Para­guay. Una célu­la del ejér­ci­to, detrás de las muer­te de dos niñas argentinas

Por Juan Manuel Boc­cac­ci, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 8 sep­tiem­bre 2020.

La Fuer­za de Tarea Con­jun­ta (FTC) fue crea­da en 2013 por el expre­si­den­te Hora­cio Cartes

Hace una sema­na dos meno­res argen­ti­nas murie­ron balea­das en Para­guay duran­te un ope­ra­ti­vo del gobierno con­tra un gru­po gue­rri­lle­ro. Las fami­lias de las niñas denun­cia­ron que se tra­tó de una masa­cre lle­va­da a cabo por esta uni­dad de las Fuer­zas Armadas.

Hace una sema­na dos meno­res argen­ti­nas murie­ron balea­das en Para­guay duran­te un ope­ra­ti­vo del gobierno con­tra el gru­po gue­rri­lle­ro Ejér­ci­to del Pue­blo Para­gua­yo (EPP). El pro­ce­di­mien­to había sido rea­li­za­do por la Fuer­za de Tarea Con­jun­ta (FTC), uni­dad crea­da por el expre­si­den­te Hora­cio Car­tes con el obje­ti­vo de aca­bar con el EPP. Las ver­sio­nes de los hechos que die­ron tan­to el pre­si­den­te Mario Abdo Bení­tez, así como el Minis­te­rio Públi­co, gene­ra­ron cues­tio­na­mien­tos por par­te de orga­nis­mos inter­na­cio­na­les. Las fami­lias de las niñas denun­cia­ron que se tra­tó de una masa­cre lle­va­da a cabo por la FTC. Por su par­te, el gobierno abrió una inves­ti­ga­ción for­mal con­tra el EPP por tener meno­res entre sus filas. Para Juan Mar­tens, docen­te para­gua­yo que estu­dió a esta fuer­za de éli­te, la visi­bi­li­dad que tomó el caso per­mi­tió correr el velo al accio­nar ile­gal his­tó­ri­co del FTC. “Eje­cu­cio­nes extra­ju­di­cia­les, tor­tu­ras, fal­sos posi­ti­vos son sólo algu­nas de las denun­cias que ya se habían hecho con­tra esta uni­dad mili­tar”, sos­tu­vo el abo­ga­do e inves­ti­ga­dor de la Uni­ver­si­dad Nacio­nal de Pilar.

Vivir con miedo

En 2013 Car­tes creó el FTC a tra­vés de un decre­to. El obje­ti­vo del gru­po mili­tar era aca­bar con el plan estra­té­gi­co del EPP, una orga­ni­za­ción gue­rri­lle­ra de izquier­da que des­de el 2018 venía lle­van­do a cabo secues­tros y ase­si­na­tos de gran reso­nan­cia. El FTC se con­for­mó con miem­bros de las Fuer­zas Arma­das, la Poli­cía Nacio­nal y agen­tes de la Secre­ta­ría Nacio­nal Anti­dro­gas (SENAD). La crea­ción de esta fuer­za había gene­ra­do polé­mi­ca ya que impli­có la apro­ba­ción pre­via de una ley para per­mi­tir la inje­ren­cia de las FFAA en segu­ri­dad inter­na, algo que no esta­ba per­mi­ti­do en el país. Tras inten­sos deba­tes en el Con­gre­so, el Par­ti­do Colo­ra­do logró que se san­cio­ne la Ley 5036.

