Argen­ti­na. Vicen­tin, la his­to­ria de la empre­sa y del saqueo /​Clau­dio Lozano reve­ló que la empre­sa trian­gu­ló la mayor par­te de la deu­da que tomó

Por Dar­do Cas­tro /​Tiempo Argen­tino /​Resumen Lati­no­ame­ri­cano, 17 de Junio de 2020 

La empre­sa crea­da por dos her­ma­nos como almacén
de ven­ta de ramos gene­ra­les ter­mi­nó repi­tien­do el esque­ma depredador
del capi­ta­lis­mo especulativo. 

La Fran­ja del Sahel, cono­ci­da como “el cin­tu­rón del
ham­bre”, es una región del con­ti­nen­te afri­cano de unos 4.000.000 de km²
que abar­ca el sur de Mau­ri­ta­nia, Sene­gal, Malí, Bur­ki­na Faso, Níger,
nor­te de Nige­ria, Came­rún, Chad, Sudán y Eri­trea. En el Sahel mueren
anual­men­te millo­nes de seres huma­nos por la esca­sez de ali­men­tos, cifras
que se mul­ti­pli­can has­ta el horror en los años de sequía. Entre 1968 y
1972 la mor­tan­dad fue enor­me a cau­sa de lo que se con­si­de­ró la peor
sequía del siglo XX, que alcan­zó a la India y al nor­te de Bra­sil. La
cri­sis ali­men­ta­ria fue tal que la FAO (Orga­ni­za­ción para la Alimentación
y la Agri­cul­tu­ra) lla­mó en 1974 a una con­fe­ren­cia en Roma para buscar
res­pues­tas al fla­ge­lo. Con­vo­có enton­ces al meteo­ró­lo­go argen­tino Rolando
Gar­cía, un cien­tí­fi­co inter­dis­ci­pli­na­rio de pres­ti­gio internacional,
para que estu­die los fac­to­res cli­má­ti­cos que pro­du­je­ron una sequía de
tal dura­ción y mag­ni­tud, ana­li­ce las posi­bi­li­da­des de que se repi­ta y si
era posi­ble preverla.

Rolan­do Gar­cía, que había sido decano de la Facul­tad de Cien­cias Exac­tas de la UBA
y emi­gró en 1966, des­pués de la Noche de los Bas­to­nes Lar­gos del
dic­ta­dor Juan Car­los Onga­nía, abor­dó el encar­go de la FAO con un equipo
inter­dis­ci­pli­na­rio que estu­dió el con­tex­to de todas las sequías del
siglo en esa región. Des­cu­brió que, des­de el pun­to de vis­ta climático,
la del 68 no había sido mucho peor que otras, y que, más que el clima,
lo que había cam­bia­do drás­ti­ca­men­te des­pués de la colo­ni­za­ción francesa
era la situa­ción polí­ti­ca, eco­nó­mi­ca y social. Así, el floreciente
comer­cio regio­nal en el Saha­ra había sido des­pla­za­do por la canalización
de la pro­duc­ción agrí­co­la y mine­ra hacia el puer­to de Dakar, y de ahí a
las poten­cias colo­nia­les euro­peas. Ese sis­te­ma lle­gó para quedarse
inclu­so des­pués de la inde­pen­den­cia de las colo­nias afri­ca­nas. La
con­clu­sión de la inves­ti­ga­ción fue que la esca­sez de ali­men­tos y las
terri­bles ham­bru­nas no eran cau­sa­das solo por las sequías, que pre­vio a
la colo­ni­za­ción las tri­bus con­tra­rres­ta­ban migran­do de una zona a otra
según las esta­cio­nes, sino que las cri­sis ali­men­ta­rias eran pro­duc­to de
la inter­ac­ción del sue­lo, el cli­ma, la tec­no­lo­gía, las formaciones
socia­les que los explo­tan, el sis­te­ma polí­ti­co que regu­la los procesos
pro­duc­ti­vos y los sis­te­mas eco­nó­mi­cos en que están inser­tos esos
fac­to­res. Rolan­do Gar­cía resu­mió su diag­nós­ti­co en una fra­se que ha sido
recor­da­da en estos días de pan­de­mia: “La cau­sa de la ham­bru­na no era la
sequía sino la vul­ne­ra­bi­li­dad del sistema”.

La sobe­ra­nía alimentaria

Años des­pués sur­gi­ría el con­cep­to de sobe­ra­nía ali­men­ta­ria, de
estre­cha rela­ción con el infor­me Sahel, que fue incor­po­ra­do por la
orga­ni­za­ción Vía Cam­pe­si­na en la Cum­bre Mun­dial de la Alimentación
con­vo­ca­da por la FAO en Roma en 1996. La pro­pues­ta abar­ca un con­jun­to de
polí­ti­cas refe­ri­das “no sólo a loca­li­zar el con­trol de la pro­duc­ción y
de los mer­ca­dos sino tam­bién a pro­mo­ver el dere­cho a la ali­men­ta­ción, el
acce­so y el con­trol de los pue­blos a la tie­rra, el agua, y los recursos
gené­ti­cos, y a la pro­mo­ción de un uso ambien­tal­men­te sos­te­ni­ble de la
pro­duc­ción”. La sobe­ra­nía ali­men­ta­ria ha cobra­do en estos días una
repen­ti­na reso­nan­cia, con adhe­sio­nes y recha­zos apa­sio­na­dos, cre­ci­da al
ampa­ro del pro­yec­to de expro­pia­ción del con­glo­me­ra­do agrí­co­la e
indus­trial Vicen­tin, que el gobierno del Fren­te de Todos some­te­rá al
Con­gre­so. Aun­que la sobe­ra­nía ali­men­ta­ria es una pro­pues­ta estratégica
que, en su inte­gri­dad, solo es rea­li­za­ble en el mar­co de cambios
fun­da­men­ta­les en la pro­pie­dad y el uso de los recur­sos natu­ra­les, como
la tie­rra y el agua, su sola men­ción vin­cu­la­da a la cri­sis eco­nó­mi­ca de
Vicen­tin cau­sa espan­to entre quie­nes ven en ella una ola de
expro­pia­cio­nes en mar­cha, espan­ta­jo ali­men­ta­do por los gran­des medios de
pren­sa, prin­ci­pal­men­te La Nación y Cla­rín, que cons­ti­tu­yen el aparato
de agi­ta­ción y pro­pa­gan­da de las cáma­ras patro­na­les, el establisment 
finan­cie­ro extran­je­ri­za­do y la dere­cha política. 

En rigor, lo que se teme es que, con un lugar domi­nan­te en un clúster
agrí­co­la del por­te y la impor­tan­cia de Vicen­tin, el Esta­do ejer­za un
impor­tan­te gra­do de con­trol sobre el sec­tor más rele­van­te de la economía
nacio­nal en tér­mi­nos de tec­no­lo­gía, pro­duc­ción y expor­ta­ción, has­ta hoy
bajo com­ple­to domi­nio de un puña­do de empre­sas mayoritariamente
extran­je­ras que domi­nan el comer­cio agrí­co­la mun­dial. La opa­ci­dad de sus
nego­cios es ya una tra­di­ción des­de los pri­me­ros fri­go­rí­fi­cos ingleses
que expor­ta­ban car­nes enfria­das a fines del siglo XVIII. El con­trol de
la cade­na agrí­co­la les per­mi­te mani­pu­lar a su anto­jo los precios
inter­nos de los ali­men­tos, la inter­ven­ción hos­til y la espe­cu­la­ción en
el mer­ca­do de cam­bios y, sobre todo, la eva­sión fis­cal y la san­gría que
es la fuga de divi­sas a los paraí­sos fis­ca­les. El sec­tor hege­mó­ni­co de
la agro­in­dus­tria no esca­pa sino que es par­te fun­da­men­tal de la
carac­te­rís­ti­ca prin­ci­pal del capi­ta­lis­mo argen­tino inte­gra­do al circuito
finan­cie­ro mun­dial: la rapi­ña y la depre­da­ción sis­te­má­ti­ca del
exce­den­te eco­nó­mi­co que devie­ne del tra­ba­jo y la pro­duc­ción nacional.
Son ver­da­de­ras mafias, cuyos méto­dos, con ser dis­tin­tos a los de los
car­te­les que mues­tran las series tele­vi­si­vas, tie­nen con­se­cuen­cias aún
más dañi­nas para socie­da­des y paí­ses. En estos días, algu­nos medios
reve­la­ron que Ser­gio Nar­de­lli, el CEO de Vicen­tin que se entre­vis­tó con
Alber­to Fer­nán­dez, pidió que no inves­ti­guen judi­cial­men­te a las familias
Padoán y la suya. Los Nar­de­lli son los prin­ci­pa­les accio­nis­tas de la
empre­sa. “Cual­quier cosa menos ir en cana”, habría dicho el ejecutivo.

