Irán y des­abas­te­ci­mien­to, radio­gra­fía de la cri­sis de la gaso­li­na en Venezuela

Por Mar­co Terug­gi /​Resu­men Lati­noa­mé­ri­cano 23 mayo 2020

Cin­co bar­cos petro­le­ros ira­níes están camino a Vene­zue­la para ayu­dar ante el des­abas­te­ci­mien­to de gaso­li­na que vive el país sud­ame­ri­cano. Esta­dos Uni­dos afir­mó eva­luar medi­das para dete­ner­los, Irán advir­tió que res­pon­de­ría ante cual­quier acción. Pero ¿a qué se debe la cri­sis de gaso­li­na en el país?

La gaso­li­ne­ra fren­te a mi casa que­dó vacía a los pocos días de comen­zar la cua­ren­te­na.
Se fue­ron los encar­ga­dos, pusie­ron una soga para impe­dir el acceso:
cerra­da. Comen­za­ron las con­ver­sa­cio­nes entre la gen­te para saber dónde
se podía car­gar, se armó una car­to­gra­fía de las gaso­li­ne­ras acti­vas en
lo que, se pen­sa­ba, sería momentáneo.

Lue­go, como ante todo des­abas­te­ci­mien­to, comen­zó la reven­ta. Los
pre­cios aumen­ta­ron a medi­da que la situa­ción se puso más crí­ti­ca: 1;
1,5; 2, has­ta 3 dóla­res por litro, en un país don­de lle­nar un tan­que ha
sido prác­ti­ca­men­te gra­tis duran­te los últi­mos años para los
con­su­mi­do­res. Las colas se hicie­ron gran­des, lar­gas, más de un día, a
veces dos, y se hizo nor­ma­li­dad la fal­ta de gasolina.

Esta nove­dad en Cara­cas —vivi­da con ante­rio­ri­dad en el paro petrolero
para derro­car a Hugo Chá­vez entre el 2002 y 2003— no lo fue, sin
embar­go, para muchos esta­dos del país, en par­ti­cu­lar los que son
fron­te­ra con Colom­bia. Allí, como en Apu­re, Táchi­ra, o Zulia, las colas
para car­gar gaso­li­na ya lle­van cer­ca de tres años, pro­duc­to centralmente
del con­tra­ban­do a Colombia.

En los últi­mos meses la fal­ta de gaso­li­na había avan­za­do has­ta llegar
a ciu­da­des cer­ca­nas a Cara­cas. A par­tir mar­zo, cuan­do esca­seó en la
capi­tal, comen­zó a hablar­se de la cri­sis de la gaso­li­na. En Venezuela,
como muchos paí­ses de Amé­ri­ca Lati­na, la capi­tal tie­ne un rol
deter­mi­nan­te y sobre dimen­sio­na­do en la diná­mi­ca polí­ti­ca. Lo que sucede
en Cara­cas tie­ne el ras­go de lo nacio­nal, lo que pue­de afec­tar el poder
polí­ti­co central.

¿Cómo se lle­gó has­ta esta situa­ción? ¿A qué se debe? Se pue­de trazar
una línea de tiem­po de los dife­ren­tes acto­res en jue­go, en un contexto
polí­ti­co de ase­dios, trin­che­ras, nega­cio­nes, en uno de los momen­tos más
com­ple­jos de los últi­mos años, que tie­ne en el hori­zon­te inme­dia­to la
lle­ga­da de cin­co bar­cos petro­le­ros ira­níes a las cos­tas vene­zo­la­nas.

El blo­queo
En agos­to del 2017 la Casa Blan­ca emi­tió la pri­me­ra sanción
con­tra la indus­tria petro­le­ra vene­zo­la­na, PDVSA, a tra­vés de la orden
eje­cu­ti­va 13808. Ese mes coin­ci­dió con una derro­ta de la oposición,
mate­ria­li­za­da en la elec­ción de la Asam­blea Nacio­nal Cons­ti­tu­yen­te que
sig­ni­fi­có una vic­to­ria para el chavismo.

La pri­me­ra orden eje­cu­ti­va comen­zó a mol­dear una inge­nie­ría de
blo­queo sobre PDVSA con un obje­ti­vo cen­tral: gol­pear la columna
ver­te­bral prin­ci­pal de la eco­no­mía vene­zo­la­na. Esa medi­da fue para
cerrar las fuen­tes de capi­tal extran­je­ro, nece­sa­rias al funcionamiento
de la indus­tria petrolera.

Duran­te el 2018 se suce­die­ron tres órde­nes eje­cu­ti­vas contra
Vene­zue­la, afec­tan­do dis­tin­tas áreas de la eco­no­mía. El 28 de enero del
2019, 5 días des­pués de la auto­pro­cla­ma­ción de Juan Guai­dó y su reco­no­ci­mien­to inme­dia­to por par­te de Donald Trump, la Casa Blan­ca emi­tió la orden eje­cu­ti­va 13850 cen­tra­da sobre PDVSA y el Ban­co Cen­tral de Venezuela.

