Uru­guay. Jor­ge Zabal­za: “En la juven­tud empo­bre­ci­da y mar­gi­na­da está nues­tra esperanza”

Por Car­los Azná­rez, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 24 mayo 2020.-

Esta sema­na en Uru­guay se recor­dó el 20 de mayo, como todos los años, aho­ra de mane­ra par­ti­cu­lar en fun­ción de esta situa­ción de gue­rra bac­te­rio­ló­gi­ca que está ocu­rrien­do en el mun­do. Este 20 es el día que con­sa­gra el repu­dio a la impu­ni­dad y a los geno­ci­das, día en el que las y los uru­gua­yos hace déca­das mar­chan en silen­cio aun­que aho­ra se están hacien­do otro tipo de movi­li­za­cio­nes por la situa­ción del COVID. Para hablar de eso y otros temas entre­vis­ta­mos en nues­tro pro­gra­ma radial al his­tó­ri­co refe­ren­te de la izquier­da revo­lu­cio­na­ria, ex-tupa­ma­ro, Jor­ge “Tam­be­ro» Zabalza.

-¿Como se vivió esta fecha del 20M tan par­ti­cu­lar en el Uruguay?

-Creo que los com­pa­ñe­ros han demos­tra­do mucho inge­nio. Por­que al plan­tear­se una movi­li­za­ción en estas cir­cuns­tan­cias, y cono­cien­do los pará­me­tros de Madres y Fami­lia­res de Dete­ni­dos de Des­apa­re­ci­dos, que es la orga­ni­za­ción con­vo­can­te de todos los 20 de mayo, cómo hacés cuan­do la gen­te está tan aman­sa­da que no acep­ta­ría que con­vo­ca­ras nue­va­men­te a una mar­cha en la cual es muy difí­cil guar­dar las dis­tan­cias, en la cual ten­drías que andar con tapa­bo­cas, más todas las medi­das de segu­ri­dad. Una mar­cha que sería muy difi­cil de orga­ni­zar y a la cual posi­ble­men­te la gen­te no con­cu­rri­ría por­que obe­de­ce y aca­ta el #Que­da­teen­ca­sa. Enton­ces fren­te a esa reali­dad los con­vo­can­tes encon­tra­ron una serie de medi­das que han sido muy inte­li­gen­tes. Este día como siem­pre ha esta­do en la memo­ria de los uru­gua­yos. Repre­sen­ta la bús­que­da de los des­apa­re­ci­dos, de la ver­dad, de la jus­ti­cia. Madres y Fami­lia­res de Dete­ni­dos de Des­apa­re­ci­dos se han dado maña para que este tema esté en todos los medios de comu­ni­ca­ción y en el pue­blo uru­gua­yo. Hubo movi­li­za­cio­nes par­cia­les, loca­les, como en el barrio La Teja, y tam­bién en dis­tin­tas ciu­da­des del inte­rior del país don­de la gen­te se reu­nió en las pla­zas. La Ave­ni­da 18 de julio en Mon­te­vi­deo fue mar­ca­da con las hue­llas de los pies de quie­nes debe­rían estar movi­li­zán­do­se, como se hace por esa calle todos los años, para recor­dar la fecha. Hubo una mar­cha digi­tal o a dis­tan­cia, en la par­ti­ci­pa­ron miles de uruguay@s, aun­que no nos pode­mos olvi­dar que los últi­mos dos años par­ti­ci­pa­ron alre­de­dor de 100 mil per­so­nas en Mon­te­vi­deo, casi el 10% de la pobla­ción de la ciudad.

Está cla­ro que esto venía en ascen­so y que ya muchos mili­tan­tes se suma­ron a las acti­vi­da­des pre­vias a este 20 de mayo, real­men­te ha sido una sema­na dedi­ca­da a la memo­ria. Te quie­ro pre­gun­tar, des­pués que vol­vió la dere­cha y des­pués de tan­tos años en que tuvie­ron demo­cra­cias rigu­ro­sa­men­te con­tro­la­das por los impe­rios, ¿en qué momen­to está la lucha con­tra la impu­ni­dad? y ¿qué se pue­de hacer para que los geno­ci­das paguen con cár­cel los crí­me­nes de lesa huma­ni­dad que cometieron?

