Ries­go de cre­ci­mien­to del tra­ba­jo infan­til – La otra Andalucía

En el docu­men­to, publi­ca­do el vier­nes, el Día con­tra el Tra­ba­jo Infan­til, UNICEF y la OIT [Orga­ni­za­ción Inter­na­cio­nal del Tra­ba­jo] afir­man que los gru­pos de pobla­ción más vul­ne­ra­bles, “como los que tra­ba­jan en la eco­no­mía infor­mal y los tra­ba­ja­do­res y tra­ba­ja­do­res migran­tes »: son los que más sufri­rán por la rece­sión eco­nó­mi­ca, el aumen­to de la infor­ma­li­dad y el des­em­pleo, la caí­da de los nive­les de vida, los impac­tos en la salud y la insu­fi­cien­cia de los sis­te­mas de pro­tec­ción social, aler­tan­do sobre todo de la situa­ción educativa.

“Actual­men­te, el cie­rre tem­po­ral de las escue­las está afec­tan­do a más de mil millo­nes de estu­dian­tes en más de 130 paí­ses. Inclu­so cuan­do las cla­ses comien­zan de nue­vo, algu­nas fami­lias ya no pue­den per­mi­tir­se el lujo de que sus hijos e hijas regre­sen a la escue­la », enfa­ti­za el estudio.

De esta mane­ra, a nivel mun­dial, más niños pue­den ver­se obli­ga­dos a tra­ba­jar en “tra­ba­jos que los explo­tan y los ponen en peligro”.

Por otro lado, las des­igual­da­des de géne­ro pue­den ser más agu­das, y las niñas son par­ti­cu­lar­men­te vul­ne­ra­bles a la explo­ta­ción en la agri­cul­tu­ra y el tra­ba­jo domés­ti­co, según el informe.

En el docu­men­to, los dos orga­nis­mos recuer­dan que el tra­ba­jo infan­til se ha redu­ci­do en 94 millo­nes des­de el año 2000, pero lamen­tan que el resul­ta­do logra­do aho­ra esté amenazado.

“Muchos millo­nes de niños corren el ries­go de ser empu­ja­dos al tra­ba­jo infan­til como resul­ta­do de la cri­sis de covid-19, que podría con­du­cir a un aumen­to del tra­ba­jo infan­til por pri­me­ra vez des­pués de 20 años de pro­gre­so”, con­clu­ye el docu­men­to conjunto.

El infor­me “Covid-19 y el tra­ba­jo infan­til: en tiem­pos de cri­sis, es hora de actuar” indi­ca que los niños que ya fue­ron obli­ga­dos a tra­ba­jar corren el ries­go de tra­ba­jar más horas o en peo­res con­di­cio­nes y que muchos pue­den ver­se obli­ga­dos a lo peor for­mas de tra­ba­jo infan­til, “que cau­sa daños sig­ni­fi­ca­ti­vos a la salud y la seguridad”.

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