«Como resul­ta­do de la acción de hoy, todos los bie­nes e intere­ses en
pro­pie­dad de PDVSA suje­tos a la juris­dic­ción de los EEUU están
blo­quea­dos y, por lo gene­ral, se prohí­be a las per­so­nas de los EEUU
rea­li­zar tran­sac­cio­nes con ellos», afir­mó el Depar­ta­men­to del Tesoro.

Esa medi­da inclu­yó blo­quear 7.000 millo­nes de dóla­res en acti­vos de
PDVSA en EEUU, la apro­pia­ción de fac­to de CITGO, una refi­ne­ría filial de
la empre­sa petro­le­ra en terri­to­rio esta­dou­ni­den­se. PDVSA quedó
blo­quea­da del mer­ca­do ener­gé­ti­co esta­dou­ni­den­se, impac­tan­do en el
con­jun­to a com­pra­do­res a nivel internacional.

Las san­cio­nes con­ti­nua­ron mul­ti­pli­cán­do­se: más de 30 buques y
tan­que­ros de PDVSA fue­ron inclui­dos en la lis­ta del Depar­ta­men­to del
Teso­ro, y el 5 de agos­to del 2019 la Casa Blan­ca emi­tió la orden
eje­cu­ti­va 13884 que embar­gó todos los acti­vos vene­zo­la­nos en EEUU,
inclu­yen­do CITGO.
El des­plie­gue de medi­das para cerrar los cana­les de PDVSA se dirigió
lue­go sobre las empre­sas petro­le­ras extran­je­ras, en par­ti­cu­lar, a
prin­ci­pio del 2020, sobre las empre­sas rusas Ros­neft Tra­dingTNK Tra­ding Inter­na­tio­nal.

La arqui­tec­tu­ra de asfi­xia esta­dou­ni­den­se tra­ba­jó así sobre las dos
ver­tien­tes. El blo­queo de PDVSA como prin­ci­pal fuen­te de gene­ra­ción de
ingre­sos al Esta­do y al con­jun­to de la eco­no­mía y la impo­si­bi­li­dad de
apro­vi­sio­nar­se de gaso­li­na. Eso últi­mo fue rese­ña­do por la agen­cia Reuters:

«La esca­sez de gaso­li­na en Vene­zue­la está empeo­ran­do des­pués de que
los fun­cio­na­rios esta­dou­ni­den­ses les dije­ron a las empre­sas extranjeras
que se abs­ten­gan de sumi­nis­trar com­bus­ti­ble». Esa medi­da, informaron,
comen­zó a fines del 2019 y fue rati­fi­ca­da en el 2020.

La últi­ma noti­cia fue dada el pasa­do lunes por Mauricio
Cla­ver-Caro­ne, res­pon­sa­ble en mate­ria de Segu­ri­dad Nacio­nal para América
Lati­na en la Casa Blan­ca, quien ame­na­zó a las empre­sas extran­je­ras res­tan­tes en Vene­zue­la:

«No hay excep­ción para la pro­duc­ción de Che­vron, no hay excepción
para nin­gu­na empre­sa del mun­do, hemos habla­do con Rep­sol, Relian­ce, Eni,
y les hemos mos­tra­do lo que ocu­rrió con Ros­neft Tra­ding (…) les hemos
dicho que si siguen en estas acti­vi­da­des lo están hacien­do bajo riesgo
de san­cio­nes que podrían ser devas­ta­do­ras para ellos».

PDVSA
2017, año de la pri­me­ra orden eje­cu­ti­va con­tra PDVSA, coin­ci­de a su vez con la deten­ción por acu­sa­cio­nes de corrupción
de los dos últi­mos pre­si­den­tes de la indus­tria petro­le­ra y a su vez
minis­tros de petró­leo: Eulo­gio Del Pino y Nel­son Mar­tí­nez, invo­lu­cra­do a
su vez con una tra­ma de corrup­ción en CITGO, que habían esta­do al
fren­te entre el 2014 y el 2017.

A fina­les de ese año la Fis­ca­lía tam­bién acu­só a Rafael Ramí­rez, anti­guo pre­si­den­te de PDVSA y minis­tro de Petró­leo, por ser res­pon­sa­ble del des­fal­co de la empre­sa,
de hechos como maqui­lla­je de cifras, sabo­ta­je, sobre­va­lo­ra­ción de
con­tra­tos. Los hechos por los cua­les se acu­só a Ramí­rez comen­za­ron en el
2009 y se pro­lon­ga­ron has­ta el 2014, año en que fue sus­ti­tui­do por Del
Pino.

Por lo tan­to, según inves­ti­gó el Minis­te­rio Públi­co a par­tir del
nom­bra­mien­to de su nue­vo fis­cal en el 2017, exis­tió una tra­ma de
corrup­ción en la pre­si­den­cia de PDVSA, invo­lu­cran­do a dece­nas de
geren­tes y el Minis­te­rio de Petró­leo entre el 2009 y el 2017. Ese año,
asu­mió la direc­ción de la empre­sa Manuel Que­ve­do, quien fue reem­pla­za­do el pasa­do mes de abril por Asdrú­bal Chá­vez.