Sin embar­go el pro­ce­so de mili­ta­ri­za­ción del país había empe­za­do en 2008, duran­te la pre­si­den­cia de Fer­nan­do Lugo. Mar­tens expli­có que des­de ese año se habían hecho varios ope­ra­ti­vos con­tra la gue­rri­lla. “Fun­da­men­tal­men­te en los depar­ta­men­tos de Con­cep­ción, San Pedro y Apam­pay, que es la zona de influen­cia del EPP. Inclu­so se decla­ra­ró el Esta­do de excep­ción en esas zonas. Así lle­ga­mos a la ley de 2013”, expli­có el abo­ga­do. Ya con el FTC en fun­cio­na­mien­to, su cam­po de acción que­dó cir­cuns­cri­to a esas regio­nes del nor­te de Para­guay. “De un día para otro la gen­te empe­zó a ver tan­que­tas de gue­rra patru­llan­do. Eso gene­ró mucho mie­do. Al tiem­po apa­re­cie­ron las pri­me­ras denun­cias de vio­la­cio­nes a los DDHH”, sos­tu­vo el docente.

En las inves­ti­ga­cio­nes que lle­vo ade­lan­te Mar­tens encon­tró dece­nas de denun­cias sobre fal­sos posi­ti­vos, per­so­nas ase­si­na­das por la uni­dad mili­tar que bus­ca­ron hacer pasar como miem­bros del EPP. “Uno de los casos que tomó mayor noto­rie­dad fue el de Agus­tín Ledes­ma, un chi­co de 22 años sor­do mudo, ase­si­na­do en 2012. Así como hoy denun­cian los fami­lia­res de las nenas argen­ti­nas, a Ledes­ma le pusie­ron armas, lo vis­tie­ron con ropa de camu­fla­je y fue pre­sen­ta­do como un miem­bro del EPP. Lo lle­va­ron a la mor­gue de Con­cep­ción. Allí toda la comu­ni­dad esta­ba al tan­to que había sido ase­si­na­do mien­tras caza­ba pája­ros en un mon­te cer­cano”, sos­tu­vo el inves­ti­ga­dor. Ade­más seña­ló que la ope­ra­to­ria del FTC cuen­tan con el apo­yo fun­da­men­tal del poder Judi­cial. “Todas las atro­ci­da­des que come­tió esta fuer­za fue­ron con­va­li­da­das por una fis­ca­lía com­pla­cien­te y un Poder Judi­cial abso­lu­ta­men­te some­ti­do”, seña­ló el abo­ga­do. Entre las ile­ga­li­da­des lle­va­das a cabo por la Jus­ti­cia para­gua­ya enume­ró la implan­ta­ción de prue­bas, vio­la­cio­nes a la pre­sun­ción de ino­cen­cia, impu­tacio­nes con acu­sa­cio­nes gené­ri­cas, uti­li­za­ción de prue­bas secre­tas, y, lo que es más gra­ve, con­de­nas a altí­si­mas penas sin sus­ten­to sóli­do.

Otro fal­so posi­ti­vo se dio en 2015 tras el ata­que del EPP a a una comi­sa­ría en Kuru­zú de Hie­rro. “La reac­ción poli­cial pro­du­jo la muer­te de Fran­cis­co Denis Almi­rón y la deten­ción de Isa­be­lino Rive­ros duran­te un ope­ra­ti­vo. Noso­tros corro­bo­ra­mos tras el rela­to de varios tes­ti­gos inco­ne­xos que la FTC le puso un tra­je mili­tar al cadá­ver. Según nos con­ta­ron sal­ta­ba a la vis­ta que era un uni­for­me del ejér­ci­to para­gua­yo. Se nota­ba en los bor­da­dos y las mar­cas. Rive­ros estu­vo un año pre­so y des­pués lo libe­ra­ron por fal­ta de prue­bas”, expli­có Martens.

