La alian­za entre Irán y Vene­zue­la o cómo las víc­ti­mas de las san­cio­nes desa­fían a EE.UU. (Opi­nión)

Por Alber­to Rodrí­guez Gar­cía. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 5 de junio de 2020.

Este mes de junio ha empe­za­do con la noti­cia de los buques ira­níes que, desa­fian­do el blo­queo y las san­cio­nes impues­tas por EE.UU. de mane­ra coer­ci­ti­va, han lle­ga­do a Vene­zue­la para entre­gar com­bus­ti­ble a la repú­bli­ca boli­va­ria­na. Y es que con­tra el divi­de y ven­ce­rás, solo cabe la unión de los débi­les y las víc­ti­mas de los abu­sos con­tra el agre­sor de Washington.

Tras la
lle­ga­da a terri­to­rio vene­zo­lano del últi­mo buque envia­do por Irán
car­ga­do de gaso­li­na, el por­ta­voz del Minis­te­rio de Exte­rio­res iraní,
Abás Musa­ví, ha decla­ra­do que, a pesar de la ver­bo­rrea nor­te­ame­ri­ca­na y
de las san­cio­nes, su país vol­ve­rá a enviar com­bus­ti­ble por­que las dos
nacio­nes, la per­sa y la his­pa­no­ame­ri­ca­na, segui­rán comer­cian­do. «Irán
prac­ti­ca el libre comer­cio con Vene­zue­la, y esta­mos dis­pues­tos a enviar
más bar­cos si Cara­cas lo deman­da», con­fir­mó Musaví.

Des­de que
Donald Trump se reti­ra­se uni­la­te­ral­men­te del Plan de Acción Integral
Con­jun­to –cono­ci­do como ‘el acuer­do nuclear’– para poder macha­car con
san­cio­nes a la Repú­bli­ca Islá­mi­ca de Irán, las rela­cio­nes entre ambas
nacio­nes no han deja­do de dete­rio­rar­se has­ta el pun­to de lle­gar a una
casi con­fron­ta­ción direc­ta a prin­ci­pios de 2020. La gue­rra eco­nó­mi­ca con­tra Tehe­rán y la cam­pa­ña de máxi­ma pre­sión de Trump, sin embar­go, no están cum­plien­do sus obje­ti­vos.

A nivel interno, el secre­ta­rio de Esta­do de los EE.UU., Mike Pom­peo, se ha retra­ta­do como el beli­cis­ta que es, redo­blan­do la apues­ta por las san­cio­nes y negan­do el soplo de oxí­geno a las víc­ti­mas de la pan­de­mia del COVID-19, a pesar de la peti­ción de orga­ni­za­cio­nes tan poco sos­pe­cho­sas de ser afi­nes al ‘Eje de Resis­ten­cia’ tales como Vete­rans Against the War,Peace Action o el Cen­ter for Cons­ti­tu­tio­nal Rights. A nivel externo, las polí­ti­cas agre­si­vas del gabi­ne­te de Trump han sido inca­pa­ces de for­zar la reti­ra­da de Irán de nin­guno de sus fren­tes. Y aho­ra en Washing­ton, des­de su bún­ker, Donald Trump obser­va impo­ten­te la deca­den­cia de su imperio.

La polí­ti­ca de san­cio­nes inter­na­cio­na­les para ais­lar paí­ses, hundir
sus eco­no­mías y pro­vo­car cri­sis huma­ni­ta­rias, tan o más crue­les que los
ase­dios medie­va­les, tie­nen sen­ti­do cuan­do no te dedi­cas a san­cio­nar a
medio mun­do. Irán y Vene­zue­la lo saben, y por eso, ambos países
san­cio­na­dos, ambos paí­ses atra­ve­san­do una gra­ve cri­sis, han decidido
unir­se. Por­que no tie­nen ya nada que per­der; un nue­vo paque­te de
san­cio­nes con­tra Irán y Vene­zue­la, sen­ci­lla­men­te, ya ape­nas cambiaría
nada con sus fon­dos en el extran­je­ro con­ge­la­dos y sin empre­sas que se
atre­van a comer­ciar con ellos por temor a ser sancionadas.

Irán no tie­ne dón­de ven­der su petró­leo ni su gaso­li­na por las san­cio­nes uni­la­te­ra­les impues­tas por la Casa Blan­ca. Vene­zue­la pade­ce una esca­sez de gaso­li­na que ha afec­ta­do a más de 1.000 esta­cio­nes de repos­ta­je, inclu­yen­do a las de Cara­cas, y su eco­no­mía está por los sue­los. Y ambas nacio­nes man­tie­nen una estre­cha rela­ción des­de la lle­ga­da de Hugo Chá­vez al poder allá por 1999. Es por ello que han deci­di­do igno­rar las san­cio­nes para inten­tar cubrir­se las espal­das mutua­men­te. Según esti­ma­cio­nes de Tan​ker​Trac​kers​.com, Irán ha envia­do a Vene­zue­la 1,53 millo­nes de barri­les de gaso­li­na y alqui­la­to nece­sa­rio para refi­nar petró­leo y con­se­guir más gasolina.

