Colom­bia. ELN: «No tene­mos nin­gu­na con­fian­za en el Gobierno»

Por Unai Aran­za­di. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 13 de agos­to de 2020.

Entre­vis­ta area­li­za­da a varios coman­dan­tes del Ejér­ci­to de Libe­ra­ción Nacio­nal (ELN) jun­to al par­que del Cata­tum­bo. El perio­dis­ta Unai Aran­za­di les pre­gun­ta acer­ca de las prin­ci­pa­les dudas y con­se­cuen­cias que sus­ci­ta su deci­sión de per­ma­ne­cer acti­vos. Entre otros temas, res­pon­den de for­ma coral a las acu­sa­cio­nes de reclu­tar a meno­res, lle­var a cabo secues­tros para finan­ciar su acti­vi­dad y bene­fi­ciar­se del cul­ti­vo de coca. Tam­bién sobre la cri­sis huma­ni­ta­ria que se está gene­ran­do en la región fron­te­ri­za con Venezuela.

El Ejér­ci­to de Libe­ra­ción Nacio­nal (ELN) colom­biano es hoy la gue­rri­lla más anti­gua del mun­do. Fun­da­da el 4 de julio de 1964 al calor de la revo­lu­ción cuba­na, ha esta­do liga­da al gue­va­ris­mo y la teo­lo­gía de la libe­ra­ción cris­tia­na. Actual­men­te varios de sus más des­ta­ca­dos diri­gen­tes se encuen­tran atra­pa­dos en Cuba sin poder regre­sar a Colom­bia. El Gobierno del dere­chis­ta Iván Duque rom­pió las nego­cia­cio­nes que se lle­va­ban a cabo en La Haba­na des­de que el ante­rior pre­si­den­te, el libe­ral Juan Manuel San­tos, las ini­cia­ra en el año 2016 con el aus­pi­cio de Venezuela.

Con­si­de­ra­da “orga­ni­za­ción terro­ris­ta” por Esta­dos Uni­dos, Colom­bia y la Unión Euro­pea, la gue­rri­lla ha sido acu­sa­da de reclu­tar a meno­res, bene­fi­ciar­se del cul­ti­vo de coca y lle­var a cabo secues­tros con el fin de finan­ciar su acti­vi­dad arma­da. En una inusual aper­tu­ra a la pren­sa, par­te de la diri­gen­cia del Fren­te de Gue­rra Noro­rien­tal, Manuel Pérez Mar­tí­nez (nom­bra­do así en honor al sacer­do­te ara­go­nés que fue­ra su más des­ta­ca­do estra­te­ga has­ta que falle­cie­ra de hepa­ti­tis en el año 1998) ha acep­ta­do ser entre­vis­ta­da para enfren­tar varias de las dudas que sus­ci­tan su deci­sión de per­ma­ne­cer activos.

El encuen­tro se lle­va a cabo jun­to al Par­que Nacio­nal del Cata­tum­bo, una región fron­te­ri­za con Vene­zue­la en la que la gue­rra se vive con espe­cial cru­de­za, pues a la cono­ci­da con­fron­ta­ción arma­da entre Ejér­ci­to, ELN y gru­pos nar­co­pa­ra­mi­li­ta­res, se suman las disi­den­cias de dos gue­rri­llas extin­tas, como es el caso de las nue­vas Fuer­zas Arma­das Revo­lu­cio­na­rias de Colom­bia (FARC) y el maoís­ta Ejér­ci­to Popu­lar de Libe­ra­ción (EPL). Para hablar de estos y otros temas de actua­li­dad, son los coman­dan­tes Wil­ser, Cami­lo, Andrés, Wil­kin y Car­los quie­nes res­pon­den de for­ma coral a las pre­gun­tas de la entrevista.

¿Cómo han obser­va­do des­de los fren­tes de gue­rra del ELN la deja­ción de armas por par­te de las FARC-EP y el corres­pon­dien­te pro­ce­so de paz?

El ELN no com­par­te esos acuer­dos pero los res­pe­ta­mos. Eso fue un fra­ca­so rotun­do. Des­de las áreas lo obser­va­mos que las FARC dejó de ser una colum­na ver­te­bral a con­ver­tir­se en varias FARC. Y que con esos acuer­dos don­de no hay un cam­bio de estruc­tu­ras sig­ni­fi­can­te en el país, pues nada va a cam­biar. Lo que pasó fue que las FARC lo cam­bió todo por lega­li­zar­se, se silen­cia­ron los fusi­les pero las cau­sas están ahí intac­tas. Enton­ces, ¿qué con­fian­za va a tener el ELN sobre estos gobier­nos? Ninguna.

Nos encon­tra­mos en el Cata­tum­bo, una de las regio­nes más gol­pea­das por la con­fron­ta­ción arma­da. Sien­do usted par­te de esta, ¿nos podría decir cuál es la situa­ción huma­ni­ta­ria que se está gene­ran­do en esta región fronteriza?

