Bra­sil. Solo en julio defo­res­tan 1.600 km² en la Ama­zo­nía y el vice­pre­si­den­te Mou­rão cele­bra la cifra

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 9 de agos­to de 2020.

La defo­res­ta­ción en la Ama­zo­nía bra­si­le­ña con­ti­nuó este año en un nivel simi­lar al récord regis­tra­do en 2019, aun­que el área tala­da en julio (1.654 km²) sea infe­rior a la del mis­mo mes del año pasa­do (2.255 km²).

Los exper­tos tam­bién pre­di­cen una nue­va tem­po­ra­da de incen­dios preo­cu­pan­te, un año des­pués de los his­tó­ri­cos incen­dios que cau­sa­ron alar­ma internacional.

Entre enero y el 31 de julio, el área defo­res­ta­da en el bos­que tro­pi­cal más gran­de del pla­ne­ta fue de 4.731 km², leve­men­te por enci­ma de los 4.731,78 km² del perío­do de enero a julio de 2019, según obser­va­cio­nes sate­li­ta­les del sis­te­ma DETER del Ins­ti­tu­to. Ins­ti­tu­to Nacio­nal de Inves­ti­ga­cio­nes Espa­cia­les (INPE).

En el perío­do de agos­to de 2019 a julio de 2020 (año de refe­ren­cia en el calen­da­rio de defo­res­ta­ción), la defo­res­ta­ción alcan­zó los 9.125 km², un 34,5% por enci­ma de los 6.844 km² regis­tra­dos entre agos­to de 2018 y julio de 2019.

El vice­pre­si­den­te Hamil­ton Mou­rão, quien enca­be­za el Con­se­jo Nacio­nal de la Ama­zo­nía, cele­bró los datos de julio. Se tra­ta de una “inver­sión de la ten­den­cia” logra­da gra­cias al tra­ba­jo del gobierno, dijo Mou­rão, quien se vio obli­ga­do a poner en mar­cha este año una cam­pa­ña con­tra la defo­res­ta­ción ile­gal por la fuer­te pre­sión internacional.

Sin embar­go, los ambien­ta­lis­tas seña­lan que es dema­sia­do pron­to para decir que ha habi­do una pen­dien­te des­cen­den­te y seña­lan que, aun­que los datos de julio fue­ron más bajos que en 2019, el área aún es muy gran­de, más alta que la de la ciu­dad de São Paulo.

“¿Cele­bran­do que no fue­ron más de 2.200? Es impor­tan­te enten­der que está bien que ya no lo sean, pero 1.600 km² es mucho. Al menos el doble de la tasa más alta en el perío­do 2016−2018”, comen­tó a AFP Ane Alen­car, direc­to­ra de Cien­cias del Ins­ti­tu­to de Inves­ti­ga­cio­nes Ambien­ta­les de la Ama­zo­nía (IPAM).

Alen­car tam­bién advir­tió que la zona ya des­pe­ja­da hace prác­ti­ca­men­te inevi­ta­ble una nue­va tem­po­ra­da de incen­dios. El año pasa­do, la mul­ti­pli­ca­ción de bro­tes opu­so al gobierno de Jair Bol­so­na­ro a gran par­te de la comu­ni­dad inter­na­cio­nal, que pidió la adop­ción de medi­das de pro­tec­ción forestal.

Según datos sate­li­ta­les, la can­ti­dad de incen­dios fores­ta­les en la Ama­zo­nía bra­si­le­ña aumen­tó un 28% el mes pasa­do en com­pa­ra­ción con julio de 2019.

“La tala del bos­que con­ti­núa con el mis­mo patrón. Y hay mucho mate­rial com­bus­ti­ble para que­mar, los incen­dios comien­zan en junio, se ace­le­ran en agos­to y alcan­zan su pun­to máxi­mo en sep­tiem­bre ”, dijo el experto.

“Quien tala el bos­que quie­re recu­pe­rar su inver­sión, y eso impli­ca que­mar vege­ta­ción defo­res­ta­da para lim­piar el terreno, lo que suce­de­rá tar­de o tem­prano, con o sin mora­to­ria de incen­dios. Fre­nar los incen­dios comien­za con el con­trol de la defo­res­ta­ción ”, dijo.

El hollín resul­tan­te de los incen­dios tam­bién aumen­ta la inci­den­cia de enfer­me­da­des res­pi­ra­to­rias, en un momen­to en el que muchos esta­dos se encuen­tran bajo pre­sión en los sis­te­mas de salud debi­do a la pan­de­mia COVID-19, que ha deja­do casi 100.000 muer­tos y 3 millo­nes de infec­ta­dos en el país.

La ONG Obser­va­tó­rio do Cli­ma advir­tió que los datos que se darán a cono­cer en noviem­bre (para el perío­do de agos­to de 2019 a julio de 2020), esta­ble­ci­dos en base al sis­te­ma PRODES (más pre­ci­so que el DETER de aler­tas dia­rias), pue­den indi­car “sobre de 13.000 km² de defo­res­ta­ción, la tasa más alta des­de 2006 y tres veces más que la meta de la Polí­ti­ca Nacio­nal de Cam­bio Cli­má­ti­co para 2020 ”.

