Esta­do espa­ñol. Maroua­ne Abouo­bai­da, un año sin respuestas

Por Enric Llo­pis, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 29 julio 2020.-

La Cam­pa­ña CIE’s No de Valen­cia dedi­ca el infor­me Sin dere­cho a tener dere­chos al joven marro­quí muer­to en el CIE de Zapa­do­res.

“Los Cen­tros de Inter­na­mien­to de Extran­je­ros (CIE) son cár­ce­les racis­tas encu­bier­tas bajo el ampa­ro legal del con­trol de la inmi­gra­ción irre­gu­lar”, recor­dó la Cam­pa­ña Esta­tal por el cie­rre de los CIE en mayo, cuan­do los ocho cen­tros, depen­dien­tes del Minis­te­rio del Inte­rior, se vacia­ron de reclu­sos (el gobierno espa­ñol decre­tó el Esta­do de Alar­ma para hacer fren­te a la COVID-19 el 14 de mar­zo). Los movi­mien­tos socia­les expli­ca­ron la pues­ta en liber­tad por la impo­si­bi­li­dad de eje­cu­tar depor­ta­cio­nes duran­te el cie­rre de fron­te­ras; y por las pro­tes­tas de los inter­nos ante la fal­ta de medi­das sani­ta­rias en el con­tex­to de la pan­de­mia (en mar­zo los inter­nos en el CIE madri­le­ño de Alu­che pro­tes­ta­ron pací­fi­ca­men­te enca­ra­mán­do­se al teja­do y se decla­ra­ron huel­gas de ham­bre en los cen­tros de San­go­ne­ra La Ver­de, en Mur­cia; Zona Fran­ca en Bar­ce­lo­na, Zapa­do­res en Valen­cia y en Algeciras).

Des­de hace una déca­da, el últi­mo mar­tes de cada mes, la Cam­pa­ña CIE No de Valen­cia orga­ni­za con­cen­tra­cio­nes en la puer­ta azul del cen­tro de Zapa­do­res (un anti­guo cuar­tel mili­tar hoy uti­li­za­do por la Poli­cía Nacio­nal) por el cie­rre de los cen­tros y el fin de las depor­ta­cio­nes. Entre mar­zo y junio, con moti­vo de la pan­de­mia, las ONG con­vo­ca­ron con­cen­tra­cio­nes vir­tua­les; en una de ellas, difun­die­ron una con­ver­sa­ción por vídeo con un migran­te ence­rra­do duran­te 59 días (la Ley de Extran­je­ría esta­ble­ce un máxi­mo de 60 días de inter­na­mien­to antes de la expul­sión). “Ni en las peo­res cár­ce­les ocu­rre esto; no pue­des tener un lapi­ce­ro ni una hoja de cua­derno, hay requi­sas cada 24 horas y te con­tro­lan todo lo que haces: es una situa­ción muy deni­gran­te; ade­más te impo­nen cas­ti­gos de mier­da; tu gran error, tu gran deli­to,es no tener pape­les y docu­men­ta­ción”.

Agra­de­ce el apo­yo que reci­bió de los colec­ti­vos socia­les para poder comu­ni­car­se con sus fami­lia­res, y aña­de: “Te cerra­ban por la noche las puer­tas de la cel­da sin que tuvie­ras la opción de ir al baño; de mane­ra que tenías que hacer tus nece­si­da­des allí, bus­can­do un cubo de basu­ra…; tam­bién hubo com­pa­ñe­ras que se nos pusie­ron enfer­mas y tuvi­mos que hacer el gran jaleo a las 10, 11, 12 de la noche… Enton­ces te encie­rran en la cel­da” (el uso de las cel­das de ais­la­mien­to no res­pon­de a “cri­te­rios rigu­ro­sos” y muchos inter­nos han pro­tes­ta­do por no reci­bir un tra­ta­mien­to ade­cua­do de las dolen­cias, denun­cian los acti­vis­tas sociales).