El Esta­do cómplice

Con­cep­ción es una de las zonas más pobres de Para­guay. Los nive­les de des­igual­dad social sal­tan a la vis­ta. Es una región don­de abun­dan gran­des exten­sio­nes de tie­rra api­ña­das en pocas manos. A su vez allí fun­cio­nan impor­tan­tes fri­go­rí­fi­cos. Actual­men­te los pobla­do­res con­vi­ven con altos nive­les de vio­len­cia y mie­do pro­vo­ca­do por la pre­sen­cia con­jun­ta de la gue­rri­lla y el ejér­ci­to.“Los cam­pe­si­nos ya no andan por la noche. Si lo encuen­tra alguien de la FTC los mete pre­sos bajo acu­sa­ción de que están apo­yan­do al EPP”, indi­có el docen­te. Para el inves­ti­ga­dor la pre­sen­cia de las FFAA des­de 2013 sólo sir­vió para des­le­gi­ti­mar aún más el rol del Esta­do a los ojos de la pobla­ción. “La FTC se ins­ta­la y repro­du­ce un sis­te­ma de des­igual­dad, acom­pa­ña­do de vio­la­cio­nes a los DDHH. Su pre­sen­cia vio­len­ta for­ta­le­ce el dis­cur­so del EPP y le da con­te­ni­do”, seña­ló el inves­ti­ga­dor. Para Mar­tens ambos gru­pos res­pon­den a diná­mi­cas dife­ren­tes, pero de cual­quier mane­ra vio­len­tas y terri­bles. “El EPP es un gru­po que mata, ase­si­na, secues­tra, pro­vo­ca des­pla­za­mien­to for­zo­so. Noso­tros asis­ti­mos a cam­pe­si­nos que tuvie­ron que aban­do­nar sus tie­rras a las apu­ra­das por­que esta­ban bajo ame­na­za de muer­te. Hay un caso muy grá­fi­co de una seño­ra a la que le pusie­ron una bom­ba en la boca por haber cola­bo­ra­do con la poli­cía”, seña­ló el abo­ga­do. “Lo que nos dije­ron los pobla­do­res es que el EPP tie­ne más códi­gos. Sino lo denun­cias, no te mata”, expli­có el investigador.

Según el Ser­vi­cio Paz y Jus­ti­cia (SERPAJ) de Para­guay entre 2013 a 2018 el FTC mul­ti­pli­có su pre­su­pues­to nue­ve veces. Un aumen­to que no se le dio a nin­gu­na otra depen­den­cia del Esta­do, según el orga­nis­mo de DDHH. Mar­tens infor­mó que actual­men­te esta uni­dad mili­tar cuen­ta con un pre­su­pues­to anual que ron­da los 15 millo­nes de dóla­res. “Hay mucho dine­ro para gas­tar que sólo mane­ja una cúpu­la que no supera las 15 per­so­nas. Ade­más fun­cio­nan con gas­tos reser­va­dos de los que no rin­den cuen­tas”, indi­có el inves­ti­ga­dor. Tam­bién indi­có que en la for­ma­ción del FTC, así como en la pro­vi­sión de arma­men­tos, estu­vo invo­lu­cra­do el gobierno colombiano.

En el caso de las niñas argen­ti­nas los altos man­dos de esta uni­dad mili­tar con­fir­ma­ron hace días que no hay fil­ma­cio­nes del pre­sun­to enfren­ta­mien­to. Ante­rior­men­te la Jus­ti­cia había orde­na­do ente­rrar su cuer­pos la mis­ma noche que fue­ron balea­dos. El fis­cal a car­go de la cau­sa Fede­ri­co Del­fino tam­bién había pedi­do que­mar los uni­for­mes mili­ta­res con los que los miem­bros del FTC dije­ron haber­las encon­tra­do. Sos­tu­vo que esta­ba siguien­do los pro­to­co­los sani­ta­rios por el covi-19. El médi­co foren­se que había par­ti­ci­pa­do en la autop­sia dijo el lunes que la ropa se hubie­ra podi­do guar­dar sin nin­gún pro­ble­ma. Mar­tens no se sor­pren­de. Para él esta es la for­ma habi­tual en que pro­ce­de el Esta­do para­gua­yo. “El FTC y la fis­ca­lía vol­vie­ron a meter la pata. La úni­ca dife­ren­cia es que hoy, por tra­tar­se de meno­res extran­je­ras, todo que­dó a la vis­ta«, expli­có el investigador.

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