Pen­sa­mien­to crí­ti­co. Esta­mos en Pales­ti­na, habi­bi, y Pales­ti­na es el cielo

Por Ins­ti­tu­to Tri­con­ti­nen­tal, Resu­men Medio Orien­te, 3 julio 2020

Pin­tu­ra: Sli­man Man­sour (Pales­ti­na), Revo­lu­tion Was the Begin­ning [La revo­lu­ción fue el comien­zo], 2016.

Es impo­si­ble man­te­ner la cal­ma sobre el des­tino del pue­blo pales­tino. Des­de 1948, se les ha nega­do su país y su dere­cho a exis­tir. Una reso­lu­ción de las Nacio­nes Uni­das tras otra ha dicho que su exi­lio debe ter­mi­nar, que se les debe per­mi­tir cons­truir vidas dig­nas. Entre la Reso­lu­ción 194 (1948) y la 242 (1967) de la ONU hay una serie de reso­lu­cio­nes que recla­man el dere­cho de lxs pales­tinxs a tener una patria y a retor­nar a ella. 

Duran­te el inva­sión israe­lí a Cis­jor­da­nia de 1967, el minis­tro de Defen­sa Moshe Dayan dijo al tenien­te gene­ral Yitzhak Rabin que el obje­ti­vo de la gue­rra era sacar a lxs pales­tinxs de todo el terri­to­rio al oes­te del río Jor­dán. Cuan­do Israel arre­ba­tó esas tie­rras del con­trol pales­tino, el pri­mer minis­tro de Israel, Levy Esh­ko, dijo que el nue­vo terri­to­rio era una “dote”, pero que esta “dote” venía con una “novia”, es decir, el pue­blo pales­tino. “El pro­ble­ma es que la dote está acom­pa­ña­da de una novia que no que­re­mos”, dijo. El plan israe­lí ha sido siem­pre la ane­xión de toda Jeru­sa­lén y Cis­jor­da­nia, ya sea ase­si­nan­do a pales­tinxs que viven allí o for­zan­do su des­pla­za­mien­to hacia Jor­da­nia y Siria.Vera Tamari (Palestine), Starry Night on Jericho Hills, 2017,-3

Vera Tama­ri (Pales­ti­na), Starry Night on Jeri­cho Hills [Noche estre­lla­da en las mon­ta­ñas de Jeri­có], 2017.

El 1 de julio de 2020, eso es pre­ci­sa­men­te lo que el gobierno de Israel comen­zó: la ane­xión de Cis­jor­da­nia. Los Acuer­dos de Oslo de 1994 sen­ta­ron las bases para la “solu­ción de dos Esta­dos”, en la que el pue­blo pales­tino con­tro­la­ría Cis­jor­da­nia, Jeru­sa­lén orien­tal y Gaza en un futu­ro Esta­do pales­tino. Pero Israel nun­ca iba a per­mi­tir que se haga reali­dad. La impo­si­ción de con­di­cio­nes casi car­ce­la­rias en Gaza y el bom­bar­deo pun­tual de esa zona haci­na­da y empo­bre­ci­da ha deja­do a su pue­blo des­am­pa­ra­do. La abier­ta ane­xión de Jeru­sa­lén orien­tal a tra­vés de la ocu­pa­ción de tie­rras ha cam­bia­do el sta­tus quo de esa ciu­dad. La polí­ti­ca del Esta­do israe­lí que envió a más de medio millón de colo­nos a ocu­par tie­rra pales­ti­na en Cis­jor­da­nia —a menu­do con las mejo­res fuen­tes de agua— ha borra­do la posi­bi­li­dad de cual­quier Esta­do pales­tino soberano.

Duran­te años, los colo­nos israe­líes han inva­di­do tie­rras pales­ti­nas con todo el apo­yo del Esta­do de Israel. Aho­ra, Israel ha comen­za­do a incor­po­rar esos asen­ta­mien­tos —que la ONU lla­mó ile­ga­les— al terri­to­rio israe­lí. Des­de la Reso­lu­ción 237 de las Nacio­nes Uni­das (1967), la ONU ha adver­ti­do a Israel que no vio­le la Cuar­ta Con­ven­ción de Gine­bra (1949) —que bus­ca­ba ase­gu­rar la pro­tec­ción de civi­les en zonas de gue­rra— en las áreas que Israel arre­ba­tó al pue­blo pales­tino en la gue­rra de 1967. La Reso­lu­ción 2334 de la ONU de 2016 seña­ló que los asen­ta­mien­tos israe­líes son una “vio­la­ción fla­gran­te” del dere­cho inter­na­cio­nal y que no tie­nen “nin­gu­na vali­dez legal”. La actual ane­xión por par­te de Israel cons­ti­tu­ye un incum­pli­mien­to del dere­cho inter­na­cio­nal y de las aspi­ra­cio­nes demo­crá­ti­cas del pue­blo palestino.Nabil Anani (Palestine), Demonstration #2, 2016.

