Vene­zue­la. Freddy Ber­nal: «En la fron­te­ra con Colom­bia, defen­de­mos la sobe­ra­nía y la salud»

Por Geral­di­na Colot­ti, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 5 julio 2020.-

Freddy Ber­nal, pro­tec­tor de Táchi­ra y cha­vis­ta de trin­che­ras, encuen­tra tiem­po para con­tes­tar el telé­fono, entre una reu­nión y otra, vol­cá­ni­co y bri­llan­te como siempre.

¿Cuál es la situa­ción en la fron­te­ra con Colombia?

Hemos lle­ga­do a 100 días de cua­ren­te­na para evi­tar la pan­de­mia de coro­na­vi­rus. El pre­si­den­te Madu­ro fue uno de los pri­me­ros en adop­tar medi­das drás­ti­cas de con­ten­ción y pre­ven­ción, basa­das en el ais­la­mien­to social y epi­de­mio­ló­gi­co. Gra­cias a la cola­bo­ra­ción de Chi­na, Rusia, Cuba, somos los pri­me­ros en Amé­ri­ca Lati­na en la can­ti­dad de hiso­pos fabri­ca­dos, más de un millón. Mien­tras que otros jefes de esta­do, antes de tomar medi­das y enviar per­so­nas a los cen­tros de salud, espe­ra­ron a ver los efec­tos de covid-19, de inme­dia­to envia­mos un ejér­ci­to de batas blan­cas a las comu­ni­da­des para lle­var a cabo prue­bas rápi­das e inves­ti­ga­cio­nes de salud. De esta mane­ra, hemos abor­da­do con éxi­to la pan­de­mia. No tenía­mos expe­rien­cia, pero podía­mos con­tar con el poder popu­lar orga­ni­za­do que acom­pa­ña­ba a los tra­ba­ja­do­res de la salud para lle­var a cabo las prue­bas casa por casa, en las comu­ni­da­des, en los mer­ca­dos, en las tien­das. Por otro lado, la Colom­bia de Ivan Duke, con la que com­par­ti­mos 164 km de fron­te­ra de un total de 2.500, hoy lle­ga a 100.000 infec­ta­dos, y des­afor­tu­na­da­men­te repre­sen­ta el pri­mer ries­go de pro­pa­ga­ción del virus por noso­tros. El 86% de los infec­ta­dos en Vene­zue­la son casos impor­ta­dos de Colom­bia. Por lo tan­to, somos muy cui­da­do­sos y exi­gen­tes para evi­tar que la pan­de­mia se pro­pa­gue en nues­tro país. El esta­do Táchi­ra repre­sen­ta un muro de con­ten­ción. En este momen­to, 4.844 per­so­nas están en cua­ren­te­na. Des­pués de 17 días de moni­to­reo, duran­te los cua­les reci­ben aten­ción com­ple­ta en tér­mi­nos de nutri­ción y asis­ten­cia, inclu­so psi­co­ló­gi­ca, pue­den irse a casa. Has­ta aho­ra 36.404 han sido cura­dos. Para los migran­tes que han que­ri­do vol­ver a casa, hemos orga­ni­za­do más de 1.000 via­jes por tie­rra y 86 via­jes aéreos. Hemos ins­ta­la­do 4.800 Pun­tos de Aten­ción Inte­gral (PASI).

¿Cuál es la acti­tud del gobierno colombiano?

Has­ta hace poco, no tenía­mos rela­ción. Tra­ta­ron a nues­tros migran­tes como bes­tias, arro­ján­do­los por cami­nos irre­gu­la­res. Enton­ces, el pre­si­den­te Madu­ro me auto­ri­zó a con­tac­tar a las auto­ri­da­des colom­bia­nas. Por razo­nes huma­ni­ta­rias, me reu­ní con las auto­ri­da­des migra­to­rias y de salud, la últi­ma vez el sába­do pasa­do. Duke sigue la mis­ma línea que Bol­so­na­ro, por lo tan­to de Trump, pero no todos están de acuer­do. Exis­te cier­ta resis­ten­cia, por ejem­plo, de la alcal­de­sa de Bogo­tá, que está hacien­do un gran esfuer­zo, en Cali tam­bién y tam­bién en el nor­te de San­tan­der, en el otro lado de la fron­te­ra, tie­nen una posi­ción intere­san­te, y con ellos me e reu­ni­dos. Todos emi­ten decre­tos espe­cia­les que con­tra­di­cen la línea del gobierno cen­tral para pre­ser­var vidas. Hemos pedi­do más con­trol para que el puen­te inter­na­cio­nal sea la úni­ca entra­da esta­ble­ci­da para el con­trol anti-covid.

¿Como fun­cio­na?

