Esta­do espa­ñol. Juan Car­los de Bor­bón, inves­ti­ga­do por la Fis­ca­lía, huye del país pro­te­gi­do por el gobierno y el actual rey

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 3 de agos­to 2020.

El rey emé­ri­to espa­ñol, Juan Car­los de Bor­bón, ha comu­ni­ca­do a su hijo, el actual monar­ca Feli­pe VI, su «medi­ta­da deci­sión» de aban­do­nar el Esta­do espa­ñol ante la reper­cu­sión públi­ca de «cier­tos acon­te­ci­mien­tos pasa­dos» de su «vida pri­va­da». Según su abo­ga­do, per­ma­ne­ce «a dis­po­si­ción del Minis­te­rio Fiscal»,pero la reali­dad es que sabién­do­se un delin­cuen­te de alta gama se le faci­li­ta­ron todas las posi­bi­li­da­des de huir del país.

Ape­nas unas sema­nas des­pués de que el pasa­do 8 de junio, la Fis­ca­lía del Tri­bu­nal Supre­mo asu­mie­ra la inves­ti­ga­ción de la millo­na­ria comi­sión de las obras del AVE que, según el cri­te­rio de la Fis­ca­lía sui­za, habría cobra­do el rey emé­ri­to espa­ñol, el Pala­cio de la Zar­zue­la ha divul­ga­do un comu­ni­ca­do en el que Juan Car­los de Bor­bón noti­fi­ca a su hijo y suce­sor, Feli­pe VI, su deci­sión de irse a vivir fue­ra del Esta­do espa­ñol. De hecho, gran­des medios esta­ta­les como ‘El País’ o ‘El Mun­do’ sub­ra­yan que ya se ha marchado. 

Según rela­ta Zar­zue­la en un comu­ni­ca­do, el rey emé­ri­to espa­ñol recuer­da que hace un año deci­dió expre­sar su volun­tad de dejar de desa­rro­llar acti­vi­da­des ins­ti­tu­cio­na­les y que aho­ra, «ante la reper­cu­sión públi­ca que está gene­ran­do cier­tos acon­te­ci­mien­tos pasa­dos» de su «vida pri­va­da», ha deci­di­do tras­la­dar­se fue­ra del Esta­do español.

«Es una deci­sión que tomo con pro­fun­do sen­ti­mien­to, pero con gran sere­ni­dad», expli­ca Juan Car­los de Bor­bón, jus­ti­fi­can­do su deci­sión «para con­tri­buir a faci­li­tar el ejer­ci­cio» de las fun­cio­nes de su hijo como jefe de Estado.

En su car­ta, el padre del actual monar­ca alu­de sin men­cio­nar­lo al caso de las supues­tas dona­cio­nes de Ara­bia Sau­dí no decla­ra­das a Hacien­da, una inves­ti­ga­ción que arran­có en Sui­za y que está estu­dian­do la Fis­ca­lía del Supremo.

De momen­to, el Minis­te­rio Públi­co está estu­dian­do la docu­men­ta­ción remi­ti­da por las auto­ri­da­des sui­zas sobre la inves­ti­ga­ción que man­tie­nen allí abier­ta por el supues­to cobro de comi­sio­nes y que afec­ta­ría a Juan Car­los de Bor­bón, y está a la espe­ra de reci­bir más información.

En medio de estas infor­ma­cio­nes, el pasa­do 15 de mar­zo, con toda la aten­ción cen­tra­da en la situa­ción del coro­na­vi­rus y con el esta­do de alar­ma recién decla­ra­do, Feli­pe de Bor­bón anun­ció que en su día renun­cia­rá a la heren­cia de su padre y que le reti­ra­ba la asig­na­ción que has­ta enton­ces reci­bía de los pre­su­pues­tos del Esta­do, casi 200.000 euros anuales.

