Argen­ti­na. Vio­len­cia ins­ti­tu­cio­nal en CABA: la pre­ca­ri­za­ción de las tra­ba­ja­do­ras que atien­den a muje­res en situa­ción de violencia

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 21 de abril de 2020

En el mar­co de la cua­ren­te­na por la pan­de­mia del Covid-19, como se difun­dió en varios medios de comu­ni­ca­ción, las situa­cio­nes de vio­len­cias de géne­ro recru­de­cie­ron. Sin embar­go, los gobier­nos nacio­nal y de la Ciu­dad de Bue­nos Aires no han amplia­do en lo más míni­mo los recur­sos para aten­der ese fla­ge­lo, y las tra­ba­ja­do­ras que atien­den a las muje­res en situa­ción de vio­len­cia con­ti­núan rea­li­zan­do todos los mala­ba­res posi­bles para poder brin­dar la mejor aten­ción con la mise­ria de recur­sos que exis­ten.

La situa­ción de las tra­ba­ja­do­ras de la Direc­ción Gene­ral de la Mujer
(Minis­te­rio de Desa­rro­llo Humano y Habi­tat) que atien­den muje­res en situación
de vio­len­cia es muy pre­ca­ria. Tie­nen bajos sala­rios, con­tra­tos pre­ca­rios, como
los con­tra­tos de loca­ción y asis­ten­cia téc­ni­ca que impli­ca pagar mono­tri­bu­to y
no con­tar con obra social ni ART. Muchas no cuen­tan con día de Burn Out
(licen­cia redu­ci­da por estrés labo­ral) ni super­vi­sio­nes y viven situa­cio­nes de
hos­ti­ga­mien­to por par­te de sec­to­res liga­dos a la buro­cra­cia sin­di­cal de
Sutecba. 

Esta
situa­ción se agra­va en el mar­co de la cua­ren­te­na. Debi­do a las licencias
corres­pon­dien­tes y al aumen­to de lla­ma­das en la línea 144, se ins­tó a las
tra­ba­ja­do­ras a rotar en sus tareas habi­tua­les y cubrir los pues­tos que quedaban
vacan­tes para los cua­les no fue­ron con­tra­ta­das ni for­ma­das. A pesar de
esto, las tra­ba­ja­do­ras están dis­pues­tas a rotar y tomar las tareas que se requieran;
tie­nen un alto nivel de com­pro­mi­so con la pro­ble­má­ti­ca; y le ponen el cuerpo
día a día. El asun­to es que se garan­ti­cen las con­di­cio­nes para llevarlo
ade­lan­te, cues­tión que no se hace. El Gobierno de la Ciu­dad en su desidia
obli­ga a que las tra­ba­ja­do­ras uti­li­cen sus pro­pios recur­sos para cum­plir con
las tareas asig­na­das: rea­li­zan la aten­ción a las muje­res des­de sus casas,
usan­do sus telé­fo­nos y pagan­do los gas­tos de los mis­mos. La línea 144, por
ejem­plo, se atien­de con sus celu­la­res, sus compu­tado­ras y su internet. 

Otro
tema es el de las com­pa­ñe­ras de los refu­gios y uni­da­des con­vi­ven­cia­les, quienes
soli­ci­ta­ron que se les garan­ti­za­ra el trans­por­te para tras­la­dar­se a sus puestos
labo­ra­les, ya que para la sema­na entran­te les anun­cia­ron que no podían continuar
con ese ser­vi­cio, expo­nién­do­las al con­ta­gio de coronavirus.

La asis­ten­cia técnica

El Gobierno de la Ciu­dad rea­li­za con­tra­ta­cio­nes a tra­vés de con­ve­nios de asis­ten­cia téc­ni­ca con la Uni­ver­si­dad de Bue­nos Aires. Es la for­ma de con­tra­ta­ción más pre­ca­ria: impli­ca suel­dos más bajos, con­di­ción de mono­tri­bu­tis­tas y en este momen­to está en vere­mos el aumen­to de mise­ria (20%) que reci­bi­rán las que cuen­tan con con­tra­to de loca­ción. Lo peor es que ni siquie­ra se cobra en fecha. Al 10 de abril ¡aun no les habian depo­si­ta­ron el suel­do de marzo! 

Sutec­ba y Ate

El
rol de Sutec­ba es cono­ci­do por todas las tra­ba­ja­do­ras. Ade­más de sus méto­dos de
hos­ti­ga­mien­to no han movi­do ni un cen­tí­me­tro para denun­ciar estas situa­cio­nes e
inclu­so anun­cian con bom­bos y pla­ti­llos el míse­ro aumen­to no remu­ne­ra­ti­vo para
las tra­ba­ja­do­ras de plan­ta, con­ci­lian­do con el gobierno la pos­ter­ga­ción de la
pari­ta­ria 2020. En el caso de ATE Capi­tal, sin­di­ca­to liga­do al gobierno
nacio­nal, se dedi­ca a sacar decla­ra­cio­nes y no han rea­li­za­do nin­gu­na campaña
por las con­di­cio­nes labo­ra­les de las mono­tri­bu­tis­tas, ni han pre­pa­ra­do al
con­jun­to de los tra­ba­ja­do­res de la Ciu­dad para enfren­tar los atro­pe­llos a
nues­tras con­di­cio­nes laborales.

Es muy impor­tan­te que, ante la situa­ción des­crip­ta, las tra­ba­ja­do­ras de la Direc­ción Gene­ral de la Mujer comien­cen a orga­ni­zar­se de for­ma inde­pen­dien­te para poder visi­bi­li­zar todas las pro­ble­má­ti­cas que están atra­ve­san­do e ir por sus rei­vin­di­ca­cio­nes. Que se pague a tér­mino; que las tareas sean reco­no­ci­das como tra­ba­jo esen­cial y se retri­bu­ya un plus; que el gobierno de CABA abo­ne los gas­tos de los recur­sos uti­li­za­dos, que se brin­den los recur­sos téc­ni­cos y se pase a plan­ta a todo el per­so­nal. Bas­ta de hostigamiento.

Fuen­te: Pren­sa Obrera 

Itu­rria /​Fuen­te

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