En cuan­to a la depor­ta­ción al país de ori­gen, el exre­clu­so la cali­fi­ca de “atroz”, pues “lle­ga­ron los agen­tes de madru­ga­da, me saca­ron del CIE enma­ni­lla­do y lle­va­ron ‑en fur­gón y carros poli­cia­les- has­ta el aero­puer­to como si fue­ra el peor” (en diciem­bre de 2019 el BOE hizo públi­ca la adju­di­ca­ción por par­te del Minis­te­rio del Inte­rior de estos vue­los a las empre­sas Eve­lop Air­li­nes y Air Nos­trum, por valor de 9,9 millo­nes de euros); la reclu­sión en el CIE de la per­so­na migran­te se pro­du­jo en 2016 (a par­tir de octu­bre de 2016 el cen­tro de Zapa­do­res estu­vo seis meses clau­su­ra­do por una pla­ga de chin­ches; ade­más en un comu­ni­ca­do de sep­tiem­bre de 2015, los acti­vis­tas denun­cia­ron “la expul­sión de per­so­nas pre­sas en el CIE tras el inten­to de fuga y la vio­len­cia policial”).

El pasa­do 15 de junio la Cam­pa­ña pre­sen­tó en el Cen­tre del Car­me de Valen­cia el infor­me Sin dere­cho a tener dere­chos, sobre la “cár­cel racis­ta” de Zapa­do­res. El repor­te esta­ba dedi­ca­do a Maroua­ne Abouo­bai­da, migran­te marro­quí de 24 años que falle­ció el 15 de julio de 2019 –bajo cus­to­dia esta­tal- entre los muros del CIE. “Maroua­ne fue ais­la­do un día des­pués que sufrie­ra una pali­za a manos de otros inter­nos y per­ma­ne­ció solo en la cel­da de ais­la­mien­to has­ta su muer­te”, recuer­dan los acti­vis­tas. Se da la cir­cuns­tan­cia que el joven infor­mó por escri­to a la direc­ción del cen­tro sobre la agre­sión, sus efec­tos –lesión ocu­lar y dolo­res de cabeza‑, ade­más de apor­tar una copia del infor­me hos­pi­ta­la­rio de urgencia.

“A pesar de los evi­den­tes indi­cios de la situa­ción angus­tio­sa que sufría este interno, no se adop­ta­ron las medi­das pre­ven­ti­vas que recla­ma el juez ni se acti­vó el pro­to­co­lo anti­sui­ci­dio”, con­clu­ye el infor­me de la Cam­pa­ña. El 25 de julio de 2019 el Juga­do de Ins­truc­ción Núme­ro 3 de Valen­cia, en fun­cio­nes de con­trol del CIE, emi­tió un auto con 16 medi­das para “pre­ser­var en mejor for­ma la vida, inte­gri­dad, salud y dere­chos” de los inter­nos (la mayor par­te hacían refe­ren­cia a garan­tías duran­te los encie­rros en cel­das de aislamiento).

Res­pec­to al con­tex­to de la muer­te vio­len­ta del mucha­cho, ese verano se pro­du­jo un hecho impor­tan­te: la direc­ción del CIE res­trin­gió las posi­bi­li­da­des de visi­ta a las ONG. ¿Res­pues­ta ins­ti­tu­cio­nal? Toda­vía “nadie ha dado expli­ca­cio­nes; que­re­mos res­pues­tas, pero sobre todo que­re­mos jus­ti­cia”, res­pon­de la Pla­ta­for­ma un año des­pués. Pero el falle­ci­mien­to de Maroua­ne Abouo­bai­da no es una cir­cuns­tan­cia excep­cio­nal, sub­ra­yan los acti­vis­tas: al menos 10 per­so­nas migran­tes han per­di­do la vida en estos “espa­cios de impu­ni­dad poli­cial y sufri­mien­to” ‑o duran­te los tras­la­dos for­zo­sos- en el esta­do español.