La com­pli­ci­dad del macrismo

La tra­yec­to­ria de Vicen­tin es ejem­plo de una finan­cia­ri­za­ción que
cul­mi­na en el frau­de y la esta­fa. Naci­da hace 90 años en la ciu­dad de
Ave­lla­ne­da, al nor­te de San­ta Fe, como un hones­to alma­cén de ramos
gene­ra­les de los her­ma­nos Vicen­tín, fue cre­cien­do has­ta lle­gar a ser la 
mayor pro­duc­to­ra de bio­die­sel del país y ubi­car­se entre los diez
prin­ci­pa­les expor­ta­do­res, con el quin­to lugar en el mer­ca­do de
olea­gi­no­sas y acei­tes. Sus nego­cios abar­can las pro­vin­cias de San­ta Fe,
Cór­do­ba y Bue­nos Aires. Se extien­den a Uru­guay y Para­guay. En esa larga
tra­yec­to­ria Vicen­tin tuvo hitos muy sig­ni­fi­ca­ti­vos, como los créditos
obte­ni­dos en tiem­pos de Vide­la y, en esa mis­ma épo­ca, la repre­sión con
cár­cel y tor­tu­ra a los repre­sen­tan­tes gre­mia­les de sus empre­sas, hasta
cul­mi­nar con la ínti­ma aso­cia­ción con el gobierno de Mau­ri­cio Macri,
cuan­do dio un sal­to expor­ta­dor que en 2019 alcan­zó 2,6 millo­nes de
tone­la­das de gra­nos y 1,4 millo­nes de tone­la­das de acei­tes. Los
gene­ro­sos apor­tes de Vicen­tin a las cam­pa­ñas elec­to­ra­les de Cambiemos
tuvie­ron un retorno fabu­lo­so, con prés­ta­mos del Ban­co Nación por 150
millo­nes de dóla­res, lo que ele­vó la deu­da con esa enti­dad a los
actua­les 300 millo­nes. Cuan­do el gru­po empre­sa­rio ya esta­ba en default y
Macri reco­gía sus per­te­nen­cias de la Casa Rosa­da, el pre­si­den­te del
Cen­tral, Javier Gon­zá­lez Fra­ga, le con­ce­dió 28 cré­di­tos por 90 millones
de dóla­res adi­cio­na­les, que nadie sabe dón­de fue­ron a parar porque
Vicen­tin no le pagó a nin­guno de los 2.600 acree­do­res, que son
pro­duc­to­res, aco­pia­do­res y coope­ra­ti­vas de la región, entre ellos 1.800
pro­vee­do­res de gra­nos, cuya cose­cha fue entre­ga­da y pro­ce­sa­da por la
empresa.

El pro­yec­to de expro­pia­ción para evi­tar su des­gua­ce y la ven­ta de sus
rubros más ren­ta­bles a algu­na de las gran­des com­pa­ñías internacionales
del sec­tor, des­per­tó la ira y la deses­pe­ra­ción de los grandes
cor­po­ra­cio­nes y sus agru­pa­cio­nes patro­na­les, como la Asociación
Empre­sa­ria Argen­ti­na (AEA) y el Foro de Con­ver­gen­cia Empre­sa­rial, que
han expre­sa­do su enér­gi­co recha­zo con los con­sa­bi­dos argu­men­tos de que
el pro­yec­to de expro­pia­ción atro­pe­lla la pro­pie­dad pri­va­da, la
Cons­ti­tu­ción y las leyes, vul­ne­ra la segu­ri­dad jurí­di­ca, espan­ta las
inver­sio­nes, inter­fie­re en el libre fun­cio­na­mien­to de los mer­ca­dos y
pone en ries­go la nego­cia­ción de la deu­da pública.

Inme­dia­ta­men­te, la dere­cha apro­ve­chó la moro­si­dad ofi­cial y su
timi­dez para expli­car la medi­da y arti­cu­lar las fuer­zas socia­les y
eco­nó­mi­cas favo­re­ci­das por una inter­ven­ción que evi­ta­ría el pagadiós
inmi­nen­te y segu­ro, y puso en mar­cha un ope­ra­ti­vo que inclu­yó los
cace­ro­leos en la CABA, Cór­do­ba y San­ta Fe, mag­ni­fi­ca­dos por la pren­sa al
igual que las pro­tes­tas y boci­na­zos en la ciu­dad de Avellaneda,
mien­tras las frac­cio­nes del PRO depo­nen sus riva­li­da­des para enfrentar
uni­dos al gobierno, al igual que los radi­ca­les de Jun­tos por el Cambio,
en píe de gue­rra para recha­zar en el Par­la­men­to el pro­yec­to de
expro­pia­ción. La resis­ten­cia inclu­ye, como es obvio, a La Nación y
Cla­rín, con algu­nos de sus ana­lis­tas, como Car­los Pag­ni, devenidos
corre­vei­di­les de la ira­cun­dia patro­nal, que se pre­gun­tan si una Vicentin
con par­ti­ci­pa­ción esta­tal e inte­gra­da por coope­ra­ti­vas y trabajadores
del sec­tor podrá pagar los sala­rios y las acreen­cias de los 2.600
pro­duc­to­res esta­fa­dos por la empresa.