Nabil Ana­ni (Pales­ti­na), Demons­tra­tion #2 [Mani­fes­ta­ción nº 2], 2016.

¿Qué sig­ni­fi­ca la ane­xión de Cis­jor­da­nia? Sig­ni­fi­ca que Israel se ha apo­de­ra­do de la tie­rra que había cedi­do for­mal­men­te a un futu­ro Esta­do pales­tino y que Israel está dis­pues­to a incor­po­rar a lxs pales­tinxs nativxs de esta tie­rra como resi­den­tes no ciu­da­da­nos de Israel. La apro­pia­ción de tie­rras vio­la el dere­cho inter­na­cio­nal, mien­tras la con­di­ción de segun­da cla­se de lxs pales­tinxs reafir­ma a Israel como un Esta­do de apartheid. En 2017, la Comi­sión Eco­nó­mi­ca y Social de las Nacio­nes Uni­das para Asia Occi­den­tal publi­có un infor­me lla­ma­do Prác­ti­cas hacia el pue­blo pales­tino y la cues­tión del apartheid (tra­duc­ción libre). El infor­me mues­tra que todxs lxs pales­tinxs, sin impor­tar dón­de vivan, se ven afec­tadxs por las polí­ti­cas de apartheid del Esta­do de Israel.

Lxs pales­tinxs que tie­nen ciu­da­da­nía israe­lí (ezrahut) no tie­nen el dere­cho a la nacio­na­li­dad (le’um), lo que sig­ni­fi­ca que solo pue­den acce­der a los ser­vi­cios socia­les infe­rio­res, enfren­tan leyes de zoni­fi­ca­ción res­tric­ti­vas y no pue­den com­prar tie­rra libre­men­te. Lxs pales­tinxs de Jeru­sa­lén orien­tal están redu­cidxs a la con­di­ción de resi­den­tes per­ma­nen­tes que deben pro­bar cons­tan­te­men­te que viven en la ciu­dad. Lxs pales­tinxs en Cis­jor­da­nia viven “de mane­ra con­sis­ten­te con el apartheid”, escri­ben los auto­res del infor­me de la ONU. Ade­más, a quie­nes están exi­liadxs en cam­pos de refu­giadxs en Líbano, Siria y Jor­da­nia se les ha nega­do per­ma­nen­te­men­te el dere­cho a su patria. Todxs lxs pales­tinxs —tan­to quie­nes viven en Hai­fa (Israel) o en Ain al-Hil­weh (Líbano)— sufren las con­se­cuen­cias del apartheid israe­lí. Este aten­ta­do a la dig­ni­dad está mar­ca­do por leyes que humi­llan a lxs pales­tinxs, hechas para hacer­les sen­tir tan mise­ra­bles que se vean for­zadxs a emigrar.Khaled Hourani (Palestine), Suspicion, 2019.-2

Kha­led Hou­ra­ni (Pales­ti­na), Sus­pi­cion [Sos­pe­cha], 2019.

La ane­xión de Cis­jor­da­nia solo pro­fun­di­za­rá las polí­ti­cas de apartheid de Israel. El Esta­do sio­nis­ta no per­mi­ti­rá que lxs pales­tinxs ten­gan dere­chos ple­nos de ciu­da­da­nía. No hay nin­gu­na inten­ción de incor­po­rar al pue­blo pales­tino a Israel con ciu­da­da­nía ple­na ni de ceder siquie­ra una Pales­ti­na des­ga­rra­da. Esto es colo­nia­lis­mo des­ca­ra­do de vie­jo tipo. Den­tro de este tipo de agre­sio­nes colo­nia­les vie­ne la demo­li­ción de los barrios pales­ti­nos en Jeru­sa­lén orien­tal (como Wadi Yasul) y la des­truc­ción de cul­ti­vos de oli­vos (como en el pue­blo de Burin). En estos pocos meses de 2020, el Esta­do de Israel ha arres­ta­do a 210 niñxs pales­tinxs y a 250 estu­dian­tes, así como a 13 perio­dis­tas pales­tinxs. Estos hechos son repor­ta­dos por gru­pos de dere­chos huma­nos y con­de­na­dos por orga­ni­za­cio­nes de la socie­dad civil pales­ti­na, pero han sido igno­ra­dos. See tra­ta del des­gas­te de la dignidad.