Bajo la excu­sa de unas supues­tas ope­ra­cio­nes antinarcotráfico,
Esta­dos Uni­dos ha des­ple­ga­do una flo­ta en el Cari­be y, pese a que
qui­sie­ron impe­dir la lle­ga­da de buques ira­níes con ame­na­zas, estas
sir­vie­ron de entre poco y nada: aun­que a algu­nos les due­la, no es legal asal­tar bar­cos en aguas inter­na­cio­na­les como autén­ti­cos pira­tas.
EE.UU. lo ha hecho con ante­rio­ri­dad, pero aho­ra saben que tal vez no
con­ta­rían con el apo­yo de sus alia­dos en Euro­pa, más preo­cu­pa­dos por los
pro­ble­mas inter­nos que por invo­lu­crar­se en el aventurismo
esta­dou­ni­den­se. Un país que impo­ne su mode­lo inten­tan­do derrocar
gobier­nos, aun sien­do inca­paz de man­te­ner la esta­bi­li­dad den­tro de sus fron­te­ras,
don­de dis­tur­bios racia­les como los que vive tras la muer­te de George
Floyd son cícli­cos y cada vez más comu­nes en una socie­dad completamente
rota. Al mun­do, sen­ci­lla­men­te, cada vez le impor­ta menos lo que deseen los Esta­dos Uni­dos.

En
un des­plie­gue mediá­ti­co que tenía el obje­ti­vo de lan­zar un mensaje
desa­fian­te a la Casa Blan­ca, la Repú­bli­ca Boli­va­ria­na de Venezuela
reci­bió –inclu­so con patru­lle­ras y avio­nes de com­ba­te como escol­tas– al
pri­mer buque ira­ní, el For­tu­ne, el 23 de mayo.

Pocos días des­pués, y en un inten­to de sal­var su ima­gen, ‘ofi­cia­les de EE.UU.’ anun­cia­ron en Fox News que habían dete­ni­do a algu­nos buques ira­níes que se diri­gían a Vene­zue­la tras ame­na­zar­les con –segu­ro que a estas altu­ras nadie se lo espe­ra– san­cio­nes. El ridícu­lo, sin embar­go, lle­gó ape­nas unos días des­pués, cuan­do el 1 de junio el tan­que­ro Cla­vel, el últi­mo de los cin­co petro­le­ros ira­níes que trans­por­ta­ban com­bus­ti­ble para Vene­zue­la, entra­ba a las 3:23 am en aguas de la repú­bli­ca boli­va­ria­na tras el For­tu­ne (23 de mayo), Forest (25 de mayo), Petu­nia (26 de mayo) y Faxon (28 de mayo).

Con la gaso­li­na ira­ní el Gobierno vene­zo­lano ha subi­do el pre­cio del litro de com­bus­ti­ble a 5.000 bolí­va­res (ape­nas 2 cén­ti­mos de euro), que se man­ten­drá sub­si­dia­do por 90 días para quie­nes estén afi­lia­dos al Sis­te­ma Patria. El com­bus­ti­ble ira­ní tam­bién ayu­da­rá al Eje­cu­ti­vo a recu­pe­rar­se poco a poco del hun­di­mien­to de PDVSA por las san­cio­nes y la con­si­guien­te pér­di­da de com­pra­do­res, recu­pe­ran­do la pro­duc­ción de petró­leo (Vene­zue­la es el país del mun­do con más reser­vas del ‘oro negro’ aun­que no sea el de más cali­dad) al recons­truir y reac­ti­var las refinerías.

Y así pues, las víc­ti­mas pasan a la acción.

Mien­tras a los voce­ros de la Casa Blan­ca solo les que­da lanzar
sofla­mas des­de twit­ter o ame­na­zas des­de sus apo­lo­ge­tas, mien­tras el
‘she­riff del mun­do’ cada vez tie­ne más pro­ble­mas para hacer­se notar, el
pre­si­den­te ira­ní, Hasán Roha­ní, se per­mi­te diri­gir­se con total
tran­qui­li­dad a la Unión Euro­pea para recu­pe­rar el Plan Inte­gral de
Acción Con­jun­ta o ame­na­zar a EE.UU. con con­se­cuen­cias si abor­dan sus
buques. Su homó­lo­go vene­zo­lano, Nico­lás Madu­ro, a pesar de que la DEA
haya pues­to pre­cio a su cabe­za, se per­mi­te seguir desa­fian­do a
Washing­ton; pri­me­ro anun­cian­do que tie­ne pen­sa­do via­jar a Tehe­rán, y
des­pués com­pa­ran­do la pre­sión sobre Vene­zue­la por par­te de Gobierno
esta­dou­ni­den­se con el ase­si­na­to de Geor­ge Floyd, sabien­do que este
suce­so ha des­per­ta­do una gran ten­sión social den­tro de EEUU.

Mien­tras el baluar­te del capi­ta­lis­mo libe­ral se dedi­ca a sacar com­pe­ti­do­res de mer­ca­dos, decir a sus socios con quién deben y no deben comer­ciar y ame­na­za a quie­nes crean en el libre comer­cio entre nacio­nes sobe­ra­nas inde­pen­dien­te de sus ban­de­ras, Irán y Vene­zue­la han fir­ma­do una nue­va alian­za. Han fir­ma­do la alian­za de las víc­ti­mas de las san­cio­nes que, has­tia­das, han deci­di­do dejar de estar a la defen­si­va. Han fir­ma­do la alian­za de las nacio­nes que han deci­di­do desa­fiar a un impe­rio ya en decadencia.

* Fuen­te RT

Itu­rria /​Fuen­te

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