Inter­na­cio­nal. USA, OTAN, Y UE, tibu­ro­nes che luchan por el mis­mo boca­do: la liber­tad de los pue­blos de las armas del capital

Por Geral­di­na Colot­ti, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 20 junio 2020.-

Al momen­to de escri­bir este artícu­lo, está en mar­cha el pri­mer día de la reu­nión vir­tual de minis­tros de defen­sa de la OTAN, duran­te el cual se dis­cu­tió el tema de la «pre­sen­cia de las fuer­zas esta­dou­ni­den­ses en Euro­pa» des­pués del anun­cio de Donald Trump de que que­ría redu­cir de más del 25% la pre­sen­cia de tro­pas esta­cio­na­das en Alemania.

La noti­cia fue lan­za­da el 5 de junio por el Wall Street Jour­nal y se difun­dió inter­na­cio­nal­men­te, cau­san­do dis­cu­sio­nes y acla­ra­cio­nes, en el con­tex­to de las ten­sio­nes diplo­má­ti­cas entre las admi­nis­tra­cio­nes nor­te­ame­ri­ca­na y ale­ma­na. Aho­ra el anun­cio es con­fir­ma­do por el Secre­ta­rio de Defen­sa, Mark Tho­mas Esper: 9.500 tro­pas serán reti­ra­das en sep­tiem­bre, dejan­do en el país euro­peo, el más impor­tan­te en la euro­zo­na, 25.000 soldados.

El secre­ta­rio gene­ral de la OTAN, Jens Stol­ten­berg, ya había anti­ci­pa­do que la deci­sión se refe­ría al mar­co de los acuer­dos bila­te­ra­les y no debe con­fun­dir­se con el com­pro­mi­so mili­tar en la OTAN, que de hecho podría incre­men­tar­se, como está suce­dien­do real­men­te. La posi­ble reduc­ción de tro­pas, cuyos tér­mi­nos se espe­ci­fi­ca­rán en una reu­nión bila­te­ral, se com­pen­sa­rá con un for­ta­le­ci­mien­to de la pre­sen­cia mili­tar en Polonia.

De hecho, la Casa Blan­ca ha anun­cia­do que la pró­xi­ma sema­na, a pesar de la pan­de­mia, reci­bi­rá al pre­si­den­te pola­co y es pro­ba­ble que el acep­ta­rá una plan­ta de ener­gía nuclear. Por otro lado, unas horas des­pués de la publi­ca­ción de la noti­cia, comen­za­ron las manio­bras de Bal­tops 2020, los ejer­ci­cios nava­les más impor­tan­tes en el Mar Bál­ti­co que vie­ron, has­ta el 16 de junio, la pre­sen­cia de fuer­zas aéreas y nava­les de 19 paí­ses de la OTAN.

En cual­quier caso, seña­ló Stol­ten­berg, la pre­sen­cia mili­tar de Esta­dos Uni­dos y Cana­dá en los paí­ses euro­peos «toma diver­sas for­mas», espe­cial­men­te en los Esta­dos bál­ti­cos y Espa­ña, don­de se encuen­tra la base de Rota. Una pre­sen­cia que no se limi­ta, por lo tan­to, solo a Ale­ma­nia, don­de se han ins­ta­la­do tro­pas esta­dou­ni­den­ses des­de el final de la Segun­da Gue­rra Mun­dial: ini­cial­men­te, esta­ban allí para evi­tar un nue­vo ini­cio del nazis­mo, lue­go cum­plie­ron la tarea como fuer­zas anti­so­vié­ti­cas, den­tro de la «gue­rra con­tra el comu­nis­mo» del siglo pasado.

Que los sol­da­dos esta­dou­ni­den­ses en Ale­ma­nia dis­mi­nu­yan de un núme­ro de 34.500 a 25.000, es poca cosa, dada la pre­sen­cia de los Esta­dos Uni­dos en toda Euro­pa, y par­ti­cu­lar­men­te en Ale­ma­nia e Ita­lia. La indus­tria de la gue­rra es un ele­men­to estruc­tu­ral y domi­nan­te en todos los paí­ses capi­ta­lis­tas, y no cono­ce crisis.

