Pana­má. Leta­li­dad: Una fal­sa percepción

Por Dr. Fer­nan­do Ceba­ma­nos*; Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 19 julio de 2020

Van mil muer­tos. Por defi­ni­ción la tasa de leta­li­dad es la pro­por­ción de falle­ci­mien­tos en rela­ción a las per­so­nas que se han con­ta­gia­do. Este apa­ren­te sim­ple cálcu­lo pue­de por varios fac­to­res. El pri­me­ro (que nos pue­de lle­var a la ten­ta­ción de com­pa­rar­lo con otros paí­ses) es que depen­de del núme­ro de prue­bas rea­li­za­das en la pobla­ción. Si aumen­ta­mos las prue­bas en la pobla­ción la tasa de leta­li­dad dis­mi­nu­ye en pro­por­ción a este aumento.En una com­pa­re­cen­cia Fer­nan­do Simón, direc­tor del Cen­tro de Coor­di­na­ción de Aler­tas y Emer­gen­cias Sani­ta­rias (CCAES), tras pro­yec­tar una grá­fi­ca expli­ca­ti­va de las cifras espa­ño­las, acla­ró que «los datos a los que tene­mos acce­so al prin­ci­pio impli­can que detec­ta­mos sobre todo a todos los falle­ci­dos, lue­go la leta­li­dad baja por­que detec­ta­mos muchos más casos leves o asin­to­má­ti­cos, por lo tan­to la par­te pro­por­cio­nal de falle­ci­dos es menor».
Antes de entrar en méri­to a lo que ha suce­di­do en Pana­má lla­mo la aten­ción que los “exper­tos” pana­me­ños insis­tían en que no era correc­to com­pa­rar cifras entre paí­ses, pero repen­ti­na­men­te empe­za­ron a com­pa­rar la leta­li­dad con otros paí­ses. En par­ti­cu­lar si pue­den dar­le un toque con­tra Cuba: “solo para cono­ci­mien­to gene­ral, % de leta­li­dad en Cuba anda por 3.6% por aho­ra” @xsaezll
En reali­dad este indi­ca­dor se está usan­do para dar una fal­sa segu­ri­dad en la pobla­ción de que el gobierno y/​o su equi­po están logran­do bue­nos resul­ta­dos.
*En Cuba un aumen­to de las prue­bas no es acom­pa­ña­do de un aumen­to pro­por­cio­nal de casos posi­ti­vos (por el efi­caz con­trol de la tasa de con­ta­gio) lo que no ter­mi­na favo­re­cien­do la dis­mi­nu­ción de la leta­li­dad.
El COVID-19 pre­sen­ta una baja leta­li­dad en com­pa­ra­ción con otros virus y enfer­me­da­des. 2 ó 3 de cada 100 per­so­nas que lo con­traen, mue­ren. Esa es la ten­den­cia en Pana­má y el mun­do. El pro­ble­ma del virus no es su leta­li­dad, es decir muer­tos en com­pa­ra­ción a casos detec­ta­dos, sino su rápi­da expan­sión, su viru­len­cia, ata­ca a un amplio espec­tro de la pobla­ción, no hay vacu­na aún ni tra­ta­mien­tos pro­fi­lác­ti­cos o pre­ven­ti­vos ni para curar enfer­mos que se hayan com­pro­ba­do cien­tí­fi­ca­men­te su efec­ti­vi­dad de mane­ra total.
Enton­ces vie­ne el tema de Pana­má. Aquí a pesar de que tene­mos una leta­li­dad “nor­mal” en com­pa­ra­ción con el res­to del mun­do, el por­cen­ta­je de mor­ta­li­dad es suma­men­te alto. Esta­mos en 23.5 muer­tos por cada 100 mil habi­tan­tes lo que nos colo­ca entre los 16 paí­ses con más alta leta­li­dad del mun­do y 7 en todo el con­ti­nen­te. Pero ade­más los nive­les de con­ta­gio de la pobla­ción son preo­cu­pan­tes. En este ren­glón, por cada 100 mil habi­tan­tes, en lo que va del mes de julio, el más duro, esta­mos de segun­do en el mun­do y pri­me­ro en el con­ti­nen­te.
De acuer­do a Johns Hop­kins Uni­ver­sity esta­mos de 16 a nivel mun­dial en muer­tes por cada 100 mil habi­tan­tes. Y supe­ra­mos con 982 muer­tos por lejos a Uru­guay y Cuba que tie­nen 31 y 87 res­pec­ti­va­men­te, pese a tener una leta­li­dad arri­ba de 3, mien­tras Pana­má tie­ne 2.