«Tam­bién será la pri­me­ra vez en la his­to­ria que la defo­res­ta­ción en la Ama­zo­nía ha teni­do dos incre­men­tos con­se­cu­ti­vos en el ran­go del 30%», agre­gó el Obser­va­to­rio, que atri­bu­ye devas­ta­ción a la polí­ti­ca del pre­si­den­te Jair Bol­so­na­ro, defen­sor de la aper­tu­ra de áreas pro­te­gi­das y áreas indí­ge­nas a acti­vi­da­des mine­ras y agrícolas.

«No es impro­pio, es un pro­yec­to», dijo la ONG que, jun­to con otras 60 orga­ni­za­cio­nes ambien­ta­les, envió este jue­ves una car­ta al Con­gre­so bra­si­le­ño pidien­do medi­das urgen­tes para fre­nar la defo­res­ta­ción, inclui­do el endu­re­ci­mien­to de las penas por deli­tos ambien­ta­les y la for­ta­le­ci­mien­to de los órga­nos de control.

Defo­res­ta­ción legal e ilegal

El minis­tro de Medio Ambien­te, Ricar­do Salles, garan­ti­zó que la defo­res­ta­ción en la Ama­zo­nía comen­za­rá a dis­mi­nuir a par­tir de este semes­tre, y pidió a los gran­des fon­dos mun­dia­les que invier­tan en pro­yec­tos ambien­ta­les en el país.

“El pri­mer paso, que ya se pue­de alcan­zar este año, a par­tir del segun­do semes­tre, es dete­ner, dete­ner el aumen­to de la defo­res­ta­ción”, dijo Salles en entre­vis­ta con AFP, sin deta­llar las metas pro­pues­tas por la car­te­ra, en un momen­to en que la los incen­dios alcan­zan récords en la región ama­zó­ni­ca y el Pantanal.

“Y a par­tir del pró­xi­mo año, (vamos a) redu­cir la defo­res­ta­ción para vol­ver a tasas decre­cien­tes. El com­pro­mi­so bra­si­le­ño es dete­ner la defo­res­ta­ción ile­gal para el 2030 ”, en cum­pli­mien­to del Acuer­do de París con­tra el cam­bio cli­má­ti­co, dijo el minis­tro en una entre­vis­ta rea­li­za­da en su ofi­ci­na en Brasilia.

«Adop­te un Parque»

Salles, que nie­ga haber pro­mo­vi­do un “des­man­te­la­mien­to» (de la pro­tec­ción ambien­tal en la Ama­zo­nía), dice que el gobierno está “endu­re­cien­do mucho la ins­pec­ción”. El minis­tro admi­tió que Iba­ma e ICM­bio, dos agen­cias ambien­ta­les esta­ta­les, tie­nen un défi­cit del 50% de los emplea­dos, pero dijo que esto vie­ne de los últi­mos diez años.

Men­cio­nó el ope­ra­ti­vo mili­tar lan­za­do para com­ba­tir los incen­dios y la defo­res­ta­ción como evi­den­cia de la deter­mi­na­ción del gobierno, que en julio prohi­bió el uso del fue­go en la agri­cul­tu­ra duran­te 120 días.

Estas ope­ra­cio­nes son coor­di­na­das por el recién crea­do Con­selho da Ama­zô­nia, diri­gi­do por el vice­pre­si­den­te Hamil­ton Mou­rão, quien de hecho dejó a Salles en una posi­ción subor­di­na­da en rela­ción con los temas ambien­ta­les de la región.

Mou­rão soli­ci­tó recien­te­men­te los fon­dos para inver­tir en pro­yec­tos guber­na­men­ta­les como «Adop­te un Par­que», en el que se ofre­ce­rán más de 100 par­ques nacio­na­les a empre­sas pri­va­das intere­sa­das en su man­te­ni­mien­to y con­ser­va­ción, un área corres­pon­dien­te al 15% de los 4,2 millo­nes km2 de la Ama­zo­nía brasileña.

Actual­men­te, el vice­pre­si­den­te tam­bién está nego­cian­do con Norue­ga y Ale­ma­nia para reac­ti­var el Fon­do Ama­zo­nía, que fue sus­pen­di­do el año pasa­do tras la cri­sis de incendios.

En la entre­vis­ta de este mar­tes, Salles vol­vió a cri­ti­car a los paí­ses ricos por no acti­var el mer­ca­do de car­bono, una ini­cia­ti­va pre­vis­ta en el Acuer­do Cli­má­ti­co de París para el cli­ma para redu­cir las emi­sio­nes de CO2 y que podría bene­fi­ciar a paí­ses como Brasil.

«Hay una incon­sis­ten­cia en decir: ‘cui­da el bos­que’, pero el dine­ro que yo podría dar no lo daré por­que no com­pra­ré el cré­di­to de car­bono bra­si­le­ño», dijo el ministro.

* Fuen­te: Car­ta Capital

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