El prin­ci­pal efec­to de este anun­cio, que tenía como obje­ti­vo pre­sio­nar al prin­ci­pal país de la euro­zo­na, fue de hecho con­cluir nue­vos acuer­dos comer­cia­les para la ven­ta de armas a Euro­pa, como Patriot y SAMP/​T, avio­nes de com­ba­te de quin­ta gene­ra­ción, y accio­nar para que estos gas­tos, que aumen­tan con­si­de­ra­ble­men­te cada año, siguen hacien­do­lo más en la post pandemia.

El gas­to mili­tar rela­cio­na­do con la OTAN tam­bién con­cier­ne a aque­llos para la «segu­ri­dad inter­na», por la socie­dad de con­trol que pro­me­te una mayor ace­le­ra­ción fren­te a una cri­sis eco­nó­mi­ca de pro­por­cio­nes gigan­tes­cas, que pesa sobre los sec­to­res popu­la­res, empu­ján­do­los a luchar. Como motor glo­bal del com­ple­jo mili­tar-indus­trial, la OTAN está lejos de ser una empre­sa pasi­va para los Esta­dos Unidos.

Ale­ma­nia es el prin­ci­pal con­tri­bu­yen­te. Ita­lia lo sigue. Este año, a pesar del desas­tre des­ta­ca­do por el coro­na­vi­rus por ele­gir com­prar armas y redu­cir camas, Ita­lia pre­su­pues­ta­rá unos 26.3 mil millo­nes en gas­tos mili­ta­res, mil millo­nes y medio más que el año anterior.

Ade­más de los F‑35, que cos­ta­ron 15 mil millo­nes de euros, la Mari­na com­pró dos sub­ma­ri­nos de 1.3 mil millo­nes de euros, cons­trui­dos por Fin­can­tie­ri, gana­dor de la lici­ta­ción de fra­ga­tas des­ti­na­das a la Mari­na de los EE. UU. Y lue­go están los sie­te mil millo­nes de euros asig­na­dos por el Minis­te­rio de Defen­sa para la cons­truc­ción de otros arma­men­tos bajo una espe­cí­fi­ca ley, y lue­go otros 1.3 mil millo­nes de euros por año para las 36 misio­nes mili­ta­res en el extranjero.

Se esti­ma que las bases de rele­van­cia nor­te­ame­ri­ca­na en Ita­lia son más de 100, sin men­cio­nar las secre­tas. La eco­no­mía de regio­nes ente­ras está deter­mi­na­da por la pre­sen­cia de bases mili­ta­res y polí­go­nos, que cau­san daños a las per­so­nas y al medio ambien­te tam­bién debi­do a el uso de sus­tan­cias tóxi­cas uti­li­za­das en expe­ri­men­tos militares.

Toda la red está, direc­ta o indi­rec­ta­men­te, subor­di­na­da al Pen­tá­gono, ya que está orga­ni­za­da den­tro del «Área de Res­pon­sa­bi­li­dad» del Coman­do Euro­peo de los Esta­dos Uni­dos, diri­gi­da por un gene­ral nor­te­ame­ri­cano que es, al mis­mo tiem­po, el Coman­dan­te Supre­mo Alia­do en Euro­pa. Es una de las seis estruc­tu­ras uni­fi­ca­das con las que Esta­dos Uni­dos con­tro­la terri­to­rios en la mayor par­te del mundo.

Según inves­ti­ga­cio­nes con­fia­bles, hay alre­de­dor de cin­cuen­ta oji­vas nuclea­res en Italia.

