Ucra­nia. El pre­cio a pagar

Por Andrey Man­chuk. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 9 de agos­to de 2020.

La sema­na pasa­da, la dele­ga­ción ucra­nia­na fir­mó en Bru­se­las un memo­rán­dum con la Unión Euro­pea en el que Kiev se garan­ti­za una asis­ten­cia en for­ma de cré­di­to por valor de 1200 millo­nes de euros. Está pre­vis­to que el pri­mer tra­mo, 600 millo­nes de euros, sea entre­ga­do de for­ma inmi­nen­te tras la rati­fi­ca­ción del docu­men­to, algo que se pre­vé para la segun­da mitad de agos­to en una sesión extra­or­di­na­ria del Par­la­men­to. Los fon­dos res­tan­tes se trans­fe­ri­rán el año que vie­ne, eso sí, solo a con­di­ción de que el Gobierno ucra­niano cum­pla escru­pu­lo­sa­men­te con las obli­ga­cio­nes esti­pu­la­das en el acuerdo.

El dine­ro euro­peo está for­mal­men­te des­ti­na­do a la lucha con­tra la pan­de­mia de coro­na­vi­rus y para con­ti­nuar con las vic­to­rio­sas refor­mas. Sin embar­go, es evi­den­te que, en la prác­ti­ca, serán uti­li­za­dos para pagar actua­les y pasa­dos cré­di­tos y para cum­plir con los pagos urgen­tes a los emplea­dos del Esta­do y los pen­sio­nis­tas. Según el Teso­ro, las reser­vas del Esta­do han caí­do a la ter­ce­ra par­te en julio, de 75000 millo­nes a 51000. Esto sig­ni­fi­ca que el Gobierno de Denis Shmy­gal no tie­ne fon­dos para pagar los sala­rios y que se basa úni­ca­men­te en el apo­yo externo, obli­ga­do a acep­tar lite­ral­men­te cual­quier exi­gen­cia para con­se­guir ayuda.

Es pre­ci­so pres­tar aten­ción a un deta­lle sobre cómo se han rea­li­za­do las nego­cia­cio­nes entre los ofi­cia­les euro­peos, el minis­tro de Finan­zas Serhiy Mar­chen­ko y el recién nom­bra­do pre­si­den­te del Ban­co Cen­tral, Kiril Shev­chen­ko, que se han rea­li­za­do a puer­ta cerra­da. El tex­to no se ha publi­ca­do has­ta haber sido apro­ba­do y no se ha pro­du­ci­do públi­ca­men­te nin­gu­na dis­cu­sión pre­li­mi­nar sobre sus tér­mi­nos. Pese a que el semi­se­cre­to docu­men­to esté pla­ga­do de paté­ti­cas fra­ses sobre la lucha por la transparencia.

Los moti­vos para este secre­tis­mo son evi­den­tes: el recién acor­da­do memo­rán­dum es una copia del memo­rán­dum acor­da­do entre Ucra­nia y el Fon­do Mone­ta­rio Inter­na­cio­nal apro­ba­do en abril y con­tie­ne una serie de pro­vi­sio­nes que direc­ta­men­te afec­tan a los intere­ses de la mayo­ría de la pobla­ción. Está car­ga­do de escán­da­los, algo poco con­ve­nien­te para Zelensky en un momen­to en el que su popu­la­ri­dad cae y ante las elec­cio­nes loca­les, que ame­na­zan con con­ver­tir­se en una tor­men­ta polí­ti­ca que podría con­ver­tir­se, no en una ola de coro­na­vi­rus, sino en una ola de protestas.

Para empe­zar, el Gobierno ha vuel­to a pro­me­ter a los euro­peos intro­du­cir pre­cios de mer­ca­do para el gas uti­li­za­do por la pobla­ción, con lo que en la prác­ti­ca que­da­rá abo­li­do el sis­te­ma de tari­fas redu­ci­das. Este com­pro­mi­so que­dó cla­ro en el memo­rán­dum del FMI que entró en vigor en agos­to, así que el acuer­do con Bru­se­las no es más que una prue­ba dise­ña­da para con­so­li­dar las con­di­cio­nes pre­via­men­te acep­ta­das. Al mis­mo tiem­po, la Unión Euro­pea no solo obli­ga a los ucra­nia­nos a pagar más por el gas, sino que tam­bién pro­mo­cio­na a sus inter­me­dia­rios en el mer­ca­do de gas ucra­niano: las auto­ri­da­des ucra­nia­nas ten­drán que diver­si­fi­car al máxi­mo las opcio­nes de los con­su­mi­do­res, eli­mi­nan­do así la posi­ción de mono­po­lio de Naftogaz.