-En Argen­ti­na la vía judi­cial es muy ende­ble, y en Uru­guay es par­ti­cu­lar­men­te muy limi­ta­da. Creo que todos los cami­nos ins­ti­tu­cio­na­les han sido muy medio­cres, con los cua­les no se ha logra­do avan­zar dema­sia­do. Lo que sí creo es que la lucha y la tozu­dez de las orga­ni­za­cio­nes de Dere­chos Huma­nos han logra­do la con­de­na social. En Uru­guay nadie sale a defen­der al geno­ci­da Gavaz­zo, ni al Goyo Álva­rez que ya murió, ni los pro­pios mili­ta­res de dere­cha ni la mul­ti­alian­za reac­cio­na­ria sería capaz de aban­de­rar­se con el Gol­pe de Esta­do. Ese ha sido un logro de la lucha en los últi­mos 30 años y ha teni­do un efec­to mucho más gran­de que el haber per­di­do los ple­bis­ci­tos cuan­do en reali­dad los DD.HH. no se pue­den ple­bis­ci­tar. Los logros han per­mi­ti­do que la gen­te acep­te lo que antes nega­ba: que acá el Ejér­ci­to tor­tu­ró, ase­si­nó, vio­ló y des­apa­re­ció a gen­te. Y esa con­cien­cia que hoy no se pue­de medir se ve un poco en las mani­fes­ta­cio­nes actua­les. ¿Por­que qué otro camino que­da­ría? ¿La jus­ti­cia por mano pro­pia? Es una cosa que no sería com­pren­di­da por nadie. Sería un des­aho­go indi­vi­dual sin nin­gún tipo de con­se­cuen­cias socia­les en la con­cien­cia de la gen­te. Ade­más este gobierno “blan­co» mul­ti­reac­cio­na­rio que hoy tene­mos se da el lujo de con­ti­nuar con la bús­que­da de des­apa­re­ci­dos en los cuar­te­les. Fue tan poco lo que hicie­ron los gobier­nos del Fren­te Amplio duran­te 15 años, que el pre­si­den­te actual, Laca­lle, se da el lujo de que la fis­ca­lía espe­cia­li­za­da en DD.HH. siga actuan­do como actua­ban en los gobierno fren­team­plis­tas. Eran tan pobres la polí­ti­cas de estos últi­mos que hoy las pue­den con­ti­nuar la coa­li­ción mul­ti­reac­cio­na­ria que está en el gobierno. Hay que recor­dar que Laca­lle es un ejem­plo de la oli­gar­quía que ade­más tie­ne en su coa­li­ción a un sos­te­ne­dor de la dic­ta­du­ra mili­tar como Gui­do Mani­ni Ríos, que dice que hay que “olvi­dar a los desaparecidos”.

-A pro­pó­si­to de eso me quie­ro meter en las leyes del pre­sen­te gobierno. Acá reper­cu­tió infor­ma­ti­va­men­te la Ley de Urgen­te Con­si­de­ra­ción, la LUC, que por lo que sabe­mos amplía más repre­sión y el accio­nar poli­cial, inclu­so abre la puer­ta al gati­llo fácil. ¿Cómo se pue­de carac­te­ri­zar esta iniciativa?

-Sí, y esa es la opi­nión gene­ral en Uru­guay, de los orga­nis­mos como SERPAJ, de las orga­ni­za­cio­nes de DD.HH., de algu­nos legis­la­do­res y tam­bién del PIT-CNT. Yo creo que lo más peli­gro­so es lo ideo­ló­gi­co de quie­nes tie­nen la pre­si­den­cia en el Uru­guay, el Poder Eje­cu­ti­vo es un orga­nis­mo deci­di­do a repri­mir. En ese sen­ti­do no hay nego­cia­ción posi­ble, es como cuan­do Macri asu­mió el gobierno en Argen­ti­na. Larra­ña­ga, que es el minis­tro del Inte­rior está jugan­do el mis­mo papel que Patri­cia Bull­rich (la ex minis­tra de Segu­ri­dad de Macri). Es decir, se fun­da­men­tan en el res­pal­do polí­ti­co a la poli­cía para que repri­man, y la poli­cía se sien­te res­pal­da­da. Así, cual­quier uni­for­ma­do en una situa­ción de ten­sión actúa sin­tién­do­se el bra­zo eje­cu­tor de las deci­sio­nes polí­ti­cas que toma el gobierno, repri­mien­do de la for­ma más feroz, y ha ocu­rri­do de la for­ma más diver­sa en oca­sio­nes pun­tua­les. Hay una pre­sen­cia de la poli­cía en los barrios y qui­zás esta sea ya la ante­sa­la de una situa­ción que en los pró­xi­mos años ten­dre­mos que lamen­tar, y que com­ba­tir por supuesto.

-¿Cómo ves a los jóve­nes uru­gua­yos de la actua­li­dad, te lo pre­gun­to par­tien­do del hecho que los de tu gene­ra­ción por ejem­plo, eran muy peleones? 