En lo que va del mes de julio han muer­to 369 per­so­nas (de un total de mil) y se han regis­tra­do 16,823 casos, por ello a pesar de la can­ti­dad de prue­bas prac­ti­ca­das, la leta­li­dad se sitúa en 2.2, es decir ha aumen­ta­do, por­que las muer­tes tam­bién lo han hecho de una for­ma expo­nen­cial, al igual que los con­ta­gia­dos.
Esto se expli­ca por varias razo­nes.
En Pana­má el virus se pro­pa­ga más rápi­do que en otros paí­ses. Los últi­mos resul­ta­dos indi­can que casi 4 pana­me­ños de 10 a los que se les prac­ti­ca la prue­ba resul­tan posi­ti­vo, y ese es un por­cen­ta­je alta­men­te peli­gro­so que expli­ca la expan­sión del virus.
En Pana­má el virus se dise­mi­na más en un área geo­grá­fi­ca peque­ña de menos de 4 mil km2 pero alta­men­te pobla­da, casi 2 millo­nes de habi­tan­tes (la mitad de la pobla­ción nacio­nal), Habla­mos de la zona de trán­si­to, don­de se desa­rro­lla más del 75% de la acti­vi­dad eco­nó­mi­ca del país y 4 dis­tri­tos (La Cho­rre­ra, Arrai­ján, ciu­dad capi­tal y San Migue­li­to), de dos pro­vin­cias, Pana­má y Pana­má Oes­te. Allí se con­cen­tran más de 37 mil casos, es decir, más casos que 150 paí­ses en el mun­do, la mayo­ría con más pobla­ción y exten­sión terri­to­rial que Pana­má. Ello nos dice la alta vola­ti­li­dad del virus en nues­tro país, que se extien­de rápi­da­men­te a otras pro­vin­cias. Ya Colón, la otra pro­vin­cia de trán­si­to, que limi­ta con las pro­vin­cias men­cio­na­das, pasó de 743 casos, en un mes, a más de 2,800 casos (270% más).
Esta situa­ción de tras­mi­sión rápi­da del virus en la pobla­ción, plan­tea en paí­ses como el nues­tro, con una salud públi­ca pre­ca­ria, el colap­so ver­ti­gi­no­so y abrup­to de los hos­pi­ta­les como esta­mos vivien­do en estos momen­tos.
Pero hay otra situa­ción. De los 24,163 casos que se reco­no­cen como acti­vos, más de 21,675 están en ais­la­mien­to domi­ci­lia­rio. Es decir, están en sus casas, con sus fami­lia­res y veci­nos expues­tos al virus. Esto es un pro­ble­ma para la lla­ma­da tra­za­bi­li­dad, pues­to que si el pro­me­dio por fami­lia en las áreas más vul­ne­ra­bles, don­de se pre­sen­ta más casos y haci­na­mien­to, es de 5, enton­ces habla­mos de más de 100 mil per­so­nas direc­ta­men­te expues­tas. Y si a cada per­so­na se le ave­ri­guan sus con­tac­tos, la cifra sería aún mucho mayor, impo­si­ble de ais­lar en las con­di­cio­nes actua­les, por lo cual lo úni­co que podría fre­nar el virus es una cua­ren­te­na total y abso­lu­ta.
Para ello ya hemos dicho. Urge un bono de al menos 500 bal­boas para ali­men­tos y medi­ca­men­tos para las fami­lias que hoy pade­cen ham­bre, mora­to­ria total y real (inclui­dos intere­ses), sus­pen­sión de toda acción de lan­za­mien­to, des­alo­jo, secues­tro o cor­tes de ser­vi­cios. Pedir ayu­da inter­na­cio­nal a paí­ses con expe­rien­cias exi­to­sas en este tipo de cri­sis. Apo­yo a los tra­ba­ja­do­res de la salud, ago­ta­dos y enfer­mán­do­se. Y garan­ti­zar los ser­vi­cios bási­cos a la pobla­ción. Solo así podre­mos lograr una cua­ren­te­na que deten­ga el alto núme­ro de muer­tes y casos en cre­ci­mien­to.
Pero el pro­ble­ma cen­tral, es un gobierno con fal­ta de volun­tad para aten­der las nece­si­da­des de la pobla­ción, sin estra­te­gia real para enfren­tar el virus, negli­gen­te e inca­paz, que mien­te para enga­ñar a la pobla­ción mien­tras per­sis­te el robo y la corrup­ción, que ha pre­fe­ri­do favo­re­cer al capi­tal finan­cie­ro y a la gran empre­sa, vio­lar los dere­chos labo­ra­les y man­dar al pue­blo al mata­de­ro.
Nos espe­ra un futu­ro de mayor pobre­za, des­em­pleo, ham­bre y mise­ria. El úni­co camino es la lucha en defen­sa de los intere­ses del pue­blo.
pre­si­den­te del Fren­te Amplio por la Demo­cra­cia FAD e inte­gran­te del capí­tu­lo de ALBA Movi­mien­tos en Panamá.

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