Está abier­to de lunes a vier­nes, por­que los fines de sema­na desin­fec­ta­mos toda la logís­ti­ca y repos­ta­mos. En pro­me­dio, lle­gan de 350 a 1.800 per­so­nas en una sema­na. De los que acep­ta­mos, al menos 2.000 esta­ban des­nu­tri­dos. Entre los que regre­san de Perú, Colom­bia, Ecua­dor, muchos pade­cen enfer­me­da­des gra­ves como la tubercu­losis o las enfer­me­da­des vené­reas. Habían pen­sa­do en encon­trar el paraí­so en esos paí­ses, en cam­bio vie­ron explo­ta­ción en su pro­pia piel, tra­ba­jan­do 18 horas al día por un sala­rio insig­ni­fi­can­te, la fal­ta de vivien­da, muchos dor­mían en la calle, el racis­mo. Dar­les la bien­ve­ni­da es un gran com­pro­mi­so para noso­tros, pero el pre­si­den­te Madu­ro ha deci­di­do reci­bir a todos los vene­zo­la­nos que regre­sen a su país, sin dis­tin­ción. Y esta­mos orgu­llo­sos de esta acción huma­ni­ta­ria de soli­da­ri­dad. A pesar de las difi­cul­ta­des de nues­tro sis­te­ma de salud, debi­do a la gue­rra eco­nó­mi­ca, la asis­ten­cia es gra­tui­ta, al igual que todas las prue­bas de pre­ven­ción y tra­ta­mien­to para covid-19. En Colom­bia, un pri­mer examen cues­ta $ 80, una prue­ba de PCR entre $ 200 y $ 400, y el tra­ta­mien­to com­ple­to se paga has­ta $ 120.000. En Vene­zue­la no se paga nada. Por esto, nues­tros com­pa­trio­tas com­pi­ten para regre­sar en masa. Esto, sin embar­go, los medios no lo dicen ni lo mues­tran como lo hicie­ron, espe­cu­lan­do, en los exten­sos repor­ta­ges en los que «docu­men­ta­ron» mul­ti­tu­des de per­so­nas que huían de la «dic­ta­du­ra». Guar­dan silen­cio por­que se verían obli­ga­dos a admi­tir que, a pesar de la gue­rra eco­nó­mi­ca, el nues­tro es un mode­lo que funciona.

En estos días, tu hicis­te cir­cu­lar un video en el que se pue­de ver un tele­fé­ri­co arte­sa­nal para el trá­fi­co ile­gal de per­so­nas y mer­can­cías. ¿Cuál es la situa­ción de la segu­ri­dad en la fron­te­ra? ¿Es cier­to que hay tro­pas esta­dou­ni­den­ses que pue­den acom­pa­ñar una inva­sión arma­da de Venezuela?

En el sec­tor lla­ma­do La Esca­le­ra, a 15 metros de Colom­bia, des­cu­bri­mos y des­trui­mos una espe­cie de tele­fé­ri­co bina­cio­nal irre­gu­lar cons­trui­do por gru­pos cri­mi­na­les para hacer pasar la fron­te­ra ile­gal­men­te a cam­bio de dine­ro. Esta­mos cons­tan­te­men­te luchan­do con­tra el cri­men orga­ni­za­do y las pan­di­llas para­mi­li­ta­res, pro­te­gi­das por el ejér­ci­to y la poli­cía colom­bia­nos, en una doble bata­lla para defen­der tan­to la sobe­ra­nía nacio­nal como la salud. Duke auto­ri­zó el des­plie­gue de otros 180 ase­so­res de alto nivel esta­dou­ni­den­ses e israe­líes en la gue­rra no con­ven­cio­nal. Hacen pro­vo­ca­cio­nes acer­can­do­se mucho a nues­tra fron­te­ra. Hay una con­fluen­cia de fuer­zas oscu­ras para derro­car al gobierno de Madu­ro, pero esto no nos qui­ta el sue­ño. Tene­mos más de 7.000 hom­bres y muje­res des­ple­ga­dos en varios pun­tos de con­trol a lo lar­go de la fron­te­ra en per­fec­ta unión cívi­co-mili­tar y poli­cial. Esta­mos equi­pa­dos con herra­mien­tas de alta tec­no­lo­gía, tene­mos 3 millo­nes de mili­cia­nos y mili­cia­nas. Sabe­mos que Colom­bia se ve a sí mis­ma como otro pro­tec­to­ra­do esta­dou­ni­den­se, pero tene­mos nues­tro pro­pio plan. No que­re­mos la gue­rra, pero sabe­mos cómo defen­der­nos, por­que esta­mos deci­di­dos a per­ma­ne­cer libres. Inclu­so de la vie­ja Europa.

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