¿Cuán­to impac­tó la corrup­ción en el mane­jo de inver­sio­nes en pozos,
refi­ne­rías, pro­duc­ción, deci­sio­nes ade­cua­das sobre una empre­sa compleja
como PDVSA?

2017 fue enton­ces un año cen­tral: el ini­cio del blo­queo direc­to sobre
la indus­tria petro­le­ra y el cam­bio de su pre­si­den­cia lue­go de ocho años
de direc­cio­nes invo­lu­cra­das en corrup­ción. Se tra­tó simul­tá­nea­men­te de
un tra­ba­jo de revi­sión inter­na, y de dise­ño de una arqui­tec­tu­ra para
evi­tar las san­cio­nes a medi­das que se mul­ti­pli­ca­ron abar­can­do más rutas y
áreas.

Así, por ejem­plo, el blo­queo afec­tó la impor­ta­ción de adi­ti­vos y quí­mi­cos para la refi­na­ción de gaso­li­na, y el robo de CITGO impli­có cor­tar una vía cen­tral de abas­te­ci­mien­to de gaso­li­na, repues­tos e insu­mos para el refinamiento.

Casi tres años des­pués del arres­to de Del Pino y Mar­tí­nez, los
núme­ros de pro­duc­ción petro­le­ra y de refi­na­ción de gaso­li­na se
man­tu­vie­ron en descenso.

PDVSA tie­ne ade­más una par­ti­cu­la­ri­dad: fue estruc­tu­ra­da a par­tir de media­dos de los años 70
según las nece­si­da­des de las tras­na­cio­na­les estadounidenses,
depen­dien­te de sus maqui­na­rias, insu­mos, tec­no­lo­gías, geren­cias. En
con­se­cuen­cia, sin haber modi­fi­ca­do los pila­res de depen­den­cia, PDVSA fue
un obje­ti­vo sobre el cual Esta­dos Uni­dos tenía un alto cono­ci­mien­to y
for­mas de cor­tar sumi­nis­tros de insu­mos y maqui­na­rias claves.

Por eso, par­te de los acuer­dos actua­les de PDVSA con los aliados
inter­na­cio­na­les es, ade­más de la expor­ta­ción de cru­do e impor­ta­ción de
gaso­li­na, la com­pra de pie­zas que pue­dan rem­pla­zar las esta­dou­ni­den­ses y
poner a fun­cio­nar las refinerías.

¿Lle­ga­rán los bar­cos ira­níes?
Los cin­co tan­que­ros ira­níes (Cla­vel, For­tu­ne, Forest, Petu­nia y Faxon) ya están en el océano Atlán­ti­co. Tie­nen una capa­ci­dad de 1.487.500 barri­les de petró­leo, según infor­mó el por­tal vene­zo­lano de inves­ti­ga­ción La Tabla.

La infor­ma­ción del envío de los bar­cos petro­le­ros gene­ró una res­pues­ta del Gobierno esta­dou­ni­den­se, quien afir­mó que eva­lua­ba tomar medi­das y, en simul­tá­neo, difun­dió el envío de cua­tro bar­cos de gue­rra al mar Cari­be en el mar­co de la ope­ra­ción anti­nar­có­ti­cos que lle­va ade­lan­te el Coman­do Sur y fue anun­cia­da el pasa­do mes de marzo.

El Gobierno de Irán, por su par­te, advir­tió que «no tole­ra­rá los
obs­tácu­los, tan­to Esta­dos Uni­dos, como otros paí­ses, saben que no
duda­re­mos. Si los obs­tácu­los con­ti­núan o se incre­men­tan la res­pues­ta de Irán será con­tun­den­te«.

El minis­tro de Defen­sa vene­zo­lano, Vla­di­mir Padrino López, ase­gu­ró por su par­te que cuan­do los tan­que­ros «entren a nues­tra zona eco­nó­mi­ca exclu­si­va serán escol­ta­dos por naves, buques y avio­nes de la Fuer­za Arma­da Nacio­nal Bolivariana». 

Aún no se sabe si Esta­dos Uni­dos inten­ta­rá dete­ner el ingre­so de los bar­cos petro­le­ros, lo que podría ser el deto­nan­te de una esca­la­da peli­gro­sa entre varios paí­ses. La lle­ga­da de los tan­que­ros sería a su vez, en cuan­to a la situa­ción inter­na, una res­pues­ta momen­tá­nea ya que, admi­nis­tra­dos con pre­ci­sión, alcan­za­ría para cer­ca de 15 días.

La apues­ta del Gobierno vene­zo­lano es reac­ti­var las refi­ne­rías para abas­te­cer la deman­da inter­na. La de Esta­dos Uni­dos es que no sola­men­te no suce­da, sino que el con­jun­to de la eco­no­mía colap­se para gene­rar un quie­bre en la direc­ción y en la socie­dad. Lle­van años tra­ba­jan­do en eso, algo que la opo­si­ción nuclea­da con Guai­dó res­pal­da, a pesar de la fal­ta de lega­li­dad y legi­ti­mi­dad den­tro del país.

* Fuen­te: Sputnik

Itu­rria /​Fuen­te

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