Ade­más, la Unión Euro­pea refor­za­rá el con­trol externo sobre lo que que­da del sec­tor públi­co en Ucra­nia. Según el tex­to del nue­vo memo­rán­dum, Zelensky pro­me­te crear unos con­se­jos super­vi­so­res “inde­pen­dien­tes” para ges­tio­nar las quin­ce empre­sas más gran­des. En la prác­ti­ca, esos con­se­jos se for­ma­rán con “acti­vis­tas” pro­fe­sio­na­les que se deben a sus patro­nos extran­je­ros. Sin embar­go, se les paga­rán sala­rios astro­nó­mi­cos, como los que ya se ha paga­do en Ukrza­lizny­ts­ya al nota­ble tra­ba­ja­dor ferro­via­rio Serhiy Les­chen­ko. Todo ello está supues­ta­men­te dise­ña­do para luchar con­tra la corrup­ción, aun­que esta tra­ma de gran­des sala­rios es en sí una tra­ma de corrup­ción, imple­men­ta­da con todo el cinis­mo a cos­ta de los fon­dos del Estado.

El memo­rán­dum tam­bién per­mi­ti­rá a la UE intro­du­cir su pro­pio per­so­nal en las auto­ri­da­des de impues­tos y adua­nas en Ucra­nia. Y otro “con­se­jo super­vi­sor inde­pen­dien­te” que va a crear­se con­tro­la­rá el tra­ba­jo de la empre­sa esta­tal Pro­cu­ra­du­ría Médi­ca de Ucra­nia, que es crí­ti­ca en el país en tiem­pos de pan­de­mia. En la eta­pa de Ulya­na Suprun, el Gobierno adqui­ría los medi­ca­men­tos a tra­vés de una red de orga­ni­za­cio­nes inter­na­cio­na­les, lo que cau­só una cró­ni­ca esca­sez de pro­duc­tos. Des­pués las adqui­si­cio­nes comen­za­ron a hacer­se por medio de una estruc­tu­ra esta­tal muy cri­ti­ca­da por “acti­vis­tas” lea­les a Suprun. Pare­ce que serán ellos quie­nes for­men el nue­vo con­se­jo, lo que pue­de deri­var en una nue­va inte­rrup­ción del sumi­nis­tro de medi­ca­men­tos, por no men­cio­nar futu­ros aumen­tos de precio.

El memo­rán­dum con la Unión Euro­pea pre­vé tam­bién otra refor­ma del ya dis­fun­cio­nal sis­te­ma judi­cial. Para ello se crea­rán comi­sio­nes espe­cia­les con la par­ti­ci­pa­ción de ciu­da­da­nos extran­je­ros que comen­za­rán a selec­cio­nar a los jue­ces. Aun­que no conoz­can la legis­la­ción ucra­nia­na, su reali­dad o la len­gua ucra­nia­na ni la rusa. El Comi­té Anti­co­rrup­ción y la Fis­ca­lía Anti­co­rrup­ción expan­di­rán sus pode­res y se con­ver­ti­rán en estruc­tu­ras autó­no­mas prác­ti­ca­men­te inde­pen­dien­tes del Esta­do has­ta el pun­to de que el nue­vo docu­men­to espe­ci­fi­ca el pro­ce­di­mien­to de selec­ción del pre­si­den­te del Comi­té Anti­co­rrup­ción, que esta­rá bajo total con­trol de la Unión Europea.

Es más, el Gobierno ucra­niano ten­drá que equi­pa­rar el poder de los agen­tes públi­cos y pri­va­dos. Los “detec­ti­ves pri­va­dos”, que habrán com­pra­do esos pues­tos y entre los que habrá ultra­de­re­chis­tas vete­ra­nos de “ATO”, podrán legal­men­te ate­rro­ri­zar a cual­quier deu­dor, tam­bién a las estruc­tu­ras esta­ta­les. Ade­más, podrán blo­quear las cuen­tas de per­so­nas y empre­sas, una for­ma lega­li­za­da del saqueo. Todo ello hará aumen­tar la vio­len­cia, el caos y el nihi­lis­mo abso­lu­to que impe­ra en el país.

Este es el pre­cio de la “asis­ten­cia finan­cie­ra” que sos­tie­ne a flo­te al anta­ño popu­lar “ser­vi­dor del pue­blo”. El país está fir­me­men­te atra­pa­do en las garras de la deu­da y no hay duda de que las auto­ri­da­des ucra­nia­nas acep­ta­rán estas exi­gen­cias que Bru­se­las con­tro­la­rá fir­me­men­te. La situa­ción eco­nó­mi­ca se dete­rio­ra rápi­da­men­te, los ingre­sos caen y el año que vie­ne será muy impor­tan­te para Ban­ko­va reci­bir el segun­do tra­mo. Pero esas deu­das ten­drán que ser sal­da­das, aun­que eso ya será cosa de quien sus­ti­tu­ya a Zelensky. La pre­gun­ta es quién recu­pe­ra­rá la inde­pen­den­cia de Ucra­nia, esa que ha sido ven­di­da a Occi­den­te a cam­bio de créditos.

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* Fuen­te: Slav​yan​grad​.es

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