-El espí­ri­tu del 68 está muy lejos. Creo que lo que está pasan­do en Chi­le pue­de ser un anti­ci­po de lo que pue­da ocu­rrir en los pró­xi­mos años en Amé­ri­ca Lati­na. Hay situa­cio­nes pun­tua­les que anun­cian que los pue­blos son capa­ces de resis­tir. El pue­blo vene­zo­lano es uno de los casos. Su pre­sen­cia arma­da en las calles es capaz de dete­ner cual­quier ame­na­za impe­ria­lis­ta, inclu­so las aven­tu­ras mili­ta­res grin­gas de las cua­les Trump des­pués se desentiende. 
Acá tam­bién pasan cosas. Hace muy poco gol­pea­ron a mi puer­ta para decir­me que a un par de cua­dras de dón­de yo vivo en San­ta Cata­li­na, 700 fami­lias habían ocu­pa­do terre­nos, por­que el pro­ble­ma de la vivien­da era tan pro­fun­da que la úni­ca alter­na­ti­va que encon­tra­ron fue la toma de tie­rras, pero ade­más el pro­me­dio de edad anda entre los 25 y 30 años. Esa es nues­tra espe­ran­za. Hay una repues­ta social, de aba­jo, a la bar­ba­rie de arri­ba que ha demos­tra­do indi­fe­ren­cia para cons­ti­tuir vivien­das para los sec­to­res más empo­bre­ci­dos. Duran­te todo el perio­do de gobier­nos del Fren­te Amplio no se lle­va­ron ade­lan­te pla­nes de vivien­das para los pobres, solo para la cla­se media alta, para los que tenían ingre­so mayo­res a 80 mil pesos uru­gua­yos. Yo creo que en la juven­tud empo­bre­ci­da y mar­gi­na­da está nues­tra espe­ran­za, es la que está lla­ma­da a ser la sepul­tu­re­ra de esta socie­dad capi­ta­lis­ta. Es su des­tino. No tie­ne otra sali­da. ¿Qué va a hacer, otra expe­rien­cia elec­to­ral para bus­car una solu­ción a sus pro­ble­mas vita­les; de salud, vivien­da, tra­ba­jo, ali­men­ta­ción, edu­ca­ción? Ya apren­die­ron que aún tenien­do el Fren­te Amplio una mayo­ría en el Par­la­men­to eso no obra en su bene­fi­cio gene­ral, no resuel­ve sus pro­ble­mas con­cre­tos, ya saben que el sis­te­ma sigue sien­do el mis­mo gobier­ne quien gobierne.

En ese mar­co, no pue­do dejar de pre­gun­tar­te ¿cómo ves el futu­ro pró­xi­mo, eso que se ha dado en lla­mar la Pos-Pan­de­mia, cómo nos va a aga­rrar este nue­vo orden, que para noso­tros es pro­duc­to de una gue­rra bac­te­rio­ló­gi­ca, cómo la vez a nivel lati­no­ame­ri­cano? Tan­to las con­se­cuen­cias socia­les como a su vez el mie­do y páni­co que se ha inyec­ta­do a fondo.

-Todo pare­ce indi­car que los gobier­nos lati­no­ame­ri­ca­nos sean del cuño que sean están apro­ve­chan­do el mie­do que fue crea­do con el Coro­na­vi­rus para impo­ner su mode­lo. En Uru­guay se da una para­do­ja: no se pue­de salir a hacer una mani­fes­ta­ción por­que sería «mal vis­to», sería “ fen­der» la salud del pue­blo uru­gua­yo pero sí los tra­ba­ja­do­res de la cons­truc­ción pue­den ir a tra­ba­jar, los de los fri­go­rí­fi­cos, las emplea­das domés­ti­cas, los super­mer­ca­dos han ven­di­do más que nun­ca, como en 2019 cuan­do los ban­cos tuvie­ron las mayo­res ganan­cias de su his­to­ria, inclu­si­ve el Ban­co Repú­bli­ca del Uru­guay. Enton­ces el capi­ta­lis­mo sigue mar­chan­do. Se ha uti­li­za­do la exis­ten­cia real del coro­no­vi­rus y la fal­ta de capa­ci­dad de los ser­vi­cios de salud para crear mie­do que va a ter­mi­nar en reba­jas sala­ria­les, de pues­tos de tra­ba­jos, en el cre­ci­mien­to de la pobre­za. Una nue­va for­ma de explo­tar y de some­ter a los pue­blos, una vuel­ta de tor­ni­llo más, y eso inevi­ta­ble­men­te que va a traer for­mas de repre­sión, las ya con­ver­sa­das for­mas de con­trol digi­ta­li­za­do y tam­bién va a traer resis­ten­cias por­que no hay mal que dure cien años ni cuer­po que lo resis­ta, la gen­te va a salir a la calle

-De hecho, ya están empe­zan­do a salir en varios países

-Sí, se ha vis­to en Perú, en Ecua­dor, en Chi­le. La gen­te no va a espe­rar que los que esta­mos en una orga­ni­za­ción polí­ti­ca diga­mos “aho­ra hay que salir”, van a salir, la gen­te toma sus pro­pias decisiones.

Trans­crip­ción: Vale­ria Fariña

Itu­rria /​Fuen­te

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