La situa­ción huma­ni­ta­ria en el Cata­tum­bo es com­ple­ja como lo es en cual­quier otra par­te del país por­que aquí la pobla­ción tra­ta de orga­ni­zar­se, de resis­tir, y de hacer lo posi­ble para poder seguir sobre­vi­vien­do de mane­ra dig­na en el terri­to­rio. Mien­tras la pobla­ción hace esos esfuer­zos, el Esta­do bus­ca entre­gar­le el terri­to­rio a empre­sas extran­je­ras y mul­ti­na­cio­na­les para el saqueo de los recur­sos que exis­ten en estos terri­to­rios. Enton­ces auto­má­ti­ca­men­te eso gene­ra vio­len­cia, eso gene­ra con­flic­to y es ahí don­de el Esta­do no ha enten­di­do que la solu­ción no es traer más mili­ta­res, sino resol­ver y pac­tar con las comu­ni­da­des cual­quier extrac­ción de recur­sos que se vaya a hacer del territorio. 

Todo el terri­to­rio del Cata­tum­bo está en pro­ble­mas por­que sigue el ase­si­na­to y per­se­cu­ción de líde­res de mane­ra evi­den­te por par­te del esta­do colom­biano. Y en todo el país son alar­man­tes los ocho­cien­tos y pico líde­res ase­si­na­dos en lo que va reco­rri­do del Gobierno de Duque.

De camino aquí hemos podi­do obser­var muchas hec­tá­reas de mon­te en las que se cul­ti­va la mata de coca. ¿Cuál es su rela­ción con la cocaína?

El ELN tie­ne una polí­ti­ca defi­ni­da de des­lin­de cate­gó­ri­co del nar­co­trá­fi­co. En los terri­to­rios hace­mos una regu­la­ción y un con­trol de la dro­ga. Reci­bi­mos un impues­to por la regu­la­ción y con­trol que rea­li­za­mos en los territorios.

¿Cómo ha sido la evo­lu­ción de esa gue­rra tan dura que libran con­tra los últi­mos disi­den­tes del Ejér­ci­to Popu­lar de Liberación?

La situa­ción de con­fron­ta­ción con el EPL se ini­cia por­que el EPL pier­de sus líneas polí­ti­cas, ideo­ló­gi­cas y fun­da­men­tos de lucha a favor de las comu­ni­da­des. Se des­vía hacia el nar­co­pa­ra­mi­li­ta­ris­mo y a raíz de eso ellos come­ten muchos erro­res ante la pobla­ción. Matan gen­te, des­pla­zan gen­te y empie­zan a tra­ba­jar a favor del nar­co­pa­ra­mi­li­ta­ris­mo en sí.

Vinien­do hacia aquí tam­bién hemos obser­va­do que la pre­sen­cia del Fren­te 33 de las FARC es nota­ble en esta zona del Cata­tum­bo. ¿Cómo es la rela­ción con ellos?

Sí, la pre­sen­cia de las FARC es nota­ble en el terri­to­rio. No sólo del Fren­te 33 sino tam­bién hace pre­sen­cia esas FARC que se hacen lla­mar la Segun­da Mar­que­ta­lia. Esta pre­sen­cias de dis­tin­tos gru­pos de FARC que apa­re­cen con dife­ren­tes man­dos, gene­ran inquie­tud para el ELN. Aspi­ra­mos que logren uni­fi­car las fuer­zas y se pue­da garan­ti­zar una con­fian­za con ellos. En este momen­to no tene­mos nin­gún acuer­do con las FARC.

¿Ha habi­do algún tipo de con­tac­to con el Fren­te 33?

Bueno, se han teni­do algu­nos encuen­tros en los cua­les se va explo­ran­do has­ta dón­de se pue­dan lle­gar algu­nos acuer­dos, pero en la actua­li­dad solo unos encuen­tros que se han deja­do en un ambien­te de búsqueda.

¿Hay un pro­ble­ma de inter­lo­cu­ción con ellos?

Esa es una de la preo­cu­pa­cio­nes que tie­ne el ELN por la apa­ri­ción de estos gru­pos con dife­ren­tes man­dos. No se cono­ce una direc­ción cla­ra para tener con­fian­za con quien se está con­ver­san­do. Se está tratando.

Así a nivel de fren­te arma­do duro y com­ple­jo como este en el que nos encon­tra­mos, ¿qué con­di­cio­nes se tie­nen que dar para un cese al fuego?

El Gobierno siem­pre ha plan­tea­do el plan de exter­mino con todo pro­ce­so revo­lu­cio­na­rio y de izquier­da que naz­ca en Colom­bia. Noso­tros como gue­rri­lla del ELN le hemos plan­tea­do al Gobierno nacio­nal dia­lo­gar, tenien­do en cuen­ta las expe­rien­cias de otras gue­rri­llas que en Colom­bia dia­lo­ga­ron con el Gobierno y fue­ron real­men­te trai­cio­na­das lue­go de dia­lo­gar y acor­dar el plan fue de ani­qui­la­mien­to y exter­mi­nio a toda la diri­gen­cia y ese movi­mien­to que que­ría tam­bién un cam­bio estruc­tu­ral en el país.

