Entre­vis­ta con R. Huay­ta “El gol­pe siem­pre tuvo la inten­ción de inter­ve­nir en la cues­tión del litio” – La otra Andalucía

El vier­nes pasa­do, Elon Musk, CEO de Tes­la y Spa­ce X, fue cla­ro al res­pon­der en Twit­ter a una publi­ca­ción sobre su inte­rés y el de Esta­dos Uni­dos en des­ti­tuir al ex pre­si­den­te boli­viano Evo Mora­les del poder: «¡Le dare­mos un gol­pe a quien que­ra­mos! Asu­man eso “, escri­bió. Para Evo Mora­les, actual­men­te en el exi­lio en Argen­ti­na, estas pala­bras son “prue­ba” de que el gol­pe de esta­do del pasa­do noviem­bre estu­vo rela­cio­na­do con el pre­cio­so recur­so natural.

Más del 50% de los depó­si­tos de litio en todo el mun­do se encuen­tran en el lla­ma­do Trián­gu­lo de Litio (Argen­ti­na, Boli­via y Chi­le) y es en los desier­tos mon­ta­ño­sos de Boli­via, el Salar de Uyu­ni, don­de exis­ten las mayo­res reser­vas de litio cono­ci­das, un recur­so natu­ral cada vez más impor­tan­te, a medi­da que cre­ce la deman­da de su uso en bate­rías para auto­mó­vi­les eléc­tri­cos, compu­tado­ras y equi­pos industriales.

El gobierno de Mora­les adop­tó una pos­tu­ra cau­te­lo­sa con las reser­vas de litio, dejan­do en cla­ro que el valio­so recur­so no debe entre­gar­se a las mul­ti­na­cio­na­les, que las ganan­cias deben com­par­tir­se con el pue­blo boli­viano y que cual­quier acuer­do debe pasar por Comi­bol, la com­pa­ñía mine­ra nacio­nal, y con Yaci­mien­tos de Litio Boli­via­nos (YLB), la com­pa­ñía nacio­nal de litio. Esta polí­ti­ca lle­vó a tres gran­des mul­ti­na­cio­na­les: Era­met (Fran­cia), FMC (Esta­dos Uni­dos) y Pos­co (Corea del Sur) a aban­do­nar el país e ir a Argentina.

Cuan­do se pro­du­jo el gol­pe res­pal­da­do por Esta­dos Uni­dos, Boli­via esta­ba comen­zan­do a indus­tria­li­zar el pro­ce­sa­mien­to de pro­duc­tos fina­les, de la mano de la empre­sa nacio­na­li­za­da YLB. Al rever­tir las pau­tas ante­rio­res, el gobierno gol­pis­ta ya ha anun­cia­do que tie­ne la inten­ción de invi­tar a nume­ro­sas empre­sas mul­ti­na­cio­na­les al Salar de Uyu­ni, las gran­des mese­tas de sal, en la región de Poto­sí, don­de se encuen­tran las reser­vas de meta­les pre­cio­sos. El empre­sa­rio y can­di­da­to a vice­pre­si­den­te de Áñez, Samuel Doria Medi­na, lle­gó a invi­tar a Elon Musk, a tra­vés de Twit­ter, a ir a Salar, explo­rar los recur­sos y crear una fábri­ca de bate­rías de litio para los auto­mó­vi­les Tes­la allí.

Con Evo Mora­les, el obje­ti­vo no era expor­tar litio, sino hacer­se car­go del pro­ce­so de indus­tria­li­za­ción en el país, algo que ya esta­ba avan­zan­do, con YLB fabri­can­do bate­rías de litio e inclu­so un auto­mó­vil eléc­tri­co, en aso­cia­ción con la empre­sa ale­ma­na ACISA.

Ese acuer­do se hizo reali­dad, con el gol­pe. Sin embar­go, el pue­blo Uyu­ni se opo­ne fir­me­men­te al pro­ce­so de pri­va­ti­za­ción en cur­so y se está orga­ni­zan­do para evi­tar que el capi­tal extran­je­ro saquee una vez más los recur­sos de Boli­via. Sobre esto, Oli­ver Var­gas, perio­dis­ta de Kaw­sa­chun News , habló con Rami­ro Huay­ta, líder de la Fede­ra­ción Regio­nal Úni­ca de Tra­ba­ja­do­res Cam­pe­si­nos del Alti­plano Sud (Frut­cas).

Oli­ver Var­gas (OV): ¿Cuá­les son las ame­na­zas al litio de Boli­via con este régimen?

Rami­ro Huay­ta (RH): El pri­mer pro­ble­ma es que todo el pro­yec­to [para la indus­tria­li­za­ción del litio] está estan­ca­do. Esto sig­ni­fi­ca que todos los aspec­tos del plan ori­gi­nal se han derrum­ba­do. La otra ame­na­za es el anun­cio que hizo el Minis­tro de Eco­no­mía, el 23 de abril, en el Foro Eco­nó­mi­co de San­ta Cruz. Dijo que para atraer la inver­sión extran­je­ra al litio, hay que lla­mar a dos o tres empre­sas extran­je­ras, supues­ta­men­te para inyec­tar recur­sos. […] Esto nos hizo com­pren­der que la idea es inter­ve­nir en litio para pri­va­ti­zar­lo. Es una seria amenaza.

OV: ¿Crees que el gol­pe ocu­rrió prin­ci­pal­men­te para evi­tar que el pro­ce­so de indus­tria­li­za­ción de Boli­via ten­ga su pro­pio litio?

RH: Sí, com­ple­ta­men­te. Toda la situa­ción rela­cio­na­da con el litio per­ma­ne­ció muy ocul­ta. Como saben, el Com­ci­po (Comi­té Cívi­co Poto­si­nis­ta, un gru­po de pro­tes­ta de dere­cha diri­gi­do por Mar­co Puma­ri, una de las figu­ras des­ta­ca­das en el gol­pe) comen­zó a tra­tar de lidiar con la situa­ción inclu­so antes del gol­pe. Pero sí, en el fon­do, el gol­pe siem­pre tuvo la inten­ción de inter­ve­nir en el tema del litio. Com­ci­po pro­por­cio­nó par­te del per­so­nal para esto, como Juan Car­los Zule­ta, quien fue ase­sor de Com­ci­po antes del gol­pe y lue­go se con­vir­tió en el direc­tor de YLB, con Áñez ya en el poder. Siem­pre han tra­ta­do de manio­brar con reser­vas de litio o, al menos, nego­ciar algo por sí mis­mos, ya que, de todo el Trián­gu­lo de Litio en Amé­ri­ca del Sur, Boli­via tie­ne las mayo­res reser­vas. Argen­ti­na y Chi­le tie­nen algu­nos pero menos.

OV: ¿Enton­ces por eso Mar­co Puma­ri comen­zó las pro­tes­tas en Poto­sí, antes y des­pués de las elec­cio­nes que ganó Evo Morales?

RH: Pri­me­ro, se cen­tra­ron en una par­te del con­tra­to con ACISA que esti­pu­la­ba que la socie­dad dura­ría 70 años. Mani­pu­la­ron este aspec­to para mos­trar­lo como algo extre­ma­da­men­te nega­ti­vo, lo que lue­go pro­vo­có mucha revuel­ta en la ciu­dad de Poto­sí y en muchas par­tes de Bolivia.

Lue­go comen­za­ron a hablar sobre el tema de los impues­tos y lo que sería en Poto­sí. Fue­ron estos dos aspec­tos los que se uti­li­za­ron como excu­sa para inter­ve­nir, sabien­do muy bien que lo que que­rían era poner a alguien en una posi­ción de con­trol den­tro de YLB, en este caso, Juan Car­los Zuleta.

Mar­co Puma­ri (izquier­da) con el com­pa­ñe­ro en el gol­pe de esta­do Fer­nan­do Cama­cho /​Los Tiempos

Su plan siem­pre fue derro­car al gobierno para dar paso a los nego­cios. Sin embar­go, fra­ca­sa­ron en este obje­ti­vo [Mar­co Puma­ri com­pi­te con­tra la lis­ta de Áñez, sien­do can­di­da­to a vice­pre­si­den­te en la lis­ta de Fer­nan­do Cama­cho, fas­cis­ta de San­ta Cruz y otro ele­men­to des­ta­ca­do en el golpe].

Zule­ta final­men­te fue des­pe­di­do por Áñez y fue reem­pla­za­do por Val­da, quien no tie­ne víncu­los con Com­ci­po. Enton­ces pode­mos ver que hay una lucha inter­na den­tro de la mano dere­cha sobre quién con­tro­la el litio. Y mien­tras tan­to, el pro­yec­to para indus­tria­li­zar el litio ha sido abandonado.

OV: Des­pués de todo esto, ¿Puma­ri tie­ne mucho apo­yo popu­lar en Potosí?

RH: Bueno, has­ta el gol­pe, logra­ron obte­ner algo de apo­yo en el depar­ta­men­to. Pero nos com­pla­ció ver cómo ese apo­yo des­apa­re­ció rápi­da­men­te, ya que sur­gió mucha infor­ma­ción sobre la for­ma en que aque­llos en Puma­ri esta­ban tra­tan­do de hacer nego­cios sucios y tra­tan­do de obte­ner ganan­cias del nue­vo gobierno. Esto dejó a muchas per­so­nas decep­cio­na­das y la situa­ción aho­ra ha cambiado. […]

En Boli­via hoy, las per­so­nas, espe­cial­men­te los cam­pe­si­nos, son per­se­gui­dos. Mien­tras tan­to, la bur­gue­sía tie­ne todos los bene­fi­cios y pri­vi­le­gios. Esta dife­ren­cia entre cla­ses aho­ra es mucho más clara.

OV: ¿La gen­te en Uyu­ni está luchan­do con­tra el inten­to de pri­va­ti­zar el litio boliviano?

RH: Sí, el pue­blo de Uyu­ni pro­tes­tó cuan­do el enton­ces direc­tor Juan Car­los Zule­ta vino a visi­tar­nos. Fui­mos al aero­puer­to para tra­tar de evi­tar que lle­ga­ra a Uyu­ni. Tuvo que escon­der­se den­tro del aero­puer­to por un tiem­po y lue­go salió por la puer­ta tra­se­ra, escol­ta­do por la policía.

Este tipo de com­por­ta­mien­to nos mues­tra que el gobierno actual no quie­re tra­ba­jar con las orga­ni­za­cio­nes socia­les de Uyu­ni, quie­ren impo­ner cosas por la fuerza.

El sin­di­ca­to que lide­ro siem­pre se ha opues­to a lo que está suce­dien­do y ha dicho “no” a los cam­bios rea­li­za­dos en la empre­sa esta­tal YLB. Las Jun­tas Veci­na­les (aso­cia­cio­nes de veci­nos, vecin­da­rios) en Uyu­ni tam­bién pro­tes­tan con­tra la pri­va­ti­za­ción. Sabe­mos exac­ta­men­te lo que está pasan­do. Nues­tros requi­si­tos son: pri­me­ro, la reac­ti­va­ción del pro­yec­to de indus­tria­li­za­ción; segun­do, una ley gene­ral para deter­mi­nar cómo se ges­tio­na una empre­sa estatal.

Fuen­te: www​.abri​la​bril​.pt

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