Entre­tan­to, hay un gran sec­tor de la opi­nión públi­ca que, absor­bi­do por la catás­tro­fe de la pan­de­mia, no com­pren­de ni se pro­po­ne inda­gar las razo­nes de la expro­pia­ción, otro que la recha­za y un ter­ce­ro que la apo­ya y la salu­da como una ini­cia­ti­va que mar­ca­ría una nue­va eta­pa, cuyo signo sería el sanea­mien­to de la eco­no­mía nacio­nal en bus­ca de una mejor y más jus­ta dis­tri­bu­ción de la rique­za y el ingreso. 

Clau­dio Lozano reve­ló que Vicen­tin trian­gu­ló la mayor par­te de la deu­da que tomó

Los acree­do­res mayo­ri­ta­rios de la empre­sa son
otras fir­mas que per­te­ne­cen a los mis­mos due­ños. Así sur­ge de un nuevo
infor­me pre­sen­ta­do por el actual direc­tor del Ban­co Nación.

Por Gime­na Fuertes
– @gimenafuertes

17 de Junio de 2020

Los direc­ti­vos de Vicen­tín dre­na­ban fon­dos de sus
empre­sas a otras socie­da­des, tam­bién de su pro­pie­dad, en Para­guay y
Uru­guay, según des­cu­brió el actual direc­tor del Ban­co Nación, Claudio
Lozano. Son 5.428 millo­nes de pesos trian­gu­la­dos por los direc­ti­vos de
la empresa. 

En un infor­me ela­bo­ra­do por el fun­cio­na­rio, autor de la primera
denun­cia por irre­gu­la­ri­da­des en el otor­ga­mien­to de cré­di­tos a la
empre­sa, de acuer­do a lo que cons­ta en el Con­cur­so Vicen­tín le debe a
Vicen­tín unos 5.428 millo­nes de pesos. Resul­ta que Vicen­tín le debe a
Vicen­tín Para­guay 4.079 millo­nes, a Reno­va 1.346,4 millo­nes y 2,7
millo­nes de pesos a Dife­rol, todas empre­sas con­tro­la­das o vin­cu­la­das con
Vicentín. 

A su vez, la empre­sa le debe a sus pro­pios accio­nis­tas, unos
351 millo­nes pesos. Los accio­nis­tas más sig­ni­fi­ca­ti­vos que le recla­man a
la empre­sa más de 10 millo­nes de pesos cada uno son Olga Vicen­tín de
Rodrí­guez, Pedro Vicen­tín y Ser­gio Nar­de­lli. En con­cre­to hay 29
accio­nis­tas que con­cen­tran el grue­so de los 351 millo­nes de pesos y que
son Vicen­tín, Nar­de­lli, Padoan y sus res­pec­ti­vos fami­lia­res. PUBLICIDAD 

Esta infor­ma­ción sur­gió del con­cur­so de acree­do­res en el que se ana­li­za la com­po­si­ción de la deu­da suje­ta a con­cur­so preventivo.

Del total adeu­da­do 99.345,2 millo­nes de pesos, 37 entidades
finan­cie­ras con­cen­tran el mon­to mayo­ri­ta­rio, unos 63.962 millo­nes de
pesos, y 1.895 pro­duc­to­res tie­nen acreen­cias por 25.657 millo­nes de
pesos. 

Del infor­ma, tam­bién sur­ge que al hacer un pro­me­dio del
total de deu­da por acree­dor, cada acree­dor Vicen­tín le debe­ría 37,7
millo­nes de pesos. Sin embar­go, a las deno­mi­na­das Socie­da­des les debe en
pro­me­dio 1.809 millo­nes de pesos.

Para Lozano, “según tipo de acree­dor, el 64% está en manos de
enti­da­des finan­cie­ras, el 30% en pro­duc­to­res de gra­nos, el 5,5% en
Socie­da­des, art. 33, el 2,3% en Pro­duc­to­res de Bie­nes y Ser­vi­cios, el
1,7% en Ins­ti­tu­cio­nes Impo­si­ti­vas, y adua­ne­ras, y el 0,4% en
accionistas”. 

Itu­rria /​Fuen­te

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