«Nues­tra posi­ción es sóli­da, en el pac­to Atlán­ti­co, en la OTAN y con nues­tros socios his­tó­ri­cos», dijo la sena­do­ra de M5S Pao­la Taver­na sobre las noti­cias fal­sas de la supues­ta finan­cia­ción de Chá­vez para el Movi­mien­to 5 Estre­llas. Posi­cio­nes que son cual­quier cosa menos «anti­ca­pi­ta­lis­tas», y cons­ti­tu­yen una prue­ba más de la men­ti­ra orques­ta­da con­tra la revo­lu­ción boli­va­ria­na y de las que habla­mos en estas páginas.

La noti­cia de la reti­ra­da de las tro­pas de Ale­ma­nia se había difun­di­do en una atmós­fe­ra ten­sa, lo que resul­tó des­pués de que la can­ci­ller ale­ma­na, Ange­la Mer­kel, se nega­ra a via­jar a Esta­dos Uni­dos para asis­tir a la reu­nión del G7 pen­sa­da para el final de junio. La reu­nión hubo una pre­pa­ra­ción tor­men­to­sa, en medio de una pan­de­mia de coro­na­vi­rus. El secre­ta­rio de Esta­do Mike Pom­peo había pre­sio­na­do para que se apro­ba­ra la defi­ni­ción del «virus Wuhan», sin lle­gar a un consenso.

Por lo tan­to, se pen­só que Trump había per­di­do inte­rés en la reu­nión pero, a prin­ci­pios de junio, relan­zó la cum­bre, evi­den­te­men­te para difun­dir el men­sa­je de que la cri­sis del coro­na­vi­rus había ter­mi­na­do y que Esta­dos Uni­dos pudo revi­vir el eco­no­mia inter­na­cio­nal. Excep­to que, en ese momen­to, Mer­kel había recha­za­do la invi­ta­ción, ofi­cial­men­te por razo­nes de salud, pero deján­do fil­trar que no tenía inte­rés en asis­tir a una reu­nión impro­vi­sa­da para dar valor a Trump que, ante­rior­men­te, no había mos­tra­do un res­pe­to par­ti­cu­lar por la vie­ja Euro­pa: en sus­pen­der vue­los de esta­dos euro­peos sin pre­vio avi­so, tra­tan­do de com­prar una com­pa­ñía ale­ma­na pró­xi­ma para pro­du­cir una vacu­na Covid-19 y lue­go gol­pean­do a la OTAN.

Por lo tan­to, Trump anun­ció de inme­dia­to que tenía la inten­ción de hacer uso de la pre­rro­ga­ti­va per­mi­ti­da al país orga­ni­za­dor para invi­tar a Rusia, Aus­tra­lia, Corea del Sur e India y pos­pu­so la cum­bre, que ten­drá lugar en Camp David y no en su Dora Golf Club como ini­cial­men­te ven­ti­la­do, y en sep­tiem­bre. «Los ale­ma­nes son delin­cuen­tes, Trump había dicho a los repor­te­ros de la Casa Blan­ca, han sido delin­cuen­tes duran­te años, le deben miles de millo­nes a la OTAN y pue­den pagarlos».

Una decla­ra­ción de que Stol­ten­berg ha evi­ta­do comen­tar. Sin embar­go, se acor­dó con Trump que los paí­ses euro­peos de la Alian­za Atlán­ti­ca deben res­pe­tar el com­pro­mi­so de apo­yar un gas­to mili­tar equi­va­len­te al 2% de su PIB para 2024. Y si 8 de ellos han cum­pli­do el acuer­do, y otros han alcan­za­do, muchos toda­vía están lejos del obje­ti­vo. Un com­pro­mi­so hecho en 2014, antes de la lle­ga­da de Trump a la Casa Blanca.

Trump ya había agi­ta­do el tema en la cam­pa­ña elec­to­ral, en 2016, y lue­go lo había abor­da­do en varias oca­sio­nes, a pesar de las opi­nio­nes con­tra­rias encon­tra­das tan­to en el cam­po de los demó­cra­tas como en el de los repu­bli­ca­nos a los que per­te­ne­ce. Inme­dia­ta­men­te des­pués del ase­si­na­to del gene­ral ira­ní Qasem Solei­ma­ni, pro­pu­so exten­der la OTAN al Medio Orien­te, nue­va­men­te para amor­ti­zar los costos.