En el últi­mo perio­do, noso­tros como orga­ni­za­ción plan­tea­mos diá­lo­go y con­ver­sa­cio­nes. Se desa­rro­lla una agen­da de con­ver­sa­ción con el Gobierno. Vamos a las con­ver­sa­cio­nes, y en el pri­mer tema de nues­tra agen­da, que es la par­ti­ci­pa­ción de la socie­dad, las con­ver­sa­cio­nes se con­ge­lan debi­do a que el Gobierno pues siem­pre no ha esta­do de acuer­do, que la socie­dad colom­bia­na, que la mayo­ría de los colom­bia­nos y las colom­bia­nas, sea­mos los que tome­mos las deci­sio­nes que tie­ne que tomar real­men­te el país. De acuer­do con eso, nues­tros ges­tos huma­ni­ta­rios fren­te al cese del fue­go los hemos hecho de mane­ra uni­la­te­ral por­que esta­mos com­pro­me­ti­dos, tan­to con la comu­ni­dad inter­na­cio­nal como con nues­tra comu­ni­dad nacional.

Nues­tra orga­ni­za­ción asu­me líneas del acuer­do huma­ni­ta­rio fren­te al con­flic­to y la gue­rra que desa­rro­lla­mos. De acuer­do con eso, el Gobierno deci­de no seguir con­ver­san­do más, ni dia­lo­gan­do, ni tra­tan­do la agen­da ofi­cial que la orga­ni­za­ción defi­ne. Para mues­tra hoy tene­mos nues­tra dele­ga­ción de com­pa­ñe­ros coman­dan­tes en Cuba. Real­men­te exi­lia­dos por­que el Esta­do colom­biano los pide en extra­di­ción para pro­ce­der a su captura.

Les acu­san de secues­tro. ¿Qué tie­nen uste­des que decir al respecto?

Con lo que tie­ne que ver cuan­do nos seña­lan de secues­tro deja­mos cla­ra­men­te ofi­cial que noso­tros como orga­ni­za­ción del ELN no secues­tra­mos. Hace­mos reten­cio­nes. Se hacen reten­cio­nes a terra­te­nien­tes que se han apro­pia­do de mane­ra vio­len­ta de mucho terri­to­rio. Y de una u otra for­ma les exi­gi­mos el apor­te eco­nó­mi­co para la finan­cia­ción de la guerra.

¿Y qué hay de ver­dad en las acu­sa­cio­nes de reclu­ta­mien­to for­za­do de menores?

No rea­li­za­mos reclu­ta­mien­to for­za­do de meno­res. Aquí cada una de las com­pa­ñe­ras y los com­pa­ñe­ros que inte­gra­mos las filas del ELN lle­ga­mos por pro­ce­sos volun­ta­rios. Pro­ce­sos que se ini­cian des­de la comu­ni­dad. Revi­san­do nues­tra con­duc­ta, nues­tro com­por­ta­mien­to, pasa­mos a un espa­cio que defi­ne la orga­ni­za­ción, en el cual tene­mos que pro­du­cir, estu­diar y apren­der lo bási­co del ELN. La orga­ni­za­ción defi­ne líneas de incor­po­ra­ción. Aquí no se pue­den tener meno­res de 16 años en la línea de fue­go. Nues­tra incor­po­ra­ción es de tipo voluntario.

¿Cuál es el sen­ti­do de su lucha en el año 2020?

Qui­sié­ra­mos decir­les que Colom­bia es uno de los paí­ses más des­igua­les del mun­do ente­ro, don­de exis­te dia­ria­men­te repre­sión con­tra las mayo­rías nacio­na­les; don­de hay mucha injus­ti­cia; don­de mue­ren niños de salud cura­ble; don­de lle­gar a la edu­ca­ción de alto nivel es un lío. Enton­ces en un país como este nos corres­pon­de ser par­te de la bús­que­da de las solu­cio­nes de esa reali­dad. Los ele­nos y ele­nas esta­mos en este 2020 luchan­do por­que exis­ten unas reali­da­des que bus­ca­mos cam­biar. Y des­de aquí, des­de las mon­ta­ñas, esta­re­mos siem­pre jun­to a nues­tro pue­blo. Enar­bo­lan­do las ban­de­ras de la resis­ten­cia y tra­tan­do que Colom­bia maña­na sea mejor. Don­de poda­mos vivir en equi­dad y en paz con jus­ti­cia social.

Foto: Unai Aranzadi

* Fuen­te: La Marea​.com

(La entre­vis­ta se reali­zó jus­to antes de que la Covid-19 se con­vir­tie­ra en pan­de­mia. Fue publi­ca­da ori­gi­nal­men­te en el perió­di­co ale­mán Jun­ge Welt).

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