Sin embar­go, segui­rá sien­do miem­bro de la Fami­lia Real y con­ser­va­rá el títu­lo de rey que se le reco­no­ció tras la abdi­ca­ción, por lo que su esta­tus se man­tie­ne inva­ria­ble a pesar de su deci­sión de irse a vivir fue­ra del Esta­do, han infor­ma­do a Efe fuen­tes de la Casa Real.

La car­ta, íntegra

Esta es la car­ta que Juan Car­los de Bor­bón ha envia­do a su hijo Felipe:

«Con el mis­mo afán de ser­vi­cio a Espa­ña que ins­pi­ró mi rei­na­do y ante la reper­cu­sión públi­ca que están gene­ran­do cier­tos acon­te­ci­mien­tos pasa­dos de mi vida pri­va­da, deseo mani­fes­tar­te mi más abso­lu­ta dis­po­ni­bi­li­dad para con­tri­buir a faci­li­tar el ejer­ci­cio de tus fun­cio­nes, des­de la tran­qui­li­dad y el sosie­go que requie­re tu alta res­pon­sa­bi­li­dad. Mi lega­do, y mi pro­pia dig­ni­dad como per­so­na, así me lo exigen.

Hace un año te expre­sé mi volun­tad y deseo de dejar de desa­rro­llar acti­vi­da­des ins­ti­tu­cio­na­les. Aho­ra, guia­do por el con­ven­ci­mien­to de pres­tar el mejor ser­vi­cio a los espa­ño­les, a sus ins­ti­tu­cio­nes y a ti como Rey, te comu­ni­co mi medi­ta­da deci­sión de tras­la­dar­me, en estos momen­tos, fue­ra de España.

Una deci­sión que tomo con pro­fun­do sen­ti­mien­to, pero con gran sere­ni­dad. He sido Rey de Espa­ña duran­te casi cua­ren­ta años y, duran­te todos ellos, siem­pre he que­ri­do lo mejor para Espa­ña y para la Corona.

Con mi leal­tad de siem­pre. Con el cari­ño y afec­to de siem­pre, tu padre».

Ante esta car­ta, Feli­pe de Bor­bón ha trans­mi­ti­do a su padre «su sen­ti­do res­pe­to y agra­de­ci­mien­to ante su decisión».

«El rey desea remar­car la impor­tan­cia his­tó­ri­ca que repre­sen­ta el rei­na­do de su padre, como lega­do y obra polí­ti­ca e ins­ti­tu­cio­nal de ser­vi­cio a Espa­ña y a la demo­cra­cia; y al mis­mo tiem­po quie­re reafir­mar los prin­ci­pios y valo­res sobre los que ésta se asien­ta, en el mar­co de nues­tra Cons­ti­tu­ción y del res­to del orde­na­mien­to jurí­di­co», sub­ra­ya el comu­ni­ca­do de Zarzuela.

A dis­po­si­ción de la Fiscalía 

De for­ma casi simul­tá­nea a la divul­ga­ción de la cita­da car­ta, el abo­ga­do de Juan Car­los de Bor­bón, Javier Sán­chez-Jun­co, ha publi­ca­do un escue­to comu­ni­ca­do en el que afir­ma el monar­ca emé­ri­to per­ma­ne­ce «a dis­po­si­ción del Minis­te­rio Fis­cal para cual­quier trá­mi­te o actua­ción que se con­si­de­re oportuna».

El des­tino, una incógnita

Ni la car­ta, ni el comu­ni­ca­do del Pala­cio de la Zar­zue­la dan­do cuen­ta de la mis­ma, ni el escri­to hecho públi­co poco des­pués por el abo­ga­do Sán­chez-Jun­co, infor­man del lugar al que se tras­la­da­rá el padre de Feli­pe VI.

La Casa Real espa­ño­la man­tie­ne silen­cio al res­pec­to y no ofre­ce pis­ta algu­na ante el futu­ro lugar de resi­den­cia del ante­rior jefe del Estado. 

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