Vene­zue­la. Sus­pen­sión par­cial de la pla­ta­for­ma Zelle en el país: las ver­da­de­ras razones

Resu­men lati­no­ame­ri­cano, 8 de junio de 2020 

El pasa­do 5 de junio, usua­rios vene­zo­la­nos que uti­li­zan el ser­vi­cio de trans­fe­ren­cia en dóla­res Zelle noti­fi­ca­ron por las redes socia­les que su acce­so esta­ba restringido.

Zelle
es una pla­ta­for­ma digi­tal con la que se pue­den rea­li­zar transferencias
en mone­da extran­je­ra sin comi­sión e ins­tan­tá­neas. Para ello, las
per­so­nas invo­lu­cra­das deben tener una cuen­ta en divi­sas en bancos
esta­dou­ni­den­ses rela­cio­na­dos con la pla­ta­for­ma, como por ejem­plo Wells
Far­go o Bank Of Ame­ri­ca, entre otros.

Este
ser­vi­cio ha veni­do ganan­do terreno en Vene­zue­la des­de algún tiempo
pro­duc­to del ciclo infla­cio­na­rio que vive el país, sobre todo en los
estra­tos medios, don­de el uso de los bolí­va­res en bille­tes para las
com­pras coti­dia­nas ha sido des­pla­za­do progresivamente.

Wells Far­go emi­tió un comu­ni­ca­do públi­co y envió correos elec­tró­ni­cos a sus clien­tes afir­man­do que a par­tir del 26 de junio ya no podrán uti­li­zar esta pla­ta­for­ma. ¿Las razo­nes? A jui­cio de la enti­dad, la pla­ta­for­ma no está sien­do uti­li­za­da según los tér­mi­nos y condiciones.

Según la enti­dad, Zelle se había dise­ña­do como un medio de pago
y de trans­fe­ren­cias de peque­ños mon­tos entre per­so­nas cer­ca­nas. Pero su
uso en Vene­zue­la se ha ido masi­fi­can­do en diver­sas operaciones
coti­dia­nas, lo que ha sido inter­pre­ta­do por Wells Far­go como movimientos
sos­pe­cho­sos de acti­vi­da­des fraudulentas.

Es pro­ba­ble que la deci­sión de sus­pen­der el ser­vi­cio a sus clien­tes por par­te de Wells Far­go sea repli­ca­do por otras enti­da­des finan­cie­ras que son uti­li­za­das para inter­cam­biar divi­sas y rea­li­zar com­pras a tra­vés de la plataforma.

Algu­nas fir­mas de aná­li­sis esti­man que el 12% de las tran­sac­cio­nes en dóla­res en Vene­zue­la se rea­li­zan a tra­vés de Zelle. Y más allá de las ope­ra­cio­nes entre par­ti­cu­la­res, des­de hace más de un año esta pla­ta­for­ma vie­ne sien­do uti­li­za­da por comer­cios, tra­ba­ja­do­res inde­pen­dien­tes y por per­so­nas que reci­ben reme­sas des­de fami­lia­res en el extran­je­ro, debi­do a que la trans­fe­ren­cia es inme­dia­ta y no se cobra comisión.

Foto: El Diario 

Inclu­so
abun­dan los casos de las per­so­nas que uti­li­zan el ser­vi­cio a “prés­ta­mo”
del pro­pie­ta­rio ori­gi­nal de la cuen­ta con el pro­pó­si­to de cobrar algún
dine­ro, rea­li­zar una com­pra o cam­biar el dine­ro pro­ve­nien­te de las
remesas.

En
líneas gene­ra­les, la res­tric­ción de Wells Far­go repre­sen­ta un duro
gol­pe a la eco­no­mía fami­liar de un sec­tor impor­tan­te de la pobla­ción y
gene­ra un nue­vo obs­tácu­lo para el ingre­so de divi­sas que ali­men­tan el
gol­pea­do teji­do de la eco­no­mía vene­zo­la­na, pre­sio­nan­do la infla­ción por
vías indirectas.

