­na lle­vó a dife­ren­tes sec­to­res a plan­tear una refor­ma de la poli­cía. «Por supues­to mi lla­ma­do es a que cese toda for­ma de vio­len­cia pero tam­bién a que haya una refor­ma estruc­tu­ral y esen­cial de la poli­cía», sos­tu­vo en ese sen­ti­do Iván Cepe­da. «La poli­cía no pue­de seguir vio­lan­do los dere­chos huma­nos de la pobla­ción, y requie­re con­ver­tir­se en un orga­nis­mo que res­pe­te en toda cir­cuns­tan­cia los dere­chos de la ciu­da­da­nía», agre­gó el sena­dor colom­biano. Cas­ti­llo fue aún más crí­ti­co al ase­gu­rar que «Colom­bia hoy está tran­si­tan­do por cuen­ta de las accio­nes del gobierno a una agu­di­za­ción del con­flic­to y a la ins­ta­la­ción de un régi­men pro­cli­ve al fascismo».

Fuen­te: Pági­na 12

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