Mien­tras tan­to, en los paí­ses pro-atlán­ti­cos, los perio­dis­tas se han apre­su­ra­do a expli­car que todos aque­llos esta­dos en los que la OTAN desem­pe­ña un papel pre­do­mi­nan­te, espe­cial­men­te los esta­dos bál­ti­cos, con­si­de­ran que una des­in­ver­sión de los Esta­dos Uni­dos de la Alian­za Atlán­ti­ca pro­du­ci­ría un «esce­na­rio tri­po­lar» «: Con una Euro­pa fuer­te pero mili­tar­men­te debi­li­ta­da, Esta­dos Uni­dos más ais­la­do y Rusia cla­ra­men­te por delante.

Rusia tam­bién estu­vo en el cen­tro de la con­fe­ren­cia vir­tual de la Alian­za Atlán­ti­ca: «Hoy nos diri­gi­mos al gran y cre­cien­te arse­nal ruso de misi­les de pro­pul­sión nuclear y sus impli­ca­cio­nes para la segu­ri­dad de la OTAN», dijo Stol­ten­berg al final del pri­mer día de la reu­nión vir­tual. «El com­por­ta­mien­to de Rusia es des­es­ta­bi­li­za­dor y peli­gro­so», agre­gó al anun­ciar «el for­ta­le­ci­mien­to de nues­tra defen­sa aérea y anti­mi­si­les inte­gra­da»; pero afir­mó que «no se des­ple­ga­rán nue­vos misi­les nuclea­res terres­tres en Europa».

Y el 6 de julio, ten­drá lugar una con­fe­ren­cia de paí­ses que par­ti­ci­pan en el Tra­ta­do de Cie­los Abier­tos, dedi­ca­da a las inten­cio­nes de los Esta­dos Uni­dos de aban­do­nar el acuer­do: el Minis­te­rio de Rela­cio­nes Exte­rio­res de Rusia, Ser­gei Lavrov, lo comu­ni­có. El 21 de mayo, Trump anun­ció la reti­ra­da de los Esta­dos Uni­dos del pac­to, que se espe­ra ten­ga lugar en noviembre.

Washing­ton acu­sa a Mos­cú de vio­lar el acuer­do fir­ma­do en 1992 y en vigor des­de 2002, que per­mi­te a los 34 esta­dos sig­na­ta­rios, inclui­dos Esta­dos Uni­dos y Rusia, rea­li­zar vue­los de obser­va­ción en el terri­to­rio de otros paí­ses para obte­ner imá­ge­nes aéreas de equi­pos y estruc­tu­ras mili­ta­res y ase­gú­re­se de que no haya ata­ques en preparación.

Sería el ter­cer tra­ta­do aban­do­na­do por Trump des­pués del de la ener­gía nuclear ira­ní (20218) y des­pués el de misi­les terres­tres de mediano alcan­ce, aban­do­na­do en 2019. La diplo­ma­cia de la OTAN está tra­tan­do de hacer retro­ce­der a Trump, aún más des­pués de las ame­na­zas de aban­do­nar inclu­so la Alian­za Atlan­ti­ca, a cuyos gas­tos mili­ta­res los Esta­dos Uni­dos con­tri­bu­yen con el 70%.

De hecho, en los 71 años de exis­ten­cia de la OTAN, Trump es el pri­mer pre­si­den­te de EE. UU. que no se cali­fi­ca como un líder fuer­te de la Alian­za Atlán­ti­ca, y esto no agra­da a los altos círcu­los mili­ta­res. Inclu­so si quie­re hacer un segui­mien­to de sus decla­ra­cio­nes beli­co­sas, colo­car­se en la incó­mo­da posi­ción de trai­cio­nar a sus alia­dos y con­tra­de­cir a la mayo­ría de la opi­nión públi­ca nor­te­ame­ri­ca­na, para aban­do­nar la OTAN toda­vía ten­dría que con­tar con el con­sen­ti­mien­to del Con­gre­so, com­pues­to por el Sena­do y la Cáma­ra de Representantes.