La enti­dad alu­de a razo­nes téc­ni­cas al momen­to de tomar esta deci­sión “admi­nis­tra­ti­va”.

No
obs­tan­te, un bre­ve repa­so por la his­to­ria de Wells Far­go des­ca­rri­la sus
inten­tos de pre­sen­tar­se como una enti­dad decen­te fren­te al uso indebido
de los venezolanos.

El ban­co esta­dou­ni­den­se ha esta­do en el foco de varios escán­da­los finan­cie­ros en tiem­po reciente.

En 2016 se des­ve­ló una tra­ma de corrup­ción y fraude
que con­sis­tía en la aper­tu­ra de cuen­tas fal­sas a espal­das de los
clien­tes con el obje­ti­vo de cobrar comi­sio­nes y reci­bir otras
compensaciones.

En total, los emplea­dos y direc­ti­vos de Wells Far­go abrie­ron 1,5 millo­nes de cuen­tas fan­tas­mas. Esto se venía hacien­do des­de el año 2011, pero no fue has­ta 2016 que las auto­ri­da­des esta­dou­ni­den­ses actuaron.

La
situa­ción repre­sen­tó un escán­da­lo gigan­tes­co y mer­mó la cre­di­bi­li­dad de
la iden­ti­dad. Wells Far­go reci­bió del Buró de Pro­tec­ción Finan­cie­ra del
Con­su­mi­dor de Esta­dos Uni­dos (CFPB, por sus siglas en inglés) una multa
supe­rior a los 100 millo­nes de dóla­res y obli­gó la devo­lu­ción del
dine­ro a los clien­tes estafados.

El año pasa­do, Wells Far­go vol­vió a ser noti­cia. Un ban­que­ro de la enti­dad (Luis Figue­roa, de ori­gen mexi­cano) admi­tió en una cor­te fede­ral en San Die­go su par­ti­ci­pa­ción en una ope­ra­ción de lava­do de dine­ro del temi­ble Car­tel de Sinaloa.

Los
nar­co­tra­fi­can­tes depo­si­ta­ban las ganan­cias de la ven­ta de la dro­ga en
dis­tin­tas sucur­sa­les, uti­li­zan­do cuen­tas de ter­ce­ros, lue­go Luis
Figue­roa se encar­ga­ba de lim­piar los ras­tros y lega­li­zar el dine­ro en
Wells Far­go. Esto modus ope­ran­di fue apli­ca­do entre
2014 y 2018, dejan­do un rédi­to de 19 millo­nes de dóla­res, has­ta que fue
des­man­te­la­do el plan de lava­do de dine­ro el año pasado.

En
línea con este expe­dien­te, resul­ta difí­cil creer que Wells Far­go ha
sus­pen­di­do el ser­vi­cio de Zelle a sus clien­tes en Vene­zue­la para evitar
ope­ra­cio­nes fraudulentas.

Si
esta razón no pare­ce cohe­ren­te según el regis­tro del ban­co, enton­ces su
deci­sión pudo ver­se for­za­da por el blo­queo esta­dou­ni­den­se contra
Venezuela.

Cier­ta­men­te
Wells Far­go no rela­cio­na su deci­sión con las san­cio­nes puni­ti­vas contra
Vene­zue­la, pero obser­van­do los casos recien­tes, es lógi­co infe­rir que
las san­cio­nes sí han ejer­ci­do peso.

Reco­de­mos
que el mes pasa­do la cor­po­ra­cio­nes de tele­co­mu­ni­ca­cio­nes AT&T
sus­pen­dió la trans­mi­sión de DirecTV Vene­zue­la debi­do a las sanciones
impues­tas por la Admi­nis­tra­ción Trump.

En octu­bre de 2019, como reac­ción inme­dia­ta a la Orden Eje­cu­ti­va 13884 que for­ma­li­zó el embar­go con­tra Vene­zue­la, la empre­sa de trans­fe­ren­cias elec­tró­ni­cas Trans­fer­Wi­se sus­pen­dió su ser­vi­cio en Vene­zue­la, gene­ran­do con ello un nue­vo obs­tácu­lo para la recep­ción de reme­sas en divi­sas de las fami­lias venezolanas.

