Resumen Latinoamericano, 6 junio 2020
El capítulo Argentina de la Red en Defensa de la Humanidad,
llama a una reflexión imprescindible sobre los derechos humanos y la
convivencia democrática en nuestro país y el mundo. Manifiesta su total
rechazo a toda forma de abuso policial en nuestro país, se solidariza
con las víctimas y quiere acompañar políticas activas de su erradicación
institucional por parte del gobierno nacional y provinciales . Se une
asimismo al pueblo estadounidense que lucha en estas horas contra el
racismo y la opresión policial ejercida sobre todo contra los colectivos
afrodescendientes y otras minorías.
En Argentina, la herencia antidemocrática,
veladamente fascista y desintegradora de los derechos civiles que la
gestión de Mauricio Macri dejó al país, se mantiene aún con graves
consecuencias sobre los sectores más desfavorecidos y marginales de
nuestra Patria, como son los ciudadanos y ciudadanas de las etnias Qom
en el Chaco y Mapuche en Neuquén y Río Negro, víctimas sistemáticas de
torturas, amedrentamiento y violencia psicológica por parte de fuerza
policiales locales, con anuencia de sus altos mandos y protección
política en algunos casos.
La reciente actuación de numerosos agentes
de la Policía del Chaco que prestan servicio en la Comisaría Tercera de
Fontana contra una familia qom, seguida de torturas, abusos y graves
amenazas de muerte, no puede quedar impune y debería ser motivo de
contralores políticos, judiciales y civiles inmediatos y drásticos, pues
reflejan un statu quo represivo muy enquistado en la institucionalidad chaqueña.
Entendemos que estas prácticas, residuos
putrefactos de tiempos dictatoriales y reforzados ‑hasta estimulados-
durante el gobierno de Cambiemos bajo la arquitectura represiva
de su ministra de seguridad, Patricia Bullrich, no tienen cabida en la
Argentina actual, cuyo Gobierno es garante y defensor de todos los
derechos de toda la población, fundamentalmente de las víctimas y
sectores más desfavorecidxs.
La
sucesión de los graves hechos de represión, tortura y muerte, de Luis
Espinoza en Tucumán, de Florencia Morales y de Fanco Maranguello en San
Luis y de Lucas Barrios ‑gatillo fácil en Isla Maciel- remite a la la
nefasta herencia, al deterioro ético y axiológico que Cambiemos prohijó
durante cuatro años, razón por la cual exhortamos al Gobierno nacional
del Frente de Todos, Todas y Todes a no descuidar ni relajar la mirada
ante estos sucesos en este contexto de pandemia, remarcando la necesidad
de encarar profundas reformas culturales y democráticas en la formación
de los y las integrantes de las fuerzas de seguridad y de lxs
funcionarixs del Poder Judicial de la Nación y las justicias
provinciales.
Con la memoria de la política de Seguridad
del gobierno macrista intacta, necesitamos repudiar el oportunismo
político y la carencia de ética de la dirigencia del PRO, el ataque
inusitado al Secretario de Derechos Humanos Horacio Pietragalla por
parte del diputado Negri y la desvergenza e impunidad de la ex ministra
Patricia Bullrich.
Con la misma vehemencia, en el marco de la
construcción de un Estado Social de Derecho y de Justicia, exigimos una
política continuada y muy firme de las autoridades nacionales y
provinciales contra el abuso policial y toda práctica ajena al Estado de
Derecho.
Por último, la REDH se suma a los reclamos del pueblo de los Estados Unidos que, sumido en condiciones sociales devastadoras, responde con un legitimo y necesario levantamiento a la violencia criminal desembozada y racista que sufre desde hace siglos. La muerte del ciudadano afroamericano George Floyd puso de manifiesto una vez más la contaminación nazi-racista que vertebra sus fuerzas policiales y desnudó, nuevamente, la naturaleza antidemocrática y brutal de la Administración Trump, ejemplo perfecto del deterioro institucional y ético de la mayor potencia mundial que, mientras descarga su furia imperial contra los pueblos y naciones independientes del mundo, no puede disimular ni esconder la tragedia y lucha que se despliega hoy en sus entrañas.