Los colec­ti­vos socia­les infor­man sobre las denun­cias de mal­tra­to poli­cial que les tras­la­dan los inter­nos de Zapa­do­res: insul­tos racis­tas, malos modos, deci­sio­nes arbi­tra­rias con “cier­ta habi­tua­li­dad” y dece­nas de (pre­sun­tas) agre­sio­nes duran­te la últi­ma déca­da; “la mayo­ría de los casos aca­ba archi­ván­do­se por­que la víc­ti­ma es expul­sa­da o desis­te de su denun­cia”, des­ta­ca el infor­me. Uno de los últi­mos casos fue el de un joven migran­te de 20 años, quien per­ma­ne­cía más de un mes ence­rra­do en el CIE; en diciem­bre de 2019 el chi­co denun­ció ante el juz­ga­do de guar­dia que dos poli­cías loca­les de Valen­cia –quie­nes le tras­la­da­ban en su vehícu­lo al hos­pi­tal por con­tu­sio­nes en una mano- le pro­pi­na­ron dos puñe­ta­zos en la cara; “fue depor­ta­do el 10 de enero sin que la jus­ti­cia actua­ra de nin­gu­na for­ma para tra­tar de escla­re­cer lo sucedido”.

Otro ejem­plo es, en noviem­bre de 2018, el de un mucha­cho arge­lino que había lle­ga­do en pate­ra al lito­ral de Alme­ría y –cuan­do tra­ta­ba de alzar­se al muro de Zapa­do­res- se rom­pió un pie; los movi­mien­tos socia­les reco­gie­ron su tes­ti­mo­nio: “Mien­tras gri­ta­ba de dolor ten­di­do en el sue­lo, un poli­cía me pisó con las botas la man­dí­bu­la y otro el pie que aca­ba­ba de rom­per­me”; el migran­te pre­sen­tó una denun­cia en los juz­ga­dos, ade­más del par­te médi­co. Según el repor­te de CiE’S No, “la poli­cía afir­ma que pos­te­rior­men­te se retrac­tó, lo que pro­vo­có que no con­ti­nua­ra el pro­ce­di­mien­to judicial”.

La Cam­pa­ña detec­tó la pre­sen­cia en el com­ple­jo de Zapa­do­res de 12 muje­res víc­ti­mas de tra­ta des­de 2015, pero el núme­ro qui­zá es mucho mayor. En algu­nos casos se tra­ta­ba de muje­res meno­res de edad; en otros esta­ban tam­bién en el CIE sus pro­xe­ne­tas. Por otra par­te, des­de 2018 los colec­ti­vos socia­les han denun­cia­do el inter­na­mien­to de 11 meno­res en el cen­tro, pese a que –según la Ley de Extran­je­ría y la nor­ma­ti­va de Inte­rior- “no podrá acor­dar­se el ingre­so”. Otras crí­ti­cas de las ONG apun­tan al apri­sio­na­mien­to en el CIE de per­so­nas con enfer­me­da­des gra­ves, como el VIH o la hepa­ti­tis C; y a la excar­ce­la­ción de los migran­tes –cuan­do no pue­de mate­ria­li­za­se la expul­sión- sin nin­gún apo­yo eco­nó­mi­co, psi­co­ló­gi­co o social.

Ade­más de con­cen­tra­cio­nes, mani­fes­ta­cio­nes y repor­tes, la Pla­ta­for­ma pro­mue­ve encuen­tros esta­ta­les, vigi­lias por la libe­ra­ción de las per­so­nas pre­sas en los CIE, boi­cots a los vue­los de depor­ta­ción y tarea de difu­sión en los medios infor­ma­ti­vos; y desa­rro­llan un tra­ba­jo que con­si­de­ran cla­ve, el de acom­pa­ña­mien­to (apo­yo psi­co­so­cial a las per­so­nas reclu­sas y sus fami­lia­res, res­pal­do jurí­di­co y con­trol sobre la vul­ne­ra­ción de los dere­chos huma­nos). Hay ejem­plos de que las movi­li­za­cio­nes rin­den fru­to. En febre­ro de 2019 la pre­sión popu­lar logró que se revo­ca­ra la expul­sión exprés de una ciu­da­da­na boli­via­na, de 63 años, 17 resi­dien­do en Valen­cia y con hijos y nie­tos espa­ño­les; Car­men Lei­gue había tra­ba­ja­do como emplea­da del hogar inter­na, y cui­dan­do a niños y ancia­nos (estu­vo dos días en los cala­bo­zos de la comi­sa­ría de Pater­na, recuer­da la Campaña).

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