Todo esto es ile­gal: las demo­li­cio­nes, los asen­ta­mien­tos, el muro del apartheid que rodea Cis­jor­da­nia. Reso­lu­cio­nes de la ONU, sen­ten­cias de la Cor­te Inter­na­cio­nal de Jus­ti­cia, con­de­nas de la socie­dad civil: nada de esto pare­ce tener un impac­to. Des­de 1948, Israel ha actua­do con impu­ni­dad y ha bus­ca­do ani­qui­lar a Pales­ti­na y al pue­blo pales­tino, robar la “dote” y dese­char a la “novia”. No muy lejos del muro que Israel cons­tru­yó rodean­do Cis­jor­da­nia para humi­llar a lxs pales­tinxs están las hue­llas de los muros que Israel derri­bó para trans­for­mar hoga­res en pol­vo. Esos muros, que una vez sos­tu­vie­ron techos, eran refu­gios para un pue­blo que fue derri­ba­do de su eje, obli­ga­do a cami­nar sobre un terreno des­ni­ve­la­do, siem­pre asus­ta­do de las balas del colo­nos o de las cade­nas de los sol­da­dos. Los muros de la pri­sión están hechos de pie­dra. Los muros de los asen­ta­mien­tos están hechos de pie­dra. Pero los muros de los hoga­res de lxs pales­tinxs están hechos de esa rara mez­cla de mie­do y resis­ten­cia. Hay mie­do de que los caño­nes de los colo­ni­za­do­res explo­ten a tra­vés de ellos, pero hay resis­ten­cia que reco­no­ce que los muros de la casa no son los muros reales. Los muros reales son los muros de la for­ta­le­za y la perseverancia.

Pales­ti­ne [Pales­ti­na], ins­pi­ra­do en el ori­gi­nal de Ronal­do Cor­do­va (OSPAAAL, Cuba), Soli­da­ri­dad con Pales­ti­na, 1968.

Los Esta­dos mise­ra­bles están vacia­dos por su insen­si­bi­li­dad e injus­ti­cia. En ausen­cia de con­vic­ción moral, es impo­si­ble que el Esta­do de Israel se defien­da excep­to median­te la arro­gan­cia de las armas. Cuan­do una exca­va­do­ra se pone fren­te a una casa, la exca­va­do­ra va a ganar, pero la casa es la que segui­rá viva en los cora­zo­nes y los sue­ños de la gen­te. Las exca­va­do­ras pro­du­cen mie­do, no huma­ni­dad. Una socie­dad huma­na no pue­de cons­truir­se median­te el mie­do. Debe ser cons­trui­da por el entu­sias­mo del amor. Los Esta­dos mise­ra­bles —como Israel— no pue­den cons­truir una uto­pía de amor en tie­rras que han sido mar­ca­das por robos bru­ta­les. Inclu­so cuan­do los oli­vos han sido arran­ca­dos de la tie­rra, sus cul­ti­vos aún hue­len a aceitunas.

Yala­lan Band (Pales­ti­na), Din­gi Din­gi, 2016

Des­pués de que Israel bom­bar­deó Gaza en 2014, el poe­ta ira­quí Sinan Antoon escri­bió “Epí­lo­go”. El poe­ma ima­gi­na a un niñx cami­nan­do con su abue­lo (sidu).

Vamos a vol­ver a Jaf­fa, sidu?
No pode­mos
¿Por qué?
Esta­mos muer­tos
Enton­ces esta­mos en el cie­lo, sidu?
Esta­mos en Pales­ti­na, habi­bi
y Pales­ti­na es el cie­lo
y el infierno
¿Qué hare­mos aho­ra?
Espe­ra­re­mos
¿Espe­rar qué?
A los demás

a que regresen.

No hay tiem­po para espe­rar. Es hora de que el mun­do no per­mi­ta la impu­ni­dad de Israel, pro­por­cio­na­da por el total res­pal­do de los Esta­dos Uni­dos de América.

Itu­rria /​Fuen­te

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