Lo más pro­ba­ble es que, unos meses antes de las elec­cio­nes pre­si­den­cia­les, inten­te obte­ner algu­nos resul­ta­dos: al pre­sio­nar las teclas que lo hicie­ron ganar las pri­me­ras elec­cio­nes, entre decla­ra­cio­nes rim­bom­ban­tes y beli­ge­ran­tes, y pro­me­sas de poner a «Esta­dos Uni­dos pri­me­ro», y tal vez bus­can­do con­sen­so entre aque­llos que no acep­tan las misio­nes en el extranjero.

La ges­tión del coro­na­vi­rus tam­bién ha crea­do un des­con­ten­to indu­da­ble en las Fuer­zas Arma­das, espe­cial­men­te en la Mari­na, como lo mues­tra la his­to­ria del por­ta­avio­nes Theo­do­re Roo­se­velt, quien per­ma­ne­ció en cua­ren­te­na duran­te dos meses, y cuyo capi­tán Brett Cro­zier fue tor­pe­dea­do por tra­tar de pro­te­ger a los mari­ne­ros del Covid-19.

Esta­dos Uni­dos es un país que per­mi­te que los locos con una bille­te­ra hin­cha­da se con­vier­tan en pre­si­den­tes, pero lue­go el apa­ra­to se pro­te­ge a sí mis­mo cuan­do ve en peli­gro gran­des intere­ses con­so­li­da­dos. La cre­di­bi­li­dad de Trump no solo se ve desa­fia­da por las pro­tes­tas des­pués del ase­si­na­to de Geor­ge Floyd, sino tam­bién en los nive­les supe­rio­res del establecimiento.

Jef­frey Gor­don, por­ta­voz del Pen­tá­gono de 2005 a 2009 y con­si­de­ra­do uno de los pocos que cono­ce la diná­mi­ca den­tro del gobierno de Esta­dos Uni­dos, habló de las ten­sio­nes que esta­lla­ron en la esfe­ra de la segu­ri­dad. Cree posi­ble que «los altos ran­gos del Pen­tá­gono, como el Secre­ta­rio Esper, pudie­ran ser des­pe­di­dos o renun­ciar», y que Trump «nun­ca recor­ta­rá fon­dos para la segu­ri­dad interna».

Mien­tras tan­to, 9 meses des­pués de su des­pi­do, el ex ase­sor de segu­ri­dad nacio­nal, John Bol­ton, ha publi­ca­do un libro titu­la­do “The Room Whe­re it Hap­pe­ned: A Whi­te Hou­se Memoir”, cuyos anti­ci­pa­cio­nes ya han cau­sa­do un terre­mo­to. El retra­to emer­gen­te de Trump es des­pia­da­do: igno­ran­te, fal­so y dis­pues­to a hacer cual­quier cosa para ganar las elec­cio­nes. Tam­bién dis­pues­to a pro­me­ter al pre­si­den­te chino ven­ta­jas eco­nó­mi­cas a cam­bio de apo­yo electoral.

Bol­ton afir­ma que Trump lle­gó a un paso de rom­per el tra­ta­do con la OTAN. En cuan­to a Vene­zue­la, Trump lo con­si­de­ra un pro­tec­to­ra­do que sería «cool» some­ter. «Es una demos­tra­ción de lo que hemos pasa­do y de lo que debe­mos enfren­tar», comen­ta­ron tan­to el pre­si­den­te Nico­lás Madu­ro como Dios­da­do Cabe­llo. Trump cali­fi­có a su ex ase­sor como un «vie­jo belicista».

De los Esta­dos Uni­dos a Euro­pa, una lucha entre tibu­ro­nes por el mis­mo boca­do: la liber­tad de los pue­blos de las armas del capital.

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