Ade­más, los ser­vi­cios
de Mas­ter­Card, Visa, Ame­ri­can Express y Wes­tern Union en Venezuela
están per­mi­ti­dos par­cial­men­te mien­tras con­ti­núa ope­ran­do una licencia
del Depar­ta­men­to del Teso­ro. Es decir, en cual­quier momen­to estas
pla­ta­for­mas para la movi­li­za­ción de divi­sas en el país pue­den verse
inte­rrum­pi­dos por Washington.

Cla­ra­men­te, la Admi­nis­tra­ción Trump bus­ca asfi­xiar el flu­jo de dine­ro en divi­sas que lle­ga des­de el extran­je­ro y que ha ali­via­do par­cial­men­te la caó­ti­ca situa­ción eco­nó­mi­ca deri­va­da de las san­cio­nes. Al mis­mo tiem­po que sir­ve como un sos­tén eco­nó­mi­co para cien­tos de miles de fami­lias, las reme­sas han reac­ti­va­do míni­ma­men­te el con­su­mo nacio­nal y el cir­cui­to eco­nó­mi­co del país.

Tam­bién
cau­sa sus­pi­ca­cia que Wells Far­go sus­pen­da el uso de Zelle cuan­do el
gobierno vene­zo­lano aca­ba de habi­li­tar un con­jun­to de esta­cio­nes de
ser­vi­cio para ven­der com­bus­ti­ble en divi­sas, en para­le­lo a un acuerdo
con el anti­cha­vis­mo para trans­fe­rir recur­sos roba­dos a la nación en el
extran­je­ro a tra­vés de la Orga­ni­za­ción Pan­ame­ri­ca­na de la Salud (OPS),
con el obje­ti­vo de con­te­ner la pan­de­mia de Covid-19.

Se
tra­ta de una manio­bra indi­rec­ta para des­ca­rri­lar el buen funcionamiento
de estas nue­vas ini­cia­ti­vas y ele­var el caos mone­ta­rio y en
con­se­cuen­cia la infla­ción, pro­vo­can­do una esca­la­da de los efectos
eco­nó­mi­cos que ha traí­do la pan­de­mia de Covid-19 y una inte­rrup­ción en
el flu­jo de pagos a nivel comer­cial y familiar.

La
medi­da de Wells Far­go y las san­cio­nes que apun­tan a obs­truir el flujo
de dine­ro en el país, des­cri­be la com­ple­ji­dad de nues­tro mapa polí­ti­co y
eco­nó­mi­co actual.

Para­dó­ji­ca­men­te,
Washing­ton ve como una inyec­ción de oxí­geno al país (y por ende al
gobierno) el afluen­te de dóla­res que cir­cu­la tan­to físi­ca­men­te como en
las pla­ta­for­mas que faci­li­tan su inter­cam­bio. Afec­ta direc­ta­men­te a la
base social (la cla­se media) que apo­ya la aven­tu­ra gol­pis­ta del diputado
Juan Guaidó.

Aun­que
la infla­ción con­ti­núa en medio de una cri­sis de ser­vi­cios públi­cos que
se ha ido gene­ra­li­zan­do, los “bille­tes ver­des” han repre­sen­ta­do un
ali­vio, razón que ha moti­va­do cam­bios en la legis­la­ción cam­bia­ria por
par­te del gobierno vene­zo­lano des­de el año pasa­do para faci­li­tar las
ope­ra­cio­nes en divisas.

Un
nue­vo ejem­plo de cómo la polí­ti­ca gobier­na la eco­no­mía, y no al revés.
Esta­dos Uni­dos ve como un peli­gro que el país use su mone­da nacio­nal si
ello deri­va en la esta­bi­li­za­ción del cha­vis­mo y en el relajamiento,
aun­que sea par­cial, de las con­di­cio­nes eco­nó­mi­cas que ali­men­tan los
pla­nes de gol­pe de estado.

Tiem­pos complicados.

* Fuen­te: Misión Verdad

Itu­rria /​Fuen­te

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