Por Carlos Aznárez, Resumen Latinoamericano, 16 de agosto de 2020.
Un vasco con los pies y el corazón pegado a la tierra
Eras un activo defensor de la tierra sin venenos ni agrotóxicos. También de los alimentos sin transgénicos. Militante activo durante años de la lucha del peronismo revolucionario y generador de doctrina para proteger a la Pacha Mama (la Ama Lurra vasca) en aquellos años del grupo Wirajcocha. Pero además, un consecuente homenajeador de tus ancestros de Euskal Herria. Vasco abertzale, independentista y amante de las charlas prolongadas en mesa compartida y con un buen vino y un pintxo de tortilla de por medio. Fuiste parte importante en los inicios de la Taberna Internacionalista Vasca que reunió a tantos y tantos compañeres en el barrio de San Telmo. Allí daba gusto escucharte contar anécdotas de tu pelea contra los mandamases de los agronegocios pero también, derramar puteadas contra quienes mantienen (hasta el presente) en las cárceles a los luchadores vascos.
Hace unos años dejamos de verte un largo tiempo, hasta que por fin reapareciste: «estuve al borde de la muerte y como me salvé de milagro, decidí darme una oportunidad y zafar del estress de esta trituradora que es Buenos Aires», como me contaste en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, en una de las tantas audiencias en que juzgaban a Fernando Esteche.
Te fuiste a la costa, a San Bernardo, a una chacra, a seguir plantando verduras y criar algunos animalitos. Mil veces en estos años nos invitaste «a todos los de Resumen Latinoamericano para así los homenajeo con un asado de aquellos, por alimentarme con las noticias que valen la pena, todos los días del año». Quisimos ir pero no fuimos, porque precisamente esta ciudad tritura, como vos decías.
Hace un par de meses otro compañero nuestro lo fue a ver y vino contento de encontrarlo en «su» ambiente y con ganas de seguir peleando. Hoy, cuando nos enteramos que te habías marchado, nos dio bronca de no haberte visitado y tener en el recuerdo un último abrazo. Pero las cosas, Vasquito, vienen complicadas en estos tiempos, entre la plandemia y el extrativismo descarado con que nos castigan. Vos lo sabés mejor que nadie y quizás por eso mismo decidiste irte a seguir dando guerra en otras partes.
Te mandamos un gran abrazo y como decíamos en la Taberna: Gora Euskal Herria askatuta! y abajo las oligarquías putrefactas de aquí y de allá.
Así pensaba Martín: