Eus­kal Herria. El per­fil de otro gran revo­lu­cio­na­rio: Lucio Urtu­bia, el alba­ñil que puso de rodi­llas al City Bank

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 18 julio de 2020.

Esta entre­vis­ta rea­li­za­da en 2017 por el perio­dis­ta Ernes­to Nava­rro pre­sen­ta a Lucio tal cual es, un revo­lu­cio­na­rio ácra­ta, soli­da­rio e inter­na­cio­na­lis­ta, que no cejó un solo día de su vida de luchar con­tra las injus­ti­cias y los pode­ro­sos. Alba­ñil de pro­fe­sión, dis­cu­tió de estra­te­gias con el ‘Che’ Gue­va­ra y ayu­dó a Eldrid­ge Clea­ver, el líder de los Pan­te­ras Negras. El his­tó­ri­co anar­quis­ta vas­co Lucio Urtu­bia ha falle­ci­do a los 89 años en París, ciu­dad a la que tuvo que exi­liar­se en 1954. Siem­pre decía que el dine­ro que recau­da­ba lo repar­tía para apo­yar cau­sas jus­tas. Era anar­quis­ta, sí. Pero muy responsable.

El albañil que puso de rodillas al City Bank: "Jamás ha habido un ser humano decente en el poder"
Cor­te­sía Iña­ki Juárez

Lucio Urtu­bia es qui­zá el refe­ren­te vivo más impor­tan­te del anar­quis­mo mun­dial. Naci­do en Nava­rra (Eus­kal Herria), de una fami­lia cam­pe­si­na, ha sido pro­ta­go­nis­ta de la his­to­ria rebel­de de casi todo el siglo XX.

Mul­ti­fa­cé­ti­co a pesar de tener un solo ofi­cio, ha sido des­cri­to por José Mari Espar­za, edi­tor de sus memo­rias como «here­de­ro de la pól­vo­ra rebel­de, se encon­tró dis­pa­ra­do en un desier­to, y tuvo que ini­ciar su revo­lu­ción en soli­ta­rio, hacién­do­se un inadap­ta­do al fran­quis­mo, un deser­tor del ejér­ci­to, un ‘roba­dor’ al Esta­do, un con­tra­ban­dis­ta vas­co, un emigrante».

Urtu­bia ha sido en esen­cia un alba­ñil. Uno muy par­ti­cu­lar, un obre­ro de la cons­truc­ción que eje­cu­tó una haza­ña que lo visi­bi­li­zó en el pla­ne­ta ente­ro como un héroe al esti­lo ‘Robin Hood’: puso de rodi­llas al First Natio­nal City Bank, fal­si­fi­can­do cien­tos de ‘tra­ve­llers checks’ (che­ques de via­je­ro) que, entre enero 1980 y diciem­bre de 1982, inun­da­ron Euro­pa y varios paí­ses de Amé­ri­ca Latina.

Pero Lucio Urtu­bia no es un ladrón, sino un mili­tan­te liber­ta­rio, un esla­bón en una lar­ga cade­na de mili­tan­tes revo­lu­cio­na­rios que se valie­ron de «ope­ra­cio­nes de recu­pe­ra­ción de dine­ro» para apo­yar a quie­nes lucha­ban y a los que nece­si­ta­ban. Ese epi­so­dio no tie­ne com­pa­ra­cio­nes en la his­to­ria y aun­que estu­vo pre­so unos meses por aque­lla ope­ra­ción, jamás la Poli­cía fran­ce­sa pudo ubi­car las plan­chas de impre­sión de los cheques.

Final­men­te, el pode­ro­so City Bank, tra­tan­do de evi­tar la quie­bra, enta­bló un tra­ta­do de paz con el alba­ñil, como los que sus­cri­ben las par­tes al final de una guerra.

La vida del cons­truc­tor anar­quis­ta ha sido retra­ta­da en libros, pelí­cu­las y una lar­ga lis­ta de can­cio­nes de todos los géne­ros. Hoy está reti­ra­do del ofi­cio de alba­ñil, más por la edad que por sus ganas, así que Urtu­bia con­vir­tió su casa en ‘L’espace Loui­se Michel’ (el espa­cio Loui­se Michel) don­de cien­tos de per­so­nas acu­den cada año a char­las, con­fe­ren­cias, deba­tes, expo­si­cio­nes y pro­yec­cio­nes cinematográficas.

Lucio Urtu­bia

Urtu­bia acep­ta las entre­vis­tas solo por­que sien­te el deber de trans­mi­tir su expe­rien­cia de lucha a las juven­tu­des del mun­do. Entre­vis­ta­do por RT, este lucha­dor de casi 90 años sigue impo­nién­do­se pro­yec­tos que lo man­tie­nen acti­vo y utópico.

RT: Lucio, en la actua­li­dad ¿se pue­de dar un gol­pe al capi­ta­lis­mo como el que usted dio al First Natio­nal City Bank?

L.U.: ¡Cla­ro que sí! Todo pue­de hacer­se, pero debe tener una inten­ción. Quie­ro dejar­te cla­ro algo, yo no estoy en con­tra de las rique­zas, por­que nadie es más que nadie, somos dife­ren­tes. Hay gen­te que es capaz de crear y otra que no. Hay gen­te que aun­que les des lo que quie­ra, no hará nun­ca nada.Pero sí estoy en con­tra de la uti­li­za­ción que se le da a la rique­za. Si el dine­ro sir­ve para humi­llar a las per­so­nas, para bom­bar­dear a los pobres en Áfri­ca y en todos los sitios, enton­ces sí estoy en con­tra. Oja­lá que todas las rique­zas sir­vie­ran para hacer escue­las. Aquí en Fran­cia hay un gili­po­llas que se lla­ma Manuel Vals, que cons­tan­te­men­te repi­te que había que crear más cár­ce­les, y yo no deseo pri­sio­nes ni para mis enemigos.

RT: ¿Qué des­tino tuvo el dine­ro roba­do al First Natio­nal City Bank?

L.U.: Jamás fue para bene­fi­cio per­so­nal. Yo no nece­si­to eso para vivir. Cuan­do se es pobre, uno apren­de a vivir y a crear con poco. Ayu­dé a muchas per­so­nas que lucha­ban (vas­cos, tupa­ma­ros, mon­to­ne­ros, etc.). Y en aque­lla épo­ca ese dine­ro sir­vió para soco­rrer a pre­sos, a sus fami­lia­res, para crear infraestructuras.

Pero lle­ga cier­to momen­to en que tie­nes que cal­mar­te por­que ya no pue­des con­ti­nuar, por­que tus enemi­gos están muy pre­sen­tes. Para mí el honor y mi rique­za es poder tener mi puer­ta siem­pre abierta.

Lucio Urtu­bia, foto­gra­fia­do en París mien­tras con­ver­sa­ba tele­fó­ni­ca­men­te con RTCor­te­sía Iña­ki Juárez

RT: ¿Qué ate­so­ra usted?

L.U.: Nada. Aquí don­de yo vivo (rue des Cas­ca­des, París), podría tener un res­tau­rant, una gara­je, una tien­da, pero no. Yo soy más rico y me veo con una rique­za úni­ca, no nece­si­to nada de nadie por­que ten­go mi peque­ño reti­ro y mi hogar. Aquí mis­mo fun­cio­na el espa­cio cul­tu­ral ‘Loui­se Michel‘. La puer­ta siem­pre está abier­ta. Hoy, por ejem­plo han veni­do colom­bia­nos, des­pués unos vas­cos, lue­go más gen­te. Yo creo fir­me­men­te en com­par­tir, por­que eso no es una cues­tión eco­nó­mi­ca, no es rique­za solo lo eco­nó­mi­co. Las rique­zas son otras tam­bién y esas son las que hay que repartir.

RT: En una socie­dad como la actual, ¿el anar­quis­mo tie­ne posibilidades?

L.U.: Hoy más que nun­ca el anar­quis­mo tie­ne posi­bi­li­da­des de rea­li­za­ción, y es una nece­si­dad. Por­que en el anar­quis­mo hemos creí­do en la gen­te, en lo que es capaz de hacer la gen­te. Yo no soy cre­yen­te a nivel de la jerar­quía reli­gio­sa, pero hay reli­gio­sos que son muy bue­nos y que hacen cosas muy bue­nas, yo no pue­do estar en con­tra de eso. El indi­vi­duo es lo que hace.

Hoy la gen­te quie­re hacer cosas gran­des con los otros y eso no es el cen­tro del pro­ble­ma, hay que empe­zar por uno mis­mo. Este mun­do care­ce de ejem­plos, pero los ejem­plos tie­nen que venir de cada indi­vi­duo. Yo creo en los pobres, que no tene­mos con­fian­za en nadie y que duda­mos de todo. Pero no nos damos cuen­ta que somos noso­tros los crea­do­res de todas las riquezas.

RT: Lucio ¿qué sig­ni­fi­có para usted ser el hom­bre más bus­ca­do por la gen­dar­me­ría mun­dial del capitalismo?

L.U.: ¡Un honor! Y eso lo digo a don­de quie­ra que voy. Por ejem­plo, han hecho mil emi­sio­nes sobre mí, y casi siem­pre me pre­gun­tan si me da ver­güen­za haber roba­do. Yo siem­pre les digo que fue un honor y que creo que el 99 % de la gen­te si pudie­ra hacer lo que yo hice, lo haría. Yo lo hice y era un igno­ran­te, un ino­cen­te, pero supe rodear­me de per­so­nas que sabían más que yo en todos los aspec­tos. Me jun­té con mucha gen­te inte­li­gen­te, con muchas bue­nas per­so­nas. ¡Qué pla­cer haber esta­fa­do al mayor ban­co del mun­do! Un des­gra­cia­do como yo… por eso digo que fue un pla­cer y un honor.

Es lo que pre­co­ni­zo: no hay que tener res­pe­to a lo que no lo mere­ce.

RT: ¿Qué opi­nión le mere­ce la vic­to­ria elec­to­ral de Donald Trump?

L.U.: Yo creo que es un hom­bre muy bru­to y que hace las cosas que le salie­ron bien para crear una empre­sa. Pero una empre­sa no es nada com­pa­ra­da con un mun­do, este mun­do es otra cosa y Trump no es alguien que dé ejem­plos. Trump es un hom­bre que se cree gran­de y yo no creo en esas gran­de­zas. Yo creo en la gen­te humil­de que lle­va a cabo accio­nes peque­ñas que son las que se vuel­ven gran­des. Los árbo­les cre­cen, los ani­ma­les cre­cen, un encuen­tro casual pue­de ser deter­mi­nan­te para cam­biar algo en noso­tros mismos.

«El indi­vi­duo es lo que hace», repi­te como un man­tra Lucio Urtu­bia Cor­te­sía Iña­ki Juárez

RT: ¿Cómo le va a la Espa­ña actual?

L.U.: La Espa­ña de hoy está bas­tan­te mal. Hace unos días estu­ve reu­ni­do con mi ami­go vas­co Arnal­do Ote­gui y le dije «¡No hay que correr!» El desas­tre, por ejem­plo, del ami­go Pablo Igle­sias ha sido el poder. Él ya está en el poder y ¿qué es lo que hace una vez allí? ¡Nada! El indi­vi­duo cuan­do lle­ga al poder ya no tie­ne que hacer nada. Somos noso­tros, des­de aba­jo, los que tene­mos que hacer. ¡Jamás, jamás ha habi­do un ser humano decen­te que haya lle­ga­do al poder! Hubo uno, (Sal­va­dor) Allen­de, una bue­na per­so­na ¡Ya sabes que era anar­quis­ta! Pero los pode­res estro­pean a la gente.

RT: ¿Enton­ces no hay opciones?

L.U.: Si las hay, tene­mos que dar. Veni­mos al mun­do sin nada, no tene­mos nada. Creo que lo que debe­mos hacer es dar, com­par­tir. Hacer para dar. Si uno da, reci­be. Si no das no eres nada, eres un mise­ra­ble. Todos, inclu­so los pobres pode­mos dar.

RT: ¿Qué ha sig­ni­fi­ca­do para usted envejecer?

L.U.:Enve­je­cer es la vida. De la úni­ca gen­te que ten­go celos es de la juven­tud. Es que me gus­ta­ría ser joven por­que este mun­do se pue­de cam­biar, estoy más con­ven­ci­do que nun­ca que este mun­do se pue­de cam­biar. ¡Y cla­ro! Yo que­rría ser joven para bene­fi­ciar a los jóve­nes de mi his­to­ria de lucha, decir­les todo lo que se pue­de hacer.

RT: ¿Enve­je­cen las ideas?

L.U.:¡No! Yo ten­go 86 años y estoy cada vez más con­ven­ci­do que este esta­do de cosas se pue­de cam­biar, pero hay que tener la pacien­cia y dar­le con­ti­nui­dad a lo que se pien­sa, y uno pien­sa lo que ha vivi­do. Yo apre­cio que en este mun­do vivi­mos al revés, hace­mos lo con­ta­rio de lo que debe­ría­mos. Vivi­mos de una for­ma tan enga­ña­da, tan burra, tan inú­til en todos los aspec­tos. Cuan­do digo que el mun­do pue­de cam­biar es por­que es una nece­si­dad y en cier­ta épo­ca yo no tenía ni pan ni alpar­ga­tas, pero aho­ra hay todo, y aun así todo está por hacerse.

La auto­bio­gra­fía de Urtu­bia fue public­da en 2011Reproducción Cor­te­sía Iña­ki Juárez


RT: ¿Tie­ne usted un men­sa­je para la juven­tud de ahora?

L.U.:Que hay que luchar, que las cosas no caen del cie­lo. Que la juven­tud pue­de hacer mucho y cam­biar el mun­do. Hay que empe­zar por lo poco, y las peque­ñas accio­nes una vez que se han sem­bra­do, pue­den resul­tar muy efi­ca­ces. Ade­más hay miles de cosas que vivi­mos y que no deter­mi­na­mos, es el uni­ver­so y uno no sabe ni por qué, pero sin la lucha no se hace nada.

A los jóve­nes que me visi­tan les digo: «uno es lo que hace». Si uno vive sin hacer nada, úni­ca­men­te comer, beber y dor­mir, enton­ces actúa como un ani­mal. Te repi­to, yo ten­go 86 años, si maña­na me mue­ro, solo me iría celo­so de la juven­tud, por­que ellos pue­den vivir, pue­den luchar y pue­den seguir… pero estoy con­ten­tí­si­mo de haber luchado.

El caso es hacer, hacer y hacer. Me repi­to: hacer para dar. Todos pode­mos, inclu­so los pobres. Cuan­to más pobres, más pode­mos dar.

RT: A sus 86 años, ¿sigue sien­do albañil?

L.U.: ¡No!, aho­ra ya no pue­do tra­ba­jar, soy un ‘vie­ji­co’. He sali­do esta maña­na del hos­pi­tal por­que debo ope­rar­me del cora­zón el 14 de mar­zo. Pero sigo ayu­dan­do con lo que pue­do. Ten­go 20 con­fe­ren­cias pro­gra­ma­das y cuan­do esté recu­pe­ra­do empe­za­ré de nue­vo a hablar, por­que estas cosas que habla­mos son una nece­si­dad. A mi edad no ten­go odio a la gen­te rica, solo me da rabia que no sepan uti­li­zar lo que tie­nen. En vez de mal­gas­tar­lo en bom­bas, en gue­rras, en humi­lla­cio­nes, habría que gas­tar­lo en edu­ca­ción y cul­tu­ra ¡La cul­tu­ra y el cono­ci­mien­to son la fuerza!

Incan­sa­ble luchador

Pró­xi­mo a los 90 años de edad, Lucio sigue sien­do un mili­tan­te anar­quis­ta que no se da des­can­so a sí mis­mo. Urtu­bia repi­te sin des­can­so que todo cuan­to hizo fue pro­duc­to de un tra­ba­jo colec­ti­vo, a pesar de su esfuer­zo per­so­nal. No se cree un héroe, por­que «los ges­tos heroi­cos van de la mano de erro­res gra­ves y cuan­do se miti­fi­ca a una per­so­na se tien­de a san­ti­fi­car inclu­so sus errores».

Itu­rria /​Fuen­te

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *